Capitulo 3
-Perdón por traerte a este lugar de esa forma- después de un incómodo silencio, Kirishima fue el único que se atrevió a hablar.
-Quiero irme...- sentenció con seguridad Midoriya.
-No puedes- contesto tajante Bakugo.
-Ustedes no entienden, no debería estar en este bosque- los nervios de Midoriya estaban de punta.
-Que hacías con los humanos?- Bakugo seguía ignorando las peticiones del omega, pero al mismo tiempo tenía interés.
Midoriya se puso más tenso, subió sus piernas al sillón donde estaba sentado y se aferró a ellas, era la única manera que se sentía protegido.
Uraraka sentía pena por el chico. Ella estaba más que convencida que él estaba más seguro con ellos que estando con los humanos, pero él parecía tener miedo de solo estar en el bosque.
-No creo que sea momento de hacer preguntas- sugirió Kirishima.
-No!- contestó enojado Kaminari- él tiene que quitar todas nuestras sospechas sobre él y este es el mejor momento.
-Sospechas?- el pecoso se ofendió -Ustedes fueron quienes me trajeron... yo estaba bien donde me encontraron.
-Kaminari!- Bakugo se enojó al ver como habían vuelto a alterar al omega.
Kaminari agachó la cabeza, sabía que había hecho enojar al alpha y no quería ofenderlo más de lo que ya lo había hecho.
-Yo fui quien te trajo- le contestó Bakugo directamente- pero tenía el presentimiento de que no vendrías por las buenas...
Midoriya no podía ver al alpha a los ojos, se sentía débil ante su presencia y algo mareado por el aroma de todos los demás, hace mucho que no convivía con los de su especie y justo ahora todo le estaba tomando de golpe.
-Solo... déjenme ir- rogó el omega.
-No puedo...- insistió Bakugo- te quedarás.
Esas palabras sorprendieron al omega, trato de relajarse y voltear a ver al rubio. Con sus solas palabras podía notar que decía la verdad y que era una orden, pero quería estar seguro antes de preguntar algo más.
Las miradas de ambos hicieron contacto por primera vez desde que despertó Bakugo en el pueblo... ambos sintieron esa descarga de adrenalina cuando el rojo y el verde contrastaron.
-Que quieren de mi?- Midoriya evadió la mirada de nuevo, necesitaba tener la mente concentrada... no podía dejarse dominar por su instinto.
-Te necesitamos a ti...- contestó Kirishima al ver que Bakugo solo lo veía sin decir nada.
Uraraka vio la incomodidad del pecoso y trato de relajar el ambiente, no podía dejar que su alpha siguiera hablando, porque si el omega se seguía negando, el temperamento del rubio sería contradictorio para lo que querían.
-Tu debes de saber el circulo de una manada. Se necesita un alpha, betas, gammas y omegas...- logro llamar la atención de todos y la tensión del alpha y el omega se dispersó- nuestra manada es algo improvisada, la mayoría fuimos salvados por Bakugo y Kirishima...
-Entiendo a lo que quieres llegar, pero yo fui exiliado, si estoy con ustedes les pondré en peligro- Midoriya trataba de hacer entrar en razón a todos ellos, él no estaba seguro ahí y ellos tampoco.
-Les dije que no confiáramos en él- reprocho Kaminari.
-Escúchanos, tienes que confiar en nosotros... te cuidaremos si tu nos ayudas- insistió Uraraka.
-Ustedes quieren algo de mí, que no puedo darles... saben mejor que nadie que nosotros perdimos muchas de nuestras habilidades cuando se traicionó al omega "centro".
-Pero queremos lo que aún puedes hacer- intervino Bakugo- quiero que ayudes a estabilizar nuestro lado animal y humano.
-Eso... eso es algo muy íntimo entre el alpha y el omega- contesto Midoriya sin dudar, parecía que olvido todo lo que le hacía dudar y se veía ofendido por esa petición.
-Lo sé, pero quiero mantener viva a mi manada y es el deber de un alpha protegerla...- auguro Bakugo.
-Sabes bien lo que pasa cuando el ritual se realiza- Midoriya no tenía forma de asegurar sus palabras, pero lo sentía. Sentía como ese alpha tenía mayor conocimiento y poder de lo que podía ver a primera vista.
-Estoy dispuesto a correr el riesgo...- Midoriya no podía creer la seguridad que tenía ese alpha.
-Pues yo no... si llego a equivocarme!
-Si estás consciente de todo eso, estoy seguro de que no lo harás.
Todos los que estaban en esa habitación se sentían perdidos, ninguno sabía de tradiciones de alpha y omegas, la mayoría perdió a sus manadas a temprana edad y nunca pudo ver una iniciación o una unión en su lugar de nacimiento, por lo tanto... estar consientes de lo que ellos hablaban era casi imposible y empezaba a frustrarles.
-De que hablan?- intervino Uraraka.
-Nada importante- Bakugo quiso evadir el tema.
-Nada? Ni siquiera les haz explicado a tu manada de lo que se trata lo que quieres hacer?- Midoriya de verdad le habían tocado un tema sensible.
-Ellos estarán bien, es lo único que tienen que saber- definitivamente el alpha era egoísta.
Midoriya ya no puso aguantarlo, estaba frustrado y también indignado. Porque arriesgarse de esa manera? Y porque con él? Necesitaba hablar con el alpha y esta vez se arriesgaría.
-Quiero hablar contigo...- vio como iba a decir que lo hicieran ahí mismo, pero le detuvo- solos...
Bakugo entendió enseguida, suspiro y acepto. Los demás se querían negar, pero en cuanto el alpha se puso de pie y su aroma sobresalió de los demás, nadie puso si quiera decir algo.
-Todos regresen a sus actividades, hablaremos en la cena- dio la orden y todos se dispersaron.
El alpha condujo a Midoriya a una pequeña biblioteca que tenían en casa que al mismo tiempo ocupaba como oficina y se encerró junto a él, ninguno podía huir de lo que tuvieran que enfrentar en ese momento.
-Que quieres hablar?- hablo Bakugo mientras se sentaba en su escritorio.
-Que es esta manada? Porque parece que los demás no saben nada de los rituales?- Midoriya empezaba a dejarse llevar por su curiosidad y sin darse cuenta se abrió hacia el alpha... aunque solo a él.
-Te propongo un trato...
-De que se trata?- lo dudo pero no mucho.
-Información por información, tu preguntas y yo igual...
-Hay cosas que no podré responder- aseguro el omega
-Pero puedes decir el porque no las dirás... verdad?
-Supongo...
-Entonces el trato sigue en pie- sonrió con prepotencia.
-Bien... entonces responde.
-Yo... perdí a mi manada, nos atacaron a traición y pude huir, pero era un maldito cachorro, sobreviví con uñas y dientes, aprendí a vivir solo... no necesitaba a nadie, pero fue cuando encontré a Kirishiama, unos estúpidos lobos trataban de matarlo por invadir su territorio.
No era de mi incumbencia, pero sin pensarlo lo salvé, prometió seguirme por salvarle y de ahí me entere que el fue desechado de su manada porque hubo un cambio de lideres.
Midoriya estaba muy atento a lo que decía, él mejor que nadie entendía los problemas que esos alphas pasaron, el sufrió en carne propia esos problemas. El cambio de lideres no era otra porquería más que traición, otro alpha de la manada reto al alpha y al matarlo... ser atacado a traición por los que creías cercanos debió ser un golpe duro para él.
-Estuvimos unos años solos, hasta que cumplimos catorce, nuestra casta se presentó al igual que nuestros aromas y nuestro lobo... eran demasiadas cosas de golpe y no pudimos con todo. Fue cuando encontramos a Kaminari, era un gamma maltratado, su manada era clasista... sin poder no tenías nada.
Kirishima fue quien lo salvó y por lo tanto fue a quien más estuvo apegado Kaminari, pero nos ayudó a ambos a calmar nuestros instintos.
-Se acostaron con el?- se exaltó Midoriya.
-Claro que no idiota!- me grito el Alpha ofendido.- el sabe algo de medicina y empezó a tratarnos con ello para estabilizarnos.
-Perdón... normalmente las manadas sin omegas recurren a los gamma.
-No soy como los demás- le gruño.
-Perdón...
-En fin, al pasar el tiempo, seguíamos encontrando a más chicos huérfanos o en mal estado... pero ninguno de ellos era de la parte alpha de una manada... seguramente no les interesaba informarles de nada de lo que sucedía en los mandos y solo seguían órdenes.
-Pero tú no eres así... -susurro Midoriya sin pensar.
-Supongo que no... - contesto Bakugo ignorando el tema.- pero ahora te toca a ti... omega.
-Me llamó Midoriya Izuku...
-Como quieras, ahora es tu turno de contestar, que hacías escondiéndose entre humanos?
-Yo... escapaba del bosque, normalmente los lobos no hacemos contacto con ellos, así que fue el mejor lugar en el que creí estar seguro...
-Aun así te quedaste cerca. Pudiste adentrarte en la ciudad, pero te quedaste cerca de nuestros territorios- Bakugo se sentía muy intrigado por ese omega, hace mucho no escuchaba de uno y mucho menos conocido a alguno. Pero justo ahora el que tenía enfrente parecía tener mucha historia que contar.
-Yo...- Midoriya dudaba en decir más de lo debido, aún tenía que ser precavido- yo de vez en cuando iba al bosque y me transformaba en mi lobo, no quería perder total conexión con él- aunque dijo la verdad, no se atrevió a decir todo lo que escondía.
-Supongo que todo eso tiene que ver con el porque escapaste no es así?
El omega se tenso y evadió en totalidad al alpha, mordió su labio inferior y encajó un poco sus uñas sobre sus brazos.
-Esa parte... no la puedo decir.
-Bien, entonces explica porque no lo dirás...
-Porque no puedo, tu acabas de decirlo, muchas guerras entre manadas, muchos quedamos solos y otros hemos estado huyendo... es lo que nos ha tocado.
-Eres más maduro de lo que esperaba- acepto el alpha.
Bakugo quería hacerlo hablar, no quería soltarlo hasta que dijera todo, su paciencia estaba apunto de romperse, pero sabía que tenía que darle su espacio, su manada lo necesitaba y si lo asustaba nunca iban a poder progresar.
-Solo es lo que me obligaron a ser...- una sonrisa forzada y unos ojos sin emoción fue lo que le provocó un escalofrío al alpha.
Ese mocoso ocultaba algo muy especial y horrible a la vez... se le notaba, o más bien... para él era muy claro.
-Ve a tu habitación, te llamarán para cenar... y les pediré que no te molesten- fue lo ultimo que dijo Bakugo antes de dejarlo ir.
-Me dejarás ir?- pregunto antes de irse.
-No... aún tienes que ayudarnos...
-Ya te dije que yo no...
-Lo harás, esto ya no es una petición y créeme, estoy aguantando esta mierda porque quiero que lo hagas por las buenas... pero si se te ocurre hacer otra idiotez como en la tarde, habrás deseado nunca haberme ayudado en el pueblo...
La mirada del alpha era tan amenazante que por poco las piernas de Midoriya cedían y caía al suelo de miedo, pero antes de quedar abrumado, salió corriendo... nunca había sentido una presencia tan fuerte como la de ese alpha... tenía que pensar como huir.
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