Capitulo 10: Ruptura y silencio
Los días se convirtieron en semanas, y aún así, el vacío seguía ahí. Después de esa noche, la distancia entre Itachi y yo era más grande que nunca. Él no intentaba hablar conmigo, y yo no tenía intención de buscarlo. Cada vez que pasaba junto a él en casa, sentía su mirada, pero nunca giraba la cabeza para enfrentarlo. Era como si ambos esperáramos que la tensión desapareciera por sí sola, aunque sabíamos que era imposible.
La casa estaba demasiado tranquila esa tarde. Mis padres habían salido juntos, como acostumbraban los fines de semana, dejándome con el silencio que ahora parecía ser mi única compañía. Me senté en el sofá de la sala, mirando la lluvia golpear las ventanas. La tormenta parecía reflejar todo lo que estaba sintiendo, pero no encontraba forma de liberar esa presión dentro de mí.
La puerta principal se abrió de repente, rompiendo el momento. Lo supe antes de siquiera voltear la cabeza. Su presencia llenó la habitación, tan sofocante como siempre.
—¿Qué quieres? —pregunté sin moverme, manteniendo mi vista fija en la ventana.
—Hablar contigo —respondió Itachi, su tono bajo pero firme.
Reí con amargura y me levanté, girándome para encararlo.
—Siempre quieres hablar, Itachi. Siempre tienes algo que decir después de herirme.
—Esto es importante —dijo, dando un paso hacia mí.
—Todo es importante para ti, excepto yo —respondí, cruzando los brazos frente a mi pecho—. Así que, ¿qué es esta vez?
Itachi pareció vacilar, pero rápidamente recuperó su compostura.
—Izumi vendrá esta noche.
Esas palabras golpearon más fuerte de lo que esperaba. Mi corazón se aceleró, pero no dejé que lo viera.
—¿Y eso qué? —repliqué, fingiendo indiferencia—. ¿Quieres que la felicite? ¿Que le dé mi bendición? ¿Que le haga un mole?
—No se trata de eso —respondió, su tono tenso—. Quiero que estés allí.
—¿Por qué? —pregunté, mi voz subiendo ligeramente—. ¿Para que pueda sentarme con nuestros padres y fingir que no está pasando nada?
No respondió de inmediato. Sus ojos me observaban con una intensidad que casi me hizo retroceder, pero me mantuve firme.
—Sasuke, por favor...
Esas palabras me rompieron.
—No me hables como si te importara —lo interrumpí, sintiendo cómo la rabia comenzaba a bullir dentro de mí—. Todo lo que haces es lastimarme. No tienes idea de lo que significa para mí.
—¿Crees que no lo sé? —replicó, dando un paso hacia mí. Su tono era más alto de lo habitual, casi desesperado—. ¿Crees que esto no me duele también?
Lo miré, incrédulo.
—Si realmente te importara, no estaríamos aquí.
—No es tan simple, Sasuke.
—¡Claro que lo es! —grité, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a llenar mis ojos—. Si realmente me amaras, me elegirías.
Itachi cerró los ojos, como si mis palabras lo golpearan físicamente. Cuando los abrió de nuevo, algo en su mirada había cambiado.
—No puedes entenderlo —dijo en voz baja.
—Entonces haz que lo entienda —respondí, dando un paso hacia él.
Por un momento, el silencio llenó la habitación. Luego, de repente, Itachi se movió. Sus labios chocaron contra los míos con una fuerza que me dejó sin aliento. Fue un beso desesperado, casi salvaje, como si tratara de transmitir todo lo que no podía decir con palabras.
Mi cuerpo reaccionó antes que mi mente. Antes de darme cuenta, estaba devolviendo el beso con igual intensidad, mis manos aferrándose a su camisa como si fuera lo único que me mantenía en pie.
Su calor era abrumador, y cuando sus manos se movieron hacia mi cintura, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Comenzó a levantar mi camisa, y yo, sin pensarlo, lo ayudé a quitármela.
El aire frío chocó contra mi piel, pero el calor de su cuerpo lo contrarrestó cuando se inclinó hacia mí. Sus labios dejaron los míos para recorrer mi mandíbula, mi cuello, y no pude evitar gemir suavemente.
Mi mente me decía que debía detenerlo, que esto estaba mal. Pero mi corazón, mi cuerpo, lo necesitaban.
Nos movimos hacia el sofá, cayendo torpemente sobre él. Itachi estaba sobre mí, sus labios recorriendo mi pecho mientras sus manos exploraban mi cuerpo con una necesidad que nunca había sentido antes.
Cuando lo sentí desabotonar mi pantalón, algo en mí se tensó. Pero no dije nada.
Su camisa pronto se unió a la mía en el suelo, y cuando su piel desnuda rozó la mía, sentí que el mundo se desmoronaba a nuestro alrededor.
Itachi se inclinó sobre mí, su rostro a centímetros del mío.
—Dime que quieres esto —susurró, su voz ronca.
—Te quiero a ti —respondí, sin dudar.
Eso pareció ser todo lo que necesitaba. Sus manos continuaron, y cuando sentí que comenzaba a bajar mi ropa interior, mi respiración se aceleró.
Pero entonces, se detuvo.
Lo miré, confundido. Su expresión había cambiado. La culpa había vuelto a apoderarse de él.
—No puedo hacer esto —dijo, apartándose de repente.
El vacío que dejó fue como un golpe físico. Me incorporé rápidamente, cubriéndome con las manos mientras lo miraba, incrédulo.
—¿Qué estás haciendo? —pregunté, mi voz temblando entre la rabia y el dolor—. ¿Qué significa esto, Itachi?
—Significa que no podemos seguir con esto —respondió, evitando mi mirada—. Es... está mal.
—¿Mal? —repetí, mi voz subiendo—. ¿Mal? ¿Después de todo esto, decides que está mal?
—Sasuke, lo siento. No debí...
—¡Cállate! —grité, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a rodar por mi rostro—. Siempre haces esto. Siempre vienes, me rompes y luego te vas como si nada hubiera pasado.
Su silencio solo hizo que mi ira creciera.
—¿Sabes lo que es peor? —continué, mi voz quebrándose—. Que sigo esperándote. Incluso después de todo, sigo deseando que vuelvas.
—No deberías —murmuró, su voz llena de dolor—. Mereces algo mejor, alguien que pueda darte lo que necesitas.
—¡No me importa lo que creas que merezco! —grité, apretando los puños—. Lo único que quiero es a ti.
—Y eso es lo que no puedo darte —dijo finalmente, sus ojos llenos de lágrimas que se negaba a dejar caer—. Lo siento, Sasuke.
Antes de que pudiera responder, se levantó y salió de la sala, dejándome allí, solo y temblando...
una vez mas....
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top