Capítulo 62: Entre sombras y cuarteles de invierno
—Sasuke, ¿tienes idea de quién pudo haber enviado ese mensaje? —su voz era grave, más seria de lo habitual.
Lo miré, fingiendo indiferencia. El sol empezaba a ocultarse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados. Era extraño cómo algo tan hermoso podía sentirse tan opresivo.
—No es importante, Naruto. ¿Por qué te preocupa tanto?
—¡Porque está claro que alguien quiere hacerte daño! —exclamó, apretando los puños sobre sus rodillas—. Si hay algo que no me estás contando, ahora es el momento.
Mis labios se curvaron en una sonrisa amarga. Por un instante, consideré decirle la verdad. Decirle que alguien conocía mi secreto, que había visto cosas que nunca debían salir a la luz. Pero la idea de exponerme más me resultó insoportable.
—Naruto, hay cosas que no puedes entender. Y aunque lo intentaras, no podrías ayudarme. Mejor olvida esto, ¿de acuerdo?
Intenté levantarme, pero él me tomó del brazo, obligándome a mirarlo directamente.
—No me trates como a un idiota, Sasuke. Si no quieres hablar ahora, está bien, pero tarde o temprano me lo dirás.
Solté su agarre con un movimiento brusco y me alejé sin mirar atrás. Las palabras de Naruto resonaban en mi mente mientras me dirigía a casa. El mensaje había sido claro, pero no iba a darle el placer de verme caer tan fácilmente.
***
Cuando llegué a casa, la soledad me recibió como una vieja amiga. Dejé mi mochila en el suelo y subí a mi habitación, buscando un respiro que nunca llegó. El nudo en mi pecho seguía ahí, apretándome hasta dejarme sin aire. Me senté en el borde de la cama y apoyé la cabeza entre las manos, tratando de calmar el caos en mi mente.
No sé cuánto tiempo pasó antes de que las lágrimas empezaran a correr. Era un colapso que había estado reprimiendo desde hacía días, y ahora me consumía por completo. En algún momento decidí salir, buscando aire, buscando algo que me anclara a la realidad. Sin rumbo fijo, mis pasos me llevaron de vuelta a la escuela, vacía a esa hora.
Fue ahí donde Kakashi me encontró. Estaba en uno de los salones vacíos, sentado en el suelo junto a una de las ventanas, abrazando mis piernas contra el pecho. Cuando levanté la vista y lo vi, su expresión era de pura preocupación.
—Sasuke, ¿qué estás haciendo aquí tan tarde?
No le respondí. Me sentía demasiado vulnerable para hablar. Kakashi se acercó y se agachó frente a mí, colocando una mano en mi hombro.
—Puedes confiar en mí. Si algo te está pasando, quiero ayudarte.
Su voz era suave, pero directa, y por un momento consideré decirle todo. Sin embargo, las palabras no salieron. En su lugar, me limité a apoyarme en él, dejando que el llanto silencioso me dominara una vez más. Kakashi no dijo nada más; simplemente me abrazó, ofreciéndome un consuelo que no creía merecer.
Cuando finalmente me calmé, él me ayudó a levantarme y me acompañó de regreso a casa. No hizo preguntas, y yo no ofrecí explicaciones. Pero al entrar en mi habitación, me encontré con algo que hizo que la poca calma que había conseguido se desmoronara.
Había una nota sobre mi cama. El sobre era negro, y el papel dentro estaba escrito con tinta roja:
"Te estás hundiendo, y yo voy a asegurarme de que llegues al fondo."
Mis manos temblaban mientras sostenía la nota. Sentía la garganta seca, el corazón latiendo con fuerza. Alguien estaba jugando conmigo, y cada movimiento me llevaba más cerca del borde del abismo. Cerré los ojos y dejé escapar un suspiro tembloroso. Si querían hundirme, tendrían que intentarlo más fuerte.
Esto aún no había terminado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top