Capítulo 41

(_____):

-Idiota, estúpida, tarada, sonsa, pendeja, tonta- hablé sola mientras me golpeaba -Eres una tarada

Mi celular vibró sobre la mesa de la cocina, provocando que me sobresaltara por el susto. Lo miré: "Llamada entrante: Tahiti ❤️"

Tomé el celular con mis manos temblorosas, casi se me cae por los nervios. Rápidamente, contesté la llamada.

-¿Tahiti?- dije al contestar

-No quiere verte

Mierda.

-No... ¿por qué?

-Está muy enfadado, yo te lo dije

-¿Segura que no me estás mintiendo?

-¡No!- exclamó -Bruno, dile tú mismo- no dijo palabra alguna -Bruno, háblale

-¿Podrías dejarme solo?- dijo él con la voz quebrada, lo cual me hizo sentir un maldito sentimiento de culpa

-Vuelvo en una hora- escuché la voz de Tahiti y luego el sonido de una puerta cerrarse -Está muy mal y me preocupa

-Todo es mi culpa- dije y rompí en llanto

-Intenta arreglarlo- colgó, por su tono de voz puedo asegurar que también está enojada conmigo

Aventé mi celular por lejos, golpeé mi cabeza contra la refrigeradora y lloré como si no hubiera un mañana.

Soy una estúpida, ni siquiera sé por qué hice eso, creo que tomé demasiado alcohol esa noche. Sé que Bruno nunca me perdonará, no tengo ni siquiera una excusa para intentar explicárselo.

-Quítate- giré mi cabeza hacia mi izquierda y vi a Thomas con el semblante serio y su mano en la manija de la refrigeradora -¿Estás sorda? Hazte a un lado

Con la mirada clavada en el piso, di un paso hacia la derecha.

-¿Por qué estás así?- le pregunté y cerró de golpe la puerta de la refrigeradora, por lo que pegué un saltito sobresaltada

-¿No es obvio? ¡Por tu maldita culpa, Bruno casi muere arroyado por aquel auto!- me gritó enfadado

-Ya lo sé, fui una tonta

-¡Te pasaste de estúpida y zorra!- no respondí, sólo dejé que las lágrimas resbalaran por mis mejillas. Thomas caminó en dirección a la puerta de la cocina, pero se detuvo a mirarme con indiferencia -Me das asco, ojalá te pudras en el infierno maldita zorra- dicho esto, se fue de ahí, dejándome sola

Thomas tenía toda la razón con lo que me dijo, ¿Qué clase de persona tan idiota puede besarse con su cuñado? Soy una zorra.

"En vez de quedarte como tonta lamentándote, ve y pídele perdón"

Decidí hacerle caso a mi conciencia, tomé mi bolso y subí a la habitación de los gemelos.

-Mamá- dijo Peter cuando entré -¿Cómo está papá?

-Ya despertó, iré a verlo, en 10 minutos llega Laura (la sirvienta) Pórtense bien, vuelvo en unas horas

-------------------30 minutos después-----------

Ya había llegado al hospital, corrí desesperadamente por los pasillos hasta que por fin llegué a la habitación de Bruno.

-Disculpe- dije tocando el hombro a una enfermera -Esta es la habitación de Peter Hernández, ¿Verdad?

-Sí

-¿Puedo pasar a verlo?

-El paciente estaba durmiendo, pero entre y despiértelo si es urgente

-Está bien, gracias- me acerqué a la puerta, llevé mi mano a la cerradura y esta comenzó a temblar, me sentía muy nerviosa, ¿con qué cara voy a entrar? Tragué saliva, cerré mis ojos y abrí la puerta

Entré sigilosamente, cerré la puerta con mucho cuidado y giré para ver a Bruno. Una sonrisa se formó en mi rostro al mirarlo dormidito, una ligera cantidad de saliva caía de su boca, se veía tan tierno que ni me daban ganas de despertarlo. Caminé lentamente hasta la cama, pensando en qué le diría cuando despierte, tal vez un: "hola Bruno, lo siento, fui una idiota" o un "bebí tanto que te confundí con tu hermano" No _______, no.

Acaricié lentamente su mejilla, luego, mi mano subió a su cabello tan suave y delicado. Sonreí, este hombre es tan perfecto, ni siquiera me lo merezco. Mi mirada se posó en el brazo de Bruno y su gran yeso, no pude evitar sentirme culpable por aquello.

"Eres una idiota"

Ya lo sé estúpida conciencia, pero ¿Qué hago ahora?

"Bésalo, despiértalo con un beso, como en los cuentos de hadas. Eso es tu problema, no me pidas consejos después de haberla cagado"

Rodé los ojos y miré a Bruno, se veía tan lindo y tierno durmiendo que juro que me lo comería con nutella en este preciso momento. Lo besé delicadamente en sus deliciosos labios carnosos, me retiré y entrelacé nuestros dedos, mientras acariciaba su mano con las llenas de mis dedos. Me arrodillé frente a la cama, recostando mi cabeza en el suave colchón, él aún seguía dormido, ni siquiera se movió cuando lo besé.

-Te quiero Bruno- le susurré -Te quiero tanto

Cerré los ojos suspiré, apretando con fuerza su mano. Segundos más tarde sentí que su mano se movió y se deshizo de mi agarre.

Ya despertó.

Abrí mis ojos y lo observé, tenía la mirada triste, fija en la mano que estaba sosteniendo.

-No quiero que le hagas daño a este brazo también- su voz se quebró, por lo que sentí un nudo en la garganta

-Bruno...- a mí también se me quebró la voz, me sentía como una maldita basura

Me acerqué a él, pero de inmediato se alejó.

-No te acerques. No me toques. ¿Por qué viniste?- las lágrimas brotaban de sus ojos en una cantidad increíble

-Vine a... vine a...- comencé a llorar -... vine a pedirte disculpas- se quedó callado -Perdóname por favor, fui una completa idiota, no sabía lo que hacía, estaba muy ida por el alcohol, ni siquiera sé por qué lo hice, lo juro; no sabes cómo me siento ahora, por mi culpa te pasó esto, no me lo voy a perdonar nunca, perdóname Bruno, perdóname por favor. Sé que me odias en este momento y quieres que me vaya, pero no lo haré hasta que me hayas perdonado. Te amo Bruno, a pesar de todo, siempre te amé, nunca dejé de hacerlo. Me siento como una basura- sollocé y lloré sobre el colchón

-No te voy a perdonar nunca ________, vete por favor

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