El viento frío y el cielo encapotado cubren mi jardín una vez más... Por alguna razón el miedo me gana y quiero rendirme dejándole morir allí. Miro mi mano izquierda y aunque a la vista no es notorio, la molestia persiste, porque la supuesta hojita me hincó, creo que es una espina, no lo sé con exactitud porque se quebró al tocarla y el viento secó mis pobres ojos sin dejarme ver.