Capitulo 24: El ultimo juego
La casa estaba silenciosa cuando me desperté, habia dormido todo el dia, y a nadie le importaba la depresion en la que estaba sumido. No había nadie en la cocina, ni en la sala, ni en el pasillo. Solo quedaba la quietud habitual, la que siempre llega después de una tormenta, aunque no sabía si el caos ya se había ido o si aún estaba por llegar. Mi cuerpo no había descansado bien la noche anterior, mi mente seguía dando vueltas en un círculo vicioso de pensamientos sobre Itachi, sobre lo que había pasado entre nosotros y lo que no había podido ser.
Había tomado una decisión, aunque no sabía si estaba listo para afrontarla completamente. El tiempo había pasado, y mis sentimientos seguían siendo una mezcla de ira, confusión, deseo y un dolor tan profundo que ni siquiera el mismo tiempo había logrado aliviar. Pero algo había cambiado en mí, algo que no podía ignorar más.
El sonido de la puerta de mi habitación se abrió, y sin mirar, supe que era él. Su presencia era inconfundible, un peso que se colaba en mi pecho, un susurro peligroso que había dejado de intimidarme, pero que aún provocaba que mi corazón latiera más rápido. Itachi.
—Sasuke —dijo su voz, grave y baja, como si estuviera midiendo cuidadosamente cada palabra que pronunciaba.
Me quedé quieto, sin mirarlo, sin responder. Estaba en la orilla de una decisión difícil, entre ceder o resistir, entre rendirme ante la vieja necesidad que sentía por él o seguir el camino que ya había comenzado a trazar para mí. Ya no era el niño que esperaba ser abrazado. Ya no era el hermano perdido buscando amor. Sabía lo que quería, pero al mismo tiempo, el deseo que él provocaba seguía siendo un fuego que consumía mis fuerzas.
Itachi dio un paso hacia mí, y la distancia entre nosotros desapareció en un instante. No lo miré, pero sentí su mano en mi mejilla, su toque suave y firme a la vez. Su respiración se hizo más agitada mientras se acercaba más, como si se estuviera entregando a un impulso que no podía controlar. Era como si todo en él estuviera tan ansioso por lo que iba a pasar, como si no pudiera esperar más.
—Sasuke... —murmuró con una voz que no dejaba lugar a dudas, una mezcla de deseo y desesperación. Sabía lo que quería, y yo también lo sabía. No podía negarlo, ya no podía.
Me giré lentamente hacia él, mis ojos se encontraron con los suyos. Fue entonces cuando el mundo se detuvo. La atmósfera estaba cargada, y por un momento, todo lo que podía escuchar era el latido de mi propio corazón, el mismo que había latido tan rápido por él en el pasado, el mismo que se quebraba cada vez que me rechazaba.
Lo miré profundamente, reconociendo todo lo que él representaba. A veces pensaba que solo necesitaba dejarlo ir, que tal vez podría liberarme de él, pero el simple hecho de verlo tan cerca hacía que mi voluntad se desmoronara. Su rostro tan familiar y al mismo tiempo tan lejano, esa mirada intensa y aquella sensación de estar atrapado en su red, me hicieron sentir que todo lo que había intentado hacer por mí mismo era una farsa.
—¿Por qué? —dije finalmente, mi voz temblorosa. No estaba seguro si hablaba para él o para mí mismo. Mis palabras eran frágiles, como si al decirlas me estuviera permitiendo sentir más de lo que ya había soportado.
Itachi me observó en silencio, como si estuviera buscando algo en mi interior. De repente, sus labios se movieron hacia los míos, y el beso fue urgente, desenfrenado. No pude evitar corresponder al contacto, a esa familiaridad que me había devuelto la sensación de ser amado, aunque sabía que no era amor lo que él sentía por mí. Pero en ese momento, me olvidé de todo lo demás. Solo existía él y yo, y la intensidad de lo que sucedía entre nosotros.
Pero a medida que el beso se volvía más profundo, más desesperado, algo en mi interior se encendió. Una voz que había estado callada por mucho tiempo comenzó a gritarme, a recordarme lo que era realmente importante. Mi respiración se aceleró, pero no era solo por la proximidad de su cuerpo. Era el recordatorio de que lo que estábamos a punto de hacer no era un juego, no era un error que podía seguir repitiendo.
Desperté, por fin. Y aunque mi cuerpo todavía lo deseaba, mi mente se alzó en resistencia. Ya no era el niño que esperaba ser querido a través del sexo, ya no era el hermano que soñaba con una relación perfecta. Ya no era eso.
Me aparté de su boca, respirando con dificultad. Él me miró confundido, sus ojos llenos de sorpresa y frustración.
—Lo siento, Itachi —le dije con voz firme, aunque mi corazón latía rápido, como si aún no pudiera creer lo que estaba haciendo. Era el último acto de resistencia que me quedaba. Ya no quería ser más una pieza en su juego.
Itachi se quedó en silencio, parado frente a mí, con el rostro lleno de frustración, pero también con una extraña calma. No dijo nada, como si estuviera esperando que algo más sucediera. Pero no lo iba a hacer.
—La próxima vez será —le dije, mis palabras frías y decididas, sin titubear. Sin embargo, me sentí como si estuviera liberándome de un peso pesado, un peso que no sabía cuánto había estado cargando hasta ese momento. No iba a seguir siendo su víctima.
Me levanté de la cama, sin mirarlo, sin que él pudiera ver el dolor que sentía en mi pecho. Salí de la habitación, dejándolo allí, completamente estático, como si el mundo hubiera dejado de girar para él. Y, sin mirar atrás, salí de la casa.
La lluvia había cesado, pero la tarde estaba llena de una extraña quietud. Caminé por las calles, solo, como siempre lo había hecho. Pero esta vez no sentía el vacío. Esta vez, mi alma estaba llena de una pequeña chispa de felicidad. Porque aunque el dolor seguía presente, había algo más grande: mi capacidad para tomar control de mi vida, para dejar de ser una víctima y empezar a ser el protagonista de mi propia historia.
La venganza no era el objetivo. No más dolor. No más sumisión. Solo yo, y el deseo de avanzar.
Eh no mamen
Publiqué primero el 25 que el 24
Chingadamadre ahora tendré que avisarle a escribir y subir más DX
Tenía la intención de solo subir el 24 hoy chingadamadreeee
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top