Capítulo 15
Si llega un punto en que algo no tiene sentido o hay enormes agujeros de guion, pues ni modo xD
Batalle para seguirle a este fic porque he seguido sin muchos animos, pero ya está terminado y como ya he comentado, son 17 en total.
Faltan 2, que publicaré en cuanto tenga sus respectivos dibujos :)
Espero les guste :D
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En el abrazo de la noche, una figura en blancas túnicas comienza a moverse.
Leves gruñidos de incomodidad debido al constante palpitar de su cabeza por aquellas imágenes que desbordaron en caos y el temor de que Zuxian—
Aquellos ojos impares abren de pronto al tomar conciencia de lo que había pasado momentos atrás.
Yusheng trata de ponerse en pie rápidamente, pero aquel repentino movimiento provoca un fuerte mareo que le hace caer sobre sus rodillas.
...
...
¡DA-GE!
Aquella voz llamándole justo antes de cruzar el portal resuena en su mente.
¿Por qué Shen Jiu le llamó así?
.
.
Espera—
Yusheng miró a su alrededor, pero no había rastro alguno de Shen Jiu. Está seguro de que ambos cruzaron el portal, aunque podría haber sido su imaginación.
Con mayor cuidado, Yusheng se puso en pie, aun sintiéndose algo mareado. Al menos las palpitaciones en su cabeza habían disminuido.
Esta vez volvió a mirar a su alrededor para tratar de saber dónde se encontraba pues era más que obvio que ya no estaba en el Reino Demoniaco.
Comenzó a caminar lentamente por el bosque extrañamente familiar pensando en cómo es que había llegado ahí.
Lo último que recuerda fue que dejó sus mariposas volar por todos lados antes de cruzar el portal, esperando que no haya herido a nadie. Es solo que la idea de que Xie Yan estuviese en manos de ese viejo asqueroso... simplemente no podía concebirla sabiendo de lo que Lao Gongzhu era capaz.
Yusheng comenzó a caer en cuenta de algo.
Un portal... No tenía idea de que podía crearlos al igual que Xie Yan.
Por si fuera poco, a pesar de haber perdido el control debido a los recuerdos del pasado, no había olvidado lo que pasó, siendo que siempre lo haría. Solo recordando el daño ya hecho sin tener en claro cómo pasó.
Su culpa en aumento por dejar que sus emociones tomaran control sobre él... otra vez.
*
Desde que conoció a Shen Jiu no había vuelto a perder la razón de esa manera.
Ya no había días que no recordara o pesadillas que le atormentaran cada noche pues la sola presencia de este joven cultivador le llenaba de una calma que le hacían recordar aquellos felices días con su familia que antes provocarían perdiera el control, pero ahora solo lágrimas recorrerían sus mejillas mientras Shen Jiu las limpiaba tiernamente. Sus ojos reflejando el mismo dolor que él sentía por haber perdido a su familia.
...
...
Había algo más.
Yusheng no sabía explicarlo, pero sentía que había algo que Shen Jiu no se atrevía a decirle. Recordando como este último se detenía en sus palabras, apretando sus labios en una recta línea, temblando levemente.
*
Yusheng sacudió su cabeza. Debía ordenar sus pensamientos. Analizar la situación.
Recuerda abrió un portal con la intención de ir a rescatar a Xie Yan – pensando deberían tenerlo en aquel lugar donde por tantos años estuvo encerrado, pero entonces Shen Jiu le gritó 'Da-ge' haciéndole pensar en su familia...
... en su Baozi.
...
¡Eso era!
Sus pensamientos cambiaron en un instante, entonces el lugar donde se encontraba debía ser—
.
Yusheng se dejó guiar por sus pies mientras los alrededores se volvían cada vez más familiares y entonces lo sintió. Aquellas esencias que no había sentido en años.
Aceleró sus pasos. No tardó mucho en vislumbrar las ruinas de lo que alguna vez fuese su hogar.
¡Oh! Cuanto lo extrañaba.
No había tenido oportunidad de venir porque Xie Yan le había dicho era peligroso en el momento. Vagamente recuerda haber hecho una rabieta. Probablemente terminando por perder el control porque ya no recuerda nada después de eso.
Cuando se acercó a las ruinas, notando las hierbas intactas, sintió alivio. Era evidente que nadie había ido a arrancarlas nuevamente. Luego se dirigió al altar que había construido para su familia, terminando por limpiarla debido al polvo acumulado y telarañas por los años que no pudo venir a visitarlos.
Una vez terminó, fue a arrodillarse frente a la pequeña tumba de su pequeño Baozi.
Usualmente le traería algún regalo cuando lo visitaba, pero esto fue algo repentino y no tenía nada en su posesión con excepción de un adorno para el pelo que Shen Jiu le había puesto al hacerle una trenza, la cual sostenía entre sus largos dedos mientras recordaba.
El adorno no era más que un pequeño pendiente de jade verde atado con un simple cordón rojo.
Cada que Shen Jiu le peinaba le era imposible no pensar en su Baozi y Meimeis.
Esos pequeños aprovecharían cada oportunidad para hacerle alguna trenza. A veces, tras tomar una pequeña siesta en el pasto, despertaría con trenzas en toda su cabeza. A lo lejos escucharía risas traviesas contenidas.
Su Baozi solía ser más directo. Pidiéndole cada mañana se sentara cerca de la cama, mientras él se acomodaba en la cama y así poderlo peinar más cómodamente. Siempre atándole alguna flor u hoja que había encontrado y gustado.
"... Shen Jiu..." murmuró unas cuantas veces.
Sus ojos impares fijos en la pequeña tumba dándose cuenta de algo que antes no habría notado.
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¿Fue imprudente?
Sí, pero qué querían que hiciera cuando estaba viendo cómo su Da-ge se adentraba en un portal que lo llevaría a quien sabe dónde, con la posibilidad de no volverlo a ver o peor o que lo capturaran nuevamente haciéndole revivir aquellos años de encierro. Su mente perdiéndose por completo.
Sentía que todo se estaba yendo al carajo y se culpaba por ello. No debió perderlo de vista. Debió quedarse con él sin importar nada.
Ahora no tenía la más remota idea de dónde se encontraba su Da-ge y, por si fuera poco, el portal lo había hecho caer sobre un grupo de cultivadores que comenzaron a gritar '¡Atrápenlo!', '¡No lo dejen escapar!'
Se suponía que solo sería para discutir la situación con Xie Yan. Por eso no llevó su espada, dejándola en la casita de bambú, pero quien imaginaría que por primera vez Yusheng dejaría la seguridad de su jardín para llegar a la sala donde todos se encontraban.
Todo pasó tan rápido.
¿Por qué Yusheng había salido de su jardín para empezar?
¿Qué fue lo que lo motivó?
Aquellas preguntas tenían que esperar. Debía concentrarse en escapar de esos cultivadores que no le daban tregua.
"Maldita escoria, ¡DETENTE!" uno de los cultivadores le grita.
"¡Si claro! ¡Ahorita me detengo!" dijo Shen Jiu con todo el sarcasmo posible.
Quizá si fueran unos pocos cultivadores, podría haber lidiado con ellos, pero en cuanto lo vieron, lanzaron señales al cielo, anunciando a todo el que estuviera cerca de su presencia y, como cucarachas, unos tras otros cultivadores comenzaron a salir por todos lados.
Correr no tenía sentido, pero Shen Jiu nunca se caracterizó por darse por vencido fácilmente. Aun y cuando todo estuviese en su contra.
Al menos, gracias a su Don, la estamina de Shen Jiu no decaía. En realidad, podría seguir así por días, lo cual era poco probable. Tarde o temprano Él aparecería y, sin importar si su núcleo estaba completamente reparado, no sería rival estando desarmado.
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Shen Jiu miró con fastidio el enorme edificio. Su suerte yendo de mal en peor. Al menos ahora entendía por qué había tantos cultivadores en el área siendo que deberían estar reunidos en Huan Hua para el juicio.
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Je je je
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No tuvo que dirigir su mirada hacia donde provenía aquella risa para saber de quien se trataba.
"Ha pasado tiempo maestro Shen," Chang Hua sale de entre los varios cultivadores que le rodeaban, sintiéndose victorioso.
Shen Jiu se limitó a fulminarle con la mirada, no queriendo desperdiciar palabras con una basura como él.
"Xiao-Jiu," era obvio que aparecería en cuanto supiera de su presencia.
Yue Qingyuan le miraba de manera extraña. No sabría cómo describirlo, pero le hacía recorrer escalofríos por todo su cuerpo.
Si todos estaban aquí, eso significaba que Xie Yan debía estar ya fuera de la prisión de agua. A menos que al saber de su presencia, hayan ordenado llevarlo de vuelta a su celda.
Bueno, no es como si tuviese alguna oportunidad de rescatarlo, pero quería verlo y saber en qué estado se encontraba.
Unas agujas fueron lanzadas hacia Shen Jiu quien estaba a punto de bloquearlas de no ser que Yue Qingyuan las desvió con su espada envainada.
"Maestro Yue," Lao Gongzhu se dejó ver finalmente, "teníamos un acuerdo."
"En ningún momento acepté usar el veneno con Shen Qingqiu," respondió el líder de secta severamente antes de voltear a ver a Shen Jiu. "Volvamos a la secta."
Shen Jiu dejó salir un bufido. Tenía que ser un chiste.
"¿Para que me vuelvan a encerrar?" Shen Jiu le dio la espalda, cruzándose de brazos, "Vete a la mierda."
"Es una orden," Yue Qingyuan se le acercó, levantando su mano para tomar a Shen Jiu por el hombro, pero este la golpeó con el dorso de su mano, haciendo algo de distancia entre ellos.
Al menos lo más que podía, considerando que estaba rodeado.
"No eres nadie para darme ordenes," Shen Jiu siseo.
Varios cultivadores comenzaron a gritarle 'arrogante', 'basura', entre otros insultos.
Cang Qiong siendo los únicos que se mantenían callados, sin hacer nada. Solo viéndose culpables, como si ello pudiese ayudar a alguien.
"Como puede ver Maestro Yue. El tiempo que Shen Qin—"
"¡Cierra esa maldita boca!" gritó Shen Jiu interrumpiendo a Lao Gongzhu, "maldito infeliz. ¡Por tu culpa, perdí a mi familia!"
Nuevamente insultos no se hicieron esperar, más Shen Jiu los ignoró. Qué más daba revelarlo todo.
Le creyesen o no, sembraría la duda en algunos corazones, aunque nadie lo fuese a defender en ese momento.
Pudo ver un deje de nerviosismo en el rostro de Lao Gongzhu que solo duró meros segundos. Obviamente, nadie más lo notó.
"Se lo dije Maestro Yue," Lao Gongzhu dice con la mayor calma posible.
Yue Qingyuan parecía que se pondría a llorar de frustración en ese momento. Mientras, seguía terco en creerle a los demás, menos a Shen Jiu.
"Xiao-Jiu, lo que sea que te haya dicho ese sujeto es mentira," aquellas palabras saliendo de los labios de Yue Qingyuan solo ponían más sal a la herida que aún no cerraba a pesar de todo.
No importaba que Shen Jiu se repitiera que Qi-ge había muerto en el momento que este lo dejó con los Qiu para nunca más volver. Nada borraría aquellos años que Yue Qi cuidó de él y por ello seguía doliendo que su Qi-ge siguiera dudando. Que siguiera escuchando a todos menos a él.
"Estamos perdiendo el tiempo," señala Chang Hua. "Es más que obvio que Shen Qingqiu es un caso perdido. Lo mejor es que lo encerremos en la prisión de agua, hasta encontrar la forma de romper con el encantamiento."
Claro que todo era mentira.
Una vez lo tuviesen en sus manos, jamás lo soltarían.
"Shen Qingqiu volverá a Cang Qiong," declara Yue Qingyuan.
"¿Para que luego vuelva a escapar?"
"¡Es mejor que lo encierren en la prisión de agua!"
"¡El sigue siendo un señor de cumbre!" Qi Qingqi finalmente habló, dando algo de valor a sus hermanos marciales que comenzaron a insistir en que Shen Jiu fuese entregado a Cang Qiong.
"¡El masacró a mi familia!" Shen Jiu se estremece un poco tras escuchar aquella voz de la persona cuya presencia era el único consuelo que tenía en aquel infierno – Qiu Haitang, "¿Aun así siguen considerándolo un señor de cumbre? Debe ser una broma."
"Señorita Qiu. Ya habíamos hablado de esto," los ojos de Yue Qingyuan reflejaban un deseo de hacerla callar para siempre.
"¿Y creen que les voy a creer?" Qiu Haitang dirigió su mirada llena de odio hacia Shen Jiu, "¡no son más que mentiras de esta escoria malagradecida!"
"Pero esto fue descubierto cuando el Maestro Shen sufrió aquella desviación de Qi."
"Es verdad. Mucho antes de que empezaran los asesinatos."
"¿Y van a creerle a esa escoria?"
"Es más que obvio que aprovechó la desviación para decir sus mentiras."
"¡Cómo te atreves a difamar a mi shixiong!"
Entre cultivadores comenzaron a discutir. Algunos creían en la inocencia de Shen Jiu con respecto a los Qiu, otros se negaban a dejar de creer en los rumores que por años circularon sobre su persona.
Shen Jiu miró de reojo a Lao Gongzhu notando su impaciencia.
El maestro del palacio quería acabar con todo esto. Seguramente encerrarlos en las catacumbas y hacer uso de ellos.
"¡Shizun!" el grito frenético del joven discípulo principal, Gongyi Xiao hizo que aquellas voces callaran.
"Gongyi, ¿Qué sucede?" la señorita del Palacio pregunto una vez cerca.
Gongyi Xiao se veía ajetreado. Respirando pesadamente tras haber corrido.
"El prisionero—" Gongyi Xiao tomo una enorme bocanada de aire, "¡HA ESCAPADO!"
...
...
¡QUÉ!
Todos comenzaron a ponerse nerviosos, en especial Lao Gongzhu quien mordió con fuerza su labio inferior sin poder creerlo debido al veneno que continuamente le suministraba.
*
Cuando se enteraron de que Shen Jiu se encontraba en los alrededores, decidieron suspender el juicio.
Lao Gongzhu ordenó a sus discípulos, entre ellos Gongyi Xiao para que se llevaran a Xie Yan de vuelta a su celda, no sin antes suministrarle más veneno, obligándolo a caer inconsciente.
*
Gongyi Xiao explicó entre jadeos que cuando iban de regreso a la prisión de agua, Xie Yan murmuraba unas palabras que no pudo discernir. Luego cayeron inconscientes. Cuando abrieron los ojos, el prisionero había desaparecido.
"¡Todos! El prisionero está débil así que no debió haber ido muy lejos," Chang Hua lanzó cable inmortal a Gongyi Xiao. "Ata a Shen Qingqiu y llévalo a la prisión."
"No hemos acordado—"
"Maestro Yue, lo entiendo," Lao Gongzhu interrumpe a Yue, "pero tenemos a un prisionero muy peligroso que se ha fugado y debemos encontrarlo cuanto antes. Necesitamos la ayuda de todos. Véalo como algo temporal."
"No perdamos más el tiempo" un cultivador dijo antes de irse a buscar a Xie Yan. Poco después, otros le siguieron.
Gongyi Xiao se acercó a Shen Jiu, pero Yue Qingyuan le bloqueó el camino mirándolo fríamente.
"Mu-shidi acompañará al joven discípulo a escoltar a Shen-shidi," aquello no era una petición sino una orden.
Lao Gongzhu aunque molesto, no objeto. Aquello no era más que una pequeña piedra en su camino. Simplemente se acercó a Yue Qingyuan extendiéndole una aguja.
"¿Quiere hacer los honores, Maestro Yue?
Yue Qingyuan toma la aguja, para luego entregársela a Mu Qingfang, "Si Shen-shidi intenta algo, no dudes en usarla."
"Maestro Yue, no creo—"
"¡He dicho!"
Lao Gongzhu no dijo nada más tras aquella mirada que le lanzó Yue Qingyuan. Solo chasqueó su lengua en fastidio antes de aceptar.
.
.
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Todos los cultivadores se dieron a la tarea de buscar a Xie Yan.
Mu Qingfang y Gongyi Xiao, escoltaban a Shen Jiu hacia la prisión de agua junto con algunos discípulos.
Shen Jiu pensaba en aquellas agujas y la mención que Yue Qingyuan hizo sobre un veneno.
Recuerda que en el mensaje donde Xie Yan le confesó todo, había mencionado un veneno para poderlo someter. Debía tratarse del mismo veneno que utilizaron con su familia para evitar invocaran las mariposas.
"Gongyi-shixiong," la voz de uno de los discípulos de Huan Hua saca a Shen Jiu de sus pensamientos, "este no es el camino a la prisión de agua."
"Lo sé," contesta calmadamente Gongyi Xiao antes de sacar algo de su qiankun, para luego arrojarlo a sus shidis quienes cayeron inconscientes.
"¡Pero qué—!" Mu Qingfang no pudo terminar su oración al sentir el filo de una espada en su cuello.
Shen Jiu no podía creer lo que estaba sucediendo, "¿Liu-shidi?"
"¿Estas bien, Shen-shixiong?" se podía escuchar la preocupación en la voz de Liu Qingge.
Gongyi Xiao se acercó a Shen Jiu, liberándolo inmediatamente del cable inmortal.
"¿Cómo?" Shen Jiu sabía que Liu Qingge había sido encerrado en su secta, entonces...
"Tus discípulos y mi hermana," esa fue la respuesta de Liu Qingge.
*
En cuanto los maestros de cumbre dejaron la secta, Ming Fan, Ning Yingying y Liu Mingyuan, junto con los discípulos de Qing Jing y algunos de Bai Zhan, pusieron manos a la obra para liberar a Liu Qingge.
Algunos discípulos se dieron a la tarea de distraer a los guardias y maestros de salón. Otros sirvieron de vigías mientras que Ming Fan, Ning Yingying y Liu Mingyuan fueron a liberar al Dios de la Guerra, así como sacarlo de la secta.
Un discípulo de Bai Zhan se ofreció a quedarse en el lugar de su shizun, utilizando un talismán de ilusión que lo haría parecer a Liu Qingge en caso de que alguno de los guardias fuese a revisarlo.
*
Shen Jiu no pudo evitar sonreír porque aquella acción solo ponía en claro que sus discípulos creían en él y no se habían dejado influenciar con aquella historia a la que Yue Qingyuan se aferraba con esmero.
"Lo siento Maestro Mu," dice Gongyi Xiao antes de atar al señor de cumbre de Qian Cao con el cable inmortal. "Conozco un camino por el que podremos salir de la secta sin que nos vean."
Liu Qingge toma del hombro a Mu Qingfang, "Vamos."
"¿Por qué?" Mu Qingfang no terminaba de entender lo que estaba pasando, mientras era llevado por los pasillos detrás del joven discípulo principal.
"Sabes bien por qué Mu-shixiong," responde Liu Qingge, "Tú al igual que yo, sabes que Yue Qingyuan no ha sido el mismo y la historia de la manipulación no es más que una mentira."
Mu Qingfang, no sabía qué decir.
"Solo piénsalo," Liu Qingge continuó, "para empezar Lao Gongzhu tenía un veneno listo que contrarresta el uso de las mariposas. ¿Cómo es eso posible si no las conocía desde antes? Pero actuó como si nunca hubiese escuchado de ellas."
Shen Jiu debía admitir estaba impresionado.
"¿Qué hay del joven Gongyi Xiao?" siendo que el joven discípulo estaba al frente guiando el camino, Shen Jiu no notó aquellos ojos llenos de decepción.
"Respondiendo al Maestro Shen." Gongyi Xiao siguió caminando, dándole una leve mirada a Shen Jiu por sobre su hombro. "Desde aquel día que nos topamos con los responsables, había algo que me inquietaba. Simplemente las declaraciones de shizun, sobre que eran asesinos a sangre fría, no tenían sentido, porque de ser así, me habrían matado en aquella ocasión. Además de que el maestro Xie ayudó al maestro Shen a salvar al maestro Liu."
Gongyi Xiao frunció el entrecejo y prosiguió, "Desde que el maestro Xie llegó, shizun y algunos de los ancianos estuvieron actuando de manera extraña. Un día que fui a la prisión de agua buscando a shizun... él..."
Shen Jiu aceleró un poco el paso para estar justo al lado del joven discípulo, "¿Qué sucedió?"
"No estoy seguro. Hice saber mi presencia y shizun se alejó inmediatamente del maestro Xie. Shizun parecía molesto por haber sido interrumpido, pero trató de disimularlo. Sentí ... no... sabía que algo no andaba bien."
"Entonces... Xie Yan, ¿dónde está?" preguntó Shen Jiu
"Cuando llegué, Gongyi ya había incapacitado a los demás discípulos," agregó Liu Qingge. "Llevamos a A-Yan cerca del pasadizo que usaremos para escapar."
"Regresé con mis shidis que aun seguían inconscientes y esperé hasta que cobraran la conciencia." Explicó Gongyi Xiao, "Fingí haber sido atacado junto con ellos y entonces fui a informárselo a shizun."
"Y así me sacaste de ese embrollo," definitivamente Gongyi Xiao era demasiado bueno para Huan Hua.
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Habían llegado a una especie de sótano. Claramente se veía que nadie había pasado por ahí en años. Demasiado descuidado.
"¡Zuxian!" en cuanto lo vio, Shen Jiu corrió hacia él.
Xie Yan estaba sentado, recargando su espalda contra la pared. Aunque el veneno comenzaba a dejar su sistema, el proceso era lento. Sus ojos aun no podían enfocar, pero fue capaz de reconocer la voz de Shen Jiu.
"¿A-Jiu...?"
Shen Jiu acunó el rostro de Xie Yan entre sus manos, sintiéndose aliviado de volverlo a ver en una sola pieza.
"Aquí estoy Zuxian." Shen Jiu apoya su frente contra la de Xie Yan, "todo estará bien."
Shen Jiu invoca una pequeña mariposa para ayudar a Xie Yan a recuperarse más pronto, pero al momento que la blanca mariposa desaparece, Shen Jiu descubre que el veneno no solamente inhibe su uso, sino también su efecto.
Liu Qingge se acercó para tomar a Xie Yan en brazos, "Debemos darnos prisa."
Shen Jiu asiente antes de ir al lado de Mu Qingfang y tomarlo del brazo.
"Siguiendo este camino, saldremos cerca de la Montaña Bailu." Informa Gongyi Xiao. Considerando que creen que el Maestro Xie escapó por su cuenta, no creerán que haya llegado tan lejos."
Siguieron caminando en silencio. Mu Qingfang quería decir algo, pero ¿qué?
Durante el trayecto, estuvo pensando en lo sucedido aquellos días y en la conclusión que había llegado Liu Qingge.
Era tan obvio.
¿Cómo es que no cuestionaron los conocimientos del maestro del palacio con respecto al veneno?
Y aunque él era el único que no creía en aquella historia que todos sus hermanos marciales se aferraron a creer. No hizo nada para hacerlos cambiar de opinión. No luchó por expresar sus preocupaciones.
Luego recordó algo...
"Shen-shixiong..." Mu Qingfang habló en voz baja, "dijiste que Lao Gongzhu era responsable por..."
"Él ordenó el ataque a mi familia." Murmuró Shen Jiu con cierta impotencia.
De ahí no dijo nada más, dejando ver que no tenía ganas de hablar del asunto.
"... Lo... siento..." susurró Xie Yan.
"No culpo a Zuxian por lo que Zuxian debería dejar de culparse," dijo Shen Jiu sin dudar.
Los dos maestros de cumbre y el discípulo principal no entendieron muy bien. Shen Jiu al ver la pregunta en sus rostros, solo se limitó a decirles que luego les contaría.
No tenía ganas de hablar del pasado. Estaba teniendo problemas para concentrarse en el presente. Estaba preocupado por su Da-ge, pero no podía hacer nada en ese momento. Solo podía rogar que éste se encontrara a salvo.
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Ya estaban cerca de la salida. Podían sentir el aire del exterior recorriendo el túnel conforme se acercaban, así como vislumbrar la luz de la luna pasando por la salida.
"De aquí seguiremos al noroeste," señala Gongyi Xiao. "Los límites del territorio Huan Hua no está lejos." Luego se detuvo, al momento que sacaba una espada de su qiankun, "tome maestro Shen. Solo por si acaso."
'¿Noroeste?' repite Shen Jiu mentalmente, mientras toma la espada ofrecida.
Miró a su alrededor. Fácilmente pudo divisar el monte Bailu. Si recordaba bien las direcciones que recibieron de Zhuzhi-Lang a través de una de sus serpientes, entonces no estaban muy lejos de las 'catacumbas', por ende, el demonio serpiente debería estar cerca.
De pronto, una señal en el cielo los estremece a todos.
Demasiado cerca. Alguien los había descubierto.
"¡Corran!" grita Shen Jiu.
Todos comenzaron a correr, incluido Mu Qingfang que bien podría aprovechar la oportunidad para escapar, más no lo hizo.
Ya estaba harto de esta situación. De quedarse callado solo porque el líder de secta se lo ordenaba, pero si Liu Qingge estaba dispuesto a ir en contra del mundo de la cultivación, entonces él también lo haría sin importar perder su posición.
Se mantendría del lado de Shen Jiu pase lo que pase.
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¡CUIDADO!
Shen Jiu alcanza a avisar, apenas dando oportunidad a todos de esquivar un enorme demonio que estuvo a punto de estrellarse contra ellos, separándose en el proceso del resto.
A partir de ahí, todo se fue a la mierda pues se encontraban ahora en medio de la batalla entre cultivadores y demonios.
"¡Es Shen Qingqiu!" alguien alcanzó a gritar antes de ser golpeado por el demonio que a pesar de su tamaño se había levantado con rapidez atacando al cultivador y mandándolo a volar de un solo golpe.
Arboles derrumbándose tras el impacto. Tierra levantándose por todos lados nublando la vista.
"¡Shen-shixiong!" Liu Qingge llamó con preocupación.
Shen Jiu tosió un poco por la tierra, pero alcanzó a gritarle a Liu Qingge '¡Protege a Zuxian!'
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Todo indicaba que habían comenzado con el ataque a las catacumbas. Aquella señal que vieron momentos antes no fue por ellos.
Algunos cultivadores que notaron a Shen Jiu se lanzaron a atacarle. Este alcanzó a bloquearlos.
Tal parece que Shen Jiu era más importante que aquellos demonios que los estaban invadiendo.
Gongyi Xiao trataba de llegar a Shen Jiu, pero demonio tras demonios le atacaban sin piedad, mientras protegía a su a vez a Mu Qingfang quien le empezó a insistir que lo liberara. Viendo que no tenía muchas opciones, Gongyi Xiao liberó al maestro de cumbre de Qian Cao y juntos comenzaron a abrirse paso hacia Shen Jiu.
Liu Qingge se encontraba en otro extremo peleando con unos cultivadores que se lanzaron a atacarle en cuanto vieron que tenía a Xie Yan quien estaba desesperando de no poder hacer nada. Su cuerpo aun inhabilitado por el maldito veneno, siendo no más que una carga para el Dios de la Guerra que se esforzaba en protegerle.
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¡AAAAAAAAAAAAAAH!
Liu Qingge se congeló.
Xie Yan había empujado lejos a los cultivadores con una explosión de qi mientras lanzaba un gruñido, pareciendo animal salvaje, pero aquella acción no fue lo que hizo que Liu Qingge permaneciera inmóvil en su lugar.
"... demonio..." aquella palabra apenas audible salió de los labios temblorosos del Dios de la guerra.
Xie Yan luchaba con toda su fuerza de voluntad para no perder el control. La marca demoniaca en su frente brillaba intensamente.
*
*
*
Era algo que tenía planeado una vez empezara el juicio.
Activar su sangre demoniaca para deshacerse del veneno y acabar con la mayoría de los cultivadores, pero justo antes de empezar el juicio, un cultivador llegó corriendo, anunciando el avistamiento de Shen Qingqiu por lo que inmediatamente suspendieron toda aquella charada y le terminaron por administrar más veneno, llevándolo al borde de la inconciencia.
No es que realmente hubiese querido activar su sangre en ese momento, pero aquellos sonidos de batalla, la tensión en el cuerpo de Liu Qingge, el sentir como este trata de luchar mientras lo sostenía con un brazo, siendo nada más que un estorbo.
Era riesgoso. Activar su sangre demoniaca le haría perder el control.
Aquella ocasión cuando mató a la familia de Lao Gongzhu, el veneno ya estaba listo – aunque era menos fuerte que el que había terminado por desarrollar el maestro del palacio – pero disipó sus efectos con la sangre demoniaca.
El grito de un joven Lao Gongzhu a sus espaldas lo saca de su trance. Aquel recuerdo del niño a quien ayudó a criar fue lo que le ayudó a cobrar un cierto grado de conciencia. Al menos lo suficiente para no lanzarse a atacarle en ese instante.
En su lugar decide escapar, mientras escucha la joven voz de Lao Gongzhu lanzándole insultos a todo pulmón.
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Y que Xie Yan pierde el control.
Me pregunto quién podrá traerlo de vuelta a la realidad 👀👀👀😏
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