Extra 2. Sorpresa


Un mes y medio después de la boda y Luna de miel

Edad: Off 22 - Gun 26

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Gun no sabe muy bien que se supone que está buscando dentro de la farmacia. Sólo sabe que iba saliendo del jardín infantil —donde trabaja con Jane, su compañera, llamándole "Príncipe azul" con burla debido a que los niños de los cuales eran maestros suelen llamarle así— cuando su lobo decidió arrastrarlo a una farmacia en la que jamás había entrado a buscar quien sabe qué.

Internamente, está haciendo un pequeño berrinche. Es viernes, él sólo quiere ir a casa donde su amado esposo probablemente lo esté esperando puesto que los viernes sale temprano de la universidad. Ni siquiera se había sacado su delantal con su nueva placa «Gun Jumpol» por irse temprano.

Muchos pensaban que la vida de casados los iba a desencantar un poco de su melosa relación. Pero no fue así. Con suerte pudieron tomar el avión de vuelta de su luna de miel. Por ellos se habrían quedado en aquellas playas Caribeñas toda su vida. Al volver, con suerte se separaban por los estudios y trabajo. Off había puesto un emoji de anillo junto al nombre de su esposo en todas sus redes sociales y Gun cambiado el registro de su apellido en todas ellas de Atthaphan a Jumpol. Ambos estaban orgullosos y felices.

«Aquí no hay nada. Vamos a casa. Off seguramente está sólo esperándonos» le dice a su lobo sintiendo por la marca algo de angustia en su pareja que probablemente ha llegado a su departamento y no lo ha encontrado.

Es todo, irá a ver a Off.

Sin embargo antes de dar media vuelta, a una omega quien estaba siendo atendida, se le cae su compra. Servicial Gun le ayuda a recoger sus cosas. Donde una en especial le hace contraer el estómago y a su lobo mover su cola.

«Es lo que buscamos»

Off está en la cocina. Al llegar y no ver a Gun, y quizás luego de haber cruzado sus brazos y esperado unos cinco minutos mirando fijamente a la puerta como si eso fuera a invocarle, decidió preparar la cena. Luego pensó en que en realidad no tenía muchas ganas de comer y que sería mejor hacer algunos dulces para su dulce esposo. A menos que tenga hambre entonces le preparará comida. Ay, él no es adivino. Pero Gun ama todo lo que hace así que no hay mucho de qué preocuparse.

Así que mete unas galletas —con la receta que su madre le enseñó y música de Troye Sivan de fondo— en el horno, sabiendo lo mucho que su esposo disfruta las cosas dulces.

«Soy encantador, por eso Gun se casó conmigo, así es».

El sonido de las llaves llama su atención y algo ansioso se adentra en el living comedor con una sonrisa apareciendo. ¡Por fin, esperó mil años! Bueno, dos horas y veinte minutos pero quien los cuenta.

Gun entra con la mirada en el suelo y sus mejillas algo rojitas. Cosa que hace a Off elevar una ceja. Al cerrar la puerta sintiendo el potente aroma del alfa alza la mirada sonriendo tímidamente.

—Hola amor —saluda Gun acercándose y dejando su abrigo en el sillón, para tomar a su alfa del cuello y besar su mejilla.

—Gun, ya hemos dicho que no se vale si no es en los labios —se queja Off tomando sus caderas, con su ceño fruncido debajo de su cabello oscuro y rizado, nuevo look que estaba adoptando.

—Nos saludamos en la mañana —se defiende con una risita, sacándole la lengua de manera infantil que Off trata de agarrar con sus dedos antes de darle un beso con sonrisas de por medio.

—Estás rojito y no es por mí. ¿Qué pasa? —pregunta Off acercando su rostro a su cuello, rozando con su nariz su amada marca renovada constantemente. La muestra de su bella relación.

Gun se tensa un poco disfrutando del cariño. Sabe que Off se aprovecha quizás un poquito de ello para saber qué es lo que sucede pero él ni siquiera ha asimilado todavía la noticia. Tiene una mezcla de emociones con su lobo bailando y sabe que Off lo siente cuando su agarre en sus caderas se intensifica y él lobo de Off se aparece curioso.

—N-Nada Offy ¿Huele a galletas? —dice escondiendo un poco su bolso de manera disimulada.

—Gun Jumpol ¿Me estás cambiando el tema?

—Hablas como mi suegra —se ríe jalándole un poco el pelo para que retire su cara de su cuello.

Off lo mira con un puchero y ojos de cachorro, «Este manipulador».

—¡Encima me insultas! —se hace el ofendido—. Ya dime que pasa —ruega y Gun niega nervioso alejándose—. No me quieres decir y te alejas de mí, eres malo. Quiero el divorcio. No mentira, que horrible decir eso, perdón. Pero Gun, dime, dime, dime.

—No ha pasado nada —responde pero su aroma está siendo opacado por sus feromonas nerviosas haciendo a Off fruncir su nariz.

—¿Vomitaste frente a los niños otra vez?

Gun lo mira más sonrojado que antes. ¿Por qué tenía que recordar aquel bochornoso escenario? ¡Fue un accidente! Él se había sentido bien en el día, aquel vómito fue un imprevisto...

—¡No! —exclama avergonzado—. Estoy cansado y tengo hambre, voy por galletitas. Deja de hacerte el detective y pasemos la tarde juntos, ¿quieres? —pregunta dándole un corto beso en la mejilla.

Off entrecierra los ojos. Luego el manipulador es él. Sin embargo su esposo lo ataca con otros cuantos besitos por su mandíbula y cuello y le es imposible no ceder con una sonrisa boba en la cara.

—Está bien, pero quiero otro beso —exige apuntando sus labios.

—Mm... no —responde Gun alejándose de él.

—Pero amor... —pide acercándose a cada paso que retrocede. Iniciando una pequeña persecución por el pequeño lugar como si fueran niños—. ¡Ya, no escapes de tu esposo!

Gun ríe, protegiendo quizás demasiado su bolso antes de salir de la habitación sacándole la lengua a Off. Este, demasiado atento para el gusto del contrario, notó ese gesto y entrecierra sus ojos. Primero, se le escapó. Y segundo, ¿Qué quiere ocultarle?

Quizás ver una película en el sillón parecía el panorama perfecto. Se darían mimos y comerían las delicias de "Papii". Pero la película había pasado a segundo plano luego de unas cuantas caricias subidas de tono. Y es que vamos, pareja joven, sin hijos, jodidamente atractivos y también jodidamente enamorados.

—Papii~ —gimió bajito Gun, avergonzado pero sabiendo lo mucho que el menor amaba que le dijese así, aun cuando él era el mayor.

—Joder, Gunnie —susurró Off en su cuello, excitado y listo para pasar a la acción pero deteniéndose al recordar su plan. Concentración.

Y es que quizás, sólo quizás, no podía con la curiosidad y sabía que su novio escondía algo. Su instinto se lo decía. Y aquello tenía que ver con el bolso que tanto apartó de sus manos. Off podría ser un tontito por Gun, pero cuando se lo proponía podía superar a Stephen Hawking, y si, si se había visto su película y leído el drama con sus dos ex esposas.

—¿Dónde tienes los condones? ¿Te quedan en tu bolso? —preguntó distrayéndolo con besos en el cuello.

Gun asintió, ignorando el plan malvado de su esposo y frustrado en cuanto se alejó. A pesar de desear una familia, seguían protegiéndose. Gun asegura que es culpa de sus madres por las múltiples charlas sobre educación sexual que les dieron luego de su primera vez, en cierta parte los perturbaron y jura haber tenido pesadillas sobre las ETS.

Off ni lento ni perezoso había comenzado a registrar el bolso de su esposo a un costado del sillón. Pero siendo sinceros, no veía casi nada al estar la luz apagada y con su lobo exigiéndole volver al lado de su omega y reclamarle otra vez. Sin embargo al final de su bolso encontró uno, no, tres ¿termómetros?

—¿Amor, porqué tienes un termómetro raro aquí? —preguntó tomando uno de los objetos que en su vida jamás había visto.

—¿Qué termómetro? —preguntó Gun algo molesto por la tardanza y queriendo gritarle que no se preocupe por el jodido preservativo tal y como hicieron en su luna de miel.

Pero al posar sus ojos color miel sobre el "termómetro" quedó mudo e hizo un berrinche mental.

¿Cómo es que no podía mantener un secreto ni por un día? El destino lo odia. Bueno, no tanto. Si lo odiara no estaría en cinta del alfa que más ama en el mundo. No estarían a punto de formar una hermosa familia. Quizás la idea lo hace —un poquito— demasiado feliz, pero también le da una gran tasa de nervios.

Off se acerca viendo como su esposo relame sus labios y juega con sus manos, inquieto. Y él también lo está, todo el aroma producto de su excitación borrándose a uno de nervios por parte de ambos

—¿Qué pasa?

La verdad Off no entiende nada. ¿Es un termómetro especial? ¿Gun tiene alguna enfermedad peligrosa? No soportaría saber que su lindo omega está sufriendo y que él no puede hacer nada.

—Offy... esa es una prueba de embarazo.

Las palabras le caen como un cubo de hielo. Susurra un "Ah, con que eso era" antes de caer en cuenta y abrir sus ojos en demasía. ¿Prueba de embarazo? ¿Una prueba de embarazo de Gun? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuando? Vuelve a revisarla y ve dos rayitas miel. Su cara se pone pálida como plato y no sabe cómo reaccionar. Abre la boca una y otra vez pero de sus labios no sale palabra.

Gun, prueba de embarazo, verde. Verde es positivo ¿Cierto? «Y positivo significa bendición». Y joder, él sí que quería ser bendecido.

—Me la hice hoy, ¿Sorpresa? —finaliza Gun con sus mejillas rojitas, agradeciendo que sólo se habían sacado los pantalones porque si no se sentiría demasiado expuesto. Sin embargo su rostro cambia a uno preocupado cuando Off cae al piso en su intento de llegar hacia él, puesto que tropezó con la alfombra—. Cielos, ¿Off estás bien? ¿Cuántos dedos ves? —pregunta poniéndose sobre él y enseñando su mano.

Off no puede más en su ensoñación. Él siempre había esperado terminar su carrera antes de tener algún hijo, pero sinceramente lo estaba anhelando desde hace algún tiempo. Quizás cuando había visitado a Gun en su trabajo y lo había visto jugar con los pequeños, o cuando uno de los bebés por accidente lo había llamado papá. Su pecho se infla emocionado ante la idea de ver a un pequeño despertando entre ambos en la mañana. O de un pequeño bebé con características de ambos en él. Si es un sueño, que nadie lo despierte.

—Sólo veo tu hermosa carita —responde haciendo a Gun suspirar aliviado. Off se endereza dejando a Gun sentado en su regazo y lo toma por la cintura. Gun jura ver un brillito en sus ojos—. ¿Entonces es verdad? ¿Embarazo? ¿Padre yo? ¿Padre tú? Hijos, familia, ¿Nosotros?

Gun sonríe feliz al ver la reacción de su esposo. Aw, va a tener un bebé con su propio bebé grandote. Quizás, sólo quizás, también había deseado esto. Y quizás, había estado viendo ropita de bebé con su mamá en el centro comercial cuando fueron a comprar regalos para navidad. Le hacía ilusión hacerlo algún día con Off para su propio angelito. Su lobo se sentía orgulloso de estar llevando un cachorrito en su vientre.

—Off~, ni los niños con los que trabajo hablan así. Pareces Tarzán, hasta tienes la melena.

—No desvíes la atención —se queja apretando su cintura y rozando sus narices—. ¿Seremos papás? —Gun asiente y el alfa lo llena de besitos, sintiendo las lágrimas correr por sus mejillas—. Te amo, te amo, te amo —dice y luego mira a su vientre mientras Gun seca sus lágrimas y se esfuerza por no llorar él—. Los amo a los ¿Dos? ¿Tres? ¿Cuántos serán?

—¡Ya, no te emociones tanto! —exclama algo asustado. ¿Cómo se supone que llevaría a cinco cachorros en su cuerpecito? Más la risa de Offy y sus múltiples besitos lo distraen.

Ambos lobos se sienten felices, y las feromonas en el departamento derrochan amor y felicidad. Sus aromas a bosque mojado y rosas combinándose como nunca antes.

—Te amo mucho, mucho, mucho.

—Offy, ya no llores amor —pide Gun con un puchero antes de agarrarlo por los hombros y enredar sus piernas en su cintura puesto que su esposo fitness se levanta con él en sus brazos sacudiéndolo.

—¡Seremos padres! Seremos los mejores padres del mundo. Te verás tan lindo con pancita. Te consentiré en todo. Te prepararé más galletas. Todo lo que quieras.

Los ojos del omega brillan aunque honestamente, su alfa ya hace todo aquello que dice. Pero son detallitos.

—Offy... ¿Por qué eres tan adorable? Te odio —arruga la nariz.

—Yo te amo. Mucho, mucho, mucho —admite mientras van camino a la habitación—. Es más, te voy a hacer más hijos, amor.

—Así no funciona.

—No importa —se ríe dándole un casto beso en el cuello— ¡Vamos a ser padres!

La familia se agranda.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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