Capítulo 13
Como habrán notado, agregué advertencia de mature porque habrá 'papapa' en este cap :P
ADVERTENCIA: es XieLiu, si no les interesa leerlo, puse una línea así
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al principio y al final de la escena
Mi practica antes de entrar al BingJiu :P, porque es la primera vez que escribo este tipo de escenas hehe
Hay algo de gore, pero muy leve.
Espero les guste n_n
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Liu Qingge pasaba la mayor parte de su tiempo fuera de la secta. Aún más de lo normal.
Simplemente, no podía soportar aquellas miradas sospechosas por parte de sus hermanos marciales que creían seguía siendo manipulado. Pero aun si fuese el caso ya había pasado poco más de dos semanas desde que Shen Jiu se había ido.
Además, Mu Qingfang le había revisado varias veces. Incluso Wei Qingwei con una espada especial para detectar cualquier tipo de posesión o control.
Ninguno de los dos encontró algo que revelara que Liu Qingge seguía siendo manipulado. Pero eso no bastó a sus hermanos marciales para seguir viéndolo con sospecha, con la excusa de que desconocían por completo de lo que eran capaces aquellas mariposas.
Siendo capaces quizá de manipular a quien sea sin que nadie pueda rastrear su esencia.
Eran bastante milagrosas después de todo y con lo sucedido con Shen Jiu, habían descubierto que las mariposas hacían más que curar cualquier aflicción.
Solo Mu Qingfang era el único que creía que Liu Qingge no estaba siendo manipulado, así como que Shen Jiu se había ido por voluntad propia.
Realmente, no podía entender cómo sus hermanos marciales podían cuestionar la decisión de su shixiong de irse. Ninguno de los dos lo hacía.
Pero ¿qué podían hacer?
Eran solo dos con aquel pensamiento con el que se ganaban una mirada acusadora, en especial de Yue Qingyuan quien parecía sumirse en un hoyo de desesperación obsesiva por querer encontrar a Shen Jiu.
Su líder de secta estaba dejando esparcir una oscuridad en su corazón que lo cegaba.
¿Cómo era eso posible?
Habían descubierto tantas verdades de Shen Jiu. Aun así, se atrevía a cuestionar las acciones del señor de cumbre de Qing Jing.
Se supone que Yue Qingyuan era quien mejor lo conocía, siendo que su relación se remontaba desde la infancia.
Ya no pensaba claramente.
Al final no había nada que pudiesen hacer siendo ellos dos los únicos que creían que lo mejor sería investigar más a fondo aquellas supuestas víctimas, creyendo que con eso la verdad saldría a la luz.
Para empezar, Xie Yan tuvo la oportunidad de causar graves daños a la secta de haber querido. No solo limitándose a llevarse a Shen Jiu.
Pero era inútil discutir. Nadie los escuchaba.
Liu Qingge y Mu Qingfang sintieron lo que Shen Jiu cuando lo juzgaron injustamente y no escuchaban las raras veces que se trataba de explicar.
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Al día siguiente de que se había ido Shen Jiu, Yue Qingyuan ordenó mandaran mensajes a todas las sectas, anunciando que el señor de cumbre de Qing Jing había sido secuestrado por los responsables de los asesinatos.
Hubo muchos que no creyeron en aquella declaración alegando que Cang Qiong estaba protegiendo a Shen Qingqiu. Que éste se había ido por voluntad propia ya que también estaba involucrado con los altercados.
"Era de esperase de aquella escoria."
"Solo era cuestión de tiempo."
"Claro que Cang Qiong trataría de protegerlo. ¡Siempre lo ha hecho!"
"Saben que cometieron un error y ahora ¡tratan de encubrirlo con una patética excusa!"
Las personas presentes gritaron, veneno goteando en sus voces. Pies pisoteados en el suelo, puño cerrado y dientes rechinando con furia, la rabia los cegaba.
Aquello no disuadió al líder de la secta.
Yue Qingyuan todavía, firme en sus creencias mientras insiste severamente en que su shidi había sido sacado de la cumbre Qing Jing contra su voluntad.
Pocos le creyeron. Era bien sabido su favoritismo para con Shen Qingqiu cuya reputación no había mejorado a pesar de que sus hermanos marciales trataron de desmentir todos aquellos rumores.
Por si fuera poco, el palacio Huan Hua había dado con el paradero de Qiu Haitiang quien reveló el pasado de Shen Qingqiu a todo el mundo como un simple esclavo malagradecido que asesinó a su familia a sangre fría.
El tiempo que Shen Qingqiu fue discípulo de Wu Yanzi también salió a la luz.
Cang Qiong hizo lo posible por desmentir todo aquello, incluso revelando los abusos que sufrió en el estado Qiu.
Opiniones divididas amenazaban con debilitar la fuerza del mundo de la cultivación.
Al final, llegaron a un acuerdo en el que, cuando encontraran al señor de Cumbre de Qing Jing, sería sometido a juicio. El tiempo que tardaran en encontrarlo, sería el tiempo que tendrían para reunir las pruebas que probasen su inocencia.
No era momento de divisiones, sino de unión.
Aunque recibieron noticias de dos soberanos demoniacos peleando por obtener el total control del Reino demoniaco, sabían que en cuanto alguno de esos dos ganara, el Reino Humano sería atacado.
Debían prepararse.
Por si fuera poco, los cuerpos de dos cultivadores de una pequeña secta que patrullaban uno de los pueblos cerca de Huan Hua, aparecieron en un mismo lugar.
Aunque no estaban calcinados, sino que ahora su sangre se les había drenado. Llegaron a la conclusión que era una forma de tratar de confundirlos.
Los asesinos habían vuelto.
Muchos pensaron que era demasiada coincidencia que poco después que Shen Qingqiu desapareció, aparecieron cuerpos nuevamente.
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Liu Qingge se encontraba cazando en el bosque ventilando sus frustraciones con las bestias que se cruzaran en su camino.
Había peleado nuevamente con Yue Qingyuan. Casi parecían aquellos días en que se peleaba con su Shen-shixiong, pero jamás pensó que esto se repetiría con su líder de secta.
A veces se pregunta el por qué Yue Qingyuan no lo retiraba de su puesto como señor de cumbre de Bai Zhan si tanta desconfianza le tenía.
Quizá por lo mismo que creía ciegamente en su propia historia de manipulación, no quería retirarlo de su puesto siendo 'inocente'.
Sus túnicas estaban completamente ensangrentadas por todas las bestias que se encontraba. Su cabello totalmente desordenado. Ya no más en su característica cola de caballo.
Sintiendo al fin el cuerpo cansado después de horas de cacería, Liu Qingge se sentó al pie de un enorme árbol. Dobló un poco las piernas para luego recargar sus brazos.
Estaba completamente sucio, sudado. Podía sentir sus túnicas pegándose a su piel.
No tuvo que viajar a una posada para lavarse; había un lago cerca donde le gustaba hacerlo.
Prefería en esos momentos estar solo, alejado de cualquier contacto con personas que lo miraban con recelo, con lástima.
Se había esparcido la noticia que el Dios de la Guerra había sido manipulado con facilidad. Las personas, aunque le ofrecieran una sonrisa, a sus espaldas murmuraban palabras que ponían en tela de duda su lealtad.
Pensó que debía ser el Karma por haber esparcido aquellos rumores de su shixiong. Lo podía aceptar.
Lo que le importaba en ese momento era saber si Shen Jiu estaba bien. Si había tomado la decisión correcta de dejar que aquel hombre se lo llevara.
Cada noche, la idea de aquellos cálidos labios de ese hombre contra los suyos atormentaba sus fantasías. La lengua húmeda recorriendo su cuello antes de examinar cada rincón y grieta de su boca.
Llevó una mano al cuello. Aunque no había marca siempre sentía un leve cosquilleo donde Xie Yan le había mordido cada que lo recordaba.
Debería estar furioso por tal atrevimiento, pero la realidad era que se sentía decepcionado, herido, rechazado, usado.
No entendía el por qué.
Se quedó dormido en la confusión.
...
Después de un tiempo perdido en sus pensamientos, se puso en pie para luego encaminarse al lago.
Dejó que sus pies le guiaran. Era un camino que conocía bastante bien. No era la primera vez que iba a limpiarse a aquel lago el cual, si no conocías la zona, no podrías llegar fácilmente. Se podría decir que era su pequeño paraíso privado cuando andaba por la zona.
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¡AAAAAAAAAH!
Un grito ensordecedor cubrió el bosque, poniendo en alerta a Liu Qingge que, sin pensarlo, corrió directo a donde provino aquel aterrador grito.
Pensó que alguien estaba siendo atacado por alguna bestia.
...
Ajeno a lo que haría usualmente en este tipo de situaciones, Liu Qingge se escondió detrás de los arbustos al primer atisbo de aquel hombre que se negaba a abandonar sus pensamientos. Mirándolo con ojos llenos de horror por lo que estaba haciendo.
Sus pupilas se dilataron y temblaron ante el sonido chirriante que salió de la garganta del hombre.
"¡PIEDAD!"
Xie Yan rasgaba lentamente la carne de un hombre que tenía colgado boca abajo, totalmente desnudo, ignorando aquellos gritos llenos de desesperación y dolor.
"¿Piedad?" los ojos de Xie Yan brillaban de un intenso rojo, llenando todavía más de terror al hombre.
Xie Yan se arrodilló para luego tomar la cabeza del hombre obligándolo a verlo directo a sus ojos que parecían le arrancarían el alma.
"Dime—" la voz de Xie Yan era tan fría que helaba la sangre, "Acaso ¿mostraste piedad a todos esos niños de quienes abusaste?"
"¡Yo no—¡"
Xie Yan apretó la mandíbula del hombre impidiéndole seguir con sus mentiras.
"¿Crees que no lo sé?" Xie Yan dice en tono burlón. "¿Crees que me arriesgaría a dañar a un inocente? Por supuesto que te he estado vigilando. Debo decir que no eres merecedor de aquella bella esposa y adorables hijos."
Los ojos del hombre se agrandaron imposiblemente más al escuchar a Xie Yan hablar de su familia.
"Por favor..." con voz desquebrajada comenzó a rogar, "no les hagas daño."
"¿Me crees tan vil?" pregunta Xie Yan sintiéndose bastante ofendido. "No soy como tú."
Xie Yan se pone en pie. El hombre lanza un gañido cuando su miembro es tomado con fuerza entre aquellas largas uñas negras.
Sangre salpicó por todas partes, incluyendo a Xie Yan que permanecía inmutable. El hombre retorciéndose del dolor. Le habían arrancado su miembro.
Después de unos segundos que parecieron eternos, Xie Yan con la ayuda de una mariposa, vuelve a 'unir' el miembro al cuerpo del hombre para luego arrancarlo nuevamente.
Liu Qingge vio con horror la crueldad de aquellas acciones, pero fue incapaz de moverse de su lugar. No por miedo. Era como si una fuerza desconocida le impidiera moverse.
"... Por favor..." la voz del hombre se oía rasposa por todos los gritos. Sus palabras apenas audibles entre sollozos.
"Dime lo que quiero—" Xie Yan sonríe maliciosamente, "y prometo acabar con tu sufrimiento, pero si no... bueno... ya sabes cómo terminaron su 'amigos'."
Había un rencor absoluto que se iluminaba en los ojos de Xie Yan y veneno en las comisuras de sus labios.
Quien mirase en sus dos orbes centelleantes goteando resentimiento, su alma temblaría.
El hombre comenzó a hipar. Sabía que moriría, pero de él dependía el seguir sufriendo o no.
"Está bien..." dijo el hombre resignado con labios temblorosos, lágrimas cayendo continuamente de sus ojos. "Cerca de la montaña Bailu... al noroeste. La entrada... está oculta con... talismanes de ilusión..."
"¿Algo más?" pregunta Xie Yan con severidad.
El hombre temblaba constantemente mientras negaba con la cabeza saber más de lo que ya había informado.
Xie Yan lanzó un suspiro. Ya no obtendría más de este hombre sabiendo que estaba diciendo la verdad.
Degolló al hombre sin dudar, causando que muriera al instante, librándolo de aquel sufrimiento.
Sacó un pequeño vial de su anillo de almacenamiento en el cual guardó algo de la sangre que aun emanaba del cuerpo sin vida.
"¿Disfrutaste el espectáculo, Liu-shidi?"
Liu Qingge, sintiendo que ya tenía control de su cuerpo salió de su escondite. Sus ojos posándose en el cuerpo que aun colgaba boca abajo.
"No te sientas mal por él." Le aconseja Xie Yan. "Era una basura. Una verdadera escoria. Fui demasiado amable al no prolongar más su sufrimiento."
Xie Yan decía aquellas palabras sin dirigirle la mirada a Liu Qingge quien no hizo por acercarse, optando por quedarse quieto.
Liu Qingge quería decirle que no era necesaria tanta crueldad, pero ¿qué podría saber él?
"Él—" Liu Qingge se aclaró la garganta, "¿él tuvo que ver con lo de la familia de Shen Qingqiu?"
Xie Yan voltea a verlo con sus hermosos ojos carmesíes que aun brillaban con cierta intensidad provocando que el corazón de Liu Qingge se acelera por instantes.
"No," respondió Xie Yan, "pero ha cometido actos atroces contra inocentes."
"Y ese lugar que le preguntaste—"
"Es donde tienen encerradas a sus víctimas, para utilizarlas como ingredientes de cultivo o calderos." Se podía ver el odio en los ojos de Xie Yan de solo pensar que aquel lugar aún existe. "El mismo lugar donde tenían al Da-ge de A-Jiu."
Aquello le horrorizaba más al Dios de la Guerra que la tortura que acababa de presenciar.
El hecho de que cultivadores que deberían suponerse honorables, justos, protectores de inocentes cometieran aquel tipo de atrocidades, habría sido impensable, pero ahora—
Liu Qingge se quedó el silencio. Su mirada pegada al suelo.
Al no haber más palabras, Xie Yan volvió su mirada al cuerpo, cortando la cuerda de la que colgaba. Provocando un sonido de 'Plop' en el momento que el cadáver cayó a la tierra.
Liu Qingge levantó la mirada cuando por el rabillo del ojo notó que Xie Yan se alejaba.
"¡E-espera!" alzó la voz sonando con algo de desesperación. "¡Detente!"
Xie Yan se detuvo, para luego mirarle por sobre su hombro a espera que el cultivador continuara.
Liu Qingge abrió y cerró la boca unas cuantas veces antes de al fin preguntar por el bienestar de Shen Jiu.
"A pesar de los intentos de Zhangmen-shixiong, el mundo de la cultivación quiere llevar a Shen-shixiong a juicio..." explica Liu Qingge. "Si lo llegasen a encontrar—"
"Está bien," interrumpe Xie Yan volviendo su mirada al frente, sus manos detrás de su espalda. "A salvo, junto con su Da-ge. No podrán encontrarlo. ¿Es todo?"
La frialdad con la que Xie Yan lo trataba, hacía estrujar el corazón de Liu Qingge quien estiró el brazo como si quisiera alcanzarlo, para luego retraerlo.
Un 'sí' desganado apenas abandonó los labios de Liu Qingge preguntándose por qué estos sentimientos le invadían haciéndole sentir miserable como cuando se dio cuenta de cuan mal había juzgado a Shen Jiu.
Xie Yan estaba por irse cuando sintió que varios cultivadores se estaban acercando al lugar. Se dio rápidamente la vuelta, corriendo hacia Liu Qingge quien no se dio cuenta hasta que Xie Yan lo tomó y llevó hasta dentro de un enorme árbol.
Liu Qingge iba a decir algo, pero Xie Yan le tapó la boca. Luego con su mano libre sacó un talismán que creó una ilusión cubriendo el hueco del árbol, mientras ellos podrían observar sin ser vistos al exterior.
Cultivadores de Huan Hua habían llegado, dirigiéndose inmediatamente a inspeccionar el cadáver. Entre ellos se encontraba uno de los ancianos, Chang Hua.
"¿Y bien?" pregunta Chang Hua cuando terminaron de inspeccionar el cuerpo.
"No hace mucho murió," responde uno de los cultivadores, "sangre aun borbotea del cuerpo."
"Entonces deben estar cerca," concluye Chang Hua, "Busquen cualquier rastro."
"¡Entendido!"
Ante la orden los tres cultivadores que venían con Chang Hua se dieron a la tarea de buscar pistas que los llevaran con el paradero de los responsables sin sospechar que Xie Yan y Liu Qingge estaban observándoles.
Xie Yan ya había retirado su mano de la boca de Liu Qingge, sabiendo que este no haría nada para delatarlo, ya que no se vería bien si los encontraban juntos considerando los rumores que rondaban.
Liu Qingge tenía dificultad para concentrarse en lo que pasaba en el exterior, teniendo al hombre tan cerca.
Xie Yan tenía las manos apoyadas una a cada lado de la cabeza de Liu Qingge. Sus piernas entrecruzadas. El espacio era demasiado pequeño para ambos hombres de casi el mismo tamaño, siendo Xie Yan un poco más alto.
Cuando uno de los cultivadores comenzó a acercarse al árbol donde se escondían, Xie Yan comenzó a cubrir más con su cuerpo a Liu Qingge, como si tratara de escudarlo.
El cerebro de Liu Qingge se volvió frenético. '¡Su cuerpo está presionando contra el mío!' chilló en su cabeza.
Liu Qingge mordió su labio inferior evitando soltar sonido ya que, con el movimiento, el muslo de Xie Yan presionó levemente en su entrepierna.
Con su nariz cerca del cuello de Xie Yan, Liu Qingge no pudo evitar inhalar para percibir un ligero aroma a bambú y pasto fresco, apenas perceptible por el olor metálico de la sangre que cubrían las túnicas del mayor.
Xie Yan se tensaba y cubría más a Liu Qingge entre más cerca el cultivador estaba de su escondite.
El latido del corazón de Liu Qingge se acelera. Todo su ser se sentía como si estuviera en llamas: cara, cuerpo y todo.
Hubo destellos de lo que había sucedido unas semanas antes. Siguió mirando los labios que le habían dado su primer beso, deseando que volvieran a posarse sobre los suyos.
Por enésima vez esa noche, debido a Xie Yan, su mente se volvió loca.
"Ay pisadas." Uno de los cultivadores finalmente habla. "Unas parecen dirigirse al Norte, pero aquí desaparecen. Las otras indican que alguien estuvo detrás de aquellos arbustos, luego estuvieron largo tiempo en este punto, pero no hay rastro de en qué dirección se fue."
"Maestro ¿cree que haya hablado?" pregunto uno de los cultivadores. Sus cejas fruncidas.
"Y si se llegara a saber... nosotros... Huan Hua."
"¡TSK!" Chang Hua chasqueó la lengua con molestia, "no es más que un asesino. Quien le creería."
"No hay más que hacer aquí." Dice finalmente Chang Hua. "Lleven el cuerpo de vuelta Huan Hua a ver si encuentran algo que nosotros no." Ordenó.
Después de lo que pareciese una eternidad para Liu Qingge, aquellos cultivadores se fueron, pero Xie Yan no se movió de su posición hasta que estaba seguro de que estaban solo ellos dos.
Liu Qingge pudo sentir como el cuerpo de Xie Yan pasó de estar tenso a relajado, dejándole saber que era seguro salir.
...
No quería salir aún.
...
Xie Yan lanzó un largó suspiro. El aire caliente alcanzando a rosar levemente parte del rostro de Liu Qingge quien tragó fuertemente saliva haciendo un sonido de 'gulp'.
Xie Yan luego invocó una pequeña mariposa tan pequeña y sin brillo, mandándola a volar para analizar los alrededores.
Nunca estaba de más ser precavidos.
"Esperemos unos minutos hasta que la mariposa regrese." Aconseja Xie Yan. "Puede que aun haya cultivadores cerca y aquello fuese un acto para que bajemos la guardia."
Liu Qingge apenas pudo asentir, manteniendo la cabeza baja. Sus orejas totalmente rosadas.
Quien le viera en esos momentos, dudaría que se trataba del Dios de la Guerra de Bai Zhan, viéndose como una doncella avergonzada.
Xie Yan recargó su espalda contra el tronco, cruzando los brazos frente al pecho. Al no sentir de Liu Qingge intenciones de pelear o siquiera querer capturarlo, se sintió en confianza para cerrar los ojos, descansando así un momento en lo que su mariposa regresaba.
Liu Qingge levantó la mirada topándose con aquel rostro, más específicamente en aquellos labios. Sus ojos traicioneros no le permitían enfocarse en otro lugar.
...
...
...
Los ojos de Xie Yan se abrieron de golpe, chocando con los ojos igualmente abiertos de Liu Qingge, quien se alejó, golpeando su espalda contra la madera.
"¿Qué crees que haces?" le cuestiona Xie Yan.
¿Cómo pudo hacer algo tan desvergonzado?
¿Besar a un extraño?
¡Él no es así!
"¡Es tu—Mmmh!" la boca de Liu Qingge volvió a ser cubierta con una mano.
"No grites," susurró Xie Yan antes de quitar la mano de aquella boca.
"¡Es tu culpa!" susurró Liu Qingge tratando de contenerse.
Xie Yan se vio genuinamente confundido, "¿Y yo que hice?"
¡El DESCARO!
LA AUDACIA—
¿¡Cómo se atreve a actuar todo inocente después de lo que le hizo hace unas semanas!?
"¿Vas a fingir que no me hiciste algo?" el tono de Liu Qingge dejaba ver su molestia.
"Yo... ¿hacerte algo?" preguntó Xie Yan, "No te he hecho nada."
"¿Entonces vas a negar que me besaste aquel día en que te llevaste a Shen Qingqiu?"
Xie Yan parpadeo un par de veces antes de responder
"¿Te refieres a eso?" Xie Yan posa sus largos dedos en su barbilla. "Ya pasaron un par de semanas... no espera, ni siquiera deberías recordarlo. ¿Habré hecho algo mal?"
"¡Tú—!" Liu Qingge sacudió la cabeza, tratando de sacar aquellas ideas raras que se estaban apoderando de su mente. "Solo olvídalo y deshaz lo que sea que me hayas hecho."
"Pero ¿Qué voy a deshacer?"
La mirada de Liu Qingge ahora tornándose en una de total indignación.
"Deja de hacerte el tonto," en este punto Liu Qingge quería golpear a Xie Yan, "Desde aquel día no has dejado mi cabeza e incluso en mis sueños tu presencia me atormenta. No puedo dejar de pensar en ese beso... ¡mi primer beso!"
Liu Qingge sin darse cuenta estaba confesando su atracción a Xie Yan quien portaba ahora una expresión de incredulidad, viéndolo atentamente con los ojos muy abiertos, sin intención de interrumpirle.
"Me seduces, me acaricias... ¿en verdad era necesario todo eso?" continuó ventilándose Liu Qingge quien difícilmente hablaba más de tres oraciones y ahora las palabras no dejaban de salir. "Obviamente eres más fuerte que yo, pudiste someterme de otra manera con cable inmortal o—"
Nuevamente, esos dulces labios que Liu Qingge acababa de besar espontáneamente cortaron su discurso en lugar de una mano. Tan encantador y convincente.
Tan dulces y adictivos.
Algo se encendió en él de repente que no está seguro de qué.
No... esta vez no lo iba a dejar salirse con la suya así que muy a su pesar rompió aquel beso.
"¿¡Qué crees que haces!?"
"No lo sé..." murmuró Xie Yan, desviando su mirada de Liu Qingge. "Es solo que cuando te enojas no puedo resistirme."
Aquello dejó a Liu Qingge sin palabras, sin saber cómo reaccionar. Ni siquiera objetó cuando Xie Yan apoyó el rostro en el cuenco de su cuello mientras volvía a apoyar las manos a cada lado de la cabeza de Liu Qingge.
"Mi culpa..." Xie Yan susurró, "cuando vi aquella expresión en tu rostro después de que te hice caer aquel día... no pude evitar besarte. Incluso ahora me es difícil no devorarte en este instante."
"¿A qué estás jugando?" la voz de Liu Qingge temblaba cada que sentía la respiración de Xie Yan en su cuello.
"¿Quién está jugando?" Xie Yan restregó su nariz en la piel expuesta del cuello. "Ni siquiera te conozco, más tu recuerdo no deja mi mente, así como atormenta mis sueños, llenándome de un deseo el cual soy incapaz de saciar. Un deseo que no creí volver a sentir después de años de soledad."
Las manos de Liu Qingge parecieron cobrar vida propia, pues sin darse cuenta se posaron en la cintura de Xie Yan.
"Y aquí estás—" siguió Xie Yan, mientras besaba tiernamente el cuello de Liu Qingge, "confesando tu atracción hacia mí. Diciéndome que te di tu primer beso. Acaso también ¿fui el primero en tocarte? ¿nunca has estado con alguien más?"
"Yo... jamás..." apenas las palabras dejaron los labios de Liu Qingge entre jadeos.
"Soy el primero entonces." Xie Yan procede a morder y chupar la oreja de Liu Qingge mandando chispas por todo el cuerpo de este. "Con estas confesiones ¿cómo quieres que me detenga ahora?"
Xie Yan besó y mordió el cuello de Liu Qingge dejando pequeñas marcas que dejaran ver que era suyo.
"Pero si me dices que lo haga—" Xie Yan levantó el rostro para ver a Liu Qingge a los ojos quien ya estaba sonrojado jadeante, "lo haré, aunque el deseo me grite que te haga mío y solo mío. Aunque me dicte que te devore en todos los aspectos, si me dices que me detenga, que me aleje, lo haré."
Con cada palabra pronunciada, la madera crujía debajo de los dedos de Xie Yan en un intento de contener su deseo que estaba a punto de explotar.
Liu Qingge quería negarse. Parar aquello que no entendía pasaba entre los dos.
No pudo. Mucho menos cuando escuchó palabras que le aseguraron que no solo fue un objeto para un fin. Si no que encendió deseos dentro de Xie Yan que le atormentaban al igual que a él, pero si aceptaba y llegaba a ser descubierto, sería visto como un traidor.
Daría razón a aquellos rumores.
...
...
¿Pero qué importaba en esos momentos?
Hasta lo excluían de la mayoría de las reuniones entre maestros de cumbre por aquellas sospechas.
"Ni siquiera sé tu nombre..." murmuró Liu Qingge.
Xie Yan rio levemente antes de acercar sus labios al oído de Liu Qingge para susurrar seductoramente su nombre 'Xie Yan' provocando cosquilleos en la piel expuesta.
Liu Qingge apretó su agarre en la cintura de Xie Yan, acercando ambas pelvis. Sus miembros semi erectos rozándose uno contra el otro.
Ambos gruñendo ante aquella leve fricción.
"Aun puedes pedirme que me aleje..." susurra Xie Yan entre leves jadeos, "porque después no creo ser capaz de detenerme."
Las manos en la cintura de Xie Yan, mostraban algo de duda, miedo, al igual que deseo a través de leves temblores.
Liu Qingge jamás había experimentado este deseo, mucho menos estar con alguien más que lo mirase con ojos hambrientos que prometían sería devorado completamente.
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Ambos labios volvieron a chocar. Esta vez sin intención de volverse a separar.
Liu Qingge tomó su decisión. Ya no podía contenerse más.
En aquel angosto espacio, Xie Yan presionó su cuerpo contra el de Liu Qingge, rosando aún más sus miembros palpitantes, completamente erectos ante el constante roce, formando ya una carpa en sus pantalones.
La falta de experiencia por parte de Liu Qingge en aquel beso era notoria, pero lo compensaba con su entusiasmo, haciéndole ver demasiado tierno ante los ojos carmesí de Xie Yan quien profundizó más en aquel beso entrelazando sus lenguas, deleitándose con el sabor que recordaba perfectamente desde aquel primer beso.
La pequeña mariposa había regresado, posándose en la oreja de Xie Yan. Dejándole saber que no había nadie más en los alrededores, aunque apenas le notó.
Su completa atención estaba en complacer en todos los aspectos al cultivador.
Llevó una de sus manos a desatar el cinturón de Liu Qingge con destreza. Sabía lo que hacía, aunque habían pasado años desde la última vez que había hecho algo así.
Xie Yan tomó las manos de Liu Qingge que aún se encontraban en su cintura para posar los brazos alrededor de su cuello.
Luego posó sus manos en el pecho de Liu Qingge, separando lentamente las túnicas, exponiendo la piel de a poco.
Primero la clavícula, luego los hombros.
Xie Yan hizo un camino desde la boca, luego al cuello ya marcado, saboreando cada parte como si de un dulce se tratase. Terminando por morder el hombro provocando un fuerte jadeo de Liu Qingge debido a la sorpresa, clavando sus uñas en los hombros de Xie Yan quien lamió tiernamente la herida que le acaba de hacer, sintiéndose satisfecho.
La sensación de aquellos largos dedos acariciando su pecho, pellizcando sus pezones, mandaron chispas por toda la columna de Liu Qingge quien movió la cadera de forma inconsciente, buscando la fricción entre sus miembros.
Podía sentir un punto en sus pantalones totalmente humedecido por el presemen.
Xie Yan pasó su lengua por el pecho hasta llegar a uno de los pezones, chupándolo y mordiéndolo. Liu Qingge tapó su boca tratando de callar aquellos sonidos desvergonzados que no podía creer salían de él.
"No..." Xie susurró, luego dio tiernas lamidas al ya abusado fruto rosado, "déjame escucharte."
Aquello último sonando como un ruego al que Liu Qingge no pudo evitar complacer.
Xie Yan mordió levemente el pezón ganándose un dulce gemido, antes de pasarse al otro que clamaba por su atención.
Después de unos minutos, cada parte de piel expuesta de Liu Qingge estaba completamente marcada por chupetones.
Xie Yan estaba en su límite, queriendo tomarlo justo en ese momento, pero el lugar no era ideal a su parecer.
Volvió a devorar la boca de Liu Qingge, mientras que con una mano abría un portal a un pequeño campamento que había hecho en una cueva escondida detrás de una cascada, no muy lejos de ahí.
Liu Qingge se dejó empujar a través del portal, sin prestar atención al cambio de ambiente. Permitió que Xie Yan lo llevara hasta lo que parecía una cobija extendida en el suelo donde fue recostado boca arriba, no sin antes sus túnicas fueran descartadas dejándolo con el pecho completamente descubierto.
Sus labios nunca dejando los ajenos, apenas dándose unos segundos para respirar.
Liu Qingge al notar que Xie Yan seguía completamente vestido, pasó sus manos hasta el cinturón, tratando de aflojarlo en desesperación. Xie Yan lo encontró divertido y teniendo piedad de él, le ayuda a deshacerse de sus propias túnicas dejándolo igual que al joven cultivador.
Las respiraciones de ambos hacían eco en la cueva, excitándolos aún más.
Xie Yan volvió a hacer un camino de besos, pasando lentamente de la boca hasta el vientre. Sus dedos apenas tocando la piel desde las costillas hasta la cadera, provocando cosquilleos que erizaban la piel de Liu Qingge.
Se apartó un poco para poderle quitar completamente los pantalones a Liu Qingge dejando sus ojos deleitar con aquel cuerpo. Viendo hambriento aquellas zonas que aún le faltaban por marcar.
Lo haría completamente suyo y nadie podría arrebatárselo.
Besó uno de los suaves, exquisitos y firmes muslos por la parte interior. Con una de sus manos arañaba el otro, mientras hacía que Liu Qingge – quien gemía constantemente por su toque – abriese más las piernas, acercándose poco a poco al miembro erecto que parecía saltar expectante.
Xie Yan dio unas leves lamidas a la base, antes de con su lengua ir de arriba abajo varias veces a lo largo de aquel pene palpitante, lamiéndolo, chupándolo. La espalda de Liu Qingge arqueándose en el acto.
Unos dedos se enroscaron en el cabello de Xie Yan, cuando este tomó todo el miembro en su boca.
Saliva escurría por la comisura de los labios de Liu Qingge que podía sentirse cerca del límite.
"... Yo... aah... se siente..." era difícil para Liu Qingge articular palabras entre aquellos lascivos gemidos.
Xie Yan sintiendo que estaba cerca, decidió parar provocando que Liu Qingge presionara su cabeza para que terminara lo que empezó, pero al no lograr nada, gimoteó al ser privado de aquella liberación.
"Alguien esta impaciente," señala Xie Yan entre risas.
Aquellas palabras hicieron que Liu Qingge se sintiera un poco avergonzado.
Unos dedos se posaron en los labios de Liu Qingge que los chupó sin necesidad que se lo pidieran. Aquellos dedos pronto fueron reemplazados por los labios de Xie Yan solo por unos segundos, antes de que aquella boca volviera a servir su miembro.
Los dedos ensalivados comenzaron a masajear aquella apretada entrada antes de que el primer dedo fuese introducido al momento que Xie Yan chupó aquel miembro distrayendo a Liu Qingge de la intrusión.
Luego un segundo dedo le siguió acompañado de un leve dolor que pronto se convirtió en placer.
El momento en que un tercer dedo fue insertado, Liu Qingge tuvo su primer orgasmo, llenando de líquido blanco aquella boca que lo recibió gustosamente sin la intención de desperdiciar ni una sola gota.
Liu Qingge cubrió sus ojos con su antebrazo, respirando pesadamente.
Xie Yan abandonó aquel miembro ahora suave para luego doblar a la mitad a Liu Qingge, exponiendo completamente su entrada.
"¡Nngh!"
El cuerpo ya muy sensible de Liu Qingge convulsionó de placer al sentir aquella húmeda lengua en su entrada. Su miembro volviéndose a poner duro.
No fue hasta que lo consideró listo, que Xie Yan paró para luego deshacerse de sus pantalones, dejando ver su miembro erecto a lo que Liu Qingge no pudo evitar morderse el labio.
"Ponte en cuatro, Baobei," susurró Xie Yan mientras acariciaba tiernamente la mejilla de Liu Qingge quien parecía estar reacio a tomar aquella posición. "Es tu primera vez. Dolerá menos."
A Liu Qingge no le importaba el dolor, pero al final hizo caso.
Xie Yan apretó aquellas suaves, firmes nalgas que se enrojecieron con facilidad. Alineó la cabeza en aquella entrada que parecía darle la bienvenida y lentamente, comenzó a entrar al momento que sentía cómo era succionado.
Liu Qingge perdió fuerzas en los brazos, terminando por doblarlos, utilizándolos como almohada recargando en ellos su frente. Pequeñas lágrimas asomándose por la comisura de los ojos. Su pene derramando presemen en la cobija.
Una vez Xie Yan había entrado completamente, se mantuvo quieto, dejando que el cuerpo de Liu Qingge se adaptara al tamaño a su vez que invocaba una pequeña mariposa para ayudarle a acostumbrarse más rápido.
Movió los cabellos de Liu Qingge descubriendo su nuca, para luego besarla.
"¿Estás bien?" preguntó entre besos a Liu Qingge quien apenas pudo asentir.
Xie Yan siguió besando la nuca, los hombros. Con una de sus manos acariciaba el vientre de Liu Qingge, sintiendo cómo su miembro hacía un leve bulto.
Comenzó a moverse, aumentando la velocidad de a poco. Liu Qingge lanzando un grito ahogado con cada embestida.
"¡Aaaaah...!" Liu Qingge lanzó un sonoro y vergonzoso gemido cuando el pene dio en su próstata haciéndole ver estrellas.
Xie Yan concentró sus embestidas justo en ese punto. El dolor inicial completamente reemplazado por placer.
Levantó a Liu Qingge haciendo que este se sentara en su regazo. Su miembro entrando aún más en aquella entrada que le apretaba.
"Te sientes... demasiado bien... cálido..." susurró Xie Yan entre jadeos al oído de Liu Qingge quien había apoyado la cabeza en su hombro.
El sonido obsceno de piel contra piel 'papapa' haciendo eco en la cueva, así como los jadeos.
Ambos gimieron al llegar al clímax al mismo tiempo. Liu Qingge dejando salir el nombre de 'Xie Yan' de sus labios.
Liu Qingge quedó completamente sin fuerzas tras su segundo orgasmo, apoyándose completamente en el pecho de Xie Yan quien con cuidado los acomodo sobre la cobija, quedando ambos sobre sus costados.
El miembro de Xie Yan seguía dentro de él. Aún estaba duro.
Tomó el muslo de un sobre estimulado Liu Qingge, levantando un poco la pierna, volviendo con sus embestidas.
Todo lo que Liu Qingge podía hacer era dejar salir aquellos sonidos de placer, siendo incapaz de detener a Xie Yan...
No es como si quisiera hacerlo.
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Liu Qingge abrió lentamente los ojos, parpadeando varias veces antes de ser capaz de enfocarlos apropiadamente.
Un brazo rodeaba su cintura, mientras que vio como el otro se extendía antes de que una pequeña mariposa apareciese en la mano y esta saliera revoloteando de la cueva.
"¿Qué es eso?" pregunta un aún adormilado Liu Qingge.
Xie Yan restriega su rostro en el cabello desordenado de Liu Qingge, "Mensaje."
"¿Cuántas cosas pueden hacer esas mariposas?"
"Demasiadas que estoy seguro desconozco aun todo su potencial." Xie Yan se sienta, seguido de Liu Qingge quien no apartaba sus ojos de él.
"Será mejor que regrese a la secta..." comenta Liu Qingge, aunque en sus ojos era claro que no deseaba hacerlo.
Xie Yan se inclina para besarle el hombro, tentado a dejarle marcas, pero quizá en otra ocasión. Ya le había ayudado a desvanecer las que le había hecho la noche anterior, así como usar algunas mariposas para evitarle cualquier molestia en sus caderas.
"No creí que te causaría este tipo de problemas en tu secta"
"No es tu culpa" Liu Qingge apretó los ojos un tanto molesto. "Es porque no creen en que aquellos que mataron hayan cometido actos atroces, por ser parte de grandes sectas."
Y si Liu Qingge era honesto, de no haber escuchado la historia de Shen Jiu probablemente estaría igual de cegado que ellos.
"Esperemos cuando todo sea expuesto dejen de estar en negación."
Xie Yan se pone en pie para luego vestirse con sus túnicas.
"Quizá... aunque tengo mis dudas de si el líder de secta deje de estarlo." Liu Qingge comienza a vestirse también. "Está obsesionado con encontrar a Shen-shixiong, convencido de que lo forzaste a dejar la secta."
"A-Jiu lo conoce bastante bien." Xie Yan entre leves risillas. "El día que me lo llevé predijo que ese líder declararía que había sido raptado."
"Mientras Yue Qingyuan no lo conoce en absoluto." Liu Qingge se ató el cinturón, terminando por vestirse. "En estos días ha cambiado. No es el mismo líder que respetaba y admiraba."
"En fin, será mejor separarnos." Aconseja Xie Yan. "Tú tienes una secta a la que regresar y yo información que debo seguir."
Liu Qingge asiente, mientras termina de arreglarse el cabello.
"¿Podrías responderme una cosa?" Xie Yan le mira con atención dando un sonido de afirmación. "Huan Hua... ¿estuvo involucrado?"
Xie Yan respira profundamente, "Huan Hua es la raíz de todo. Más específicamente ese bastardo de Lao Gongzhu."
"Será difícil convencer a los demás," dice con impotencia Liu Qingge. Después de todo ni siquiera pudo convencerlos con respecto a Shen Jiu.
"No te preocupes por ello" Xie Yan se acerca a Liu Qingge para luego apoyar su frente contra la de él, mientras con sus manos acunó el rostro y acarició aquel lunar bajo el ojo tiernamente con su pulgar.
"Quisiera que hubiera algo que pudiera hacer para ayudar," Liu Qingge apretó los labios por sentir impotencia, "se lo debo a Shen-shixiong."
"Se que llegado el momento harás todo lo posible para ayudarnos a hacer justicia, pero ahora, créeme cuando te digo que con el solo hecho de no dudar en nuestra palabra, es más que suficiente."
Xie Yan le besó antes de apartarse, con la intención de abrir un portal.
...
...
...
"¿Uh?"
Algo no andaba bien.
"¿Qué sucede?" pregunta Liu Qingge.
Xie Yan mira su mano, cullas uñas negras se habían alargado como siempre cada que iba a abrir un portal.
Posa su mirada en Liu Qingge antes de acercársele nuevamente y posar su mano en el pecho de este.
Liu Qingge sintió cómo el Qi de Xie Yan recorría sus meridianos notando como este fruncía el entrecejo.
"De verdad desconfían de ti." Liu Qingge le miró sin entender a qué se refería. "Te marcaron. Todo este tiempo te han estado vigilando, seguramente creyendo que los llevarías a A-Jiu o a mí."
"¡Tienes que irte!" Urge Liu Qingge. "Abre uno de esos portales. No les diré nada."
Xie Yan niega con la cabeza, "No puedo abrirlo. Debieron erigir una barrera parecida a la que rodeaba Qing Jing."
Liu Qingge aprieta los puños fuertemente hasta volver sus nudillos blancos, diciendo entre dientes con cierta ira el nombre de su líder de secta 'Yue Qingyuan'.
"¡Liu-shidi!" Hablando del diablo. "Sabemos que estás ahí. ¡SAL!" ordenó Yue Qingyuan.
Xie Yan posa su mano en el hombro de Liu Qingge. "Ve." Luego le da un tierno beso en los labios.
Liu Qingge suspira pesadamente antes de obedecer y salir renuentemente de aquella cueva.
Sus ojos se agrandaron al verse rodeado, no solo por sus hermanos marciales sino también por Huan Hua.
El maestro de palacio y Chang Hua entre ellos.
"¿Qué significa esto?" cuestionó Liu Qingge a su líder de secta.
Yue Qingyuan ignoró su pregunta. "Ven aquí, ahora."
Liu Qingge no dice nada más no se mueve de su lugar.
"Liu-shidi, por favor," implora Mu Qingfang.
"Maestro Liu, aléjese de la entrada," interviene Chang Hua. "¡Y tú! ¡Sal de una buena vez! Erigimos una barrera que inhabilita tus portales, ¡No tienes escapatoria!"
...
...
¡POW!
Chang Hua apenas pudo bloquear el golpe que Xie Yan había apuntado a su rostro.
Todos tomaron posturas defensivas, desenvainado sus espadas apuntándolas hacia Xie Yan, con excepción de Yue Qingyuan que solo mantenía su mano sobre la empuñadura.
Liu Qingge quería ayudarle, pero Xie Yan le miró fugazmente, lo suficiente para hacerle entender que no interviniera.
"Tantos cultivadores reunidos... ¿por mí?" ojos carmesíes brillando de un intenso rojo, mirando a Lao Gongzhu, "me siento halagado."
"¡Dónde está Xiao Jiu!" exige Yue Qingyuan. "¡Devuélvemelo!"
"¿Devolvértelo?" la mirada de desprecio de Xie Yan dirigida al líder de secta. "Ni que fueras su dueño."
"Líder de secta Yue no pierda su tiempo," aconseja Lao Gongzhu. "Ustedes qué esperan. ¡Captúrenlo de una buena vez!" ordenó a sus guardias que enseguida se dieron a la tarea.
Xie Yan esquivó sus ataques, inhabilitando casi enseguida a los cultivadores que trataban de capturarlo para luego dirigirse a Lao Gongzhu y ser bloqueado por Yue Qingyuan.
Ambos pelearon. Yue Qingyuan insistiendo en saber el paradero de Shen Jiu mientras Xie Yan se limitaba a ignorarle.
.
.
.
¡AHORA!
Liu Qingge apenas pudo el leve brillo de varias agujas dirigidas a Xie Yan, sin tiempo de advertirle.
Yue Qingyuan lanzó un ataque, distrayendo a Xie Yan quien no notó las agujas hasta que era demasiado tarde, gruñendo al instante en que sintió leves punzadas atravesando su piel.
Los ojos de Xie Yan se agrandaron al reconocer el veneno impregnado en aquellas agujas.
Yue Qingyuan le lanzó un fuerte golpe al estómago que lo mandó volando directo a un árbol el cual crujió por el impacto.
Liu Qingge no podía ser más un espectador y se lanzó frente a Xie Yan quien estaba perdiendo la consciencia debido a los efectos del veneno.
"¡Liu Qingge!"
"No dejaré que lo dañen." Miró amenazadoramente a todos.
"No me dejas opción." Dice Yue Qingyuan quien mira a Mu Qingfang.
Había duda en los ojos del señor de cumbre de Qian Cao, pero al final hizo lo que se le había ordenado desde antes, en caso de tener que enfrentar a su shidi.
Mu Qingfang le lanzó un pequeño vial el cual Liu Qingge cortó con su espada por instinto liberando un polvo que le picó en los ojos. Dos de sus hermanos marciales, con cable inmortal en mano fueron a someter al Dios de la guerra de Bai Zhan con cierto arrepentimiento.
A pesar de haber sido cegado temporalmente, no evitó que Liu Qingge se defendiera, no facilitándoles la tarea de atraparle.
Sus intentos al final serían inútiles.
Estaban preparados para someterle, a sabiendas del cómo reaccionaría.
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"¡Estás cometiendo un grave error!" gritó Liu Qingge una vez lo sometieron y tenían contra el suelo.
Inmediatamente lo ataron con cable inmortal.
"En verdad es una lástima," comenta Lao Gongzhu, "pero no se preocupe líder de secta Yue. Huan Hua no tomará represalias contra el maestro Liu."
"Dijo que una vez sometieran a ese sujeto," dice Yue Qingyuan señalando con la mirada a Xie Yan que yacía inconsciente, "mi shidi volvería a la normalidad."
"¡Yue Qingyuan!" gritó en frustración Liu Qingge, "¡Por una vez escucha razones! ¡No estoy bajo ningún hechizo!"
"Zhangmen-shixiong..." Mu Qingfang llamó a su líder con algo de ruego en su voz, "quizá deberíamos—"
"Mu-shidi, regresa con los demás a la secta," ordenó Yue Qingyuan, "Iré con Huan Hua para interrogarlo," refiriéndose a Xie Yan.
Liu Qingge sintió su estómago hundir.
"¡NO!" gritó continuamente, no atreviéndose a imaginar lo que el bastardo de Lao Gongzhu le haría a puerta cerrada. "¡Enciérrenlo en Cang Qiong, pero no permitas que se lo lleven a Huan Hua!"
"Mu-shidi..." Yue Qingyuan ignoró las plegarias de Liu Qingge.
Mu Qingfang se acercó a Liu Qingge, dejando salir un 'lo siento' de sus labios, antes de obligar al Dios de la Guerra a dormir.
"A-Yan..." fue lo último que salió de los labios de Liu Qingge antes de caer en aquel profundo sueño.
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Y le decimos adiós, adiós a la virginidad de Liu Qingge :P
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