Capítulo 8/☆


-¡Eres un idiota!- Le había gritado su madre - ¡Un cobarde, un bueno para nada! Nada te costaba intervenir en esa estupida riña ¡Nada! ¡Ahora seguro el fenómeno no querra ni verte!- Oh no.

Zarif estaba asustado, llego a su casa llorando, nublado por el miedo y deseoso de consuelo le contó lo ocurrido a su progenitora sobre lo que paso en la escuela con su nuevo amigo.

Mala idea. Esa noche recibió la paliza de su vida, tanto que llego a quedarse inconsciente por un fuerte golpe en la cabeza. 

Ahora, un día después se encontraba en las puertas del inmenso castillo con unos dulces en mano, tapando con su cabello lo mejor que podia el moretón de su ojo izquierdo.

Iría a disculparse con el príncipe por su cobardía, todo a insistencia de la bruja de su madre. Él ni sabia porque tenia que disculparse, es más, ni quería verlo.

Zarif creía cada vez más que todo lo malo pasaba con Kilian, que fue un error acercarsele en primer lugar. Pero ya no podía apartarse, su madre le había recalcado muy claro las consecuencias de alejarse de él, "Dinero, joyas, comida, todo cuenta", le había dicho "Aprovéchate de su miseria", ¿Sera que haciendo eso conseguiría una vida mejor? Según su madre si y aunque no quisiera no tenia más opciones.

-Oh ¡Hola Zarif! - Saludo Davaros alegre recibiendo al amigo del principe - Dame un momento, ahora le aviso a Kilian que esta acá ¡Se alegrara bastante de verte!-

-Gracias señora- Respondió bajito volteando la mirada para que no se note su moretón

-¿Señora? ¡¿Tan vieja me veo?!- Respondio la muchacha con falso dolor - No puede ser, ¡No quiero acabar como la superiora de arrugada! Nono, ¡Me niego! -

La actitud exagerada de la muchacha logro sacarle unas risas al pequeño niño antes de retirarse apresurada para buscar al príncipe.

Kilian tenía suerte de tener una nana tan alegre y dulce como Davaros. Zarif envidiaba eso, de él estar en su lugar no se separaría de ella en ningún segundo.

Sujeto con mayor fuerza los dulces que cargaba contra su pecho, pensar en todo lo que tenia su "amigo" le causaba un sentimiento horrible de rencor. Sin querer comenzo a soltar saladas lagrimas resentidas.

-¿Zarif?- Preguntó uno suave voz acercandose a él- ¿Que haces acá?... Estas llorando, ¿Por que lloras?-

El niño levanto suavemente la vista solo para encontrarse con los compasivos ojos bicolores de Kilian.

Decidido, se acerco al mestizo y le abrazo hundiendo su rostro en el hombro ajeno.

-...Perdón - Empezó dudando con la voz entrecortada- ¡Perdóname por ser un cobarde y no ayudarte cuando lo necesitabas!- Decir eso le daba asco.

El mestizo se quedo quieto unos segundos antes de reaccionar al desesperado abrazo de su amigo.

-Oh esta bien, no pasa nada- Hablo sereno correspondiendole

-No, no esta bien- Contradijo el menor inmediatamente - ¡Huí! Los... amigos no hacen eso- ¿Es su amigo? - Por favor... Perdóname, Kilian-

No lloraba por esa estupida amistad, lloraba por lo que llegaría a pasarle si volvía a su casa con malas noticias.

-No tienes culpa. - Dijo alejándose un poco para verle al rostro -Pero ya, si tanto insistes - Le sonrio - Te perdono Zarif.

A pesar de toda la amabilidad que el heredero al trono podía darle, a pesar de el cariño que le demostraba y las cosas que le regalaba ya no era lo mismo para Zarif.

Ahora, jugando al doble cara con el único akiridiano que le demostró un afecto genuino, lo veía rencoroso bajo la fachada de ojos amistosos llenos de cariño.

-Me alegra pasar el rato contigo- Dijo algo tímido el príncipe rebuscando unos juguetes en su habitación

La mirada que el menor le dirigía a sus espaldas era fría, rígida, cargada de recelo. Aún con todo eso su voz salio dulce y cantarina, tal y como al príncipe le gustaba oírle.

-Si, a mi también me alegra-

Sin darse cuenta, el niño marco un antes y un después bastante trágico en su miserable vida.

-*-

Ya era tarde, la realeza descansaba mientras los guardias y los encargados del castillo velaban por su seguridad.

Como nunca, el teniente Vikram se apareció por los comedores para beber algo después de su larga jornada laboral.

-¡Vaya! Miren que tenemos aquí- Hablo burlesco el General Morando -¡Teniente Vikram! ¿O debería decir Comandante?-

Sarcástico, Morando amaba el sarcasmo y Vikram no caería en su juego retorcido. Agarro una bebida de la extensa variedad del comedor y se fue a sentar apartado del corpulento hombre, ignorandolo.

Morando no se quedaría con la boca callada ante tal falta.

-No esperaba menos de un oportunista-

-¿Como me llamó?- Respondio Vikram arisco

-no es sorpresa su ascenso meteórico a la cima "teniente". Cualquiera escalaria así de rápido si se acostara con el Rey. - Dicho esto, el comedor se lleno de cotorreos innecesarios hacía su persona.

Varios de los soldados y miembros de la guardia real escuchaban atentos las palabras del General.

-Hasta donde yo se mi vida personal no es de su incumbencia, General- Oh como deseaba lanzar su bebida lejos y golpear a ese mal nacido hasta callarlo

-Oh, para nada. No me importa su patética vida. -Corrigió- Lo que me importa es la integridad del Rey, si descubro algo en su contra seré el primero en mandarlo al exilió. - Nisiquiera Val Morando creía lo reales que sonaron sus propias palabras- ¿Esta claro?-

Con el seño funcido a más no poder, se levanto se su asiento y con la mirada más despectiva posible le respondió.

-Muy claro General Morando-

Y sin más se retiro del comedor, dejando tras de si un montón de murmullos que seguramente seguirian por semanas.

Caminando por los pasillos se perdió en su mente, si podía malinterpretarse el como sucedieron las cosas con el Rey, pero no fue así, O bueno, no del todo.

Vikram aceptaba que se acercó por oportunista intentando ascender aprovechando el estado vulnerable del Rey Krel mientras estaba gestante. Nada más. Pero la cosa fue poniéndose intensa y una cosa llevo a la otra. Vikram encontró en Krel algo más que un pase al estatus social más alto, encontró la paz y el confort de una familia. Si bien al inicio sus intenciones no fueron las más puras, ahora era distinto. Con los años desde la llegada del príncipe a la actualidad fue encariñandose y amando con cada parte de su ser a esas personas que lo acogieron y le dieron una oportunidad, aunque no lo demostrara abiertamente.

Ahora esperaba poder limpiar su conciencia y ser lo que su ahora familia  creían que él era.




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Dibujo random de Zarif lloranding para no dejar esto vacío. Perdón por la tardanza y gracias por leer <3

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