2

El maestro Aizawa, estaba delante mio explicando en un tono monótono acerca de utilizar la espada, pero mi mente navegaba lejos de sus enseñanzas.

Estaba redactando las posiciones de como combatir solo o acompañado. Mi mente no podía prestar la atención necesaria, todavía recuerdo al pequeño niño y mi mente se lleno de preguntas "¿Que hacia solo en el bosque?" "Abra llegado sano y salvo?", no me di cuenta que mi mano escribió esto ultimo en un papel.

La verdad me resultaba extremadamente extraño que un pequeño niño indefenso anduviera por los alrededores solo y estaba ansioso por alguna razón. Francamente, no había muchas posibilidades de verlo de nuevo, pero no podía ignorar que todo esto me esta afectando.

Mientras pensaba en el niño, no me di cuenta que el maestro aizawa dejo de explicar para observarme molesto y tampoco note que fuyumi me estaba observando extrañada.

-¿Todoroki shoto?- el maestro se encontraba al frente mio, su mano extendida parecía indicar que estaba esperando algo: una respuesta.

-¿Me puede repetir lo que dijo?- el suspiro y fuyumi trataba de aguantar su risa.

-¿Que se debe hacer cuando te quitan la espada?- hablo algo irritado.

-¿Espada?.

-Venga, no tenemos todo el día- hablo molesto- presta atención, después te la puedes pasar todo el día como un mocoso enamorado babeando- fuyumi exploto a leves carcajadas. Un ardor se expandió lentamente por mis mejillas.

-Lo siento, no va a volver a pasar.

Aizawa me observo un momento para volver a explicar, me llego un pequeño papel, lo leí.

"Después me tienes que contar quien es la afortunada".

Mire a fuyumi de reojo. Ella estaba cómodamente apoyada en la mesa. Me dirigió una sonrisa satisfecha y movió sus labios "esperare con ansias".

Terminaron las clases, el señor aizawa se despidió para después desaparecer por la puerta. Fuyumi se levanto rápidamente de su sitio.

-No te vaz a ir hasta que me digas que te tiene en las nubes- hablo acercándose.

Le dirigí una mirada interrogante.

-¿Que?.

-No te hagas el tonto- dio un paso atrás.

Bote el aire de mis pulmones rendidos, mi hermana puede volverse muy fastidiosa cuando se lo propone.

-Ayer salí a despejar mi mente un rato y me encontré con un niño humano, no me tuvo miedo.

-Shoto- hablo impactada y puso ambas de sus manos en mis hombros- no sabia que tenias el fetiche en pequeñitos.

-No me refiero a eso- me aparte- es difícil de explicar, mejor olvidalo- me marche sin escuchar mas.

Era medio día, caminaba tranquilamente por unos de los pasillos, hasta que unas de las aprendices de mi madre me detuvo.

-Todoroki-san, le puede llevar estos frascos a la señora, necesito ir a buscar unos libro y me complicaría demasiado andar con ellos- me hablo Asui.

-Claro, no tengo ningún problema.

Agarre los dos frascos y me encamine al salón que utilizan, al llegar toque un par de veces antes de entrar. Las paredes eran de un color crema adornados con unos cuantos cuadros y el suelo, sembrado de papeles, frascos y libros. Sin duda, era un sitio para aprender y experimentar. Seguí avanzando sin pisar lo que estaba en el suelo.

-¿Shoto?- mi madre entro a la habitación.

-Asui me pidió que te trajera esto porque ella fue en busca de unos libros.

-Ah, muchas gracias.

Deje los frascos en una de las mesas, sin notar que mi madre me estaba hablando. Me dirigí a la puerta de la salida.

-Shoto, ¿ocurre algo?.

-¿Por que preguntas?.

-Bueno porque te estaba hablando sobre como vaz con tus estudios y no me respondías.

-Solo estoy un poco cansado, no es nada.

-¿Cansado?- ella parecía meditar por esa palabra- oh, ya veo- me sonrió satisfecha.

-¿Eh?.

-Tranquilo, no te exigire a que me lo digas.

Estaba sentado en el césped que hay en uno de los alrededores del castillo, mientras enumeraba mis pensamientos.

1.- Conocí a un niño humano.

2.- No me he podido concentrar en mis deberes.

3.- Todo el mundo cree que estoy enamorado.

Suspire, pare de hacer mi lista interna y mire por encima del hombro, y mi pulso se acelero. El bosque en donde vi a ese niño estaba detrás de mi.

Estaba demasiado inquieto por alguna razón, me ordene a tranquilizarme, solo era un simple humano. Pero no podía quitarme esta sensación.

-Debo estar demente.

Me levante de mi sitio para después adentrarme en el bosque.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top