Capítulo 13/☆
-General Morando- Llamo Krel
-Mi señor, ¿En que puedo servirle?- Se aproximo el mencionado con cierto atisbe de aburrimiento en sus palabras.
-General, tengo entendido que no esta necesariamente muy ocupado a estas Horvaths- Empezó el rey, casi sin dirigirle la mirada -Me gustaría que llevara la "caridad" a cierto sector indigente de Akiridion- Dijo casi sin mucho interés.
-Sabe, mi señor, que jamás me negaría a una de sus peticiones.- Si no fuera por ciertos "contribuidores extranjeros" que lograban agotar todas sus energías para su plan maestro, hace rato hubiera dejado las formalidades de lado -Discúlpeme el atrevimiento, pero ¿Ese no era acaso el trabajo del Teniente Vikram?-Menciono con notorio disgusto en sus palabras. Pareciera que el oportunista estuviera tomando represalias. Morando no tenia ganas (ni paciencia) para desafiar la orden real, así que simplemente se trago su orgullo y prosiguió con la etiqueta.
-Oh, por supuesto que lo era. Pero no se preocupe por el, estará muy ocupado a partir de ahora como para poder continuarlo. Es por eso, General, que se lo encargo a usted ¿Algún problema?- Krel levanto por fin la vista de sus documentos y le escudriño con la mirada esperando respuesta.
-Ninguno, su majestad.-
-Queda resuelto entonces. Que le vaya bien.-
Oh, la realeza podía ser a veces bastante hipócrita, decía preocuparse tanto por su nacion y su gente, pero de alguna forma siempre lograban olvidarse de demostrarlo con acciones.
Cuando Akiridion aun no era el poderoso imperio que es hoy, seria correcto afirmar que era una especie de "zona de guerra". Casas con gran poderío luchando por el control total del planeta, una guerra que llevaba sucediendo desde, prácticamente, las primeras canciones. Nadie sabia el porque de tanta discordia, sin embargo, nunca se molestaba en buscar respuesta.
Todo apuntaba a otros cientos de milenios mas de sufrimiento, de no ser por un par de intrépidos adolescentes enamorados dispuestos a dejar de lado cualquier diferencia. Lo que empezó como una prueba de amor verdadero entre ambos jóvenes de sangre noble fue convirtiéndose en el motor que impulsaría el futuro de Akiridion-5.
Los años pasaron, la casa Tarron se formo. Los eruditos hablaban con fervor sobre los Keltons dorados que se avecinaban para el planeta... De no ser por ciertos sectores que rechazaban la unión de ambas casas, objetando siempre que nunca serian gobernados por unos usurpadores sin vergüenzas. Se intento una rebelión sin rumbo fijo con un cabecilla que a la actualidad "nunca pudo ser identificado". Ahora, esa misma gente que rechazo a la realeza e intento destronarlos, ya sea por obra del destino o ciertos... "factores externos", estaban condenados a vivir en la miseria en los limites mas remotos de la ciudades principales, pobres y con odio en sus resentidos núcleos.
Es por eso que cada cierto tiempo, el Teniente se encargaba de llevar "ofrendas de paz" a los mendigos, muy bien aceptadas si, pero nunca retribuidas con siquiera un "gracias" o una sonrisa. No era un secreto, nadie disfrutaba de esas convivencias, esos choques aparentemente frecuentes entre extremos demasiado opuestos no llevarían nunca a nada bueno. Es por eso que, con el tiempo la realeza perdió el interés en ellos, arrastrando consigo a los que no conocían nada de su antigua y frustrante historia.
Los nobles gozaban de una paz bien merecida, producto de su arduo esfuerzo para ser lo que son. Los ciudadanos comunes disfrutaban sin muchos problemas, reverenciando a la realeza y continuando con sus mundanas vidas. Y por ultimo, los mas descontentos, viviendo a las sombras y renegando de la gloria de otros por sobre su miseria, pero sin hacer nada para cambiarlo.
Por otro lado, mezclar los claros deseos de superioridad del General con una tierra resentida no resultaría en nada bueno. Val Morando conocía muy bien la historia, no hacia falta meditarlo mucho para que quisiera sostener una postura petulante con esa gente. Simplemente no iba a tolerarlo.
-Ciudadanos de Akiridion- Alzo la voz llamando la atención de cada ser vivo en la zona- Sus reyes escucharon sus lamentables plegarias y acaban de mandarles no menos que unos cuantos víveres para prolongar su miserable agonía- Era impresionante el descaro con el que podía decir tales cosas.
Miradas de desprecio y rechazo no se hicieron de esperar, unos cuantos incluso comenzaron a gritar ciertas palabras subidas de tono.
-Pero que gente tan vulgar- Se burlo el General junto a sus hombres mas leales.
-¡La realeza no es bienvenida por aquí, será mejor que se vayan!-
-No aceptaremos nada-
Al General obviaba bastante bien los comentarios sobre su persona, un logro definitivamente para su carácter usualmente explosivo. Gente que normalmente hablaba por hablar guiándose por la histeria colectiva, si, sabia como lidiar con eso. Con una señal de su mano suspendida en el aire, ordeno a sus hombres que alzaran las armas y apuntaran en dirección a la furiosa turba. Esa gente necesitaba modales y, además No había nada de malo en divertirse un poco ¿No?.
-Sin duda la realeza perdió hace mucho el control de su propio reino ¿No es así?- Se burlo observando con placer el rostro asustado de los pobladores- No tienen nada que reclamar, y sin embargo, aun insisten. Debo admitir que su dedicación es fascinante junto a su increíble necedad, por supuesto.- La multitud guardaba silencio con miradas dobladas por la presión bélica ejercida. La impotencia de querer replicar y alzar la voz se veía fuertemente limitada por intimidantes armas y fuertes soldados que no dudarían en jalar del gatillo si llegasen a sentirse amenazados.
-¡Cobardes!- Se escucho gritar a uno de los presentes, el único que no quiso demostrar sumisión ante tal demostración de poder, firme y con la cabeza en alto alzando su diminuta voz... El único que logro reunir el valor necesario para enfrentarse cara a cara con los soldados, fue un niño.
-¡Vaya!¿Pero que tenemos aquí?- Hablo el General con ligera sorpresa -Un valiente.-
-¡La realeza no es bienvenida acá!- Volvió a gritar el chiquillo- Lárguense antes de que sea demasiado tarde-
-...¿Para ustedes?-
-¡Si!...¡¡D-digo, no.!¡Sera tarde para ustedes Soolian's!- Se corrigió con los colores pintando su rostro pero igual de rabioso.
-Vaya, este Delson no hace mas que mejorar- Hablo arrogante -Acércate, muchacho-
Los presentes observaban con temor y asombro el actuar tan imprevisible del chico, para ser un infante e de admitir que su coraje y temple eran algo de lo que muchos gente carecía. Sin titubear, el chiquillo se acerco hasta el General que observaba divertido la escena junto a sus soldados. Con una mirada despectiva y una sonrisa arrogante decidió tomar la iniciativa.
-¿No eres demasiado pequeño como para andar gritándole a tus mayores, eh mocoso?-
-¿Acaso lo conozco? No, ¿Entonces por que debería guardarle respeto?- Respondió audaz con los pies clavados en su lugar y sin bajar la mirada de los ojos del general- Es mas, no parece que sea muy importante.-
Con disimulo, el muchacho dirigió su vista a la multitud que lo observaba, encontrando entre aquella turba a sus dos únicos amigos que lo miraban con desesperación y temor respectivamente. Uno un niño que siempre se movía por esas zonas cargando con una misteriosa mochila en sus hombros y el otro, un chico que desencajaba totalmente con el estilo de vida de esa comunidad.
Morando soltó una carcajada. -Ay niño, tus padres sin duda no te han educado como es debido. Dime ¿Dónde están? Si ellos no castigan tu arrogante actitud, lo hare yo. Que vengan.-
El muchacho abrió fuertemente los ojos con temor, su pulso se acelero y su respiración se hizo considerablemente mas irregular ,pero aun así se negó a retroceder y darle el placer al General de mostrar su miedo ante la amenaza.
-Ellos no vendrán- Dijo casi en un suspiro iracundo.
-¿Dijiste algo, mocoso?- Interrogo Morando al no escuchar muy bien lo que dijo mientras buscaba con la vista a los supuestos padres del infante.
-¡Que ellos no vendrán!- Grito con rabia -¡Ellos están muertos!- Lo encaro con el azul pintando su rostro, ya no de temor, ahora de furia. Alzando aun mas la voz siguió gritándole -Y aunque siguieran vivos, ¡sin duda no vendría al llamado de un estúpido soldado de quinta!-
-Tu, mocoso...-
Por un instante el tiempo pareció moverse mas lento, con las miradas asustadas e indignadas de madres y padres en la multitud, observaron como la gran mano del General se alzaba en el aire con aparente intención de golpear al infante.
-¡Sin duda tienes agallas!- Exclamo Morando fervientemente posicionando su mano sobre la cabeza del menor, revolviendo sus cabellos en un gesto de aprobación, no se necesita aclarar el asombro que demostró la gente ante tal absurda demostración de afecto.
-¿C-como? ¡No se suponía que debía alegrarse!- Pataleo el niño apartando la mano del General de un manotazo -¡Lo acabo de insultar, debería estar furioso!-
-Esa actitud tuya sin duda es algo muy especial, ¿Qué planeas ganar con eso?-
El niño sujeto su mano sobre su pecho, justo donde se encontraba su núcleo y con decisión hablo.
-La realeza usurpa lo que necesita y desecha lo que no como si fuera cualquier basura, ¡Son despreciable y unos cobardes presuntuosos!... Lo único que quiero es extinguir la vida de sus núcleos con mis propias manos.-
Morando era una de esas personas que cuando ven una oportunidad no la desaprovechan y la toman a como de lugar, cueste lo que cueste. El ahora no solo veía una oportunidad, veía mucho potencial tanto en el niño con ideales cuestionables como con la población que aun mantenía recelo a la nobleza, ya sea como carne de cañón o como simple presión social, podrían llegar a ser muy útiles
Ante tal pensamiento, el General sonriente ordeno bajar las armas para después agacharse a la altura del muchacho. Con una mano sobre el diminuto hombro le dijo.
-...¿Y si la realeza ya no estuviera al poder?- El chiquillo se descoloco al oír eso, ¿Qué clase de soldado fiel a los reyes se atrevería a pensar siquiera en eso? Morando se rio de la cara tan chistosa que se le había quedado al infante al escucharlo. -Dime, mocoso. ¿Realmente eso es lo que mas anhelas?-
-Mas que nada en el universo.-
El chiquillo dirigió su vista hacia sus amigos, solo para encontrarse con unas miradas de frustración y sorpresa, no era un secreto que la actitud de Morando no era la mejor y sinceramente fue una sorpresa para todos el que reaccionara de esa manera con su amigo.
Entre susurros desesperados, el pequeño grupo le gritaba al chiquillo:-¡Sal de ahí, soolian!-
-¿Cuál es tu nombre, mocoso?-
El niño sintió su pulso acelerar, no sabia a que venia todo esto, no sabia a donde iba, lo único que tenia claro era su gente y el recuerdo de una perdida, la rabia nuevamente comenzo a inundar su ser
-Me llamo Claudec, señor soldado de quinta-
<><><><><><><>
-Con el poder que se me a otorgado, hoy quedan bajo mi custodia. Dada la situación de inseguridad actual me veo en la necesidad de acelerar el proceso de su formación para que estén preparados ante cualquier situación de riesgo, por eso necesito que se tomen esto con la seriedad que amerita y estén totalmente dispuestos a dar lo mejor de cada uno.
Hare de ustedes diestros guerreros dignos de llevar el titulo de caballeros, capaces de portar las Serretas como tanto se le caracteriza a la realeza, de la forma mas agraciada, letal y eficiente posible. Su preparación tendrá lugar horvath's antes de retomar su educación académica en la escuela, cuarenta y cinco mekron's de calentamiento y un horvath de practica todos los delson's a partir de ahora...¿Quedo todo claro?-
Parando su andar, el teniente Vikram se detuvo frente a los tres infantes que yacían medio adormilados sosteniendo a duras penas su propio peso en una pose de atención. A la vista del mayor pareciera que en cualquier momento caerían al suelo dormidos.
-¡Atención!- Exclamo el teniente alzando la voz lo suficiente como para sacar de su ensoñación a los niños. -Esto no es un juego. Sus vidas literalmente dependen de lo bien que logren captar estas lecciones. Así que se animan para esto o no serán capaces de defenderse cuando algún idiota intente destruir sus núcleos.- No estaba molesto, solo eran niños que recién aprendían de la vida, pero no podía doblegarse. Si algo le había enseñado su trabajo es a imponer su presencia para que el resto de reclutas respetaran su palabra, tenia que ser igual con ellos. -Ya es hora que salgan de su burbuja-
Los niños medio se asustaron por el semblante firme del teniente pues en ningún momento llegaron a imaginarse en esta situación de regaño.
-Primero tendré que ver sus limites- Dijo mas que nada para si mismo. - Den tres vueltas al campo real.-
-¿Solo... tres?- Pregunto el mestizo con vergüenza
-¡Que fácil!- Exclamo Máximo levantando los brazos interrumpiendo.- ¡Nos vemos en la meta!- Y salió disparado obteniendo la delantera.
-¡Oye eso es injusto!- Se quejo el príncipe Arick empezando a correr detrás de el- ¡Vamos Kilian, ese soolian no nos puede ganar!-
-¡Ya voy, ya voy!-
-¡H-hey esperen. No es una carrera!- Grito Vikram viendo como los niños se alejaban- ¡Oigan!- Pero ya estaban demasiado lejos como para escucharlo. -Seklos y Gaylen.-
Algunos soldados y nuevos reclutas se rieron involuntariamente al ver como los niños pasaron del Teniente. Vikram solo los ignoro y se limito a observar a los infantes.
Veía un ligero potencial. En Maximo se dio cuenta que no era su primera vez haciendo ejercicio y que Sir Ferran en algún momento le abría enseñado lo mas básico, tenia buena resistencia y una velocidad decente. Arick corría sin regular su velocidad por lo que se tambaleaba continuamente, a pesar de haber nacido con sus cuatro brazos carecía de habilidad al correr y sincronizarlos. y por ultimo, Kilianus. El niño tenia velocidad, a pesar de haber salido ultimo logro alcanzar a Max, pero fue dejado rápidamente atrás por su falta de aguante, se cansaba muy rápido y le costaba seguir el ritmo. Con este ultimo Vikram debía tener especial cuidado, no conocía casi nada de su naturaleza hibrida y eso lo hacia prácticamente impredecible.
Después de un largo rato, los chicos llegaron exhaustos al punto de donde partieron, con las piernas temblorosas y la respiración agitada.
-¿No que seria fácil?- Interrogo Vikram de brazos cruzados con el seño fruncido. -Para la próxima esperen que termine de hablar.-
-E-entendido...- Respondieron los tres al unísono cayendo de bruces al suelo.
Vikram solo rodo los ojos y los ayudo a levantarse.
-Cuando corren su cabeza debe estar erguida y con la mirada al frente-Se puso de cuclillas y empezó a acomodarlos de la manera correcta -Sus hombros y sus cuellos deben estar relajados, si están tensos podrían perder el equilibrio. Sus brazos deben estar flexionados, en el caso de ustedes príncipes, brazos superiores ligeramente mas adelante que los inferiores, eso debería resultarles mas cómodo.-
-¡Si es cierto!- Grito el príncipe Arick dando vueltas al rededor del grupo. -Ya estoy listo ¡Hagamos otra carrera!-
Vikram solo necesito una mirada firme para que el príncipe guardara silencio y entendiera que no era el momento.
-Como iba diciendo, para correr adecuadamente, sus tobillos y sus pies deben impulsarles hacia adelante con potencia. Deben sentir como los músculos de la pierna los propulsan. También, recuerden que un buen aterrizaje es aquel que no hace mucho ruido al realizarse el impacto, sino aquel que es suave y flexible.- Termino de explicar poniéndose de pie y llamando a unos soldados para que les hicieran una demostración. -Esa es la manera correcta, ¿Entendieron?-
-Woao, no sabia que había tanta ciencia en algo tan simple como correr.- Dijo Maximo observando a los soldados y tratando de no olvidar el teniente dijo.
-Disculpe, señor Vikram.- Llamo el mestizo. -...¿Podría repetir lo que dijo?-
- jaja no se preocupe majestad, lo aprenderá con la practica.- Respondió jovial a la pregunta. -Ahora, tres vueltas mas.-
-¡¿A-ah?!-
<><><><><><><>
-Son tan tiernos-
-La están pasando mal Princesse-
-Pero siguen viéndose adorables, perfectos hasta en los momentos mas difíciles-
Los reyes se encontraban en lo mas alto del palacio observando como los niños recorrían los alrededores del patio real, casi arrastrándose del cansancio pero corriendo a fin de cuentas. La reina Aja, el rey Krel y Sir Ferran habían sido prácticamente vetados de estar presentes en las practicas de sus hijos, pues el lazo de dependencia que compartían ya debía ir desapareciendo. El teniente había dado ordenes muy claras y nadie estaba dispuesto a llevarle la contraria.
-¿En que momento accedí a esto?- Se pregunto Krel con preocupación observando como su niño caía por cuarta vez. -Soy un idiota.-
-Que novedad- Se burlo Aja -Tranquilo hermanito, estarán bien ¿O es que acaso ya olvidaste tu propio entrenamiento?-
-¿Como olvidarlo?, si fueron los peores parson's de mi vida- Respondió con un escalofrió recorriendo su columna- Varvatos no tenia piedad.-
-¡Exacto! Vex a veces se sobrepasaba... ¡Pero eso fue bueno! Aprendiste a defenderte ¿No?-
-Si...?-
-Y sigues vivo- Continuo Aja.
-Si, pero muerto por dentro-
-Que dramático- Se rio Ferran.
Aja se golpeo la frente y con la paciencia que no la caracterizaba siguió con su sermón.
-El punto es que los niños no serán masacrados como nosotros hace Kelton's, Krel. Por eso tienen a Vikram, el les ensañara con calma y sin tantas "Muertes gloriosas" jajaja-
- ...Supongo que tienes razón- Respondió aun desconfiado sin apartar la mirada de su hijo.
-Claro que la tiene, no por nada fue la alumna estrella del gran Varvatos Vex. ¿Mmmh?- Menciono Ferran presuntuoso mirando a ambos hermanos.
-Lo se, lo se. Soy fantástica.- Le siguió Aja alzando los brazos como si estuviera recibiendo ovaciones de alguna parte.
-...Me sorprende lo relajada que estas con todo esto Aja-
-No tengo porque preocuparme, hermanito- Respondió Aja recobrando la compostura- Se que Vikram hará un buen trabajo y que Arick será capaz de sobrellevarlo. Estoy tranquila por eso.-
Con la confianza que tanto lo caracteriza, Ferran se acerco al joven rey y le sujeto de los hombros para darle ánimos. No eran tan cercanos como a Ferran le gustaría, pero eso no le impediría el intentar ayudarlo a calmar sus inseguridades.
-Cher ami, debes tener mas confianza en tu hijo, tener la seguridad que podrá lograr todo que se proponga y apoyarlo... Si tu no lo haces ¿Quién mas sino?-
<><><><><><><>
-¿No podemos faltar?- Pregunto Arick exhausto a mas no poder arrastrando los pies mientras caminaba. -Me duele todooo, solo por esta vez ¿Siii?-
-Lo siento majestad, los reyes fueron muy claros con esto de retomar su educación- Respondió Vikram liderando el camino a la escuela junto a un sequito de soldados. -Debería estar mas alegre príncipe Arick, Maximo asistirá junto a ustedes a partir de ahora.-
-¿¡Enserio?! - Grito viendo directo al mencionado. -¿Y Se supone que eso debería alegrarme?-
-¡Oye!, soy un gran compañero por si no lo sabes- Le respondió Maximo indignado desde su posición.
-Yo juzgare eso- Contrataco Arick sacándole la lengua.
Vikram solo rodo los ojos y siguió caminando, esos niños tarde o temprano tendrían que aprender a llevarse bien, pues vivirían juntos a partir de ahora.
Después de un corto viaje lleno de discusiones e intentos de negociaciones fallidas (Por parte de Arick) para no asistir llegaron al centro educativo, bastantes de los padres presentes se desconcertaron al ver la cantidad exagerada de escoltas con los que venia la realeza, pero aun así solo se limitaron a dejarles su espacio y saludar con unas tenues reverencias.
- No puedo creer que ahora sea niñera- Se quejo casi entre risas el teniente. -Bueno, hora de irse altezas. -
- ¡Oh, tengo una idea!- Grito Arick - Te presentare a toodos mis amigos Max, ven vamos vamos. ¡Adiós tío Vikram!-
Kilianus al oír como su primo llamo al teniente no pudo ocultar su rostro de la vergüenza, iba a replicarle, pero Arick tomo de los brazos a Maximo y se lo llevo casi a rastras hacia dentro de la institución.
-...¿Tío?- Vikram no pudo evitar sonreír mientras pronunciaba esa palabra. Por un momento hasta se imagino ser llamado "papa" por el niño hibrido, inconscientemente volteo a donde se suponía debía estar el mestizo, pero este ya había huido dentro del colegio. Parece que estaba volando demasiado alto con eso de pertenecer a la familia real. -...Bueno, ya están al tanto. Centinelas en cada rincón del establecimiento, si llegan a percatarse de algún comportamiento extraño ya saben a quien reportarle. -
-¡Entendido, Teniente!-
<><><><><><><>
No habían pasado ni cinco mekron's y ya quería irse. No fue mucho el tiempo que estuvo fuera del colegio pero fue lo suficiente como para hacerlo olvidar de lo feo que era. Arick y Maximo lo habían abandonado y ahora vagaba solo y cansado por los pasillos, lo único que quería era llegar a su salón y echarse a dormir, correr toda la mañana lo había cansado y sinceramente tampoco es que tuviera muchas ganas de ver las detestables caras de sus compañeros.
-Que asco, sigues con vida-
Oh, también se había olvidado de eso.
-Parece que la noticia era demasiado buena para ser verdad, es una lastima.-
-Veo que me extrañaste, eso es muy tierno de tu parte Eris.-Respondió cansado parando su andar.
-¿Que? ¡No, que asco!- Grito el mencionado con repulsión haciendo una mueca exagerada de querer vomitar. -¡Vuelve a decir eso y te corto esos horribles cuernos!-
-Inténtalo, y los guardias de allá atrás te darán una paliza- Se defendió señalando en dirección a los soldados que el teniente Vikram había encargado para su seguridad. Sabia que no siempre estarían presentes, pero por lo menos ahora que tenia la posibilidad los usaría a su favor para siquiera tener un poco de paz.
El chico de carácter hostil no era tonto, así que con un bufido y dando zancadas fue alejandose del hibrido. -Parece que el Soolian de Claudec tenia razón, son todos unos cobardes.-E de decir que ganas de pelear no le faltaban pero ya seria en otro momento.
-¿Kilian? ¡Por Seklos, sigues vivo!- Se escucho casi como un chillido a sus espaldas.
Como una bala el pequeño y único amigo del hibrido se le lanzo en un abrazo, empujando en el proceso a un enojado Eris. No podía ser, enserio... enserio Zarif se preocupo por el?. Como mejor pudo se dio la vuelta y algo nervioso recibió el dulce gesto.
-Creí que ya no volvería a verte... - Comenzó a sentir su hombro húmedo. -Pensé... pensé que había perdido a mi único amigo.-
Parece que después de todo... si había esperanza.
-Tengo que contarte tantas cosas...- Le respondió con melancolía ocultando su rostro en el cabello celestino.
Los sentimientos eran raros, incapaces de ser entendidos pero culpables de todas nuestras penas y glorias. Un caos total, un instante responsables de un vacío inexplicable... Y al rato causantes de las mas grandes ilusiones.
Sea como sea, pese a quien le pese, son esas sensaciones las que nos mantienen despiertos y ansiosos de mas, de que en algún momento todo pueda mejorar y comencemos a sentir esa tierna melancolía sin tanta lastima y pena.
No se molesto en prestarle atención a la clase o a esos comentarios despectivos sobre su ser, ahora lo único que le importaba era cerrar los ojos y descansar con el suave tacto de su amigo sobre el espacio entre sus cuernos.
-----------------------------
No hay excusa por haber estado ausente tanto tiempo, lo único que puedo decir es "Perdón y gracias" para quienes aun tengan interés en esto. Intentare escribir mas a menudo con tal de no volver a abandonar la historia por meses, lo juro csmr.
_Portada (que apropósito, volveré a cambiar porque ya dejo de gustarme esta.)
Y pues nada, les dejo unos dibujos que hice en este tiempo muerto. Si les gusta lo que hago pueden pasarse por mi Instagram (el enlace esta en mi perfil) donde paro activa 24/7 y tal vez les llegue a gustar algo de ahí.
"¿Quien soy?... Soy patetico"
Krel Kardashian
Con el tiempo iré mejorando y podre traerles mas calidad en cada capitulo. Gracias si es que han llegado hasta aquí. Sus votos y comentarios me dan la vida, nos leemos en cinco meses bai.🌻
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top