Capitulo 6
Bakugo sentía le mente mucho más despejada ahora que estaba al aire libre, el aroma del bosque lograba opacar al del omega y por fin se sentía libre de nuevo.
Algo siempre le hacía sentirse sofocado cuando tenía que portarse como líder, tratar que esa manada se mantenga viva y ahora que llego el omega sentía las emociones hechas un lío.
Él solo necesitaba al enano para mantener su lobo cuerdo, era especial... lo sentía, pero no necesitaba esa cursilería, solo necesitaba su fuerza... no quería volver a caer en las manos de esos malditos nunca más y para ello haría que el omega cooperará por las buenas o por las malas.
-Oye... tardaremos mucho en llegar?- Bakugou se detuvo cuando escucho la voz de "Deku", algo entre cortada.
Si... definitivamente para el va a ser un Deku. Se veía cansado y parecía temblar un poco, tenía algunas gotas de sudor que caían deliberadamente dentro de su camisa y...
-Eres muy débil, si sigues así definitivamente alguien te va a comer-lo dijo enojado, y ni siquiera pensó en sus palabras de lo frustrado que estaba.
-Llevo demasiado tiempo fuera de forma... por lo menos se algo considerado y ve más despacio- Midoriya hizo un pequeño puchero que no pasó desapercibido para Bakugo.
-Si estabas escapando de algo, debiste de entrenar en caso de que te atraparan, no crees?
-Me estaba ocultando... si hacía algo fuera de lugar, alarmaría a los humanos y a los lobos...
-Entonces preferirse ser un cobarde?
-Me estás juzgando?- el omega estaba llegando a su límite...
No necesitaba que le recordaran lo inútil que fue y lo devastado que aún estaba después de perderlo todo.
-Es claro que somos diferentes, para mi escapar ahora no es una opción...
-Pero alguna vez lo hiciste-le recalco Midoriya tratando de evadir el tema.
-Era un cachorro!
-Y yo era...!- aunque casi dejaba salir información que no debía, se dio cuenta de su error- nada... olvídalo.
-Suéltalo! Vamos... dime porque estoy equivocado?!- Bakugo ya había enfurecido y que le ocultara cosas le ponía los pelos de punta.
Ya era claro que no iba a poder escapar, entonces porque no se rendía?
Midoriya se hizo pequeño y trato de abrazarse a sí mismo y evitar la pregunta. No quería hablar del tema y no lo iba a hacer... pero eso no le impedía sentir la exigencia del alpha.
Bakugo se fastidió y siguió su camino, aumento el ritmo solo por el fastidio de toda la conversación. Que se creía ese enano? Se supone que debería sentir lástima o algo parecido? No... esa no es la ley de la naturaleza, "El más fuerte sobrevive" y si el no era fuerte entonces...
Paro en seco, al notar que ya había llegado, quería informarlo al omega, pero el ya no estaba, trato de esperar unos minutos, pero no llego. Un poco de ansiedad empezó a carcomerle hasta que no pudo más y regresó por donde venía.
Agudizó su olfato y trato de ser paciente, pero entre más tardaba más ansiedad le surgía... y si otra manada lo encontró? Si algún animal le había atacado? Las preguntas le empezaron a causar molestia y solo quería encontrar al pecoso, así que dejo de pensar y se concentro en sus instintos.
Además del olfato, trataba de agudizar su oído... pero no funcionaba. Trato de pensar en algo más, y encontró la forma, pero no quería usarla, no quería que esa unión sirviera.
-Mierda...- se exaltó y soltó un gruñido.
No tenía más opciones, aún no tenía bien identificado a ese omega y si quería escapar, esa era su mejor opción para lograrlo. Así que solo tenía que ceder por esta ocasión.
Cerro los ojos. Se concentro en las palpitaciones de su corazón, dejo de escuchar el bosque, los animales el viento... solo era él. Agudizó su olfato junto con ese sentimiento de angustia que tenía, solo necesitaba encontrar esa confección, solo un segundo y lo encontraría.
-Ahí estás...
Lo encontró, sintió al omega... y aunque estaba molesto, porque sabía que hacer eso reforzaba el vínculo que tenían como destinados, no le importó. Necesitaba ir por él.
Corrió hacia donde lo sintió, algo le quedó claro... Deku era bueno ocultándose, a eso se referían con su platica anterior. Él sabía ocultar su aroma, su rastro, sus movimientos, el enano era bueno... pero ellos tenían algo que ninguno en el mundo entendería y eso le daba ventaja.
Cuando por fin lo tuvo en la mira, se sorprendió. Él no estaba ocultándose, estaba a plena vista observando algo. Se acercó de manera cautelosa por si quería escapar, pero al mismo tiempo para darse a notar, hasta que llegó a su lado y vio lo mismo que Midoriya.
-Que sucedió aquí?- pregunto Midoriya con la voz débil.
-Hace unos meses... nos encontraron y atacaron. No estábamos preparados, tuvimos algunas pérdidas y esta parte de nuestro bosque fue la más afectada.
-Devastaron más de un kilómetro de bosque, lo quemaron...
-Te dije que no estábamos preparados, pensábamos que estábamos suficientemente lejos de la guerra, para que esto nos pasara
-...- Midoriya se tomó unos minutos para ver un poco más el lugar donde no había más que naturaleza muerta y lastimada- perdiste a alguien?- se atrevió a preguntar.
-No... nadie estaba de este lado en la noche, tenía un mal presentimiento.
-Ellos los buscaron?
-Si, pero acabamos con la mayoría, solo uno escapó.- gruño con enojo.
-Él... el supo de ustedes?
-No, parecía ser el líder... solo dejo a sus secuaces después de quemar el lugar, pero supongo que sospecharon, por eso nos han estado atacando.
-Porque no haz hecho nada?- Midoriya estaba desesperado, sabía que esa premonición del bosque quemado no eran buenas noticias.
-Lo estoy haciendo idiota... por algo estás aquí- se molestó.
-Yo no puedo solucionar esto, si la guerra no acaba, solo estamos retrasando lo inevitable.
-No te pedí tu opinión.
El alpha le dio la espalda, pero antes de empezar a caminar, regresó por el y lo tomó del ante brazo jalándolo y llevándolo a su ritmo.
-No pienso escapar- se defendió el omega.
-Casi lo logras, no pienso correr riesgos.
Midoriya rodo los ojos y bufo, tenía razón... casi lograba escapar, pero ese sentimiento de ansiedad lo detuvo y después encontrar ese lugar lo destrozó, recordaba cuantos lugares encontró así, tantas aldeas reducidas a nada y muy a su pesar, no quería que ellos sufrieran el mismo destino que tantos otros.
No quería dejarlos morir, pero tampoco tenía como ayudarlos, no ahora...
-Llegamos- escucho la voz de Bakugo.
-Una cueva?
-Entra...
Midoriya, aunque no estaba muy confiado, fue el primero en entrar. La cueva estaba muy obscura y la entrada al estar oculta entre matorrales era poca la luz que entraba. Aún así, poco a poco su vista se fue acostumbrando, hasta que aún en la obscuridad podía ver.
No le pregunto al alpha a donde tenía que ir... él solo siguió el presentimiento que tenía, algo muy familiar en él.
Quedo impresionado cuando llego a lo más profundo de esa cueva. Una pequeña laguna se iluminaba con algunas florescencias de plantas. Había muchos cristales incrustados y algunos adornos de flores nada naturales.
-Que... es todo esto?
-Lo encontré hace algunos años después de que llegamos, supongo que era un centro ceremonial de alguna manada antigua. He encontrado muchos instrumentos que usaban en ceremonias y tambien algunas joyas que usaban los líderes de la manada.
-Es increíble- el omega se veía exaltado.
Solo había conocido un centro ceremonial en su vida y aunque eran diferentes, siempre tenía algo mágico en él. Midoriya siempre se sentía conectado a esos centros ceremoniales y por alguna razón sentía que ese alpha sentía lo mismo.
-Quería estar seguro de que si es un centro ceremonial, quiero que aquí se haga nuestra unión.
Toda emoción del omega desapareció al recordar aquello, pero trato de no darle importancia, aún faltaba y tenía tiempo para pensar en cómo evitar esa ceremonia.
-El alpha de mi manada... alguna vez me dijo que estos lugares eran sagrados y que poca gente podía encontrarlos, son lugares que esconden los alpha porque son el nido que le ofrecen a su pareja...- Midoriya estaba divagando, pero era un buen recuerdo que quiso compartir.
-Esto no es tan importante como te imaginas, solo necesitábamos un lugar- Bakugo se sentía incómodo, no quería que mal interpretara su intención, no le estaba ofreciendo una familia, solo necesitaba el medio para volverse más fuerte.
-Supongo... - El pecoso parecía desilusionado, pero no debería, ninguno sentía nada por el otro.
-De cualquier manera, necesitas algo que haga notar que no eres un omega sin pareja...
-Lo soy...
-No lo eres- el alpha parecía buscar algo mientras recitaba sus palabras.
-Aquí encontré mis aretes y collares, supongo que si usas uno igual al mío puede ser suficiente, solo tengo que marcarlo con mi aroma y será suficiente- el alpha ya había escogido un pequeño collar con el colmillo de algún animal adornando su centro y algunos cristales verdes adornando lo demás.
-No es necesario, a toda tu manada le quedo claro que no se pueden acercar a mi, sin tu permiso- recordó el omega.
-Eso no impide que alguien más lo intente.
El alpha soltó un poco su aroma, que provoco un ronroneo en Midoriya. Afortunadamente para el omega estaban algo lejos para no ser bien escuchado, cuando por fin estuvo satisfecho Bakugo, se volteó para ponérselo al pecoso.
-No se te ocurra quitártelo!- le amenazo.
-Pero... dormir con esto en la noche es...
-Te acostumbraras, además es una forma de cubrir tu cuello, cualquier accidente, eso protegerá que no te muerdan.
Midoriya tembló un poco ante el pensamiento de ser obligado a ser marcado y aunque los motivos del rubio estuvieran mal fundamentados, le dio algo que serviría para su protección.
-Gracias...-susurro.
-Ya te dije que no es por ti.
Al final tenía sus buenos momentos. Eso pensaba Midoriya, antes de ese primer accidente.
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