Era difícil, pero debía callar para no tener que dañar a nadie... a él.

Cada día lo veía en el colegio, siempre rodeado de chicas y amigos. Hablando de sus sueños y metas que aún le faltaban cumplir, con unas ganas inmensas de vivir. Lo tenía todo, pero para mí, tenía todo y algo más... tenía también mi corazón, un corazón que no deseaba tener, un corazón que no quería ni podía tener, porque ya tenía el corazón de otra persona, de alguien a quien si podía amar.

Krist y yo caminábamos juntos, cada tarde de regreso a casa. Su casa quedaba de camino a la mía y aunque caminar a su lado me lastimaba, no importaba. En esos escasos minutos, podía disfrutar de él y me conformaba, podía soportarlo, era feliz...

Un día, mientras regresábamos a casa, conversando acerca de la agitada semana que habíamos tenido —debido a los exámenes— y contentos porque el fin de semana había llegado, noté que su voz había cambiado, había algo que no estaba bien, su mirada estaba perdida, su semblante era sombrío.

Él sabía guardar las apariencias y sé que nadie se hubiera dado cuenta de esos pequeños detalles, pero yo, que lo conocía muy bien, sabía que estaba pasándole algo.

Me preocupé.

Decidí preguntarle directamente que le sucedía y él respondió con voz apagada y plana.

—Nada.

—Oh por favor Krist, no me tomes por tonto, sabes bien que no soy idiota, aunque aparente serlo. Te conozco muy bien y puedo decir que ese nada, significa todo.

—Bueno, tal vez tengas razón... —Estábamos a pocos metros de su casa, seguramente se despediría como siempre con un simple adiós y lo vería empujar la puerta y perderse dentro, hasta el día lunes—. Quizá, necesito hablar con alguien... ¿te gustaría pasar y tomar un refresco conmigo?

Estaba en completo shock, me abofeteé mentalmente, para comprobar que no estaba viviendo una ilusión, si, poco absurdo, pero déjenme ser... estaba más que emocionado.

—C-claro —respondí, aclarándome la garganta al final.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ