Capitulo 10: Tortura

Al día siguiente en alguna parte de Los Santos

— ¿Cómo sigue el Omega?

— Sigue sin querer cooperar señor.

— ¿Y los experimentos? — cuestionó el sujeto — ¿Han seguido?

— Si señor — respondió firme — pero aún así...

— Entonces comiencen nuevamente con la tortura — indicó — no se que están esperando.

— Pero señor... él está muy débil, no lo soportará...

— No me interesa — interrumpió — tiene que entender que ahora está bajo nuestro control, y si no le gusta le va a ir peor ¿Entendido?

— ¡Si señor!

— Bien — camino hacia la salida de la habitación — haremos que coopere de una forma u otra, sino... será un placer acabar con su vida lentamente.

En una celda de alta seguridad

Horacio Pérez se encontraba en una esquina de la celda atado con una camisa de fuerza mientras que es su cuello tenía un collar con electrochoques. ¿Quién iba a pensar que después de tanto iba a terminar de esa forma tan vergonzosa?

Ahí adentro habían estado experimentando con él, no sabía exactamente lo que estaban haciendo pero se encargaban de mantenerlo lo suficiente drogado para que estuviese débil y no intentase nada. Pero Horacio no dejaba de pensar en su hija, sabía que estaba segura con sus amigos pero también le preocupaba que estuviese pasando mucho tiempo cerca de Volkov, y eso era un riesgo ya que este podría notar el parecido que su hija compartía con este...

Seguía pensando hasta que un hombre entró con brusquedad en la celda y lo tomó del brazo para llevarlo a una habitación diferente donde sólo habían unas cadenas en la pared. Horacio miró al hombre confundido y este sonrió, lo arrastró y lo encadenó de las manos dejándolo colgando del techo dándole la espalda al hombre que por su manera de actúa y el aroma tan abrumador que soltaba, podía inferir que era un alfa.

— ¿Qué me vas hacer Alfa asqueroso? — le preguntó dejando notar su enojo y tratando de ocultar su miedo.

—  El jefe me dio una orden — dijo sacando un látigo de su cinturón — yo sólo voy a obedecer.

Mientras tanto en la Sede

— Te voy a preguntar... una última vez — sentenció el alfa Viktor Volkov al sujeto mientras volvía a golpearlo — ¿Dónde coño tienen a Horacio? Y ¿Quiénes son ustedes?

El hombre rió luego de escupir sangre hacia Volkov — Nunca vas a lograr que te diga algo, nos entrenaron para soportar cosas peores.

Palabras que hicieron que este se molestase aún más y lo arrojase de la silla para volver a golpearlo. Mientras tanto Blake y Parker (quien había llegado temprano) lo observaban todo atreves del cristal.

— ¿Crees que lo maté? — preguntó Blake al ver como Volkov seguía golpeando al rehén.

— No — respondió Parker despreocupado — tal vez luego de que nos de información... — dijo y Blake asintió para luego seguir observando ya que notaron que su jefe se había detenido.

— Te voy a dar una última oportunidad... — le dijo Volkov luego de tirarlo a la silla nuevamente — ¿Donde demonios tienen a Horacio? Y ¿Quiénes son ustedes?

— ¿Enserio crees que con unos golpes me harás cambiar de opinión? — le dijo enojándolo más pero este ya tenia pensado otra forma para hacerlo hablar.

El alfa salió de la sala de interrogatorios dejando a sus compañeros confundidos. Estos iban salir tras de él cuando este ya había regresado en cuestión de minutos. Volkov regresó con una caja de metal la cual tenía unos cables conectados y volvió a ingresar a la sala de interrogatorios.

— ¿Trajiste un juguete? — se atrevió a decir el hombre mientras que V conectaba la caja de metal y la abría.

— Si, pero este te va a gustar — respondió el alfa irónico mientras que tomaba los cables que sobresalían de la caja para luego atarlo al cuello de este y oprimio un botón de la caja haciendo que soltara unas descargas eléctricas por todo el cuerpo del sujeto, provocando que este gritara de dolor.

— ¿Estas seguro de que no lo va a matar? — le preguntó nuevamente Blake a Parker.

— Sinceramente... — le comenzó a decir Parker — ahora si que no te sabría que contestarte...

Por otra parte, Jota y Alanna

Jota había llegado en la mañana a la casa de esta y de Parker para quedarse con ella mientras que Parker iba a la sede. Ahora se encontraban a punto de salir de la casa.

— ¿Estas segura de esto? - le preguntó el omega a su mejor amiga.

— Si — respondió decidida — tengo que saberlo, pero no puedo ir sola.

— ¿Porque no le dices a Parker que te acompañe? — le cuestionó mientras salían de la casa.

— Ya ha estado muy preocupado por mi estos días.

— Es tu alfa Alanna...  — respondió esté — Es normal que se preocupe.

— Si, pero tu eres un buen amigo y por eso me vas a acompañar — le dijo con una sonrisa — además... — cambió su semblante a uno más preocupado — en caso de que... ya sabes... no quiero que lo sepa hasta estar segura... no quiero que se repita lo de la última vez.

— Tranquila — le dijo este mientras colocaba su mano en el hombre de esta en señal de apoyo — Estoy contigo.

Una vez dicho esto, encendió el auto y salieron a su destino. La verdad era que Alanna se encontraba muy nerviosa y eso era algo que no pasaba muy a menudo.

De vuelta en la Sede

— Sigo pensando que lo va a matar — le dijo Blake por tercera vez — Si lo mata tendremos que empezar desde cero a buscar a Horacio — estaba diciendo cuando se detuvo al ver cómo Volkov dejaba de lado lo que hacía para salir de la habitación.

— ¿Todo bien V? — le preguntó Parker preocupado por la salida repentina de este — ¿Qué sucede?

— Es Horacio — le respondió mientras que se sostenía la cabeza — lo están lastimando... puedo sentirlo...

Palabras que hicieron que ambos amigos intercambiaran miradas. Si Volkov decía eso, era porque lo que le estuviesen haciendo a Horacio, debía ser demasiado grave. Parker quería hablar pero antes de que pudiese hacerlo V ya se había recompuesto e iba a ingresar de nuevo, solo que esta vez iba dispuesto a hacer más de lo que ya había hecho.

Una vez dentro, volvió a tomar la máquina de descargas y le subió la intensidad — ¡¡¡Donde está!!! — le gritó molesto usando su voz de alfa haciendo que por fin este cediese.

— Esta bien...les diré todo... — se dio por vencido.

Con Horacio, treinta minutos más tarde

El hombre volvió a arrojar a Horacio a su celda, pero está vez sin la camisa de fuerza ya que tenía varias heridas en la espalda.

— El jefe vendrá dentro de unos minutos — le dijo el mismo hombre que lo había torturado para luego salir.

El Omega se encontraba muy mal, nisiquiera se podía mover, le dolía todo, si antes estaba mal ahora estaba peor... Pero a pesar del dolor, trataba de concentrar su mente en buenos pensamientos después de todo... debía seguir luchando, debía seguir soportando y haciendo todo lo posible por seguir... por su hija.

Flashback

Habían pasado tres días desde que Volkov se fue y lo dejó solo. Tres días en los cuales había permanecido en su nido tratando de buscar cómo reconfortarse, levantándose de este solo para lo justo y necesario. Sentía un vacío muy grande, su omega interior cada día se sentía más decaído, realmente no sabía si iba a poder afrontar todo lo que estaba sintiendo. Después de todo... luchar con una separación cuando hubo una marca de por medio lo hacía todo más complicado. Tanto así que el Omega llevaba sintiéndose enfermo y débil, cosa que adjudicaba a la separación del lazo que compartía con el alfa. Sin embargo ese día se percataría de que no era eso lo que le estaba causando tanto malestar.

Recién se había levantado de la cama para buscar algo de comida. No tenía ganas de hacerlo pero tampoco quería morir de inanición. Así que una vez fuera de su nido, se propuso a prepararse algo de comer sencillo un sándwich ya que solo quería tener algo en el estómago. Sin embargo no había podido comerse la mitad cuando ya iba camino al baño.

— Joder... — dijo este mientras se limpiaba la boca y tomaba asiento sobre el retrete — es la tercera vez desde... — se detuvo luego de decir esto y una vez analizarlo bien sus ojos se abrieron a más no poder — No puede ser...

Corrió a colocarse unos zapatos, tomó su abrigo y salió de su casa. Debía salir de la duda lo más pronto posible, y así fue. Dos horas más tarde Horacio regresaba a su casa, con un sobre ya abierto en mano y el corazón latiéndole a mil por hora. Arrastrando los pies camino hacia su nido y una vez allí se hizo bolita mientras que abrazaba su estómago junto con el pequeño sobre. Permitiéndose por fin ahí poder llorar y soltar todo lo que había estado conteniendo desde el hospital hasta su casa.

— Todo... va a estar... bien — se dijo a si mismo — todo va a estar bien, vamos a estar bien — dijo ahora mientras sacaba el contenido del sobre con una mano y con la otra seguía sosteniendo su barriga — yo no te voy a abandonar... — dijo mirando el resultado que marcaba el positivo en su embarazo — yo voy a luchar cada día... de mi vida, por ti...

Finalizó mientras que se abrazaba más a sus almohadas y sábanas que aún seguían teniendo el aroma de su alfa impregnado. Sabía que no iba a ser fácil, pero no iba a renunciar su cachorro. Jamás podría hacerlo...

Fin del Flashback

Horacio inconscientemente había comenzado a sonreír al recordar dicho momento acompañado del día del nacimiento de su pequeña, pero fue interrumpido cuando alguien entró a su celda.

-— Vaya... — dijo el sujeto que había ingresado revelándose ante H — el Omega de mierda es más fuerte de lo que aparenta, genial...

— ¿Tú? — cuestionó confundido Horacio — ¿Que coño haces aquí? — preguntó enojado.

— Eso no es de tu incumbencia Horacio — dijo observándolo — solo venía a verte personalmente antes de que vengan mis hombres a llevarte a la sala de pruebas... tenemos que proseguir contigo, espero que entiendas — hablo sarcástico — antes no fueron suficientes...

Horacio se preocupó, ellos habían estado experimentando tanto con él que temia llegar al punto de no poder soportarlo... ahora podía tener una idea más clara de lo que estaban intentando hacer con él... pero este se resistiría todo lo que le fuese posible, no lo iba a permitir, tenía que seguir resistiendo si quería volver a ver a su hija...

Además, confiaba en que sus amigos lo iban a encontrar, sólo era cuestión de tiempo...

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Añadiendo un poco de tristeza al día de hoy...

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