¡Mi excéntrica familia!
Las mañanas en la casa Loud eran tranquilas. Al menos así era para Lincoln, quien se levantaba lo suficientemente temprano como para tener un pequeño tiempo libre, y para actuar como un buen hermano sobreprotector que era (cosa que nunca admitiría en voz alta, claro). Sus días solían comenzar a las seis menos cuarto de la mañana con una larga y fresca ducha junto con una rica taza de café en sus firmes manos. Ya, después de que los engranajes de su cerebro estén a su máxima plenitud, comenzaba a preparar el desayuno para sus hermanas y padres.
En el último tiempo se había tomado las palabras de 'hombre de la casa' muy en serio. Se hacía cargo de ayudar y proteger a sus hermanas, siempre poniendo sus limites sobre cuando ayudar, y en que. Su mayor prioridad era evitar peleas y malentendidos. Todas lo respetaban y lo veían como una figura de autoridad, hasta la misma Lynn. Sus padres, por otro lado, sabían lo en serio que tomaba sus responsabilidades autoimpuestas y lo premiaban por ello, dándole muchas libertades.
En ese día lunes Lincoln se encontraba terminando de hacer el desayuno. Todos los platos eran diferentes, siempre respetando los gustos de su gran y amorosa familia: El de su madre tenía unos waffles con jarabe de miel, junto con una rodaja de jamón. El de Lynn Padre tenía tres salchichas de Frankfurt, junto con tomates y champiñones, respetando así el amor de su viejo por Inglaterra. Lynn Junior, por otro lado, como desayuno tenía dos huevos duros junto con un batido de espinaca. Lola y Lana tenían lo mismo en su plato, unos huevos revueltos junto con unas tostados untadas con mermelada. Lily tenía unos panqueques, siendo esa la especialidad de Lincoln, con mantequilla arriba. Solo le faltaba Lucy. Así que mientras hacía lo que el creía sería su comida favorita, pensó en su hermanita. Desde el incidente donde la había visto en ropa anterior, el cual había sido el sábado, ella no le dirigía la palabra. El lo entendía, pero de igual forma lo entristecía lo suyo el saber que su amada hermana no le hablara.
También, recordó el, sus nuevos comportamientos le recordaban a algo que vio en uno de sus tantos animes. ¿Como se llamaba? Chunyu- no, no era así, ¿Chunnibyau? Tampoco. Si recordaba bien, tenía algo que ver con el segundo año de la escuela media, pero realmente no recordaba que era. Bah. No importaba. Lo importante era que como hermano mayor tenía dos ideas separadas sobre que hacer; o aceptar los nuevos gustos de su hermana y apoyarla, o intentar hacerle ver que quizá la forma en que expresaba lo que quería no era la correcta. En lo que el decidía que hacer, su cuerpo casi en un piloto automático había terminado todo el desayuno de la chuunibyou, el cual consistía en dos huevos fritos algo pasados, como le gustaban a Lucy, y unas cuantas salchichas cubiertas de ketchup, las cuales simulaban unos intestinos según la niña.
Lincoln escuchó unos ruidos de la habitación de sus padres. Al parecer ya se habían levantado.
Lynn y Rita Loud naturalmente serían los primeros en despertar. Eso, obviamente, era para poder preparar todo con suficiente tiempo ya que en una gran familia el tiempo es oro. Pero ultimadamente, con la ayuda del único hijo varón de la casa, ya no tenían porque levantarse antes de las seis de la mañana.
—Buenos días, cariño —saludó la matriarca de la casa, mientras que le daba un beso en la mejilla a su hijo, provocando su vergüenza—. Tan responsable como siempre, ¿no?.
Lincoln se volteó para ver a su madre, quien traía puesta una camisa verde pastel (y ahora que el albino miraba bien a su madre, realmente se parecía bastante a Leni), junto con unos pantalones holgados color caqui, y en sus pies tenía sus pantuflas purpuras.
—Solo cumpliendo los deberes —contestó modestamente, a la par que sacaba unos platos de los gabinetes de la cocina—. Después de todo, en una gran familia como la nuestra alguien debe ayudar.
—¡No menosprecies así tu trabajo, campeón! —Lynn Padre se unió a la conversación. El padre llevaba su típico atuendo, un suéter verde junto con una camisa del mismo color debajo. Sus pantalones, en cambio, eran color café, y ya llevaba sus zapatos marrones puestos—. Ese desayuno parece delicioso, ¡no puedo esperar para probarlo! —comenzó a acercar su mano disimuladamente a uno de los platos.
—Ni se te ocurra querido —le contestó Rita mientras que le golpeaba la mano con una cuchara—. Vamos a esperar a las niñas para comer.
—Hablando de las chicas ¿no es algo raro que no estén despiertas a esta hora?. —decidió hablar el hijo.
—¡Arriba niñas! —gritó la matriarca—. ¡Lincoln hizo el desayuno!
Desde la planta baja se escucharon todas las pisadas apresuradas para el baño. La cocina del peliblanco era bastante codiciada por todos en la casa.
—Ahora sí, a esperar. —se sentó Rita.
Poco después las muchachas comenzaron a bajar. La primera fue Lola, la cual traía puesto una blusa rosa junto con unos shorts negros, y tacones rojos de unos 2 centímetros. Bajaba notablemente emocionada, mientras cepillaba su larga cabellera rubia. Vio a Lincoln y lo abrazo.
—¡Hola Linky!.
—Buenos días, hermanita —saludó—. Ve a sentarte, y no toques tu comida hasta que todas bajen ¿si?
—Pero Lincoln... —Lola cruzó los brazos e infló sus mejillas en un berrinche—. ¡Tengo hambre y cocinas hasta mejor que papá!
—Eso dolió —Lynn señor suspiró tristemente.
—Lola, no es no. —Lincoln se puso firme, y agregó—: Cuando vivas a solas vas a poder hacer lo que quieras, mientras estés en esta casa seguirás mis- —se mordió la lengua— ¡Las reglas de mamá, si eso es, las reglas de mamá!
—Esta bien...
La niña caminó a la mesa y se sentó, obedeciendo a su hermano mayor. Al ver eso el único hermano de la familia se sentía orgulloso. Orgulloso de si mismo, por lograr actuar como debe actuar una figura de autoridad, y orgulloso de Lola por su madurez al escucharlo.
Las siguientes en bajar fueron Lynn y Lana, las cuales estaban jugando a piedra, papel o tijera mientras bajan las escaleras. Lynn estaba vestida con una chaqueta roja con cierre, típica de los equipos de béisbol estadounidenses, junto con un número veintitrés en la parte superior izquierda, bajo este número estaba escrito "Míchigan". Esta estaba abierta, permitiendo ver debajo la camiseta blanquecina sin mangas que tenía puesta. La prenda tenía un número uno rojo en el centro. Su calzado consistía en unos tenis . Lana, por otro lado, traía una camiseta gris lisa junto con una falda de colores oscuros, con rayas levemente rojas, contaba también con unos tenis color granate y detalles blancos. En sus caderas traía un saco rojizo atado.
—¿Que onda hermanito? —Lynn corrió, dejando a Lana en los últimos escalones, y abrazó a Lincoln—. Espero estés preparado para ver a esta ganadora patearles el trasero a los perdedores de Great Lake City en el torneo estatal de handball.
—Claro que si hermana —le contestó 'el hombre del plan' con una gran sonrisa—. Se que lo harás bien.
—Así será, ¡Royal Woods, Royal Woods! —la deportista festejó con los brazos, empujando sus puños hacía arriba, mientras caminaba a la cocina.
—Hermanote —Lana chocó los cinco con el albino—. Espero que hayas pasado bien la mañana.
El muchacho observo bien a su hermanita Lana. Había crecido para ser una niña muy bella, y según el propio Lincoln, era alguien muy madura y amable. Seguía teniendo sus momentos algo traviesos, pero eran pocos y era comprensible, aún tenía diez años. A pesar de eso, los cambios que había sufrido en estos años eran muchos. Ya no era la chica amante de la suciedad que era a los seis años. Lo cual era normal, eventualmente sus gustos iban a cambiar para intrincarse en algo un poco más femenino. Así siendo una señorita en crecimiento, había entendido el gusto de Lola por todo lo relacionado con la ropa y así comenzó a vestirse más femenil. Aún así, no le gustaba mucho el maquillaje ni los concursos de belleza, ya que en sus propias palabras, forzaban a las mujeres a ser algo que no eran. Ella todavía era amante de los animales e intentaba pasar el mayor tiempo posible ateniendolos en las calles de su pequeña ciudad. Esas cualidades, más muchas más, la hacían una joven muy querida en su clase y con una cantidad considerable de pretendientes que fueron espantados casi sin querer por Lincoln.
—Bastante bien, Lanita —le dirigió una cálida sonrisa—. Muchas gracias por preguntar.
—No es nada hermano, alguien debe hacerlo ¿no?
—Tienes razón hermanita —rió el peliblanco—. Ve a la cocina, Lola y Lynn ya están allí.
—Okie dokie
Lana fue a sentarse a la mesa. Lincoln se quedó donde estaba esperando para recibir a sus últimas dos hermanitas, las cuales deberían llegar en breves según el. Por lo menos así lo creía hasta que las chicas ya estaban tardando unos largos quince minutos llenos de quejas por parte de las chicas que ya querían desayunar.
—¿Lucy estará intentando hacer otra invocación con el gato? —se preguntó el muchacho, preocupado por Cliff—. ¿Y que esta pasando con Lily?.
Antes de que el albino siquiera pudiera pisar un escalón, se oyó un grito proveniente del segundo piso.
—¡Dejaras la corrupción de ese mundo impuro, pequeña Lily! —se asomó la cabeza de Lucy por la segunda planta—. ¡Astrea: Déjame portar tu aura brillante para purificar esta alma!
—¡Jamas! —Lily contestó, estando justo arriba de las escaleras y sin poder ser vista por el muchacho—. Yo seré la más poderosa. —comenzó a recitar la voz de la pequeña— Kame
— No te atreverías a usar tal poder contra mí
—Hame...
—No lo permitiré —susurró Lucy, sin ser oída por su hermano—. ¡Técnica Oculta: Desvió de Energía!
Entonces, cuando la gótica intentó hacer ese movimiento, no se percató que estaba al pie de la escalera. Movió su pierna, perdió el equilibrio y comenzó a tambalearse. Desde tal altura el caerse podría ser un viaje al hospital o algo peor. Lincoln no permitiría eso, y menos para su queridísima hermanita. Pensando velozmente, subió corriendo las escaleras para atraparla, llegando justo a tiempo para abrazarla por la espalda antes de que logrará caer. Pero, lamentablemente, el peliblanco se resbaló por tal velocidad y cayó, mientras intentaba proteger a Lucy con su cuerpo. Por fortuna, gracias a que Lincoln ejerció peso hacía delante, terminaron rodando sobre las escaleras, evitando así una caída desde los primeros escalones hasta el suelo.
—¡Linky! —Lily bajo las escaleras rápidamente—. ¡Mamá, papá vengan rápido!
Los dos adolescentes se encontraban en el suelo. La gótica yacía abrazada a Lincoln con los ojos cerrados, mientras que el mencionado estaba sumamente adolorido. El albino miró a su hermana. Esta traía un vestido negro con un estilo victoriano. Su falda llegaba unos tres o cuatro centímetros bajo sus rodillas, y lo que quedaba de sus piernas era tapado por sus largas medias color carbón. La parte superior lograba resaltar sus recientemente desarrollados pechos copa B. Las mangas del vestido eran blancas y negras, viéndose así intercaladas. En sus pies traía unos zapatos de mujer, con casi nada de tacón.
—Luce ¿te golpeaste? —preguntó el albino, mientras le acariciaba la cabeza suavemente.
La mencionada se puso roja y al instante se oculto en el pecho de su salvador.
—Estoy bien, tonto hermano mayor. —murmuró débilmente, siendo apenas oída por el joven.
Antes de poder continuar su conversación, todas la familia estaba rodeándolos. Lynn Junior, junto a los dos padres, ayudó a los hermanos a levantarse del suelo. Lucy solo estaba algo mareada y Lincoln por buena fortuna no tenía nada más que un moretón (uno bastante doloroso) en su espalda.
—Ahora —ya todos sentados en la mesa, Lynn Padre habló—. ¿Que sucedió allí?
—Yo lo diré, padre —mientras hablaba misteriosamente, Lucy cortó un pedazo de la salchicha, cuando la probó sus ojos brillaron—. Con esta fuente de energía los impuros serán exterminados mucho más fácil... —la pequeña dejó de hablar y comenzó a murmurar cosas.
Todos miraron a Lucy mientras ella estaba perdida en su mundo. Lincoln decidió que para evitar la vergüenza de la muchachita debía narrar lo sucedido a su familia.
—Entonces. Antes de comenzar, Lily... —comenzó a interrogar el chico, agregando—: ¿Que hacían jugando tan cerca de las escaleras?
La niña miró a su hermano nerviosamente.
—Es una historia rara. —rió, incomoda.
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N/A: Espero hayan disfrutado del capitulo. La historia de amor poco a poco irá avanzando, por lo que no habrá lemon ni nada por el estilo hasta bastante más adelante. Sin más que decir, ademas de que si ven un error me alertan de ello, nos vemos lectores.
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