Capitulo 38: Entre sombras y las reglas del juego
Esa mañana desperté antes que él. Su cabello oscuro cubría parte de su rostro, y su respiración pausada llenaba el silencio de la habitación. Por un momento, lo miré, tratando de grabar esa imagen en mi memoria. Parecía tan tranquilo, tan diferente al hombre que horas antes había estado encima de mí, arrancándome cada gemido, haciéndome suyo. Pero mi paz no duró mucho.
—¿Te gusta lo que ves? —su voz, ronca y burlona, me sacó de mis pensamientos.
Me sonrojé al darme cuenta de que había estado observándolo descaradamente. Antes de que pudiera responder, él ya se había sentado en la cama, con esa sonrisa arrogante que tanto odiaba... y amaba.
—No deberías mirarme así, Sasuke. Podría pensar que te quedaste con ganas de más.
Sus palabras me irritaron, pero no podía negar que mi cuerpo tembló al escucharlo. Me levanté rápidamente, intentando ignorar el calor que subía por mi cuello.
—No te hagas ilusiones, Itachi. Lo de anoche fue... —me detuve, buscando las palabras adecuadas— fue un error.
Él se levantó con calma, caminando hacia mí con esa seguridad que siempre lograba desarmarme.
—¿Un error? —repitió, inclinándose hasta que su rostro quedó a centímetros del mío—. Si fue un error, ¿por qué dejaste que te tomara tantas veces? ¿Por qué me rogaste que no me detuviera?
No tuve respuesta para eso. Mi corazón latía con fuerza, y mis pensamientos eran un caos. Pero no iba a dejar que él tuviera el control otra vez.
—Ya basta, Itachi. Esto tiene que terminar aquí. Tú... tú estás comprometido, y yo... —mi voz se quebró, pero lo enfrenté con la mirada— yo merezco algo mejor.
Por un momento, pensé que había ganado. Que mis palabras lo habían alcanzado. Pero entonces, él sonrió, una sonrisa peligrosa que hizo que mi cuerpo se estremeciera.
—¿Algo mejor? —susurró, acercándose aún más—. Sasuke, ¿crees que alguien más puede tocarte como yo? ¿Que alguien más puede hacerte sentir lo que yo te hago sentir?
No tuve tiempo de responder. Sus labios atraparon los míos, hambrientos, posesivos. Traté de resistirme, pero mi cuerpo traicionó mis intenciones.
Cuando finalmente me soltó, mi respiración estaba agitada, y mi mente era un desastre.
—Vamos a poner las reglas claras, Sasuke —dijo, mirándome fijamente—. Eres mío. Solo mío. No me importa lo que digas o lo que intentes hacer. Nunca dejaré que alguien más te toque.
Sus palabras me dejaron sin aliento. No sabía si sentirme enojado, asustado o... emocionado. Lo odiaba por el poder que tenía sobre mí, pero, al mismo tiempo, una parte de mí deseaba que sus palabras fueran ciertas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top