• CAPÍTULO 3 •
Un tarareo sale de los labios de Gun mientras lee el informe en sus manos. Observa algunas fotos de Joss, y lo mira con algo de lastima.
—Es tan lindo y tan estúpido. —Toma una de las fotos en sus manos. En ella se ve a Joss, vestido de negro con una sudadera y una mascarilla del mismo color. Está en un callejón cerca de algún bar, en su mano un pequeño paquete, y detrás de él, uno de los vendedores de Mike.
Gun empieza a idear un plan para acabarlo. Puede sonar cruel, pero dejar a ese joven en las calles puede hacer daño a personas inocentes, como la chica muerta por su ineptitud.
Recuerda ese momento en el que arrebató una vida por primera vez. Fue hace unos cuatro años. Gun y Gulf paseaban por el centro comercial, divirtiéndose y comprando algunas cosas. Al salir, ya se había hecho tarde. Dos guardaespaldas los esperaban en el auto de Gulf.
Emprendieron el camino a casa y saliendo de la ciudad, un auto negro se les atravesó.
Tras unos segundos, se había formado un gran intercambio de balas, entre los hombres del auto negro y los dos hombres de Mike. Gun y Gulf seguían ocultos detrás de su auto. Uno de los dos chicos que los protegían cayó a su lado sin vida y el otro fue herido en el hombro.
De los hombres del carro negro aún quedaban dos. Gun tomó el arma del guardaespaldas caído en sus temblorosas manos. Era uno de los mejores en el campo de tiro y Tay siempre lo felicitaba por eso. Hizo señas al otro hombre y empezaron a disparar. Gun apuntó a la cabeza de uno de los hombres y sabía que había atinado aun antes de ver el cuerpo caer.
Sus manos seguían apretando el arma y Gulf corrió a abrazarlo. El guardaespaldas se había encargado del otro hombre. A los pocos segundos llegaron Tay y otros hombres. Llevaron a Gun y Gulf a la casa y limpiaron todo el desastre.
Los atacantes, al parecer, eran hombres de Max, el líder de una gran pandilla que siempre ha querido todo el poder que tiene Mike.
Al llegar a casa esa noche Gun todavía temblaba, pero no se sentía mal, ni culpable. Quitó una vida, pero no lo hizo por gusto sino por necesidad. Por defender su vida y la de su amigo. Además, la persona a la que mató era un asesino cruel que había sido enviado a matarlo a él.
Hoy en día, mas de cincuenta vidas se han apagado bajo sus manos, todas, menos una, merecedoras de su destino. Y pronto, Joss se uniría a esa lista.
Debe empezar el plan cuanto antes. Lo primero que hace es cambiarse de ropa. Para lo que va a hacer, no necesita verse tan adorable. Cambia su suéter azul por una camisa negra de manga larga y semi ajustada y mantiene su pantalón negro. Se pone unas botas negras estilo militar y una chaqueta de cuero del mismo color. Desordena un poco su cabello y se ve mucho mejor. El chico tierno de la mañana ya desapareció. Este Gun se ve sexy y letal desde todos sus ángulos.
Baja las escaleras, pasa por la cocina, donde saluda a Toptap, y sigue su camino hacia el garaje. El garaje de la casa principal solo tiene cuatro autos. El de Mike donde siempre van Bright y Win, el de Toptap, que también es usado por Mew y Gulf, el de Tay y el de Gun y la casa de los guardias tiene otros dos autos.
Al principio, Mew y Gulf tenían un auto para su uso. Pero Gulf lo estrelló, y casi muere. Desde entonces, Gulf nunca conduce. Siempre sale de casa con Mew o con Gun, o en su defecto, usa el carro de Toptap conducido por alguno de los hombres de Tay, aunque raramente sale.
En la pared del garaje hay un lindo estante de vidrio templado, que contiene las cuatro llaves, y está protegido por un pequeño panel de seguridad que solo abre con un código que saben todos en la casa menos Gulf. Aunque esto fue a petición del propio Gulf, quien dijo que no quiere tentarse a volver a conducir nunca.
Gun introduce la contraseña de seis dígitos y tras un leve pitido, abre la puertita y saca su llave. Su auto es un Sedan Negro deportivo, idéntico al de Tay.
Abre el garaje con un mando a distancia. Earth, el guardia que esta hoy en la puerta lo ve y lo saluda. Gun solo le sonríe y sale de la casa, tomando la carretera a mucha velocidad. Earth solo mueve un poco la cabeza y se encarga de cerrar la entrada de la casa, mientras el garaje se cierra solo de forma automática.
Una de las cosas que tiene Mike es que ama la tecnología, y utiliza lo mejor en la casa.
Dentro del auto, Gun conecta su celular al sistema de sonido del auto, y le ordena marcar un número.
—¿Ya saliste de la casa? — La voz que contesta le hace sonreír. Si a Gun le preguntan quién es su persona favorita, sin dudarlo daría su nombre.
—Si. ¿Lograste averiguar lo que te pedí?
—Se llama Ohm Pawat. Es de los nuestros.
—Si es un vendedor de P'Mike ¿por qué le vendió esa droga a Joss? P'Mike ordenó no venderle más a Joss.
—Mi lindo niño, años en este negocio y ¿aun te sorprende la ambición de algunos? Dinero. Ya Mike decidió que hacer con Ohm, solo espero tu orden para proseguir.
—Deja que Joss le compre de nuevo. Pero no le comprará droga esta vez.
—¿A qué te refieres, Gunnie?
—Tay, soy Gunnie en la casa, cuando jugamos, cuando hacemos deberes, cuando estamos con Gulf. Encuentro muy raro que me digas Gunnie mientras planeamos como matar a alguien. —La risa de Tay se escucha a través del altavoz. — Y mi plan es muy sencillo. Joss no se ha acostado con ninguna de sus víctimas. Usa la droga antes de que pase algo. Si él cree que tiene droga, continuara con sus planes, y cuando este el hotel, y vea que la droga no hizo efecto, inventara cualquier excusa para librarse de su víctima de hoy. Justo en el momento en que se quede solo, saldré de mi escondite y se habrá acabado todo.
—¿Como?
—Una bala en el cerebro. Ni siquiera me va a sentir antes de morir.
El silencio repentino de Tay alarma a Gun. Es un muy buen plan. Estudió lo suficiente el comportamiento de Joss, y sabe que eso es lo que hará. Justo antes de preguntar si hay algo mal, Tay retoma la conversación.
—Escucha Gun. Debes marcarlo. No será anónimo. Todos deben enterarse que fue P'Mike quien lo ordenó. Eso me dijo antes de salir hoy. Es que, al parecer, Joss está involucrado de alguna manera con Max.
Gun golpea el volante con ira. Solo escuchar el nombre de Max logra arruinarle su día por completo.
—Escucha Tay. Si ese idiota esta con Max, le hare agonizar antes de que la luz desaparezca de sus ojos. — Gun aprieta su puño con fuerza. Decir que odia a Max es poco. Ha estado investigando y practicando las mejores formas de torturas para poner en práctica el día que se enfrente a Max.
Gun tiene dos formas de matar. La primera, simplemente es matar. Una muerte rápida, que por lo general es un disparo a la cabeza. Antes de notarlo, ya están recogiendo al cadáver.
La segunda forma es su especialidad. Y es la razón por la que estudia medicina.
Conoce a la perfección el cuerpo humano. Sabe dónde infligir mayor dolor y menor daño. Como dejar inmóvil a una persona, pero con un dolor infinito. Aun así, sus torturas nunca duran más de una hora.
A menos que sea un caso especial. Y Max será un caso especial.
—Gun. Todo está listo. Tenemos hombres en el bar y en el hotel. Y estaré con Ohm hasta que le dé la falsa droga a Joss. Entonces, me desharé de Ohm mientras tu acabas con Joss. Nos vemos donde siempre y luego vamos por un helado.
Gun no puede evitar reírse a carcajadas.
—Sonó como el mejor plan del mundo hasta que mencionaste el helado. Eres un psicópata.
—Gunnie, ambos lo merecen.
—Lo sé. — La llamada finaliza y una sonrisa bastante cruel atraviesa el rostro de Gun. Saber que acabará con un hombre de Max le alegra y mucho. Ese bastardo debe pagar lo que ha hecho. Por hacerle daño a Max, Gun incluso hizo algo que jamás imagino. Matar un inocente.
Es consciente de que la novia de Max no tenía nada que ver con los negocios ilegales de él. Pero así es el mundo. Ojo por ojo, diente por diente.
Así, ella se convirtió en su segunda víctima mortal, y su primer y única víctima inocente.
Y solo debe recordar el cuerpo de Oab, tirado al lado de Gulf, mientras el hombro de Earth sangraba y él tomaba el arma de su mano fría para dispararle al hombre que lo mató.
Con esa imagen mental, siguió conduciendo hasta el centro de la cuidad, donde estaban el bar y hotel que eran frecuentados por Joss, esperando el momento para actuar.
Un par de horas después, su teléfono vuelve a sonar.
—La droga falsa está en manos de Joss.
Solo una frase, no necesitaba más y sabía que Tay estaría ocupado en su parte del plan. Matar a Joss debía ser cuidadosamente planeado y ahora entendía el porqué.
Si Joss era hombre de Max, tendría que hacer las cosas perfectamente bien. Sin derecho a equivocarse. Por algo Mike le pidió saltarse al día de universidad. A él solo le dan los trabajos más complicados.
Los hombres de Max nunca estaban completamente solos. No sabía hasta qué punto estaba metido Joss con Max, pero si Tay decía que tenían nexos, seguro era bastante. Si lo mataban en un callejón, o en un lugar así, probablemente, estén en una emboscada antes de darse cuenta. Esa es la razón por la que Tay no lo mató cuando fue a comprarle la droga a Ohm.
Quien acabe con él debe ser invisible, y debe ser en un lugar donde definitivamente nadie espere que sucederá.
Por eso es Gun el indicado. No habrá nada, ni nadie que lo vea en ese hotel. Entrará como el viento más ligero y arrasará como el huracán mas feroz.
Acomoda su arma y sus navajas en la chaqueta. Se pone su tapabocas y estaciona el carro a un par de cuadras del lugar.
Camina entre las sombras, usando su característico sigilo. Entra al bar donde estará Joss, y se sienta en una mesa privada al fondo del lugar, perfectamente cubierto por la oscuridad y las sombras del sitio.
Varios minutos más tarde entra Joss. Pide algo en la barra, y muy disimuladamente, vierte el contenido de un pequeño sobre blanco en la bebida. De inmediato, Gun recibe un texto en el celular.
"Whisky doble en las rocas"
—Por lo menos ordenó una bebida decente. — Susurra Gun antes de devolver el celular a su bolsillo.
Entonces Joss recibe una llamada y se pone de pie. Hace señas a un chico alto y muy guapo que está a unos pocos pasos de él. Y se sientan juntos en la barra. Joss le ofrece la bebida y el chico se la toma.
Un par de minutos después, están saliendo del lugar y Gun ya ha desaparecido del Bar.
Conociendo perfectamente el comportamiento de Joss, Gun sabe que es su costumbre llevar a la víctima al hotel mientras la droga hace efecto. Así, levantará menos sospechas.
El hotel al que llegan es uno bastante sencillo. En esa zona de la ciudad es normal encontrar esos sitios. Pero la ausencia de lujos es una ventaja, porque también hay ausencia de cámaras y seguridad.
Cuando Joss pisa el hotel, ya Gun se encuentra en las escaleras de emergencia. Segundos después, su celular vuelve a vibrar.
"Habitación 603"
Sube de rapidez hasta el sexto piso, y entra en la habitación asignada mucho antes de que Joss alcance el pasillo principal.
Se oculta en los ductos de aire de la habitación, a milésimas de segundo de que la puerta sea abierta.
—Yo... N-no estoy seguro de esto. —La voz tartamudeando le dice a Gun que el acompañante de Joss no es ningún experto en salidas nocturnas.
Se asoma un poco por la rejilla de ventilación y logra verlos. Nota la cara preocupada de Joss. A estas horas, el chico debería estar más que drogado.
—Tal vez, sea mejor tomarnos otro trago, Off. Así entramos más en confianza.
Joss habla con voz seductora y tocando ligeramente el pecho del otro chico.
Gun presta atención al joven a quien Joss llamó Off. Ve que es alto y bien apuesto. Además, se nota por su ropa y accesorios que debe tener mucho dinero.
Joss va al minibar de la habitación y prepara un par de tragos. De espalda a Off, abre otro sobre y diluye su contenido. Gun lo ve con furia. Si eso fuera droga real, el pobre chico ya estuviera más que noqueado. Y Joss no duda en darle otra dosis.
Después de otros dos tragos y unos quince minutos más, Joss empieza a impacientarse. Ya sabe que, por alguna razón, la droga no está haciendo efecto. Ahora, Gun sabe qué hará una de dos cosas.
La más probable, obligara al chico a irse de alguna manera. Gun cree que esto es lo más lógico teniendo en cuenta los comportamientos previos de Joss.
La segunda opción, es que él se retire y deje al chico tirado. Y aunque Gun considera que esto no está de acuerdo al patrón de comportamiento de Joss, tiene un plan B, por si acaso.
De repente, Joss empieza a seducir fuertemente a Off. Gun ya sabe lo que se propone. Ese chico se ha comportado extremadamente tímido. Y ese ataque repentino lo asustará... Un grito interrumpe el hilo de pensamiento de Gun.
—No... Aléjate... Espera...
Eso es justo lo que él estaba buscando. Joss se retira aparentando asombro.
—Lo siento, Lo siento. — Dice Joss con fingida culpa — Creo que lo mejor es que te vayas. Lo siento mucho.
Gun sonríe con suficiencia. Sucedió tal cual como el lo predijo. Hombres con el comportamiento de Joss tienen la desventaja de ser demasiado obvios.
El chico mira a Joss con una mirada atónita. De repente, una mirada de decepción y dolor cruzo su rostro.
—Lo lamento por todo.
El chico tomo la chaqueta que ya se había quitado y salió corriendo del lugar. Joss se levantó de la cama y pateó el suelo con fuerza. Se asomó al balcón buscando aire fresco para reducir la ira que corría por sus venas. Esa droga no es barata y perdió dos dosis hoy en un puto chico que no sirvió para nada.
Acaricio su cabello, y miro su reloj. Tal vez, aun no es demasiado tarde para atraer a algún chico de algún bar cercano, pero nada garantiza que sea adinerado como el que acaba de irse.
— ¡¡Mierda!! Max me va a matar si no reúno ese dinero.
— No será Max el que lo haga.
Al sentir la voz, Joss palideció. Un escalofrió recorrió su cuerpo y se giró con rapidez. En la cama que hace unos instantes estaba vacía, había un chico pequeño y delgado sentado, con las piernas cruzadas, vestido todo de negro y con un cubrebocas. Pero Joss lo reconoció como si llevara un gran letrero en su pecho con su nombre.
— Little Devil (Pequeño demonio).
—No sé porque siguen llamándome así. Yo prefiero que me digan Gun.
—¿Q-que haces aquí?
—¿Qué haces tú aquí, Joss?
Gun se levantó de un salto y dio un par de pasos hacia Joss, que permanecía callado e inmóvil.
—Ahora, no tiene voz.
—Yo no me he metido con Mike. —Aunque su voz era gruesa, sonó temblorosa y desesperada. El chico delante suyo era varios centímetros más bajo y mucho más delgado, pero Joss sabía que era inútil luchar contra él. Tenía dos opciones, rogar por su vida o morir con dignidad.
La fama del pequeño demonio, el asesino más preciso que tiene Mike, era bien conocida en el bajo mundo. Si tenías suerte te enfrentabas a una muerte rápida. Pero Joss estaba seguro que hoy su suerte estaba muy por debajo del suelo.
Tragó y lo miró suplicante. Gun ahora estaba mucho más cerca y sostenía una pequeña navaja de unos diez centímetros de longitud en su mano izquierda. Y una pistola claramente con silenciador en su mano derecha.
—Vamos a ver — La voz suave y dulce de Gun no hacía más que estremecer a Joss. Esa voz melódica hacia que todo lo que decía sonara mucho más sádico. — Un hermoso agujero de bala se vería muy lindo en tu frente, pero sería muy fácil.
Gun guardo el arma en su cinturón. Una capa de sudor frio recorría la frente de Joss
— Por fa... — La patada que Joss recibió justo en su cara, silenció sus palabras y lo arrojó al suelo.
Gun golpeo un par de veces más sus costillas y su entrepierna, causando una expresión de miedo y dolor en Joss, que intentaba reprimir un grito.
Con gran presteza, el pequeño doncel, levantó a Joss por el cuello y lo arrojó a la cama, sentándose a horcajadas sobre él, dominando por completo su cuerpo. Sus rodillas presionaron sus brazos contra el suave colchón que sería testigo de una sanguinaria muerte.
Gun acaricio el rostro de Joss con la navaja. En ese momento, su celular vibró. Gun pensó inmediatamente en Tay. Muy seguramente, lo estaba llamando para reportarle que había concluido con su parte del plan. Pero Gun quería disfrutar esto.
La expresión de terror, las lágrimas y los sollozos de Joss, alimentaban su alma.
—Querido Joss. ¿Te suena el nombre de Max?
—S-sí. —Gun coloco la navaja en los labios de Joss.
—Shhh. Solo asiente. Me molesta tu voz. Aunque, si me deshago de tu lengua, acabaría con ese problema.
—No, por favor, hare lo que quieras.
—Quiero que te calles. — Joss no vio venir el golpe hacia su ojo. Pero sí que lo sintió. El maldito pequeño era más fuerte y rápido que lo que decían los rumores.
Presa del pánico se removió bajo Gun, pero fue inútil. Entonces, ambos escucharon el sonido de la puerta. Y con gran agilidad, Gun escondió su rostro en el cuello de Joss y le susurró al oído.
—Si no quieres que entierre esta navaja en tu cuello de inmediato, sígueme la corriente.
En la puerta, un muy asombrado Off veía la razón por la que lo habían corrido hace menos de diez minutos de esa habitación. Pero lo que hizo que su corazón se hundiera no fue ver a Joss disfrutando de la compañía de otro chico.
Ese chico sobre Joss... Off reconocería esa espalda... Ese trasero. Ese cabello hermoso... Era el, sin ninguna duda.
Gun y Joss voltearon hacia Off, aparentando asombro. Gun esperaba que el chico huyera lejos al ver la escena. Quien sabe porque mierda había regresado, y más, si tenía tantos hombres abajo ¿Por qué no le habían avisado?
—Eres tu... el chico misterioso que estudia medicina.
El color se fue del rostro de Gun. ¿Cómo carajos lo habían reconocido? Aun no se quitaba el cubrebocas y lo que más lo molestaba es que, después de haber sido visto, ya no podría matar a Joss.
—¿Quién eres tú? Tratamos de tener sexo aquí.
Gun no sabe porque el rostro de Off se oscureció tanto. Pero tenía tanta ira que estaba considerando acabar con el chico para poder matar a gusto a Joss.
Pasaron unos largos treinta segundos en los que Off no se movía y la navaja escondida presionaba cada vez más el cuello de Joss. Todo se había ido derechito a la mierda.
En ese momento, Tay apareció en la puerta de la habitación.
—Gun, bájate de Joss. Nos vamos. Lamento que así sea nuestra despedida, Joss. Gracias por avisarnos que te vas hoy mismo de la ciudad. Y que pesar que no regresaras pronto. Pero no te preocupes, en cuanto vuelvas, no encontraremos contigo.
La amenaza en la voz amigable de Tay era más que clara. Joss sonrió y asistió. De alguna estúpida manera, se salvó y todo era gracias al Nerd que aún estaba parado mirando perplejo hacia Little Devil.
El doncel se levantó de la cama, rojo de la ira. Entonces, miró a Joss y le hizo una seña de adiós.
—Espero vernos pronto, Joss querido.
Luego, él y Tay desaparecieron por el pasillo mientras Joss reía con fuerza y Off seguía parado como una estatua en la puerta, pensando en cómo ese chico podría ser remotamente el lindo ángel que asiste a la universidad mensualmente. De pronto, logró salir del shock que acababa de tener y su mente formuló un único interrogante.
—¿Alguien me explica que acaba de pasar?
Hola mis amores..
Lamento la tardanza...
Tuve algunos problemitas, pero aquí esta el capítulo. Les cuento que en esta historia Joss será muy importante. Además, tiene mas vidas que un gato.
Los quiero
Bye Bye,
Keith Kim 🦋🖤
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