Capítulo10
Pasaron dos meses desde que Shen Jiu descubrió que su Da-ge, Yusheng, seguía vivo.
Dos meses en los que no habían ocurrido más asesinatos. Shen Jiu se lo atribuyó a que ahora tenían conocimiento de su apariencia física.
Bueno, al menos de su Da-ge. El otro hombre pudo mantener su rostro oculto.
Shen Jiu pensó que estarían planeando su próxima jugada, pues creía que aún había más involucrados en la masacre de su familia o aquellos que le hicieron daño a su Da-ge.
Shen Jiu quería salir a buscarlo, pero sabía no tenía sentido. Para empezar ¿Por dónde empezaría?
El mundo del cultivo los estaba buscando desesperadamente, pero como no había más cuerpos quemados, no tenían idea de a dónde ir. Según Mobei-Jun, lo más probable es que se estuvieran escondiendo en el Reino Demoníaco ya que ha estado bastante activo.
Desde la caída de Tianlang-Jun, varios demonios han tratado de tomar el control de todo el Reino.
No hace mucho un nuevo estandarte se alzó. Nadie sabe de quien es, pero ha logrado someter ya a varios clanes demoniacos.
Para un cultivador, ir a las tierras demoniacas en estos momentos era buscar la muerte y si su Da-ge se escondía ahí, era en efecto el lugar perfecto para no ser encontrado.
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Con la ayuda de Ning Yingying, Ming Fan e, incluso, Shan Qinghua pudo organizar las cosas con mayor rapidez.
Shang Qinghua era el único de los señores de Cumbre que sabía de las intenciones de Shen Qingqiu de dejar la secta. Incluso le recomendó que solo dejara una nota en la cabaña y se fuera sin decir palabra. Creía que, de no hacerlo de esa forma, Yue Qingyuan haría lo posible por retenerlo.
Shen Qingqiu sabía que tenía razón.
Desde que regresaron y Yue Qingyuan fue informado del altercado con los responsables, el líder se vio preocupado porque la información se diera a conocer a las demás sectas. Así que, en su estupidez, trató de mantener a Shen Qingqiu en su cumbre lo más posible.
Shen Qingqiu complació a Yue Qingyuan mientras lo mantenía en la ignorancia de sus planes por dejar la secta que nunca fue su hogar. Ni siquiera ahora que todos lo trataban con cierto respeto debido a aquella maldita culpa.
Todos ellos podían irse a la mierda.
Al menos le reconocieron esta vez que le salvó la vida a Liu Qingge y no lo acusaron de estar coludiendo con los responsables.
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En ocasiones, Yue Qingyuan lo visitaría y sacaría el tema de lo que aquel hombre de negro hizo. Shen Jiu solo le respondería lo mismo una y otra vez. Que ellos tenían objetivos en específico y que lo que deberían de hacer es investigar a las víctimas para así poder ver el panorama completo.
Lo escucharon, pero duda que le hayan dado la debida importancia. El velo en sus ojos era demasiado grueso.
No podía decirles que aquel joven era su Da-ge, por ende, confesar que aquellos a quienes mató estaban involucrados tanto en la masacre de su familia, como en el posible encierro de su Da-ge. Solo les estaría dando razones para que pensaran que estaba involucrado.
No importaba. El día en el que dejaría la secta estaba cerca y entonces, solo entonces, se dedicará a buscar a su Da-ge o al hombre de negro, con la disposición de ayudarles en lo que sea que hayan planeado sin importarle al final ser visto como un traidor por el mundo de la cultivación.
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Tres años...
Pasaron tres años desde que Shang Qinghua 'desapareció' en una misión. Shen Qingqiu le había aconsejado que se fuera de la secta lo antes posible.
Aunque el maestro de cumbre de An Ding había sido capaz de cubrir sus lazos con el demonio de hielo, la sospecha en los ojos de sus demás hermanos marciales comenzaba a aparecer. Todo porque alguien esparció el 'rumor' de haber visto a Shang Qinghua reunirse con un demonio a las afueras de Cang Qiong.
Shen Qingqiu sabía que no había sido un descuido. Debió ser por alguno de los espías que Huan Hua tenía en todos lados. Incluso sospechaba que había alguno entre ellos. Probablemente, alguno de los maestros de Salón.
Aquello último era la única explicación para que el mundo de la cultivación se enterara que Shen Qingqiu compartía el mismo don que uno de los responsables de los asesinatos.
Se le demandó a Cang Qiong entregara al señor de cumbre de Qing Jing para ser cuestionado por el maestro del Palacio, pero sus hermanos marciales se negaron y defendieron diciendo que no pudo haber estado involucrado ya que Shen Qingqiu aun se estaba recuperando de una severa desviación de Qi cuando los asesinaros comenzaron.
Todos hablaron por él, por lo que Huan Hua y demás sectas lo dejaron en paz, pero Shen Qingqiu tenía el presentimiento de que no se rendirían. Pudo ver en los ojos de algunos de los cultivadores, en especial del maestro de palacio, un deseo egoísta. El mismo deseo que viese en los ojos de aquellos cultivadores que asesinaron a su familia.
Sospechaba que el maestro del Palacio también estuviese involucrado lo cual no le sorprendería en lo absoluto considerando lo que le hizo a su propia discípula y a Tianlang-Jun.
Por culpa de aquella revelación, Shen Qingqiu no pudo irse de la secta, siendo ahora un prisionero de su propia cumbre, según por su propia seguridad.
Ya era bastante malo que Yue Qingyuan lo tratara de mantener en la secta, pero ahora, con todos los señores de cumbre apoyando aquella decisión, ni siquiera podía dejar su cumbre. Así sería hasta que encontraran a los responsables y los llevaran ante la justicia, pero nada. Seguían sin hallar rastros de ellos.
Tal parece que aquella ocasión en que se los encontraron no fue más que un leve descuido provocado por el anciano de Huan Hua que no pudo mantenerse alejado de aquellas hierbas nacidas de los cuerpos de su familia.
Shen Qingqiu esperaba que las hierbas no hubiesen sufrido ningún daño. Quizá debió poner alguna barrera protectora antes de irse.
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No podía dejar de pensar en su Bestia. Desde que Qinghua se fue ya no tenía noticias de Luo Binghe.
Las protecciones alrededor de su cumbre tal parecen eran lo suficientemente fuertes como para impedir hasta la intrusión de Luo Binghe en sus sueños.
Era la única explicación por la que su Bestia no lo había visitado. Esperaba que todo estuviera bien con Luo Binghe.
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"Shen-shidi" como siempre, Yue Qingyuan iba a visitarlo, cargando con él algún obsequio como si eso pudiese aminorar la situación en la que se encontraba.
Los regalos no funcionaron antes, menos funcionarían ahora.
Shen Qingqiu no tenía muchas opciones más que dejarle entrar y compartir con él una taza de té.
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El silencio gobernaba aquella habitación donde dos señores de cumbre bebían té. Uno viéndose como siempre culpable, mientras el otro trataba de ignorarlo lo mejor posible.
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"¿Hay alguna noticia interesante?" Shen Qingqiu estaba tan recluido que no sabía nada de lo que pasaba en el mundo exterior. "Quizá sobre aquellos demonios peleando bajo el nuevo estandarte."
"Aun no tenemos idea de quien sea," Yue Qingyuan parecía complacido de que Shen Qingqiu hubiese iniciado la conversación, a su vez que se mostraba preocupado por la situación en el exterior. "Pero es obvio que se trata de alguien bastante poderoso. Sus demonios han sido capaces de tomar ya varios territorios en el Reino Demoniaco y también algunos pueblos en el Reino Humano."
"¿Y las demás sectas no han hecho nada?" Shen Qingqiu lo encontró bastante extraño.
"Apenas hace unas semanas que se atrevieron a atacar el Reino Humano." Ah, con que eso era. Sea quien sea el líder parece ser alguien capaz que no se deja llevar por el calor de la batalla, Planeando las cosas antes de tomar territorios.
No era un comportamiento común por parte de un demonio.
"Mañana se tiene planeado una reunión con las demás sectas para ver cómo proceder con la situación." Yue Qingyuan terminó por decir.
"Y estoy invitado a esa reunión o ¿se me seguirá manteniendo encerrado en mi cumbre?"
La mirada llena de culpa que recibió Shen Qingqiu, como siempre, se hizo aún más presente. Lo odiaba, siempre lo hizo.
Al final no le importaría si le dijera que no podría ir. Shen Qingqiu no quería estar cerca de esos cultivadores, en especial del maestro del palacio.
"Lo siento, Shen-shidi". Siempre con sus disculpas. Al menos ahora sabía el por qué era y hasta cierto punto lo podía entender.
"No importa." Shen Qingqiu se pone de pie para luego dirigirse a la puerta. "Es tiempo de que te vayas."
Aunque renuente, Yue Qingyuan se levantó de su asiento pareciendo un perro con la cola entre las patas que había sido regañado por su amo.
Ya afuera, Yue Qingyuan volteó hacia Shen para decirle algo, pero este le cerró la puerta en la cara.
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Los señores de cumbre, con excepción de Shen QIngqiu y Liu Qingge, se dirigieron temprano al palacio Huan Hua para hablar sobre las estrategias a tomar con respecto a la invasión demoniaca.
Cierto era estúpido no llevar a su estratega, pero a como estaban las cosas, Yue Qingyuan temía que las demás sectas intentaran retener a Shen Qingqiu lo que llevaría a un enfrentamiento. Era algo que no podía permitir que pasara, en especial con la situación actual.
En su lugar iría Ming Fan. Sería una buena práctica para el discípulo principal de Qing Jing, en quien confiaba haría un excelente trabajo.
Shen Qingqiu miró como los señores de cumbre dejaban Cang Qiong volando en sus espadas mientras se encontraba sobre el puente arcoíris, a unos centímetros de la barrera que no le permitía salir.
"¿Qué es lo que quieres?" Shen Qingqiu escupió, sitniendo la mirada de Liu Qingge en su persona.
Liu Qingge abrió y cerró la boca al no tener idea de qué podría decirle a su shixiong. Aunque sabía que era para su protección, no encontraba justo tratar a Shen Qingqiu de esa manera. Si él estuviese en su lugar se volvería loco por no poder salir a sus cacerías nocturnas.
"Quería saber si este shidi podría traerte algo". Solo podía ofrecerse a ser el chico de los mandados. No podía sacar a Shen Qingqiu de la barrera, aunque quisiera ya que fue puesta por Yue Qingyuan.
¿Enserio no había nada más que pudiese hacer por el hombre que le ha salvado la vida 3 veces?
"No necesito nada." Entrecerró los ojos con fastidio. Shen Qingqiu no volteo siquiera a mirarlo. Al contrario, terminó por darle la espalda y caminar hacia su casita de bambú.
Liu Qingge estiró su brazo hacia Shen Qingqiu como si quisiera detenerlo, pero solo se quedó ahí viendo como su shixiong se alejaba de él.
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Liu Qingge regresó a su cumbre, directo al área de entrenamiento. Se sentía frustrado y necesitaba ventilarse. Quizá si lo hacía podría surgir alguna idea para ayudar de alguna forma a Shen Qingqiu.
Nadie más que él se encontraba en el área de entrenamiento... o al menos, eso es lo que él pensó.
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Liu Qingge practicaba sus posturas, moviendo su espada de un lado a otro cuando de pronto una mano sostiene a Cheng Luan con facilidad y cuando dirige su mirada al responsable se topa con unos ojos carmesíes que le miraban con interés.
Liu Qingge logró liberar su espada de aquel agarre, dañando la mano del intruso. La sangre cubriendo a Cheng Luan.
"¿¡Quién eres!?" demandó Liu Qingge al hombre que se le veía bastante tranquilo. "¿¡Cómo entraste!?"
El hombre permaneció callado mientras lo analizaba con la mirada. Sus ojos yendo de arriba abajo poniéndole los nervios de punta al Dios de la Guerra de Bai Zhan.
Al no recibir respuesta, Liu Qingge se lanzó hacia él, su espada apuntando al pecho. Sea quien sea, era un invasor.
El hombre lo esquiva con facilidad.
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Después de más de 1 hora, Liu Qingge se dio cuenta que solo estaba jugando con él. Ni siquiera hizo por atacarle.
Cuando se volvió a lanzar a atacar, el hombre hizo un movimiento que lo hizo caer de cara contra el suelo. Cuando estaba a punto de levantarse, el hombre lo volteó rápidamente y se posicionó encima de él.
Tomó los brazos de Liu Qingge, sosteniéndolos por encima de la cabeza de éste y con sus rodillas sostuvo las piernas de Liu Qingge, dejándolo completamente a su merced.
"Pequeño cultivador, admito ha sido divertido, pero—" con una sonrisa amable, el extraño hombre le habla como si no acabara de entrar a la secta sin permiso, "necesito hacerte una pregunta."
Liu Qingge chasqueó su lengua ante el descaro de este hombre. Como si le fuera a dar respuestas de su secta.
¿Por qué otra razón estaría aquí?
"Shen Qingqiu"
Escuchar el nombre de su shixiong salir de los labios de aquel hombre, no podía ser algo bueno.
"¿¡Qué quieres con él!?" gritó Liu Qingge al hombre que se mantenía encima de él imperturbable por su reacción. "Si te atreves a hacerle daño voy a—"
Las palabras se atoraron en la garganta de Liu Qingge al ver en el rostro del hombre una expresión llena de ternura, haciéndole ver como alguien totalmente inocente.
"Te importa mucho." No fue una pregunta, aun así, Liu Qingge asintió. "Te salvó la vida, se lo debes."
"¿Cómo sabes—?" de nuevo no pudo terminar de hablar.
El hombre acercó su rostro al de Liu Qingge quien podía sentir su cálida respiración rozando su piel. Largos dedos comenzaron a rosar su lunar justo debajo de su ojo.
Liu Qingge apenas pudo notar una mariposa blanca revoloteando cerca de su cabeza, desprendiendo un dulce aroma que comenzaba a embriagar sus sentidos.
El hombre luego acercó su nariz al cuello de Liu Qingge apenas rosando su piel, respirando sobre él, provocando el cuerpo del Dios de la Guerra se estremeciera.
"Pequeño cultivador" el hombre susurró en el cuello de Liu Qingge. "¿Quieres ayudar a Shen Qingqiu?"
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Para ese momento el hombre, Xie Yan, había dejado de sujetar las manos de Liu Qingge así como sus piernas habiendo acomodado una pierna entre ellas, presionando levemente su ingle.
"... Si..." Liu Qingge jadeo perdido en un deseo inexplicable.
Su cuerpo reaccionando al trato de Xie Yan quien mordió ligeramente su cuello y luego lamio tiernamente la marca que le había dejado, provocando un leve gemido de Liu Qingge cuyo corazón aceleraba. Nunca había experimentado algo así.
Xie Yan mordió el lóbulo de la oreja de Liu Qingge antes de susurrarle al oído. "Vayamos con él. Vayamos ayudar a Shen Qingqiu."
Y ahí, tirado en el suelo, Liu Qingge recibió su primer beso. Casto al principio, pero luego sintió una lengua invadir su boca, explorando delicadamente cada rincón de ésta acompañado de un ligero sabor metálico.
Liu Qingge tenía la mirada perdida por el deseo que este hombre desconocido provocaba en él. Incapaz de pensar, incapaz de luchar. Solo quería que ese momento durara para siempre.
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Xie Yan le ayuda a levantarse y hace lo guíe hasta la cumbre Qing Jing.
Si bien sabía cómo llegar a Qing Jing, Xie Yan necesitaba la sangre de uno de los señores de cumbre para poder romper la barrera. No importaba quien la hubiese erigido.
La barrera reconocía a los señores de cumbre para que estos pudiesen entrar y salir con facilidad con excepción de Shen Qingqiu.
Sin nadie cerca, Xie Yan mordió el cuello de Liu Qingge lo suficiente para hacerle sangrar, provocando un gemido que hubiera sido audible si no le hubiese tapado la boca. Una vez obtuvo lo necesario la herida en el cuello de Liu Qingge, quien parecía estar en un trance, se cerró en instantes.
Xie Yan escupió la sangre en su mano y en ella invocó otra mariposa blanca, pero adornada con ligeras líneas rojas, la cual voló hasta posarse en la barrera que se desvaneció segundos después.
Luego Xie Yan le indicó que le guiara hasta la casita de bambú. Liu Qingge obedece.
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Shen Qingqiu trataba de buscar la manera de romper la barrera. Había intentado de todo por tres años, pero era demasiado fuerte. No importaba cuanto tiempo más le tomara no se rendiría.
Su concentración fue interrumpida cuando alguien tocó la puerta. Pensando que se trataba de Ning Yingying solo dijo 'adelante' sin levantar la mirada de su escritorio.
"Shen... shixiong..."
Shen Qingqiu levantó el rostro inmediatamente para ver a Liu Qingge con la mirada perdida. Como si lo viera, pero a la vez no.
Era obvio que algo no estaba bien.
Shen Qingqiu se levantó de su lugar y se acercó a él. "Liu-shidi ¿Qué sucede?" No había notado la presencia de Xie Yan hasta que estaba a unos pasos de Liu Qingge.
Xie Yan tomó su muñeca para evitar que se alejara.
"Shen Qingqiu, es un gusto" una sonrisa que no parecía esconder malicia se dibujó en el rostro de Xie Yan.
"¿¡Quién eres!?" Shen Qingqiu trato de zafarse, pero el agarre era demasiado fuerte. "¿¡Qué le hiciste!?"
"Tranquilízate" Xie Yan dijo despreocupadamente. "Si quisiera hacerles daño no te habría ayudado a conservar tu don para empezar."
"¿Qué?" no le tomó mucho tiempo a Shen Qingqiu entender aquellas palabras, al tiempo que reconoció esa voz a pesar de los años. "Tú eres..."
"Ha pasado tiempo. Me alegra ver que estés bien a pesar de tu encierro" Xie Yan soltó su muñeca, permitiéndole que se alejara si así lo deseaba.
"¿Cómo entraste?" Liu Qingge podía atravesar la barrera, pero alguien que no fuera alguno de sus hermanos marciales era imposible. Ni siquiera sus discípulos tenían permitido salir.
"Con la ayuda de tu 'Liu-shidi' pude deshacerme de esa molesta barrera"
Los ojos de Shen Qingqiu se posaron en Liu Qingge quien no reaccionaba ante la presencia del intruso. "¿Qué le hiciste?"
"Un pequeño truco que desarrollé en base al encanto de los súcubos" Xie Yan se recarga en el hombro de Liu Qingge "En unos minutos debería de volver a la normalidad."
"Yusheng..." si él estaba aquí, significaba que su Da-ge— "¿Dónde está Yusheng?"
Xie Yan sonrió "No está aquí. Por qué no nos sentamos y hablamos un momento." Propuso mientras señalaba a la mesa. "Te prometo darte respuestas, pero antes quiero que respondas a mis preguntas."
Shen Qingqiu accedió sin pensarlo dos veces. No tenía motivos para desconfiar de este hombre que cuidaba de su Da-ge y le había ayudado a conservar su don.
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"Shen Qingqiu no es tu verdadero nombre ¿cierto?" Xie Yan ya había tenido confirmación de quien debía ser realmente al usar el nombre de Yusheng, pero necesitaba escucharlo directo de sus labios.
Shen Qingqiu negó con la cabeza. "Xie Yin"
Xie Yan dejó salir un suspiro de alivio. "Tenía mis sospechas, pero escucharlo de ti..."
Un gruñido salió de Liu Qingge quien ya estaba empezando a reaccionar, sintiéndose mareado y confundido. Ambos voltearon a verlo; uno con preocupación y el otro con indiferencia.
"No deberías—" señaló Shen Qingqiu a Liu Qingge con el dedo índice.
"No te preocupes" Xie Yan interrumpe a Shen Jiu, "lo tengo bajo control."
Liu Qingge se sacudió la cabeza y una vez pudo enfocar la mirada, reconoció al intruso que estaba justo a su lado.
"¡Tú—!" Liu Qingge iba a tomar su espada más no pudo moverse como si tuviera los brazos atados. "¿Qué me hiciste?"
"Tus preguntas tendrán que esperar" Xie Yan hizo una señal con su dedo y Liu Qingge no pudo abrir más la boca, quedándose en su lugar sentado, sin tratar de pronunciar palabra.
Xie Yan vuelve su mirada a Shen Qingqiu "Ahora lo que quiero es que me cuentes todo, desde que esos cultivadores mataron a tu familia hasta ahora."
Shen Qingqiu mira a Liu Qingge quien también le miraba con los ojos bien abiertos. Realmente no quería decir nada frente a su shidi y Xie Yan había ventilado algo que trató de ocultar.
"No tiene sentido ocultarlo. Bien podrías decirle y ya decidirá si creerte o no" señala Xie Yan. "De todas formar dejarás la secta."
"¿Me sacarás de aquí?"
Xie Yan recarga su codo en la mesa para luego recargar su barbilla en el reverso de su mano. "Por supuesto. A eso he venido. Solo que antes quiero que me lo cuentes todo."
Si esa era la condición entonces lo haría. Contaría todo frente al bruto de la guerra si eso le garantizaba ver a su Da-ge.
*
Shen Qingqiu habló desde cómo los cultivadores mataron a su madre, incendiaron su casa, mataron a sus hermanas. Su Da-ge llegando a salvarle, saltando de un acantilado mientras escudaba su pequeño cuerpo.
De su caída en una zanja cuando huía de aquellos bastardos y su pérdida de memoria. Desde los Qiu a Wu Yanzi y, finalmente, Yue Qi quien lo llevaría a rastras a la secta.
Cuando contó el momento en que sufrió aquella desviación de qi con la cual recobró sus memorias, Xie Yan dejó ver su interés.
"Entonces por ti despertó" comentó Xie Yan, quien al ver la expresión de Shen Qingqiu continuó. "El momento en el que recobraste la memoria coincide con el momento en que Yusheng despertó después de años de letargo."
"Mi Da-ge ¿durmiendo?" Xie Yan asintió.
"No entiendo muy bien. Quizá es porque su lazo es bastante fuerte" comentó Xie Yan quien miraba de reojo a Liu Qingge, curioso de sus expresiones. "El que recobraras tus memorias de alguna forma lo despertó y su subconsciente fue capaz de encontrarte, terminando por arrastrarte al mundo onírico."
"Y mi Da-ge—" Shen Qingqiu tenía miedo de preguntar y aunque tenía la idea de lo que pudo haberle ocurrido, lo que pudo haber sufrido... necesitaba saber. "¿Qué fue lo que le pasó?"
"No lo sé" el rostro de Xie Yan se llenó de pesadumbre al recordar aquel día. "Lo encontré hace años dormido entre las ruinas de tu antiguo hogar, a lado de un cuerpo quemado. Cuando despertó gritaba en su mayoría incoherencias que apenas pude entender."
*
¡FUI BUENO!
¡Y AUN ASÍ LO MATARON!
¡BAOZI!
¡ME MINTIERON!
*
"Fue difícil de controlar—" continuó Xie Yan "Intenté reparar su mente, pero no pude. Fue la primera vez que las mariposas no pudieron curar a alguien". Su rostro se llenó de impotencia por no haber podido ayudar a Yusheng en aquel entonces.
"Entonces mi Da-ge—" Shen Qingqiu apretó las túnicas en su regazo, pensando en que Yusheng no lo reconocería y probablemente no le creería si le decía que él era su Baozi.
Xie Yan deja salir un largo suspiro "Estos días a estado más—coherente, estable. No sabría decirte cómo reaccionaría si se enterase que estás vivo. Podría aceptarlo o podría pensar que es un truco de parte de aquellos bastardos que lo dañaron, perdiendo el contacto con la realidad nuevamente."
Liu Qingge, al ser incapaz de hablar, comenzó a gruñir llamando la atención de Shen Qingqiu y Xie Yan.
"¿Algo que decir, pequeño cultivador?" Xie Yan hizo una pequeña seña con su dedo índice y entonces Liu Qingge pudo hablar.
"El hombre de blanco—" recordó aquel día que su cuerpo ardió en llamas, así como la mirada asustada del joven antes de que llegara el dolor "¿Por qué no nos lo dijiste? ¿Acaso tú—?"
"Por eso mismo no dije nada" Shen Qingqiu lo miró con todo el desprecio posible. "Siempre asumiendo las cosas." Aquellas palabras causando que se reflejara la culpa en los ojos de Liu Qingge. "Para que lo sepas Liu-shidi, no sabía que estaba vivo hasta que lo vi desaparecer en aquel portal."
"Además, pequeño cultivador—" Xie Yan tomó la barbilla de Liu Qingge obligándolo a mirarle a los ojos "todos aquellos que matamos fueron directamente responsables de la masacre de la familia de tu 'shixiong' o de haber abusado a Yusheng."
Liu Qingge se sentía confundido. Antes no habría creído nada de esto, pero ahora--
Xie Yan suelta la barbilla de Liu Qingge al notarlo perdido en pensamientos "¿Siempre es así?" le pregunta a Shen Qingqiu.
"No. Creo que es la primera vez que lo veo pensar demasiado" contesta Shen Qingqiu algo preocupado de que Liu Qingge fuese a romper el poco cerebro que tiene por exceso de uso.
Liu Qingge mira a Shen Qingqiu y entonces lo decidió. "¿Cómo te puedo ayudar?"
Tanto Shen Qingqiu como Xie Yan lo miraron con sorpresa.
Shen Qingqiu lo mira inquisitivamente, levantando una ceja "No puedes estar hablando enserio".
"Si te hicieron daño y sabes quienes fueron—" la duda que se reflejaba en los ojos de Liu Qingge fue reemplazada por la determinación de querer ayudar a su shixiong. "Quiero ayudarte a llevarlos ante la justicia."
Una leve risa resuena en el cuarto "Pero será justicia por mano propia, pequeño cultivador" señala Xie Yan. "Ya me han decepcionado con promesas de justicia. No pienso cometer el mismo error." Aquello último apenas escuchado pues no fue más que un mero susurro.
"Todos ellos morirán" Shen Qingqiu deseaba la muerte de todos los involucrados sintiendo el mismo deseo de venganza que cuando quemó la casa Qiu "Su destino no dependerá del mundo de la cultivación..."
"Aun así, quiero ayudar." Liu Qingge insistió.
Shen Qingqiu lo siguió mirando, tratando de ver el engaño, pero no encontró nada. El bruto era honesto.
"Bien podrías convencer a tu secta que no se involucre" aconseja Xie Yan viendo con cierto interés a Liu Qingge. "Ningún cultivador de Cang Qiong estuvo involucrado así que no tenemos nada en contra de ustedes."
Shen Qingqiu ni siquiera consideró aquella posibilidad, por lo que se sintió aliviado de escuchar de la boca de Xie Yan que su secta estaba libre de culpa. Al menos, con respecto a su familia.
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"Regresaron más pronto de lo que pensé" murmura Xie Yan mientras se estiraba antes de levantarse.
Inesperadamente temprano, los señores de cumbre habían llegado. Xie Yan sintió a Yue Qingyuan cerca.
"Quizá la barrera tendría alguna especie de alarma" contempló Shen Qingqiu.
"La tenía" confirmó Xie Yan despreocupadamente. "Pero pensé tendría más tiempo. Creo que me confié. No importa."
Xie Yan levantó su mano y con sus uñas pareciendo garras negras, cortó el aire abriendo un portal. Luego tomó del brazo a Liu Qingge.
"Bien pequeño cultivador" Xie Yan susurra al oído de Liu Qingge provocándole escalofríos recorrieran todo su cuerpo "Puedes decirles todo lo que escuchaste hoy, tratar de convencerlos que dejen las cosas tomen su curso. Si intervienen no tendremos otra opción más que pelear."
Xie Yan mira a Shen Qingqiu y le hace una seña con la cabeza para que lo siga a través del portal.
Liu Qingge se queda ahí, con el deseo de detener a su shixiong, pero, aun ya teniendo la libertad de moverse, no lo hace.
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Shen Qingqiu le lanza una última mirada mientras atraviesa el portal junto con Xie Yan.
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Bueno estaba así........ de no subirlo con dibujo porque me andaba frustrando pero bueno algo sencillo.
Xie Yan y Liu Qingge
(creo que me estoy descontrolando con este ship)
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