Oliver es un joven de quince años que era muy dedicado en los estudios, de hecho, era uno de los mejores estudiantes de la escuela. Cualquiera diría que es un gran logro y que sus padres deben de estar orgullosos de él, pero en su caso la historia es muy diferente.

El nació cuando sus padres eran jóvenes universitarios de lo cual esto ha sido un gran tropiezo en el futuro de ambos y sobre todo de que sus familias quedaran decepcionadas de ambos provocando de sacarlos de sus vidas permanentemente y eso pues eso en un principio entristeció a la relación en un principio y habían jurado "quererlo" pero con el paso del tiempo ambos padres se estaban llenando de amargura, enojo, frustración y rencor por Oliver. Por ello el no había tenido una infancia feliz porque la mayor parte del tiempo se la pasaba encerrado en su cuarto ya que los mayores no le permitían salir, apenas tenía juguetes, ni nunca ha recibido un beso de su madre, un abrazo de su padre, y hubo ocasiones de que el preguntaba por sus abuelos, pero lo único que recibía era fuertes regaños y golpes por el hecho de ser "entrometido".

A lo largo de su vida escolar, Oliver nunca pudo hacer amigo porque era muy tímido, y nunca ha sido invitado a jugar o en alguna fiesta de cumpleaños por parte de sus compañeros porque lo excluían por ser "raro" y de verdad eso le afectaba mucho en su autoestima, enserio trataba de socializar, pero de parte de sus compañeros recibía miradas de desagrado, de asco y sobre todo de molestia. Además recibía horribles sobrenombres como "llorón", "marica", "fenómeno" y sobre todo lo llegaron a llamar "perra".

Ahora Oliver se encontraba en su habitación realizando sus tareas, pero sentía un fuerte nudo en la garganta y estaba aguantando las ganas de llorar porque de costumbre ha tenido un horrible día en la escuela lleno de insultos, golpes e intimidaciones. El anterior le había comentado de esto a sus padres, pero estos lo regañaron por ser débil y que debiera comportarse como hombre para enfrentarse a sus semejantes. Él no podía porque primera, Oliver él no era capaz de querer darles sufrimiento a sus compañeros como ellos le hacen a él y en segunda el solo quería tener una vida más tranquila, sin nada de dolor.

Al terminar las tareas fue a sentarse a lado de la ventana de su cuarto porque ahí a la vista había un parque enfrente en donde podía ver a muchos niños pequeños que estaban jugando y también que había padres que estaban ahí con ellos riendo mientras tenía un buen momento en familia y de verdad eso hubiera querido Oliver de pequeño, sentir esa calidez y esa alegría.

Abrazo sus rodillas y de ahí comenzó a soltar algunas lágrimas mientras que estaba soltando en llanto y tenía suerte de que sus padres no se encontraran en casa porque de verdad necesitaba desahogarse ante esto que estaba sintiendo.

Mas tarde salió de su cuarto para ir al sótano porque ahí había algunos cuentos que sus padres tenían guardados, además él se relajaba leyendo, pero se había terminado los libros que tenía en su cuarto.

Subió hasta el último piso para luego llegar ahí. Era un lugar frio y oscuro por lo cual le daba un poco de escalofríos y de verdad, pero estaba enfocado de poder encontrar los libros, en eso los vio en una caja que por cierto eran poco estaba bien con eso, pero en eso vio una caja distinta de la cual tuvo curiosidad en ver su contenido.

Adentro había pocas cosas de bebe, en ella encontró chupetes, una manta y un viejo oso de peluche, y eso pues lo dejo un poco sorprendido así que tomo la caja que por cierto era muy liviana, para luego llevársela a su cuarto.

Entonces cuando volvió a encerrarse en su cuarto, guardo los cuentos en un cajón mientras que en la caja la había puesto bajo su cama, pero había sacado el peluche ya que le provocaba ciertas emociones que no sabría como describirlas ahora, pero lo que detono fue cuando lo abrazo contra su pecho y sintió cosquilleos por todo el cuerpo mientras se aferraba más a él junto con algunas lágrimas que salieron.

Por primera vez había sentido calidez y de verdad no podía separarse ante esto, era demasiado fuerte como para hacerlo y se sentía bien en abrazarlo, era como si tuviera un amigo con el que tuviera que desahogarse de todo su dolor y sus tristezas.

Sus padres cada ven que salían, ni siquiera se molestaban en ver si él estaba bien, si había comido, si había hecho las tareas, solo les preocupaban sus asuntos y solo de mala gana le pagaban la escuela a Oliver porque de perdida no quería que el fuera un inútil bueno para nada, según decían ellos, pero no se daban cuenta del daño que estaba sufriendo al tal grado de que la soledad se había vuelto su confidente.

Había llegado la noche y Oliver ya tenía puesta la pijama, sus padres ya habían vuelto desde hace una hora, pero de costumbre pasaron de largo en su puerta, ellos solo se dedicaban al trabajo y apenas pudieron terminar sus carreras de administradores, pudieron tener buenos puestos y ganaban bien, pero tenían la amargura de no haber disfrutado su juventud por su "querido hijo".

El menor estaba recostado en la cama volteando hacia la ventana mientras que sostenía el peluche, no quería separarse de esta sensación que lo tenía a salvo.