Capítulo 12

 Estaba a punto de no subirla, porque no había hecho ilustración, pero aquí está hehe 

Que lo disfruten :D

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Todo estaba en paz. Maravillosamente.

Aunque las pesadillas ya no eran tan frecuentes, regalándole algunas noches tranquilas de sueño, jamás se había sentido tan seguro como en ese momento.

Bueno... quizá solo cuando durmió en brazos de su pequeña bestia.

Shen Jiu se negó a abrir los ojos con tal de preservar por más tiempo aquella anhelada paz. Se movió un poco, su rostro topando contra algo. El sonido calmante de un corazón latiendo.

Alguien lo abrazaba. El aliento de aquella persona rosando su cabeza.

Normalmente se sentiría aterrado de despertar al lado de un extraño, pero recordó los momentos del día anterior.

Por fin se había encontrado con su Da-ge.

En algún punto, mientras acariciaba la cabeza de Yusheng, sus ojos comenzaron a pesar mientras estaba perdido en aquel acto que tantas veces realizó cuando niño.

Cómo le gustaba peinar a su Da-ge. Era el único que se dejaba. Si le preguntaba a sus jiejie's, ellas terminarían por peinarlo a él, haciéndole varias trenzas en su cabecita. En cuanto a su Er-ge siempre le diría que no sin más.

Aun y cuando terminaba en una coleta desordenada, Yusheng siempre le dejaba peinarle o cuando le llevaba en sus hombros, Shen Jiu restregaría su rostro en el suave cabello color tinta de su Da-ge.

Shen Jiu abrió lentamente los ojos, su rostro a unos centímetros del pecho de Yusheng que subía y bajaba lentamente. Su respiración era tranquila. Dormía plácidamente.

Cuidadosamente tomó entre sus dedos un mechón del cabello blanco de su Da-ge.

¿Cuánto debió haber sufrido para llegar a su estado actual?

Entonces cayó en cuenta de algo... Sus ojos.

¿Por qué uno de ellos cambió a rojo?

Eso no era causa de una desviación de Qi.

.

.

"¿Ya despierto?"

Shen Jiu volteó lentamente para encontrarse con que Xie Yan estaba sentado a un lado de la cama.

En sus manos tenía un libro. Tal parece se había quedado cuidando de sus sueños en caso de que Yusheng despertara alterado.

"Zuxian." Shen Jiu estaba de costado, su espalda hacia Yusheng quien al sentir el movimiento hizo un leve sonido y apretó el abrazo en el que tenía a Shen Jiu.

Xie Yan rio levemente encontrando adorable la situación. "Debo decir que nunca había visto a A-Sheng dormir tan pacíficamente."

"¿Nunca?"

Xie Yan negó con la cabeza. "Siempre podías verle fruncir el entrecejo. Aun con la ayuda de talismanes, nunca había llegado a tener esa expresión tan llena de paz. Y eso gracias a ti."

"Es... difícil de creer..."

"Pues créelo." Xie Yan le da esa misma tierna sonrisa.

En comparación a la que le daba Yue Qingyuan, llena de culpa y remordimiento, la de Xie Yan le hacía sentir algo cálido en el pecho. Una sensación que le aseguraba que este hombre los protegería de cualquier mal.

Y la forma en que le miraba con aquellos ojos rojizos...

Ahora que lo pensaba bien, si Xie Yan es su ancestro ¿no deberían sus ojos ser color jade?

A menos que haya conseguido su don como su Baba gracias a su Mama, pero su nombre es también Xie, como su Mama.

Recuerda vagamente que su Da-ge le había contado que su Baba lo cambió porque no quería tener nada que ver con su familia. No está seguro del por qué. Era solo un niño. Nunca se lo dijeron y tampoco es que le hubiese dado importancia.

"Zuxian, tú—" Shen Jiu trató de levantarse de la cama – con la intención de salir de la cama – pero Yusheng en sueños lo abrazó más fuerte por lo que le fue imposible. Se quedó recostado de lado, dejando salir un suspiro de resignación. "Disculpa."

"No te preocupes." Dice Xie Yan entre risitas. "¿Qué me quieres decir?"

"Quería saber—" Shen Jiu esperaba no molestar a Xie Yan, aunque no parecía alguien que se molestara fácilmente, "dices que eres mi ancestro, pero tus ojos..."

"¿Por qué son rojos y no jade?" Shen Jiu asiente. "Me preguntaba cuando me harías aquella pregunta. Supongo que también quieres saber por qué uno de los ojos de A-Sheng se volvió rojo."

"Entonces... ¿tus ojos cambiaron como los de mi Da-ge?"

"Mnh." Xie Yan asiente. "La razón detrás de ello está en nuestra sangre."

Shen jiu dejó ver su interés.

Xie Yan deja salir un largo suspiro pensando que era mejor no darle tantas largas.

"Somos descendientes de un demonio celestial"

"...eh..." Shen Jiu por poco gritaba de la sorpresa, pero con Yusheng a su lado se contuvo. "P-pero ¿cómo?"

Su familia siempre había tenido la facilidad de distinguir a los demonios, por lo que le era difícil de concebir la idea de que ellos lo fueran y no se hayan dado cuenta en todos esos años. De hecho, ¿cómo no se dio cuenta que Xie Yan es un demonio o híbrido? En cuanto a Yusheng—

"Supongo que fue un demonio que vivió hace siglos. Realmente, no tengo muchos detalles. Llegué a esa conclusión cuando mi sello se rompió y el sigilo apareció en mi frente." Comenta Xie Yan señalando su frente.

Shen Jiu trató nuevamente de sentarse de manera que la cabeza de Yusheng descansara en su regazo. Parece que al sentir que no se soltaba del abrazo, su Da-ge no apretó su agarre.

"No entiendo..." murmura Shen Jiu. "Yo... todos podíamos distinguir demonios. Cómo es que—"

"Francamente no estoy seguro," Xie Yan deja el libro que estaba leyendo en la mesita de noche. "Podría ser que la sangre demoniaca está muy diluida, por el sello con el que nacemos, nuestro mismo don que lo oculta o las tres."

"Quizá nuestro don es la razón, ya que, aun ahora, no puedo sentirte como un demonio. Tampoco a mi Da-ge." Shen Jiu miró a Yusheng quien no parecía despertaría pronto. "Entonces ¿mi sello podría romperse en algún momento?"

"Tendrías que pasar por un estrés bastante extremo, como pasó con Yusheng, corriendo así el riesgo de romper tu mente."

"Entonces su estado actual—"

"Cierto que sufrió abusos por años, pero lo que terminó por romper fue tu supuesta muerte, por ende, se rompió su sello – dañando su mente en el proceso – y ese día debió ser el día en que logró escapar de aquel infierno."

"¿Por qué creería que estaba muerto?" Shen Jiu acarició la cabeza de su Da-ge quien apretó el rostro contra su estómago.

"Probablemente querían romper su voluntad." Señalo Xie Yan. "Como sabes, nuestro Don puede pasarse a otros por medio de cultivación dual, pero se tiene que pasar voluntariamente. Yusheng, a pesar de haberse sometido a ellos, se negó a pasarle su don a cualquiera de esos bastardos."

"Entonces para poder conseguirlo..."

"Decidieron hacerle creer que habías muerto para romper su voluntad, pero terminaron rompiendo su sello."

"Pero... ¿por qué solo uno de sus ojos se volvió rojo?"

"No estoy seguro. Quizá se deba a la cercanía generacional. Como ya mencioné, la sangre demoniaca ya está bastante diluida. De hecho, es increíble que hubiese un sello que romper."

"Entonces Zuxian debe estar más cerca del origen, por eso tus ojos se volvieron rojos y tu mente no se quebró."

"En su momento perdí la razón cuando mi sello se rompió," Xie Yan tenía una sonrisa que no les llegaba a los ojos, "pero en algún momento recobré la conciencia dentro de una cueva con mis túnicas ensangrentadas."

"¿Qué fue lo que pasó para que se—?" Shen Jiu se detuvo. Era demasiado personal, pero se dejó llevar por su curiosidad. "Lo siento, no tienes que decirme."

Xie Yan acaricia gentilmente la cabeza de Shen Jiu, asegurándole que no había problema.

"La historia corta sería—" Xie Yan se aclaró la garganta, "me dejé atrapar para salvar a mi familia. Luego pasaron unos años antes de que lograra escapar – que fue cuando se rompió mi sello – luego otros tantos antes de que recobrara la conciencia y fue entonces decidí buscarlos."

Xie Yan desvió su mirada al suelo. Su rostro reflejando melancolía. "Nunca los volví a ver, pero verlos a ustedes al menos sé que mi familia logró continuar con su vida."

Shen Jiu miró a su Da-ge, acarició con delicadeza su mejilla ganándose un tierno sonido de satisfacción. "Entonces siempre nos han cazado, llevándonos al borde de la extinción..."

"Aunque ustedes debieron estar a salvo."

"¿Por qué lo dices?"

"Porque para empezar no nos originamos en estas tierras." Xie Yan se levantó de su asiento, estirándose un poco.

"De hecho—" Xie Yan continuó, "—estoy seguro de que tu familia fue la primera y única en llegar aquí. No debieron saber de su existencia aun y cuando utilizaban su don para ayudar a otros. Debieron haber pasado como un ente que vivía en el bosque."

"Entonces alguien que sabía de nosotros también llegó a estas tierras y en cuanto se enteró de nuestra existencia," Shen Jiu frunció los ojos, "buscó la manera de atraparnos."

"Quizá algunos de los que ya matamos," Xie Yan posó sus manos detrás de su espalda, "al final no importa. Todos pagarán por sus pecados."

.

.

Yusheng se levantó y se movió, finalmente comenzó a despertar. Parecía estar bien descansado mientras estiraba los brazos mientras estaba sentado en la cama con los ojos cerrados.

"Miren quien decidió despertar al fin," Xie Yan señala con un tono burlón.

"Lo que sea que... hayas hecho con los talismanes—" Yusheng se talla los ojos, hablando con voz somnolienta "—funcionaron mejor que antes."

"A-Sheng." Xie Yan se encogió de hombros, "dormiste sin talismanes."

"No bromees Zu—" cuando Yusheng abrió los ojos, notó a Shen Jiu quien mantuvo su expresión impasible mientras le miraba a los ojos. "¿Quién eres?"

Independientemente de la frecuencia con la que se repetía que la mente de su Da-ge estaba dañada. El dolor no disminuía.

"La razón por la que dormiste mejor que nunca. Shen Jiu." Xie Yan posa su mano sobre el hombro de Shen Jiu, lanzándole una mirada que le decía 'paciencia'.

"¿Shen Jiu?" los ojos de Yusheng aún se veían cansados, pero más relajados.

"Se presentó ayer contigo." Xie Yan acerca su rostro al de Yusheng, observándolo atentamente. "Supongo no lo recuerdas."

Yusheng desvía la mirada. "Lo siento..."

"Está bien." Shen Jiu podía sentir cómo se le formaba un nudo en su garganta, aun así, trató de hablar lo más calmadamente posible. "No tienes nada de que disculparte." Trató de sonreír.

Yusheng podía ver claramente la tristeza de Shen Jiu, creyendo que era por no recordar lo de ayer.

Por alguna razón, no quería ver tristeza en aquel rostro.

Yusheng repentinamente toma la mano de Shen Jiu. "Prometo... no olvidarte... de ahora en adelante."

Su Da-ge no se la estaba poniendo nada fácil. Temiendo que, si decía alguna palabra, comenzaría a llorar, solo asintió lentamente.

"Bueno será mejor que se preparen." Xie Yan se dirige a la salida. "A-Jiu, te harás cargo de Yusheng de ahora en adelante."

"¿Qué?" Shen Jiu no tenía nada en contra, pero y si ¿cometía un error?

"¿Será... prudente?" Yusheng se veía preocupado. Era consciente de su ocasional falta de control. No quería terminar hiriendo a Shen Jiu.

Aun mantenía su agarre en la mano de Shen Jiu por lo que éste sintió un leve apretón.

"Estará bien," Xie Yan entendía el temor de Yusheng. "Confía en mí. Sin importar nada, jamás le harías daño."

Xie Yan los dejó solos antes de que tuvieran la oportunidad de responder. En la habitación, prácticamente se podía escuchar el estruendo de ambos corazones.

'¿En qué rayos está pensando?' pensó Shen Jiu al momento que volvía su mirada a Yusheng quien seguía mirando a la puerta pareciendo igual de perdido que él.

"Estás temblando..." murmura Yusheng dirigiendo su mirada al suelo. "Me tienes... miedo..."

"¡No!" Shen Jiu casi gritó.

Yusheng le miró con ojos agrandados, claramente sorprendido.

Shen Jiu tosió levemente antes de hablar. "No es miedo... La verdad, es que—"

¿Qué podría decirle?

¿Qué estaba nervioso?

Bueno, eso era cierto.

.

.

'Curioso' pensó Yusheng, no por la reacción de Shen Jiu, sino porque aún sostenía la mano de éste, negándose a soltarla.

"... Baño." Yusheng trataba de encontrar las palabras. A veces se le olvidaban.

Shen Jiu lo miró unos momentos. "¿Quieres tomar un baño?"

Yusheng asiente. No recuerda cuando fue la última vez que tomó uno, pensando que sería lo apropiado.

Shen Jiu se levanta de la cama, soltando en el proceso la mano de Yusheng. "Iré a prepararlo."

Estaba bien. Aun si su Da-ge nunca recordara, mientras le permitiera estar cerca de él, era más que suficiente.

Yusheng esperó, aun sentado sobre la cama, observando su mano con la que sostuvo la de Shen Jiu. Aún conservaba la calidez de hace unos momentos.

Por alguna razón, aquel agarre lo hizo sentir en casa.

.

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"¿Y si es una trampa?"

"Tres años encerrado en la secta y de pronto se encuentra en el Reino Demoniaco... ¿con el enemigo?"

"Sospechoso."

"¡Lo sé!, pero ¿cómo supieron de shizun? ¿En especial el hecho de que me llama bestia?"

En el camino hacia el palacio, Luo Binghe, Shang Qinghua y Mobei-Jun iban discutiendo por aquella repentina invitación acompañada por un supuesto mensaje de Shen Jiu.

"Tienes un punto, pero—" Shang Qinghua estaba demasiado nervios. "No puedo imaginar cómo es que Shen-shixiong logró salir de la secta. Romper una barrera de ese tipo no es tarea fácil. Me atrevería a decir que imposible."

"Ni siquiera con tu espada pudiste abrir un portal a la cumbre." Señala Mobei-Jun.

"Pero nadie sabe de mi shizun, mucho menos la forma en que me llama," Luo Binghe no sabía que pensar. Quería sentirse emocionado de volver a ver a su shizun, pero entonces...

¿Qué estaba haciendo en el palacio del enemigo?

¿Cómo llegó ahí?

¿Cómo escapó?

"Además—" Luo Binghe continuó, "nadie sabe cómo me llamo, a menos que algún espía haya logrado infiltrarse." Comenzó a sacudir su cabeza. "No importa ahora. Si es una trampa puedo sacarnos con Xin Mo y, con mi ejercito esperando, los atacaremos enseguida."

"Aun creo debiste quedarte" dice Mobei-Jun dirigiéndose a Shang Qinghua.

"Supongo que la curiosidad me ganó." Shang Qinghua rascó su nuca. "Es solo que si en verdad está Shen-shixiong en ese lugar..." sonrió levemente, "de verdad, quiero verlo."

Mobei-Jun asintió. Aunque no lo decía, también deseaba ver a Shen Jiu.

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.

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Conforme se iba acercando al palacio, notaron que alguien los estaba esperando a la entrada. Mobei-Jun estaba alerta en caso de una emboscada manteniendo a Shang Qinghua cerca de él mientras Luo Binghe mantenía su agarre en la empuñadora de Xin Mo.

"Luo Binghe ¿cierto?"

Luo Binghe respondió amenazante y secamente, "Sí." dejando ver que no era alguien débil.

"Un placer. Mi nombre Xie Yan." Se inclina levemente ante ellos.

"¿Xie?" Luo Binghe recuerda vagamente ese nombre.

"Oh—" Xie Yan inclina levemente la cabeza, "Acaso ¿A-Jiu te dijo su verdadero nombre?"

"¿Te refieres a Shen Qingqiu?" pregunta Shang Qinghua.

Xie Yan asiente. "Dijo haber abandonado el nombre como señor de Cumbre el momento que lo saqué de la secta por lo que ahora responde al nombre de Shen Jiu."

"Entonces realmente está aquí," murmura Shang Qinghua, "¿Pero cómo es que—"

Xie Yan levanta su mano haciendo que se detenga en sus palabras. "Ya habrá tiempo para explicaciones." Extiende su brazo en dirección de la entrada. "Por favor, síganme."

Aunque aún con sospecha en sus ojos, el grupo de tres siguió a Xie Yan por los extensos pasillos en un silencio sepulcral, mirando a todos lados por cualquier señal de una trampa.

No sería la primera vez que alguno de los enemigos de Luo Binghe le invitaba para hablar de una alianza, tratando de apuñalarlo por la espalda, pero era fácilmente capaz de voltear los papeles y derrotarlos en el instante.

Xie Yan abrió una de las enormes puertas. La sala del trono.

Luo Binghe estaba listo para un ataque, hasta que por poco pierde el aliento cuando sus ojos se posan en los jades.

Su shizun se veía más hermoso que la última vez que lo vio.

Shen Jiu se encontraba a lado de Tianlang-Jun, esperando su llegada. Su Da-ge se quedó en la pequeña cabaña de su jardín junto a Zhuzhi-Lang.

"Bestia." Shen Jiu no pudo evitar sonreír al ver a Luo Binghe evidentemente más fuerte que antes.

Luo Binghe al escuchar aquel apodo salió corriendo hacia su shizun y lo abrazó fuertemente levantándolo del piso.

"Shizun, shizun, shizun." Repitió con anhelo, escondiendo su rostro en el cuello de Shen Jiu. Inhalando el aroma que casi había olvidado.

¡Esto!

Tal escena cautivó a Tianlang-Jun. ¡Fue similar a ver una de sus muchas historias favoritas en las que los amantes se reecnontraban después de tantos años separados!

El rostro de Shen Jiu comenzó a sonrojarse al tener todas esas miradas sobre ellos. Antes habría empujado a Luo Binghe mientras le regañaba por su atrevimiento.

Pero ahora ya no era un señor de cumbre. No tenía que guardar apariencias.

Respondió el abrazo de Luo Binghe, apretándolo tanto como pudo, como si quisiera asegurarse que no fuese un sueño.

"¡Se ven tan tiernos!" Tianlang-Jun no pudo soportarlo más. Estaba demasiado emocionado. "Este hijo mío tiene buen gusto como su padre. ¡Definitivamente tienen mi bendición!" dice entre risas.

...

...

...

...

"¡Junshang!" Shen Jiu rompió el abrazo, tapando su rostro - que ya completamente rojo - con ambas manos.

"¿Shizun?" Luo Binghe no había puesto atención a las palabras de Tianalng-Jun. Toda su atención en ese momento era para Shen Jiu.

"Y tienes toda la razón," Tianalng-Jun continúo como si nada, "es la viva imagen de su madre."

Eso si lo escuchó claramente Luo Binghe.

"Ten piedad de ellos Junshang," Xie yan palmea la espalda de Tianlang-Jun quien obviamente no entendía.

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"Él—" Shang Qinghua señaló a Tianlang-Jun con mano temblorosa. No le fue difícil unir los puntos, "es... ¿Tianlang-Jun?"

"¿Un cultivador con demonios?" Tianlang-Jun aplaudió una vez. "Fascinante."

Luo Binghe miró a Tianlang-Jun con cierta incredulidad para luego volver a Shen Jiu. "Shizun... ¿él—?"

"Sí, es tu padre."

Shen Jiu le había hablado de sus padres poco antes de que se fuera de la secta. Tenía el derecho a saber, aunque le costó un poco hacerle entender que no había sido abandonado.

"Pero shizun dijo que—"

"Se supone está sellado," Shang Qinghua interrumpió a Luo Binghe, "¿Cómo es posible? Nadie debería ser capaz de sacarlo."

"Si tanto te interesa saber," intercedió Xie Yan extendiendo su mano e invocando una mariposa, "solo necesité algo de sangre de quienes tuviesen un alto cultivo, mezclar la sangre con la mariposa y—" cierra la mano desvaneciendo la mariposa en un 'puff', "adiós barrera."

"Tú eres el hombre de negro," Luo Binghe recordó aquella imagen que había creado en el mundo onírico gracias a los recuerdos de Shen Jiu, "eso quiere decir que el Da-ge de shizun..."

Shen Jiu asiente "mi Da-ge está aquí." Luo Binghe dejó ver una enorme sonrisa. Se sentía feliz por su shizun.

"Aunque no me reconoce del todo..." Shen Jiu baja la mirada. "Su mente está dañada. Al menos me ha permitido estar cerca de él. Eso me es más que suficiente."

Luo Binghe tomó la mano de Shen Jiu entre las suyas. No había nada más que pudiese hacer más que hacerle saber que estaba con él.

"Ya que viste que no se trata de una trampa," Xie Yan se pone de brazos cruzados, "¿no crees que deberías informar a tu ejército?"

Luo Binghe por poco lo olvidaba.

"Mobei" solo con decir su nombre, el demonio de hielo entendió lo que debía hacer.

Se inclinó antes de salir de la habitación, dejando a Shang QInghua en el lugar a sabiendas que no correría ningún peligro.

"Es increíble que en unos meses hayas conseguido tener tal influencia." Señaló Shen Jiu.

"Tenía que hacerlo shizun," murmuró Luo Binghe. "Cuando me enteré de que lo habían encerrado en su cumbre, quería ir a salvarlo, pero aún era muy débil..."

"¡Tu discípulo es en verdad terco Shen-shixiong!" Shang Qinghua comienza a quejarse. "Varias veces trató de escapar del palacio hasta que mi señor le habló de cómo los demonios suelen ir al Abismo Sin Fin para lograr sacar todo su potencial."

"Apenas hace unos meses logré salir," comenta Luo Binghe para luego mostrarle a Shen Jiu su espada, "ahí conseguí a Xin Mo. Es una espada bastante poderosa, pero ha sido difícil de dominar, en especial por sus constantes exigencias."

"¿Exigencias?" Shen Jiu inclina levemente la cabeza, sintiendo curiosidad.

"Se refiere a sangre y sexo." Tianlang-Jun dice con una picara sonrisa. "Por eso le vas a pedir a Jiu-er que te ayude con lo segundo, ¿cierto?"

"¡Desvergonzado!" Luo Binghe no podía creer que ese demonio fuera su padre. Si no fuera porque Shen Jiu se lo dijo, no lo creería.

Xie Yan estaba divertido de ver que el rostro de Shen Jiu se podía poner aún más rojo. Pensando que se veía lindo. "En efecto, Jiu-er te podría ayudar con tu espada."

"¡Zuxian!" Shen Jiu se lo esperaba de Tianlang-Jun, pero no de Xie Yan.

Xie Yan soltó un bufido, "estoy hablando de las mariposas" dice entre risas. "Pueden ayudar a tu discípulo con la espada. Aunque si quieren intentar cultivación dual, no soy quién para impedírselos." Dijo con un tono burlón.

El cerebro de Luo Binghe hizo corto circuito ante la insinuación de 'hacerlo' con su shizun.

'Piedad', Shen Jiu no podía más con la vergüenza.

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Después de unos momentos de vergüenza, comenzaron a hablar de cosas un poco más serias.

Shang Qinghua se sorprendió un poco al saber que incluso el Maestro del Palacio estaba involucrado cuando Shen Jiu describió lo que habían planeado.

De hecho, todos los ancianos de Huan Hua lo estaban. Los cultivadores de otras sectas fueron solo alianzas para conseguir más... 'beneficios.'

Ya que el plan original de Luo Binghe era ganar poder para poder rescatar a Shen Jiu, no tuvo problemas en hacer un cambio de planes.

Su Shizun ya estaba a salvo. Ahora tocaba cumplir una promesa que se había hecho los primeros días en que Shen Jiu había vuelto a ser un niño...

Hacer pagar a los responsables de herir a la familia de su shizun.

Al final acordaron una alianza y cuando todo terminara, Tianlang-Jun estaba dispuesto a cederle el mando a Luo Binghe.

Después de años encerrado, todo lo que quería hacer era lo de antes, que era disfrutar de la cultura humana que tanto amaba.

La meta de todo esto no solo era por venganza, sino unir los Reinos. Que ya no existiera esa división entre humanos y demonios. Acabar con esa idea de que todos los cultivadores son justos.

"Creo que por ahora podemos tomarnos las cosas con calma," aconsejó Xie Yan. "Estoy seguro de que quieren olvidarse un poco de este tipo se asuntos."

"No sería mejor terminar de planear—" Shen Jiu es interrumpido cuando Xie Yan acaricia su cabeza.

"Hemos avanzado más de lo esperado. No hay prisa." Xie Yan le mira cariñosamente.

Shen Jiu mira a Tianlang-Jun como esperando que este quisiera seguir con la planeación. Sin mebardo, el soberano demoniaco ya se encontraba leyendo uno de esos libros amarillos que sacó de quien sabe dónde.

Xie Yan toma a Shen Jiu por los hombros. "Descansa. Disfruta de la compañía y pasa tiempo con A-sheng. Ya habrá tiempo para todo lo demás."

Shen Jiu asiente, "tienes razón."

"Son libres de ir a cualquier parte del palacio," agrega Tianlang-Jun sin despegar los ojos del libro, "de todas formas también es tuyo, Bing Bing."

Por alguna razón Luo Binghe sintió un escalofrío al ser llamado de esa manera. Quizá porque, a pesar de ser su padre, aún seguía siendo un extraño para él.

"¡Ah! Por cierto," la voz de Xie Yan hace que Shen Jiu se detenga en sus pasos antes de salir de la sala, "iré al Reino Humano por unos días."

"¿Por qué?" Shen Jiu cuestionó. "Iré contigo."

"Es mejor que vaya sólo." Comentó Xie Yan. "Quiero ver que han planeado las sectas con respecto a la invasión demoniaca, además que tengo curiosidad de cómo manejaron tu ausencia en la cumbre."

Shen Jiu parecía conflictuado, quizá preocupado, pero sabía que Xie Yan era bastante capaz. Debería estar bien.

"No—" Shen Jiu se aclara un poco la garganta, "no tardes mucho. Yusheng se podría preocupar..."

Shen Jiu mira por última vez a Xie Yan quien le seguía sonriendo, antes de salir y cerrar la puerta detrás de él.

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"¿Por qué no le dijiste que ibas a buscar aquel lugar?" cuestionó Tianlang-Jun

Aquella sonrisa en el rostro de Xie Yan se había desdibujado.

"Solo le daría mayores razones para ir." contesta Xie Yan mientras estira su mano, "Y es verdad que es mejor que vaya sólo. Antes no habría podido por tener que cuidar de A-sheng, pero con A-Jiu aquí ya no tengo de que preocuparme."

"Lo haces sonar como si nosotros no lo cuidáramos bien," Tianlang-Jun dice con un enorme puchero.

"Para empezar, Zhuzhi-Lang es quien lo cuida," Xie Yan le mira por sobre su hombro, "y solo puede ser en periodos cortos. Con A-Jiu a su lado no habrá problemas y si puede seguir durmiendo sin pesadillas, quizás su mente pueda dejar el pasado atrás y empezar a enfocarse en el presente."

Xie Yan vuelve la mirada al frente antes de cortar el aire con sus uñas negras abriendo un portal.

"Cuando regreses tráeme más libros," Tianlang-Jun comienza a hondear el libro en su mano. "Ya sabes de cuáles."

Xie Yan le dice "está bien" mientras agitaba su mano en forma de despedida, antes de cruzar el portal.

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"Estos tres años fueron estresantes," señala Shang Qinghua mientras caminaba por los pasillos con Luo Binghe, Shen Jiu y al lado de Mobei-Jun quien había llegado justo cuando salieron de la sala. "Es bueno ver que estas bien y ya no estas en la secta."

"También es bueno verlos a todos bien." Shen Jiu lanza un leve suspiro. "Estos años estuve totalmente aislado. Apenas tenía noticias del mundo exterior por boca de Yue Qingyuan."

"Ning-shimei y Ming-shixiong ¿estarán bien?" Luo Binghe también los extrañaba.

Cuando Shen Jiu le dijo que ellos ya sabían de su sangre demoniaca y que no les importó pues nada cambiaría el hecho de que él es su shidi, Luo Binghe lloró de felicidad en su momento.

"No te preocupes por ellos. Ya estaban preparados para el momento de mi partida." Shen Jiu tenía plena confianza en sus discípulos.

Ming Fan había excedido sus expectativas. Ning Yingying lo apoyaba en todo. Shen Jiu sabía que no tendrían problema alguno.

Con la barrera destruida, no debería tener problemas para poder comunicarse con ellos y hacerles saber que se encontraba bien.

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Luo Binghe mira a Mobei-Jun y Shang Qinghua un tanto suplicante sin que Shen Jiu se diera cuenta.

Tanto el demonio del hielo como el antiguo señor de cumbre de An Ding entendieron enseguida lo que el joven medio demonio quería.

"Shen-shixiong," aunque Shang Qinghua quería pasar tiempo con Shen Jiu, decidió complacer a Luo Binghe, "yo y mi señor nos retiraremos de momento. Aún tenemos... ehem... unos pendientes."

"Seguro." Shen Jiu mira a Luo Binghe, "¿Tú también?"

"Luo Binghe se puede quedar," responde inmediatamente Shang Qinghua antes de tomar de la mano a Mobe-Jun. "Bueno, nos retiramos. Nos vemos luego."

Con una risilla traviesa, sin dar más explicaciones, Shang Qinghua se va del lugar, llevándose a Mobei-Jun quien no opuso resistencia, dirigiéndole una que otra mirada a Shen Jiu antes de concentrarse totalmente en aquel agarre en su mano.

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"Veo que al fin decidieron ser honestos con lo que sienten el uno al otro." Comenta Shen Jiu una vez dejó de divisar la silueta de aquellos dos.

Luo Binghe mira a Shen Jiu con curiosidad "¿Shizun ya lo sabía?"

"Fue bastante evidente con el tiempo que pasé con ellos como un niño." Una leve sonrisa se forma en el rostro de Shen Jiu recordando aquellos días.

"Shizun—" Luo Binghe estaba feliz de ver a Shen Jiu después de tanto tiempo, pero durante esos tres años se había dado cuenta de algo.

Aunque al principio Shen Jiu lo trató duramente, ahora entendía sus razones pues siendo él un medio demonio, su entrenamiento no podía ser como el de los demás.

Y después de todo lo que pasó con su mini shizun, los tres años que estuvieron separados hicieron que sus sentimientos fueran en aumento.

Ya no era solo admiración y respeto lo que sentía por su shizun.

Luo Binghe quería decirle a su shizun lo que sentía. Varias veces imaginó el momento en que lo sacaría de la secta, confesando sus sentimientos. No importaba si era correspondido, siempre estaría a su lado y lo protegería.

Al final, las palabras que estaba a punto de decir se quedaron atoradas en su garganta cuando Shen Jiu tuvo la iniciativa de abrazarle.

*

Cuando niño, su shizun siempre le abrazaba. Cuando llegó a la adolescencia, Luo Binghe era quien siempre iniciaba el abrazo.

*

Shen Jiu aumentó la fuerza del abrazo, haciéndoles estar imposiblemente más juntos. Como si quisiera fusionarse con Luo Binghe quien sintió cómo su shizun comenzó a temblar.

Shen Jiu se sentía frustrado. Solo había pasado 1 día, ya había tenido un avance con su Da-ge, pero no podía evitar sentir ansiedad al ver que aquellos ojos que alguna vez lo miraron con adoración ni siquiera le reconocían.

Sabía que los siguientes días serían duros convivir con su Da-ge. Debía ser fuerte.

Pero en ese momento, solo por un instante junto a Luo Binghe quien sabía todos sus secretos – quien estuvo a su lado en sus peores momentos – se dejó estar vulnerable, se dejó ver débil, mientras buscaba consuelo en la calidez de su bestia que respondió su abrazo y acariciaba tiernamente su cabeza.

Además, había extrañado a su pequeña bestia.

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"Todo estará bien, shizun." Susurró Luo Binghe al oído de Shen Jiu.

Así estuvieron unos minutos. Solo eso necesitaba.

Shen Jiu dio un largo suspiro. Su corazón desacelerándose a un ritmo normal, pero aun negándose a apartarse del abrazo de Luo Binghe.

Todavía no podía creer que su Bestia haya ido a entrenar al Abismo Sin Fin con el objetivo de volverse más fuerte y sacarlo de la secta. Implicando con ello que Luo Binghe estaba dispuesto a enfrentarse a todos los señores de cumbre solo por él.

"Binghe..." Shen Jiu dice su nombre con una voz suave mientras se aparta lentamente de aquel abrazo para poderle ver a los ojos.

Luo Binghe notó un leve sonrojo en las mejillas de su shizun haciéndolo ver bastante adorable. Luego Shen Jiu desvió un poco la mirada mientras mordía levemente su labio inferior. Luo Binghe tragó fuertemente saliva mientras hacía el enorme esfuerzo de no tomar el rostro de su shizun y—

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El tiempo se detuvo, los ojos de Luo Binghe se agrandaron al punto que parecía se le saldrían de las cuencas en cualquier momento por la sorpresa de sentir labios ajenos sobre los suyos, besándole casta y tímidamente.

Shen Jiu, sin previo aviso, se había puesto de puntillas para poder alcanzar con sus labios los de Luo Binghe.

Fue algo repentino, incluso para Shen Jiu aun cuando fue él quien tomó la iniciativa, como si una fuerza ajena le hubiese hecho actuar de esa manera tan desvergonzada.

Aquel tierno beso no duró más que unos segundos, pero fueron más que suficientes para que ambos quedaran sin aliento.

"Shizun..." susurró Luo Binghe sin dejar de mirar a Shen Jiu quien se veía avergonzado, evadiendo su mirada.

Shen Jiu se apartó de aquel abrazo, o al menos lo intentó. Los brazos de Luo Binghe parecían cadenas no dispuestas a dejarlo ir.

...

"Y-yo... ehm..."

¿Qué podría decir?

Shen Jiu no tenía palabras para excusar aquella acción.

Cierto desarrolló ciertos sentimientos hacia Luo Binghe cuando niño. Esos sentimientos debieron haber desaparecido una vez volvió a ser adulto, pero, al contrario, prevalecieron y se fueron haciendo más fuertes.

Definitivamente, de no ser por aquella desviación de qi, por el tiempo que pasó con Luo Binghe, jamás habría actuado de esta manera. No estaría en ese momento viéndose como una damisela avergonzada por sus acciones.

¿Qué estaba pensando?

Sí, Luo Binghe le dijo que siempre estaría con él, pero eso no significaba que sintiera algo más que no fuese lealtad hacia su shizun.

"Shizun..."

Shen Jiu levantó la mirada topándose con unos ojos carmesí que le miraban llenos de devoción y deseo.

"Shizun quiere a este Binghe." Dijo con certeza Luo Binghe.

No hubo reacción. Ni siquiera cuando Shen Jiu sintió liberarse de aquel abrazo para poder alejarse. Ni cuando las manos cálidas de Luo Binghe acunaron su rostro.

Luo Binghe lo quería, lo deseaba. Así como Shen Jiu a él.

Nuevamente, sus labios se juntaron esta vez por iniciativa de Luo Binghe.

Shen Jiu no se negó, aceptando con cierta timidez aquellos labios que presionaban contra los suyos.

Ambos eran inexpertos. Ambos eran el primer beso del otro.

Luo Binghe, sin romper aquel beso, dio unos pasos haciendo retroceder a Shen Jiu hasta que la espalda de este topó con la pared y comenzó a profundizar el beso.

Con su lengua lamió tímidamente los rosados labios de Shen Jiu, pidiéndole entrada. No tardó mucho para que éste se la concediera, y, al fin, ambas lenguas se entrelazaron en un desordenado y descuidado beso.

No importaba que se encontraran en el pasillo donde cualquier alma que pasara los pudiese descubrir.

Tres años separados uno del otro.

Tres años que estuvieron incomunicados.

Al fin estaban juntos, sintiendo en carne propia el calor el otro.

.

Rompieron aquel beso al sentir la falta de aire. Ambos jadeaban, sus rostros completamente sonrojados y calientes. Sus frentes pegadas mientras se miraban a los ojos.

Luo Binghe difícilmente podía creer que en un mismo día se había reunido con su shizun y poco después este le diera su primer beso.

Con la yema de sus dedos acaricio las suaves mejillas de Shen Jiu quien enroscaba su ondulado cabello entre sus dedos.

"Shizun de verdad extrañó a este Binghe" dijo el medio demonio con una pícara sonrisa en su rostro.

Shen Jiu miró hacia otro lado, sin despegar sus frentes. "No digas lo obvio..." murmuró un poco apenado.

Luo Binghe rio por lo bajo, fascinado ante aquellas tiernas expresiones que nunca había visto en su shizun ni cuando era un pequeño niño.

"Este Binghe pensó en shizun todos los días," susurra al oído de Shen Jiu mientras posa las manos en la pequeña cintura de éste. "Shizun es la razón de que saliera victorioso del Abismo. Tenerlo en mi mente me ayudó a no caer en la desesperación. Incluso me ayudó cuando tomé a Xin Mo."

"Sin importar las demandas de la espada—" Luo Binghe prosiguió, abrazando nuevamente a Shen Jiu quien recargó la cabeza en su hombro, "me mantengo fuerte por shizun."

Shen Jiu se aparta un poco. Luego extiende su mano entre ellos apareciendo en ella una mariposa blanca.

"Zuxian dijo que puedo ayudarte con el tema de Xin Mo."

"Shizun~~" Luo Binghe ronroneó descaradamente.

"¡Tú—¡" Shen Jiu cerró el puño desapareciendo la mariposa, para luego golpear al pecho de su Bestia. "¡No me refería a eso!"

Luo Binghe posa su mano en la parte donde recibió el golpe, fingiendo que le había dolido, incapaz de contener la risa.

Shen Jiu parecía molesto, pero en realidad era justo lo que necesitaba.

Sabía que con el apoyo de Luo Binghe podría sobrellevar mejor los días con su Da-ge.

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Algo rápido.

Sigo sin mucha inspiración para dibujar :c
Shen Jiu y Yusheng durmiendo :3

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