Capítulo 9


 'Está vivo... Yusheng... mi Da-ge... está vivo...' Shen Qingqiu repetía una y otra vez en su mente. Sin aliento por aquella revelación. Su mirada perdida en el punto donde hace unos segundos se había encontrado su Da-ge junto al hombre de negro.

Después de que su Da-ge y aquel hombre, que le había ayudado a reparar sus meridianos, desaparecieran a través del portal, Gongyi Xiao fue a ayudar a sus superiores quienes habían quedado inconscientes tras ser empujados por las mariposas.

Liu Qingge se puso de pie, sintiéndose mejor que nunca. Como si no hubiese acabado de sufrir graves quemaduras.

Cuando Mu Qingfang se aseguró que su shidi ya no corría ningún peligro, fue a ayudar a atender a los dos cultivadores quienes después de revisarlos, afortunadamente no habían sufrido lesiones graves.

Liu Qingge se dirige a Shen Qingqiu quien hace caso omiso de su presencia.

¿Realmente era su Da-ge?

Estaba seguro, pero a final de cuentas ¿qué se lo garantizaba?

Lo único que lo verificaba eran aquellas pesadillas. Los ojos de su Da-ge siendo lo único visible y aquella voz que llamaba, clamaba, rogaba en desesperación por la seguridad de su Baozi.

Nunca en esas pesadillas pudo ver la apariencia completa de su Da-ge. Bien podría ser una coincidencia aquellos ojos impares que al mirarlo no pudieron reconocerlo.

Llevo su ligeramente temblorosa mano al pecho, justo sobre su corazón y apretó sus túnicas en un intento de confort.

"Gracias, Shen-shixiong" la voz de Liu Qingge lo saca de su trance, dirigiendo su mirada hacia su shidi quien ya estaba de rodillas frente a él haciendo una reverencia, su frente tocando el suelo.

Shen Qingqiu resopló, sintiéndose no merecedor de aquella muestra de su shidi.

Se dio media vuelta. Su espalda hacia Liu Qingge quien seguía de rodillas "No es necesario" dijo Qingqiu en un esfuerzo por ocultar el temblor en su voz – un temblor que se había esparcido por todo su cuerpo tras ver aquellos ojos de color impar que solo había visto en pesadillas.

Liu Qingge levanta su mirada hacia Shen Qingqiu. "Es la tercera vez que me salvas la vida". Lentamente se pone en pie, sin retirar los ojos de la espalda de su shixiong "No te agradecí por las dos primeras. ¡Es necesario!". Determinación evidente en su voz.

'Quizá solo para las primeras dos...' Qingqiu contempló en silencio, puesto que, en esta ocasión, de no haber sido por el hombre de túnicas negras, solo habría logrado perder su don dejando a un Liu Qingge en necesidad de atención médica urgente... si es que sobrevivía ya que su estado no era nada bueno.

Sin querer hablar más con Liu Qingge quien no pareció tomar ofensa al verse ignorado, Shen Qingqiu miró las ruinas de lo que alguna vez fue su hogar.

Casi podía escuchar la voz de su mama llamándoles a cenar. Las melodiosas risas de sus Jiejie's mientras corrían y exclamaban lo hambrientas que estaban. 'Todas unas glotnas' pensó, con cariño.

Su Er-ge ayudando a limpiar la mesa junto con su Baba quien varias veces miraba de reojo a su mama que hacía lo mismo – el amor era evidente entre ellos.

Él corriendo a su Da-ge pidiéndole poder estar en su regazo mientras comían. Luego sus JieJie's pidieran lo mismo. Su Er-ge rodando los ojos, pues siempre era lo mismo en cada comida – como si antes cuando era más pequeño no hubiese hecho lo mismo –

Aquellas imágenes eran cada vez más claras ante sus ojos. Recordando cada detalle de los momentos que vivió en su hogar.

Claro, no recordaba mucho. Solo tenía cuatro años. Algunas de sus memorias eran algo difusas, pero al menos recordaba lo más importante...

Lo mucho que todos se amaban.

Una mano en su hombro lo sacó de aquella ilusión del pasado.

"Shen-shixiong" Mu Qingfang habló con un tono suave, como si quisiera no alterarlo. Qingqiu pensó que debió haber fallado en mantener su rostro indiferente.

"Los cultivadores de Huan Hua—" murmuró, pero no es que le importara. Simplemente necesitaba montar un espectáculo para desviar la atención de lo que temía no estaba ocultando. "¿Están bien?"

"Si" Mu Qingfang respondió con un suspiro, los ojos fijos en el suelo "Siguen inconscientes, pero no sufrieron daños graves".

El señor de cumbre de Qian Cao trataba de encontrar palabras para dirigirse a Shen Qingqiu acerca de las mariposas por su parecido con aquellas que rodearon a ambos hombres lo que les permitió escapar, pero no quería sonar acusador. Era evidente ante sus ojos que su shixiong estaba igual de sorprendido tras presenciar a otro usando el mismo don que él, ignorante de lo equivocado que estaba tras aquella especulación.

Los ojos de Qingqiu no habían notado aquel pequeño altar hasta ese momento. Tratando de mantener su postura sin flaquear, se acercó a inspeccionarla.

"Aquel hombre de blanco –" Shen Qingqiu pudo notar en la voz de Mu Qingfang cierta sospecha o quizá... cautela "Hizo este altar".

"¿Cómo lo sabes?" Qingqiu se había arrodillado ante el altar notando las tablillas sin nombre, lo que le hizo dudar un poco que aquel joven de blanco fuese su Da-ge.

"Se lo pregunté" los ojos de Qingfang volvían a estar sobre las tablillas sin nombre. El incienso que el joven había encendido aun no terminaba de quemarse.

"¿Pudiste hablar con él?" Shen Qingqiu frunció el entrecejo. Los puños apretando levemente sobre su regazo.

"No mucho" Qingfang recordó el extraño comportamiento del joven, sobre todo para con aquellas extrañas hierbas "Pero con lo poco que habló me quedó claro que está mal de la cabeza. Quizá algún trauma relacionado con lo que sucedió en este lugar"

Shen Qingqiu se mantuvo en silencio, no queriendo seguir con aquella conversación.

Luego notó la cantidad de tablillas que había en el altar.

Seis en total.

Luego aquella tumba. La única en todo el lugar.

Por las seis tablillas significaba... ¿que su Da-ge lo creía muerto? Y ¿ésa tumba? ¿De quién era?

Mu Qingfang observó a su shixiong, recordando su reacción cuando trató de tomar una muestra de aquellas extrañas hierbas; luego la reacción del joven de blanco cuando por poco él y el discípulo principal de Huan Hua casi las pisaban. Finalmente, cuando Liu Qingge estaba a punto de pisarlas, fue cuando el joven atacó.

Concluyó que su shixiong les estaba ocultando algo.

Shen Qingqiu se levantó de su lugar, dirigiéndose a uno de los patrones más cercanos de hierbas – su Mama. Recordando cómo él y sus jiejie's presenciaron aquel momento en que los cultivadores la decapitaron sin dudarlo si quiera un poco. Sus Jiejie's tapando delicadamente su boca y ojos, mientras susurraban a su oído que todo estaría bien, que ellas le protegerían.

En verdad, sus Jiejie's – Ai y Nuo – actuaron de manera bastante madura a pesar de sus escasos nueve años, con tal de calmarle. No sollozaron en ningún momento, hasta que uno de los cultivadores, con un movimiento de su espada, cortó la espalda de Ai, provocando que los ojos de Nuo se llenaran de lágrimas casi al instante, gritando de manera ensordecedora como si hubiese sentido el corte ella misma.

"Shen-shixiong" nuevamente perdido en sus recuerdos, la voz de Mu Qingfang lo llamó de vuelta a la realidad "Ese joven parecía preocuparse por estas hierbas. Como si fueran su familia..."

Lo sabía. Mu Qingfang seguramente sospechaba que le estaba ocultando algo, sobre todo después de reaccionar de forma violenta con respecto a las otras hierbas – su Baba.

Shen Qingqiu toma su abanico que tenía guardado en el cinturón sin prisa, no queriendo parecer desesperado por querer ocultar cualquier expresión que en su rostro pudiese mostrase.

Por primera vez en su vida, sentía difícil la tarea de ocultar lo que sentía ante todos. Quería gritar, quería llorar. Quería decirle a su mama cuanto la extrañaba, así como a sus Jiejie's, Er-ge y Baba, pero no podía – Debía aparentar.

Mu Qingfang parecía atento a sus movimientos con cada palabra que le decía "Llamó estas hierbas 'Mama'" luego con su dedo señaló el otro patrón de hierbas "Aquellas 'Meimei'"

"Oh..." fue todo lo que salió de los labios de Shen Qingqiu tratando de contener toda emoción y aquel urgente deseo de salir corriendo de ahí.

Aquellas palabras de Mu Qingfang solo confirmaron que en verdad se trataba de su Da-ge, Yusheng.

¿Quién más – aparte de él – llamaría aquellas hierbas de esa manera?

¿Qué le pasó después de que lo dejó al pie del acantilado?

De repente se unió una voz preocupada. "Shen-shixiong". Era Liu Qingge.

Tanto él como Mu Qingfang le miraban con una mezcla de curiosidad y preocupación. Shen Qingqiu no lo notó pues no volteó a verlos. Sus ojos se habían agrandado ante la realización de lo que pudo haber pasado con respecto a su Da-ge.

Debía irse de ahí. Necesitaba estar sólo. Encerrarse en su casita de bambú.

"No hay nada más que podamos hacer aquí" dijo Shen Qingqiu juntando todas sus fuerzas para que su voz no se llegase a escuchar entrecortada "Volvamos a la posada"

En realidad, quería regresar ya a la secta, terminar los últimos detalles para dejar a Ming Fan a cargo y largarse de ahí, pero no debía apresurarse. Se vería demasiado sospechoso teniendo en consideración lo que sus shidis y aquel discípulo principal habían presenciado.

Todos parecieron concordar con regresar a la posada. Liu Qingge y Mu Qingfang, cada uno cargó en su espalda a un cultivador.

Shen Qingqiu y Gongyi Xiao caminaron al frente lo que permitió que el señor de cumbre de Qing Jing pudiese hablar con el discípulo principal.

"Gongyi Xiao" a pesar de ser un susurro, su voz captó inmediatamente la atención del joven discípulo "¿Podrías hacerme un favor?"

"¿Maestro Shen?" Gongyi no pudo evitar sentirse un poco halagado que el maestro de cumbre de Qing Jing quisiera pedirle algo.

"Si tus superiores no recuerdan ¿Podrías evitar mencionar lo de las mariposas al maestro del palacio?" sabía que las posibilidades de que los cultivadores no recordaran eran mínimas, pero debía intentarlo. Si no recordaban, entonces se aseguraría de que Gongyi Xiao no lo mencionara.

Aquello tomó desprevenido al joven discípulo. Sin embargo, entendió el por qué se lo estaba pidiendo.

Sabía que la reputación del Maestro Shen no era muy buena, pero con lo poco que le conoció se atrevió a pensar que todos esos rumores no eran nada más que eso. Entendía que, si se llegaba a saber que uno de los responsables de las muertes podía hacer uso de las mismas mariposas que el maestro Shen Qingqiu, probablemente lo acusarían inmediatamente de complicidad.

"No se preocupe" miró a Shen Qingqiu dejando que en su rostro se dibujara una sonrisa tranquilizadora "No diré nada. Aunque no creo que haya problema si menciono que usted salvó al maestro Liu Qingge ¿cierto?"

Shen Qingqiu, tras su abanico, se mostraba realmente sorprendido ante la accesibilidad del joven discípulo de Huan Hua "No debería haberlo, siempre y cuando no menciones lo que hizo aquel hombre de túnicas negras"

"No lo haré, pero—" Gongyi Xiao al no sentirse más amenazado pudo analizar mejor los eventos ocurridos hace unas horas "Si son los responsables ¿Por qué aquel hombre le ayudó para salvar al maestro Liu? Y lo que más me consterna es que aquel hombre de blanco que parecía realmente arrepentido de lastimar al maestro"

"¿Él fue el responsable?" preguntó Shen Qingqiu tratando de ocultar su sorpresa.

¿Su Da-ge?

Cierto... aún estaba ignorante del cómo había terminado en aquellas condiciones Liu Qingge.

"Mmh" Gongyi asintió "Cierto que cuando lo vi por primera vez me daba escalofríos, pero, pensándolo bien, no parecía tener intención de atacarnos. No fue hasta que el maestro Liu trató de atarlo que ese hombre invocó mariposas como las de usted, pero rojas prendiéndole fuego a su cuerpo en el instante que tocaron su piel."

Ciertamente Shen Qingqiu no tenía idea que aquello fuese algo posible. Tampoco que al morir y dejar sus cuerpos alimentar la tierra, nacerían aquellas hierbas formando la silueta del cuerpo, llenas de energía espiritual.

Un momento... si aquel viejo cultivador sabía de las hierbas entonces él...

No podía ser coincidencia y si su Da-ge estaba involucrado eso quería decir que a todos los que mató...

La boca de Shen Qingqiu se secó ante aquella revelación. Tenía que ser, sobre todo teniendo en consideración las palabras del joven Gongyi Xiao, de lo arrepentido que estaba su Da-ge de haber lastimado a Liu Qingge.

No mataba al azar y, ciertamente, no dañaría inocentes. Todos a los que había asesinado tenían que ver con la masacre de su familia o... si su corazonada era correcta, eran la "razón" de que su Da-ge siguiera con vida.

Tenía miedo de aquella suposición porque si los cultivadores responsables encontraron el cuerpo de su Da-ge e hicieron todo lo posible para mantenerlo con vida tras haberlo perdido a él, significaba que en todos estos años...

'Con ese poder espiritual serían perfectos calderos y ahora solo tendrían uno'

Aquellas palabras de uno de los cultivadores resonaban en su mente. Si era como lo sospechaba, explicaría el porqué de sus cabellos blancos.

Las mariposas – sabiéndolas utilizar – garantizaba que sus meridianos jamás se dañarían más no que no pudiese sufrir desviaciones de Qi. Si su Da-ge fue utilizado como un... caldero...

No... se estaba adelantando. No quería pensar que en estos años su Da-ge había sufrido a manos de esos cultivadores que habían obtenido lo que querían, pero sabía que era lo más probable.

Comenzó a sentir nauseas, frustración y cierto grado de culpa.

En el camino a la posada, Shen Qingqiu no pudo evitar torturarse pensando en todo lo que su Da-ge debió haber sufrido. Las cosas por las que debió pasar para llegar a aquel estado tan perturbado.

Y el hombre de túnicas negras... ¿Quién era?

¿Cuáles eran sus intenciones?

Era alguien igual a ellos con el mismo don. Alguien que le ayudo a mantener su don y salvar a Liu Qingge. No parecía ser tuviese malas intenciones.

Quizá él... ¿salvó a su Da-ge de aquellos cultivadores? Además, de notarse genuinamente preocupado por su Da-ge a quien trataba de calmar con tiernas caricias en un acto bastante paternal.

Necesitaba encontrarlos, tanto para obtener respuestas como para hacerle saber a su Da-ge que estaba vivo.

Su Baozi seguía con vida.

Al llegar a la posada, su mente ya estaba exhausta de tanto darle vueltas al asunto con su Da-ge y el hombre de túnicas negras.

Afortunadamente, esta vez sus shidis no tuvieron objeción en que el tuviera su propia habitación.

Ya acostado sobre la cama en aquella obscura habitación, miró el techo por unos instantes antes de que sus ojos comenzaran a cerrarse casi por cuenta propia que ni siquiera Shen Qingqiu se había dado cuenta cuando entró al mundo de los sueños.

-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

"Shizun" una voz susurraba en su oído tan cerca que podía sentir el cosquilleo de su aliento en su cuello.

Había pasado un tiempo desde la última vez que la escuchó, pero no le fue difícil reconocerla dejando salir el nombre 'Luo Binghe' de sus labios en un cálido susurro antes de abrir sus ojos jade topándose con los hermosos ojos rojos de su discípulo.

Tal parece que su pequeña bestia lo había traído al mundo onírico, siendo al fin capaz de controlarlo. Una pequeña sonrisa se formó en el rostro del señor de cumbre de Qing Jing. Los avances de Luo Binghe en su entrenamiento eran enormes.

"Este Binghe se alegra que shizun aun lo recuerde" un golpe cayó en su esponjosa cabeza seguido de un resoplido ofendido.

Binghe hizo sonido de dolor '¡OUCH!' que solo fue parte de una actuación ya que, en realidad, no le había dolido. Una sonrisa traviesa en su rostro era prueba de ello.

"¿Cómo podría olvidarte, bestia?" no lo admitiría, pero era justo lo que necesitaba. Ver a su desvergonzado discípulo que le hablaba con tal familiaridad mientras invadía su espacio personal al comenzar a abrazar su pequeña cintura.

Tan solo habían pasado poco más de medio año y su pequeña Bestia ya no era tan pequeña, siendo un poco más alto que él.

Shen Qingqiu lo dejó ser por unos minutos antes de comenzar a soltarse del agarre de Binghe quien comenzó a gimotear mientras hacía un gran puchero provocando que Shen Qingqiu rodara los ojos en un aparente fastidio, aunque en realidad le divertía ver aquella expresión.

En verdad extrañaba el cálido abrazo de la bestia y vaya que lo necesitaba después del día que tuvo, pero tenía algunas cosas rondando en su mente y solo el demonio de los sueños podría responderle.

"Necesito hablar con Meng-Mo" aquellas palabras provocaron que Binghe tragara vinagre.

¡Por fin era capaz de controlar el espacio onírico!

¡Quería ese momento fuera solo para él y su shizun! (┬┬﹏┬┬)

"¿Qué es lo quieres mocoso?" la niebla se juntó a unos cuantos pasos lejos de ellos. La figura del demonio del sueño poco a poco haciéndose visible.

"Meng-shifu" ambos notaron algo extraño en la voz de Shen Qingqiu, un leve temblor ajeno al señor de cumbre de Qing Jing "¿Recuerda que le hablé de las pesadillas con mi Da-ge?"

"Si, lo recuerdo" Meng-Mo acariciaba su barba sintiendo un poco de curiosidad ante aquella pregunta.

"¿Y recuerda que algo le impedía acceder a esa parte de mis sueños con respecto a él?" Shen Qingqiu miró directamente a Meng-Mo, tratando de guardar su compostura, aunque un pequeño temblor en sus labios le delataba.

"¿Shizun?" Binghe no pudo evitar sentirse preocupado por Shen Qingqiu tomando la mano de éste quien se lo permitió.

"¿A dónde quieres llegar con esto, mocoso?" Meng-Mo comenzaba a impacientarse.

Shen Qingqiu respiró profundamente cerrando los ojos para luego volverlos a abrir "Yusheng... mi Da-ge" tragó fuertemente saliva "¡Está vivo!" escupió sin más como si las palabras le fueran difíciles de pasar por su garganta.

Los ojos de Meng-Mo claramente llenos de incredibilidad se agrandaron al punto que parecía se le saldrían de sus cuencos.

"Si no mal recuerdo, Meng-shifu le enseñó a mi Da-ge a controlar el espacio onírico" el demonio de los sueños asintió levemente. Pequeñas gotas de sudor parecían aparecer en su frente "Entonces si mi Da-ge fue el responsable de aquellas pesadillas eso explicaría por qué usted no pudo acceder a ellas"

"Ciertamente" Meng-Mo recordó lo poco que le enseñó al Da-ge de Shen Qingqiu.

Si Luo Binghe es un prodigio, Yusheng fue como encontrar un diamante en bruto. Si hubiera sido un demonio, habría decidido quedarse en la mente de aquel joven.

"Shizun" un leve apretón que Shen Qingqiu sintió le hizo voltear a su consternado discípulo "¿Cómo es que el Da-ge de shizun está vivo? Y ¿por qué lo arrastraría a esas pesadillas?"

Los ojos de Shen Qingqiu dejaron ver su tristeza "Él..." sus labios apretaron en una delgada línea recordando la apariencia de su Da-ge, así como la información que recibió de Mu Qingfang y Gongyi Xiao sobre que parecía estar totalmente perturbado "Parece haber perdido la cordura. Probablemente, ni siquiera él sabe que me arrastró a aquellas pesadillas, pensando que no era más que un producto de sus sueños ya que él me cree... muerto..."

"Lo lamento shizun" Luo Binghe quería hacer algo, pero qué.

"¿Y estás completamente seguro de que era él?" Meng-Mo aún seguía sin poder creerlo. Otro miembro de aquella familia vivo, pero al parecer, no en muy buenas condiciones.

Shen Quingqiu le contó de los ojos impares de su Da-ge iguales a los de sus pesadillas, así como lo sucedido en el bosque, en lo que fuese su antiguo hogar, la razón del por qué estaba ahí y aquel hombre de túnicas negras que poseía su mismo don.

"Entonces el responsable es el Da-ge de shizun?" Luo Binghe notó lo acusador que sonó su voz y se arrepintió de inmediato "¡P-pero estoy seguro d-d que debe tener una razón!"

"Así es" la mirada de Shen Qingqiu se endureció de repente "Aquellos que mató estaban involucrados en la masacre de mi familia".

"¿Cómo puedes estar tan seguro?" Meng-Mo cuestionó "Tu mismo lo dijiste. Yusheng ha perdido la razón. Un ser perturbado".

"Simple" miró al demonio de los sueños un tanto ofendido porque, sin importar qué, su Da-ge jamás lastimaría a un inocente "Él pudo haber matado a mis shidis fácilmente, pero no lo hizo. Tuvo la oportunidad, pero se abstuvo porque sabe que son inocentes"

"Si tú lo dices" Meng-Mo resopló "Supongo que además de confirmar que Yusheng pudo arrastrarte al mundo onírico inconscientemente, hay algo más"

"Mnh" Shen Qingqiu asiente "¿Podrías recrear las imágenes de mi Da-ge y el hombre de negro?"

Meng-Mo mira a Luo Binghe como diciéndole que lo intentara siendo parte de su entrenamiento. No debería tener ningún problema para lograrlo.

Solo le toma unos segundos a Luo Binghe recrear las figuras en el mundo onírico.

Aunque sabía que era una ilusión, Shen Qingqiu no pudo evitar acercarse a la figura inerte de su Da-ge para acariciar su mejilla.

"Quiero que muestren las imágenes a Mobei-Jun y si puede enviar a alguno de sus espías a buscar en el reino humano por ellos dos" Shen Qingqiu se dio cuenta de lo mucho que estaba pidiendo. El demonio de hielo ya había hecho mucho con llevarse a Binghe y entrenarle "No... solo que conozca su apariencia en caso de que los llegue a ver"

"Estoy seguro de que Mobei-Jun no le molestará ayudar, sobre todo si es shizun quien lo pide." Luo Binghe sabía que el demonio de hielo apreciaba muy a su manera a su shizun.

"Quizá, pero ya le he impuesto demasiado. Dejémoslo así" Shen Qingqiu podía sentir que la mañana se acercaba. Pronto tendría que despertar para volver a la secta con sus shidis.

Luo Binghe estaba claramente molesto. Sus planes de pasar el tiempo a solas con su shizun se habían arruinado, pero sabía que de momento no era lo más importante. El Da-ge de su shizun estaba allá afuera. Se esforzaría en su entrenamiento para luego poder ayudar a encontrarle.

"Shizun" Luo Binghe volvió a abrazar a Shen Qingqiu. Meng-Mo comenzó a refunfuñar porque esto solo provocaría que el medio demonio hablara aun más de Shen Qingqiu. Como si no tuviera ya suficiente con sus gimoteos de cuanto extrañaba a su shizun.

Shen Qingqiu respondió el abrazo de su Bestia, pasando sus delicados dedos por entre el esponjoso y rebelde cabello de Luo Binghe.

Así permanecieron hasta que el mundo onírico comenzó a disiparse poco a poco y aquellos ojos fénix se abrieron recibiendo la cálida luz de la mañana que entraba por la ventana.

-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

El regreso a la secta fue tranquilo y silencioso.

Gongyi Xiao, junto con los dos cultivadores – que afortunadamente no recordaban nada con respecto a las mariposas de aquel hombre – regresaron a su secta por su cuenta.

Sabía que aquella tranquilidad no duraría.

Mientras volaban en sus espadas, podía sentir la mirada de Mu Qingfang y Liu Qingge en su espalda. Presentía que no podría ir directo a su cumbre y encerrarse en su casa.

Debía prepararse mentalmente para lo que fuese que le deparaba una vez llegaran a la secta.

*

*

*

Al aterrizar en el puente arcoíris, Shen Qingqiu comenzó a caminar en la dirección de su cumbre, esperando que su presentimiento fuese errado, pero...

"Shen-shixiong" la voz de Mu Qingfang provocó se detuviera en sus pasos para luego mirarle por sobre su hombro "Tenemos que dar el reporte al Zhangmen-shixiong"

"Estoy seguro de que con uno que vaya será más que suficiente" dejo entrever el fastidio en su tono. Quizá así no insistiría en que fuera también a la cumbre Qiong Ding.

Liu Qingge y Mu Qingfang se miraron un momento, como si trataran de buscar en el otro las palabras que usarían para con su shixiong.

Shen Qingqiu estaba a punto de volver en sus pasos hacia su cumbre, pero un jalón en una de sus mangas se lo impidió.

Al voltear vio la mano de Liu Qingge apretando su manga. Notó un leve temblor en aquella mano y al dios de la guerra luchando por encontrar palabras, pero más parecía un pez fuera del agua por como abría y cerraba la boca.

"Si no hay nada más—" el tono de Shen Qingqiu fue severo. Sacudió su manga con rudeza deshaciéndose de esa mano que le sostenía dejando ver su desprecio ante aquel agarre.

"Me aseguré de que no recordaran" dijo abruptamente Mu Qingfang. Los ojos de Shen Qingqiu le miraron, no dejando ver su sorpresa mientras sostenía su abanico cubriéndole la mitad del rostro "Hablé también con el discípulo principal de Huan Hua, aunque parece que ya habías hablado con él para que no dijera nada"

"Sabemos—" Liu Qingge al fin encontró su voz mientras trataba de mirar a los ojos de su Shen-shixiong "Que, si se supiera que el responsable también usa mariposas, podrían acusarte de complicidad. Sabemos que no es el caso, pero estamos seguro de que nos ocultas algo"

La mano que sostenía el abanico apretó un poco su agarre, haciendo crujir levemente la madera.

Había cometido un error al dejar que sus emociones le controlaran en aquel momento cuando Mu Qingfang estaba a punto de tomar muestras de las hierbas (su Baba). Pudo haberlo manejado mejor.

"Bien... ¿quieren saber lo que realmente son esas hierbas?" captando la atención total de ambos de sus shidis mantuvo su postura sin dejar ver emoción alguna "Alguna vez fueron personas. Personas como yo, por eso se puede sentir la esencia de las mariposas en ellas"

Podía ver confusión imprimida en los rostros de Liu Qingge y Mu Qingfang ¿Acaso era algo difícil de comprender?

Shen Qingqiu dio un largo suspiro llenándose de paciencia. Tratando de calmar sus ansias por ya querer estar en su cumbre, encerrado en su casa de bambú.

"Es algo que desconocía hasta este momento. Que, al morir, el cuerpo de las personas con el mismo don que yo, darían vida a aquellas hierbas. Una especie de tumba natural"

Mu Qingfang entendió mejor la reacción de su shixiong en ese momento. Para él al tocar las hierbas debió ser como tocar un cadáver. Por eso no quería que tomara muestras, porque sería como profanar una tumba y entonces cayó en la realización sobre lo que significaban esas hierbas para el hombre de blanco.

"Entonces esas hierbas... debieron ser su familia" Mu Qingfang recordó los diferentes patrones. Unos pareciendo cuerpos de adultos, otros de niños "No puedo ni imaginar por lo que vivió ese pobre hombre..."

'Oh-- ¿sientes lástima por él?' contempló Shen Qingqiu '¿A pesar de todos los cultivadores a los que ya asesinó?'

"Pero eso no justifica el hecho de que ha asesinado a cultivadores sin razón" intercede Liu Qingge.

Claro... siempre el bruto pensando que los cultivadores son honorables blah blah blah

"¿Qué te hace pensar que no la tiene?" sus shidis no dijeron nada. Claramente esperando a que continuara "¿No es obvio? El hombre de blanco no les atacó hasta que Liu-shidi por poco pisa las hierbas y luego cuando trató atarlo. Esto último provocando que prendiera en llamas el cuerpo de Liu-shidi para luego mostrarse arrepentido"

"¿Acaso ya olvidaron lo que dije en la reunión de las sectas?" Shen Qingqiu frunció el entrecejo sonando bastante fastidiado por tener que repetirse "Estos ataques no son al azar. Tiene objetivos en específico. De no ser así, estaríamos todos mal heridos o incluso muertos"

Tanto Liu Qingge como Mu Qingfang parecían concordar con él, aunque aún había cierto atisbo de duda el cual Shen Qingqiu, aunque le molestaba, comprendió. Estaban hablando de cultivadores; en su mayoría pertenecientes a sectas de gran renombre.

Habría que quitarles aquella venda que no les permitía ver que incluso los cultivadores podrían ser crueles. Incluso más que los demonios.

Con esto, Shen Qingqiu fue libre de ir a su cumbre, mientras QIngfang y Qingge irían a reportar todo a Yue Qingyuan.

-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

"¡Shizun!" la voz de su única discípula resonó al llegar a su casita de bambú para luego sentir su cintura ser rodeada por aquellos brazos que, aunque parecían delicados, poseían gran fuerza.

Desde que se supo que aquellos rumores sobre su comportamiento lascivo no eran más que absurdas mentiras, Ning Yingying dejó de inhibirse, lanzándose a abrazar a Shen Qingqiu cada vez que tenía oportunidad. Incluso teniendo el descaro de gritarle '¡Baba!' a los cuatro vientos, dejando que todo mundo le escuchara, mientras les lanzaba una mirada retándoles a que volvieran a pensar mal sobre la relación con su shizun.

"Yingying" Shen Qingqiu trató de sonar molesto por su inapropiado comportamiento, pero falló magistralmente.

Ning Yingying comenzó a reír sin despegar el rostro de las túnicas de su shizun, quien sabía que ya no tenía caso llamarle la atención a su discípula, puesto que prefería ser regañada/castigada a dejar pasar una oportunidad para poderle abrazar.

"Yingying ¿sabes dónde está Ming Fan?" la discípula, sin despegarse de las túnicas de su shizun hizo un leve sonido en afirmación "Ve a buscarlo y tráelo a la casa de bambú. Necesito hablar con ambos"

Yingying gimoteó por momentos antes de separarse de su shizun e ir a buscar a su shixiong con un enorme puchero dibujado en su rostro provocando que Shen Qingqiu riera levemente.

*

*

Mientras esperaba en su casita de bambú, se permitió relajarse con un té. Sintiéndose raramente afortunado de que sus shidis no le insistieran en ir a reportar con Yue Qingyuan. Probablemente, luego vendría a visitarle para 'hablar'.

¡Knock! ¡Knock! ¡Knock!

Ah, por fin habían llegado.

"Adelante" Shen Qingqiu vio a ambos discípulos entrar para luego dar sus respectivos respetos a su shizun.

Les señaló para que se sentaran a la mesa, quedando así frente a él. Sirvió ambas tazas que había preparado con antelación, ofreciéndoselas a Ning Yingying y Ming Fan.

Era tiempo decirles. De sus intenciones de dejar la secta, así como el por qué. Merecían saberlo y no ser dejados en la ignorancia.

Tranquilamente, Shen Qingqiu comenzó a hablar, confiado en que sus discípulos le entenderían.

No ocultaron su horror al saber la razón del por qué les tenía miedo a los cultivadores cuando en su estado de niño más no dudaron de él.

No les describió exactamente lo que sucedió, no era necesario, pero no omitió sobre el hecho de que su familia ayudaba también a demonios.

Aquello último llevó a hablar de la herencia de Luo Binghe. Del por qué no regresaría a la secta.

En los ojos de Yingying pudo ver cierto grado de alivio tras saber que su shizun lo estaba protegiendo. Dejando ver que no le importaba la herencia demoniaca de su shidi, pues siempre sería su A-Luo.

En cuanto a Ming Fan, estaba sorprendido, pero luego entendió mejor por qué su shidi era tan talentoso.

Ninguno de los dos vio con malos ojos al hecho de que Luo Binghe fuera medio demonio. Aquello no cambiaba que siempre sería su shidi – su amigo, su hermano, su familia.

Shen Qingqiu pudo sentir la calma invadir su corazón tras saber que cuando sus discípulos se volvieran a reunir, no habría desprecio ni rechazo entre ellos.

Cuando mencionó sobre renunciar a su nombre como maestro de cumbre, Ning Yingying se levantó de su lugar para abrazar nuevamente a su shizun, con lágrimas en los ojos. Rogándole que no se fuera, que no los abandonara.

Aunque ambos discípulos entendían sus razones.

"Jamás los abandonaría" dijo Shen Qingqiu mientras trataba de calmar a su pequeña discípula. Sus ojos fueron a donde aún estaba postrado Ming Fan quien parecía hacer un gran esfuerzo por no llorar "Aunque me vaya yo siempre seré su shizun, siempre serán mis discípulos -mis niños. Serán los únicos que sabrán donde me encuentro y podrán visitarme cuando quieran" dejo ver una sonrisa en su rostro que pareció iluminar los ojos de sus discípulos.

Les habló sobre la misión. Los acontecimientos que lo llevaron a descubrir sobre su Da-ge.

Los sonidos de sorpresa no se hicieron esperar por parte de sus discípulos, pero no dijeron palabra dejando continuar a su shizun sin interrupciones. Creyendo cada palabra que de sus labios salía.

No tenían razón para poner en tela de duda las palabras de su querido shizun.

.

.

Ambos discípulos aceptaron su decisión de irse de la secta y mostraron su disposición por ayudarle a encontrar a su Da-ge, así como el prometer que nada de lo que les dijo saldría de sus labios.

Aunque se sentía agradecido, les hizo desistir sobre encontrar a su Da-ge debido al riesgo que existía de acusarles de ocultar información o de complicidad.

Despidió a sus discípulos, siendo Ning Yingying la primera en irse. Ming Fan permaneció unos minutos parado en la puerta, antes de voltear a ver a Shen Qingqiu.

"Shizun..." Ming Fan se veía en verdad nervioso "En verdad cree... ¿Qué estoy listo para tomar su lugar?" su mirada pegada al suelo.

Shen Qingqiu se le acercó y posó sus manos sobre los tensos hombros de su joven discípulo principal provocando que este levantara su mirada para ver los hermosos ojos jade de su shizun.

"¿Acaso ya olvidaste lo que hiciste en el tiempo que estuve indispuesto?" sonaba un poco molesto porque Ming Fan no era capaz de ver su propio enorme potencial "Nadie habría sido capaz de llevar los deberes de la cumbre como tú lo hiciste" Shen da unas palmaditas a los hombros del joven discípulo antes de retirar sus manos.

Los ojos de Ming Fan se agrandaron al escuchar las palabras de elogio de su shizun pues eran raras escuchar.

"¡Shizun!" Ming Fan endereza su espalda "¡Este Ming Fan promete no defraudarlo!"

"Lo sé" Shen Qingqiu le sonrió levemente a si discípulo principal demostrando lo mucho que confiaba en él.

Ming Fan se fue de la casita de bambú, sintiéndose más motivado que nunca para enorgullecer a su shizun.

.

.

Shen Qingqiu cerró la puerta una vez la silueta de su discípulo principal había desaparecido a la distancia.

Fue a sentarse a su escritorio para terminar algunos papeleos pendientes. A punto de tomar su pluma se detuvo, sus dedos apenas rosando el objeto. Retrae la mano, dejando la palma hacia arriba.

Abre levemente su boca para dejar entrar el aire y lentamente dejarlo salir. De su mano comenzó a emanar un leve brillo y así invocó con facilidad una pequeña mariposa blanca provocando una sonrisa de alivio y satisfacción. Pensando en los rostros orgullosos de sus padres porque ya podía invocarlas a voluntad. Todo gracias a aquel hombre de túnicas negras lo cual aumentó su curiosidad con respecto a quien era aquel hombre que cuidaba de su Da-ge.

-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

Yusheng abrió los ojos descubriendo que se encontraba dentro de una formación... ¿una prisión? Se levantó abruptamente dejando ver el pánico en sus ojos.

"¡No otra vez! ¡No otra vez! ¡No otra vez!" comenzaba a entrar en pánico hasta alguien le abrazó por la espalda lo cual lo asustó hasta que escuchó una voz familiar llena de calma.

"Tranquilo" el hombre de túnicas negras – Xie Yan – le habló suavemente "La formación es solo para evitar las pesadillas y no perdieras el control de tu mundo onírico"

Yusheng tragó fuertemente saliva. Sabía que existía esta manera de controlar sus pesadillas, de no tener que soñar con su Baozi siendo dañado, pero tenía terror a las formaciones o cualquier cosa que fuera capaz de restringirlo por lo que pasó con esos malditos viejos asquerosos.

Tomó la manga de uno de los brazos que le abrazaba, dejando su espalda recargar en el pecho de Xie Yan.

El silencio no duró más que media barita de incienso siendo Xie Yan quien habló.

"Hay otro igual a nosotros" aquellas palabras provocaron que Yusheng volteara a mirarle directo a sus ojos carmesís "Shen Qingqiu es su nombre. Señor de la cumbre Qing Jing de la secta Cang Qiong"

"¿Era aquel joven de ojos jade?" Xie Yan asiente.

Cuando Yusheng recordó a Shen Qingqiu por alguna razón su corazón aceleró.

'Que curioso' pensó. Terminó por atribuírselo a la emoción quizá por encontrar a otro con su mismo don, pero no podía evitar sentirse extrañado de que fuera un cultivador.

Yusheng recargó la cabeza en el hombro de Xie Yan, mientras este le arrullaba.

"No parece lo traten mal en su secta" mencionó Xie Yan "Aunque me preocupa que aquellos responsables quieran intentar algo para capturarlo"

Yusheng no iba a permitirlo. ¿Cómo podría? Mataría a todos esos desgraciados y entonces al menos aquel joven estaría seguro.

.

.

Xie Yan no hizo comentario alguno, pero las posibilidades de que aquel joven no estuviera relacionado a ellos eran casi nulas, por lo que comenzó a dudar que el preciado Baozi de Yusheng realmente estuviese muerto.

Después de todo no sería de extrañar que aquellos bastardos hubiesen intentado romperlo para conseguir su don haciendo creer a Yusheng que la única persona por la que luchaba había muerto, pero en su lugar rompieron algo más que no esperaban y sus vidas terminaron de forma dolorosa.

Aun así, debía confirmarlo. Si se lo decía a Yusheng solo provocaría volviese a perder la lucidez que pocas veces llegaba a tener.

No tenía caso.

"Detengámonos por el momento" Xie Yan susurró al oído de Yusheng "Ahora que saben cómo te vez aumentarán las patrullas. Además—" una sonrisa llena de malicia se formó en su rostro "Creo que es hora de comenzar los preparativos."

Yusheng escondió su rostro en el cuenco del cuello de Xie Yan dando un largo suspiro.

"Si... Zuxian"


----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bueno, según lo que investigue Gāo zǔfù es tatara tatara abuelo. Si me equivoco, díganme. 

Por un recomendación, cambié Gāo zǔfù por Zuxian que significa ancestro n_n

----------------------------------------------------------------------------------------------------------

La familia Xie

Xie Park (en el árbol), Xie Ai and Xie Nuo (las gemelas), Xie Yusheng llevando a Xie Yin (Shen Jiu) en su espalda, Xie Chyou (Mama), Xie Heng Huan (Baba)



----------------------------------------------------------------------------------

Aquí Xie Yan con nuevo outfit que me gustó más que el que le hice para "Shen Jiu escoge la puerta Derecha" :P

-------------------------------------------------------------

¡AVISO!

Por cuestiones de trabajo me voy a tardar un poquito más con las actualizaciones de mis fics T_T
y por salud porque ando malilla -_________-
se me juntó todo 
Aparte el calor no ayuda a mi estado de ánimo...

Pero tengan por seguro que no abandonaré ninguno de mis fics!!!! :3

Se me cuidan :D

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top