-Corre...- susurro Dabi al pecoso, tratando de no demostrar su inquietud.

-No... no creo llegar muy lejos- sonrió Midoriya con nervios.

Aunque estaba aterrado, mantenía la compostura, necesitaba detener a ese lobo y darle tiempo a su gente de huir... pero por otro lado estaba su embarazo, no había forma de lograr que él y su pueblo estén bien al mismo tiempo, aunque tampoco estaba dispuesto a sacrificar nada.

El lobo blanco, empezó a gruñir y poco a poco ambos vieron la dolorosa transformación de aquel individuo y algo le mando una alerta.

-Denki, Uraraka, Shinso... tienen que sacar a la gente de aquí- grito con desesperación.

-No me movere de aquí, no te dejare desprotegido- se opuso Shinso.

-No lograremos nada si decide atacar a la aldea, muevanse- ordeno enojado.

-No, si esto fue nuestra culpa, no me movere, daré mi vida si es necesario- renegó.

Uraraka y Denki, no dudaron en moverse, necesitaban a toda costa resguardar a la gente, si aquel lugar se volvía un campo de batalla.

-Esto es ridículo... puedes seguir una maldita orden?!

-No... -Shinso se pudo a lado de Dabi y ambos hacían una barrera que le impedía ver al enemigo.- si tu te vas de aquí, iré contigo... pero si es lo contrarío, este es mi lugar.

Deku temblaba de impotencia, no deseaba ver morir a la gente que quería, no esta dispuesto... no otra vez.

-Ey, no te distraigas... recuerda que tienes una vida extra que proteger. Si te quedas aquí, en cuanto veas que no hay oportunidad, te iras a resguardar, no importa que suceda. Entendiste?- hablo Dabi.

-Ni lo pienses...

-Es una orden, recuerda. No puedes morir... eres el centro, ya no eres solo un omega de una manada, eres la persona más importante para todos los lobos.

Izuku mordió sus labios, reteniendo la frustración de sentirse inútil, de ser alguien que hay que proteger y no alguien que puede protegerlos...

-Podrían... callarse la puta boca?- escucharon por primera vez la voz de Shigaraki.

Los tres voltearon a ver a su objetivo y todo quedo en silencio. Aunque se escuchaban gritos a lo lejos y a los arboles torcerse por el fuerte aire que pasaba sobre ellos...

Toda la tensión entre los ahí presentes, dejaba el ruido en segundo plano. Ninguno se atrevía a moverse, por miedo a hacer un movimiento en falso y provocar un enfrentamiento directo.

Shigaraki estaba totalmente estoico, no había expresión alguna en su rostro y aun así su mirada solo se concentraba en una persona.

-Asi que tu eres el omega?- volvió a hablar el albino- tu eres el maldito que ha provocado todo este caos.

-Yo no tuve la culpa de nada, tu antecesor destruyo la vida de muchos lobos...

-Pero yo gobernaba con total justicia... controlaba a los lobos y mi gente por igual.

-Con miedo y matanzas, nadie te pidió en estas tierras.

-Me pertenecen por derecho!- se exaltó.

-Son tierra de lobos- recalco Deku.

-Tu mismo lo viste, soy uno de ustedes.

-No eres como nosotros- lo enfrento Dabi- manchaste tus manos de sangre por placer, nos mataste sin piedad por exigir un trono que no te pertenece, mataste a mis amigos...

Dabi tenía historia con Shigaraki, estaba herido, le traicionó y eso le hizo ver las cosas con más claridad... todo el tiempo que le ayudo, solo logro lastimar a los suyo. Se había estado convirtiendo en su padre y lo odiaba, quería redimirse y a toda costa protegería a Izuku... se lo debía a su hermano, se lo debía al omega y se lo debía a su especie.

-No eres un santo Dabi, mataste igual que yo!

-Mate por ti, mate a cualquiera que pusiera en riesgo tu vida y no solo yo! Toga, Magne,  Mr. Compress, Spinner, Twice... cada uno de ellos los vi morir... algunos por tu propia mano y otros por tus guerras.

-Era diferente! Ellos...

-Basta...- Dabi estaba cansado. Ya lo había abandonado, ya no había vuelta atrás.

-Tienen que escucharme... vine a hablar!- contesto Shigaraki enojado.

-No estas en posición de exigir- le enfrento Shinso.

-Tengo derecho y puedo hacerlo... ese chico esta en cinta no es así?- señalo al omega sin dudarlo.

-No te dejaremos tocarlo.

-No es necesario, estoy seguro de que el vendrá por su cuenta- una sonrisa aterradora adorno el rostro del albino.

-Nadie aquí seguirá tus ordenes, no somos tu gente...

-Da igual, ese chico esta débil, su pueblo esta expuesto, ustedes solo son 2, o protegen al pueblo o protegen al omega...

-Es claro a quien protegeremos.

-Pero no es su decisión o si?

-No lo abandonaremos- se negaron ambos alpha.

-Chicos, basta...- el omega salió de su escondite y por fin Shigaraki pudo verlo por completo - que es lo que quieres?

-Tenemos que irnos.

-No soy estupido... por qué iría contigo?

-No lo dire si están eso dos...

-Y yo no me movere por alguien como tu.

El ambiente se volvió a poner tenso. Shigaraki se lanzo a atacarlos y Dabi lo retuvo, mientras que Shinso saco a Midoriya de ahí.

-Espera... no podemos dejarlo- trato de regresar.

-Ah no! Tenemos que sacarte de aquí!- Shinso no esta dispuesto a dejarlo que se pusiera en riesgo.

Lo cargo y trato de no lastimarlo, solo tenía que sacarlo de la aldea, con eso seria suficiente para que otro no quisiera regresar...

-No voy a dejarlo... sueltame!- empezó a removerse inquieto.

El pelimorado lo ignoro por completo, corría sin prestar atención a nadie y cuando Izuku dejo de moverse tampoco lo moto.

Él omega estaba impactado, cuando empezaron a rodearse de la gente que desalojada el pueblo, los recuerdos lo invadieron.

-Por favor... déjame aquí -suplicó - necesito quedarme... necesito protegerlos.

-No necesitas hacer nada de eso...- las palabras sorprendieron al pecoso- crees que nadie sabe el gran sacrificio que has hecho por nosotros? Y no solo tu... Bakugo también.

-Pero...

-Midoriya... tienes que irte...

El omega ya no quería discutir, decidió seguir sus indicaciones y se fue, dejo a ambos atrás y avanzo con toda la gente que huía. Paro en la entrada ayudando a ancianos y algunos niños a amarrar sus cosas en sus lomos a la hora de la transformación.

Acepto huir, pero no solo y tampoco de inmediato. Si podía ayudar en algo lo haría hasta el final. Cuando ya los últimos lobos estaban desapareciendo encontró a Denki y a Uraraka.

Aunque estos se negaron a irse sin él, Izuku les pidió que siguieran guiando a la manada. Solo tenían 1 lugar al cual regresar... así que les encargo esa responsabilidad.

Ambos partieron, con la promesa de que el pecoso les seguiría y ciertamente le costo, no quería dejar a esos dos peleando con Shigaraki y al mismo tiempo tenía miedo por su bebé...

Tuvo la vaga idea de correr a su nido y refugiarse, pero se ponía en riesgo, ese lugar estaba impregnado de su aroma... si quería sobrevivir tenía que moverse constantemente.

Seria difícil por el embarazo, si se transformaba ponía en riesgo su estado, tendría que irse en su forma humana y rogar por no ser descubierto.

La noche había caído y el lobo de pelaje rubio cenizo llegó al pueblo desierto. Le dio un escalofrío pensando lo peor, trataba de seguir un rastro de aroma... pero su mente estaba tan dispersa que no lograba concentrarse en nada.

-Alto!- escucho un grito que lo puso a la defensiva.

Ambos tardaron en identificarse, pero cuando se reconocieron ambos soltaros un suspiro de alivio.

-No... no... tienes que irte!- grito Shinso.

Bakugo no entendía y quería transformarse para poder entablar una conversación, pero Shinso volvió a detenerlo.

-No hay tiempo, tienes que proteger a Izuku- Shinso llego a la aldea buscándolo.

Eso puso en alerta al lobo, aun así no sabia que hacer. Que tenía que buscar? Donde? El bosque era enorme, no habia forma de buscarlo a ciegas... su aroma debió desaparecer hace horas.

Se acerco al peli morado, esperando que entendiera que necesitaba su ayuda, pero apenas rozandolo se dio cuenta de la sangre que caía del cuerpo de ese chico.

-Es... estaré bien, tienes que ir por el pecoso, deben estar llendo al refugio anterior, la ultima vez que vi a Dabi, seguía peleando con Shigaraki... debes de tener tiempo para encontrarlo.

Katsuki de manera obligada agacho su cabeza y se lamento por todo lo que sucedía, quería ayudar... pero su omega...

-Vamos... muevete- le empujo Shinso obligándolo a irse.- cumplí mi papel... lo mantuve con vida, así que no dejes que mi trabajo sea en vano.

El rubio se puso en marcha y mientras corría lanzo un aullido a la luna en forma de agradecimiento. Sentía el cuerpo pesado, que el aliento le faltaba, pero su vista, olfato y odio estaban tan suceptibles que se sentía abrumado.. si mente solo le dictaba una cosa.

Encuentra a tu pareja...

-Lo dejaste ir?- todos estaban sobre Tamaki, expresando su inconformidad ante el anuncio que acababa de hacer.

-No precisamente, solo... decidí no meterme en su camino.

-Esto es peligroso! Ese estupidos imprudente nos puso en peligro... va a dar un aviso de nuestra posición.- reclamo Endeavor.

-No es su culpa- entro Mirio a defender a su pareja- además Bakugo era el más consciente de todos el porque no nos moviamos... así que debe tener una razón.

-Y cual es?- pregunto All might.

-Bueno...- Tamaki dudo de mencionar el embarazo, pero podría decirlo de otra forma- Izuku. Cuando veníamos hacia aca... me pido hacerle un examen médico y...

-Esta bien?- pregunto Aizawa.

-Estaba... algo delicado, pero Bakugo es su pareja... así que probablemente el como veíamos a Bakugo, es como se veía Izuku en el pueblo. En conclusión tenían que verse antes de que el daño fuera más grave- el gamma se sintió orgulloso de hacer entender a los otros el problema, sin mencionar el embarazo.

-Y que hacemos aquí?- se altero All might.

-Calmate!- se metió Endeavor.

-Es mi hijo!

-Ya fue el mocoso a ayudar, una persona no llamara tanto la atención, si regresamos todos cuando estamos a punto de ganar, pondrá en peligro a los demás.

-No quiero aceptarlo, pero tiene razón- dijo Aizawa.

-Mierda...- se quejo el rubio mayor.

-Terminemos esto y regresemos, dejemos que ese niño se encargue de Izuku, seguro lo lograra- trataron de convencerse.

-Lo lograremos- susurro Kirishima, que era el unico que sospechaba que había algo más en ese gamma que ocultaba, pero solo tendria que confiar por ahora.

-Hay que movernos! Terminemos esto- exclamo Hawks.

Terminemos esto...

Fue un pensamiento que mucha gente, aunque estuviera separada, tuvo el mismo el pensamiento.