Leonardo
Nota: hay pistas >:) ¡Sorpresa!
Nota2: no me odien por no actualizar! Es que la inspiración llega cuando llega 😭😭 lo siento mucho!!.
A estas alturas toda la ciudad sabe que Li-Shadow, mejor conocida como Maquy, es mitad dragón y proviene de una familia desconocida, y sinseramente desde que eso ocurrió sus compañeros no la dejan en paz, algunos por la curiosidad de ver su nuevo físico y otros por los poderes.
Su padre está conciente de que la suelen irritar y molestar con ese tema y pidió a sus profesores que le den una mano, ya que él no puede estar detrás de su hija todo el tiempo. El mayor agradece que los profesores entiendan y ayuden, logrando que este un poco más tranquilo.
Alexis suele acompañarla a la escuela para simplemente pasar tiempo con ella, pero ahora parece guardaespaldas por estar constantemente espantando a los chicos demaciado molestos o irritantes, Maquy aprecia ese gesto como nunca y está aliviada de tener un pequeño amigo como él, aunque eso no quita que alguans veces valla a la escuela sola.
En estos momentos esta en el recreo, caminando a paso rápido por el amplio y extenso patio de la escuela, la capucha de su buzo tapando sus cuernos y su cola enrollada en su cintura para ocultarla bajo la ropa, sus manos en los bolcillos para que sus manos escamosas y pequeñas garras no estén a la vista.
Agradece que sus piernas y pieses no ayan cambiado demaciado.
Mira hacia atrás con la esperanza de que ese par de niños menores ya no la sigan, pero apresura el paso cuando los logra ver. Se siente mal por escapar de infantes que solo están curiosos e imprecionados por su ficico, pero está cansada de tanta atención y curiosidad.
Pega un salto, vastante alto a decir verdad, y termina aterrizando sobre la rama de uno de los árboles más altos del patio. Se asegura de esconderse entre las hojas y las flores, aliviada al oír como los pequeños pasan debajo y siguen su camino sin encontrarla.
Se permite sentarse mejor y acurrucarse un poco contra el tronco, su cola desenrollandose de su sintura para estar al aire libre, moviéndose con tranquilidad mientras una de sus piernas cuelga y se valancea.
Escucha un crujido y levanta la cabeza hacia un costado, notando entonses como otra cola está un poco a su altura, el pelaje es claro y lizo, lijeramente brilloso y de color blanco.
–ho perdón– escucha la voz de un chico y levanta un poco más la vista, notando entonses el demonio sentado una rama más alta que ella. –no quería molestarte, solo quería irme para darte espacio– parecía nervioso, como si temiera de que ella se enojara demaciado.
–no, está bien. No te preocupes– analizo un poco más al chico, tenia orejas redondas y ojos rosados brillantes, un poco de melena anaranjada con un mechon negro cayendo por delante de uno de sus ojos, cortas garras pero filosas. –¿Quien eres?– nunca lo había visto antes.
–Soy Leonardo, tu... Debes ser Li ¿verdad?– ladeo apenas la cabeza, curiosidad brillando en sus ojos. Pero parecía cuidadoso y atento, como si desconfiara.
–si...– hizo una lijera mueca ante el nombre, aunque había aseptado que se llamaba así seguía prefiriendo que la llamarán como ella quería –prefiero que me digas Maquy si no es molestia– Leonardo pareció curioso por aquello, pero no comento nada –¿eres nuevo?–
–si... Llege hace unos dias– su cola se movió lijeramente, una pequeña mueca formandose en su cara.
–los niños pueden ser cargosos, más si eres un animal– no nesesitaba que él se explicará para saber lo que le susedia.
Los humanos menores solían ser muy entusiastas cuando se trataban de demonios animales, y peor si eras un gato o un perro. Y considerando que Leonardo era un felino estaba medio enterrado en niños insistentes.
–si. Hay una niña que no me deja en paz, dice que tiene muchos gatos en su casa y quiere que yo esté ahí– al principio había sido un golpe de lleno al rostro aquella noticia, siendo que la niña había sido demaciado directa.
Maquy no pudo evitar soltar una carcajada. Y eso pareció ser lo correcto porque el felino se relajo notoriamente.
– un niño me pidió que fuera a su casa el fin de semana para prender el fuego del asado– Leonardo rió, mostrando sus filosos y blancos dientes –las ocurrencias de los chicos– suspiro ella, riendo entre dientes.
–ho si, no sabes lo que podrían llegar a decir– se rascó la nuca, los múltiples diálogos de los niños pasando por su cabeza.
–y pensar que nosotros éramos iguales, o peores– el chico volvió a reír sin poder evitarlo, tenía razón –asi que también te ocultas–
–sip, nesesito un descanzo... No quiero ni imaginarme como la pasas tú, la hija de Macaque Six Eards, mitad mono y mitad dragón, proveniente de una familia de dragones que hasta ahora es desconocida, la chica qué venció a un inmenso dragón y escupió la llamarada más grande que e visto en mi vida.– la chica hizo una mueca mesclados con una sonrisa ante eso, eran muchas más cosas de las que esperaba ser alguan vez. – si yo la paso así, siendo un simple demonio-león, no quiero ni saber cómo la pasas tú– no quería burlarse y mucho menos ofender, por eso intento no sonar mal, pero se relajo al oírla reir.
–creeme, es mejor que no lo sepas, ya muchos chicos se hacercaban a mi por ser la hija de Macaque, ahora no solo son los de mi edad, ¡Si no que media escuela!– levantó los brazos en un gesto exajerado, haciendo que Leonardo riera.
Se la pasaron hablando, rindo e incluso llegar a llamar la atención de alguno que los escuchaban, pero los ignoraron de la mejor forma, haciendo como que no los escuchaban cuando los llamaban para hablar al ser Li-Shadow y el nuevo Leonardo.
Solo se detuvieron cuando toco el timbre, bajandose y despidiéndose, solo para reencontrarse en el segundo recreo y seguir charlando. Bueno, al final esconderse de los chicos fue buena idea.
...
Cuando toco volver a casa, ambos chicos se reencontraron en la salida, resulta que vivían en la misma dirección, así que se acompañaron. Charlaron todo el camino, Leonardo era alguien divertido y con buenos chistes, un toque de sarcasmo en algunos. Podía llegar a ser tranquilo en siertos momentos aunque por alguna razón la emoción lo invadia y divagaba de muchas cosas, revelando incluso que su padre era un gran guerrero con muchos siglos. Aún así no dió demaciadas pistas.
Caundo se despidieron ella volvió animada a su casa, por fin tenía un amigo de la escuela a diferencia de aquellas personas pasajeras con las que charlaba en el parque o compartía pequeños y cortos diálogos.
–¡Hola Hola!– saludo con ánimos una vez que entro, una sonrisa de oreja a oreja siendo visible en su rostro.
–¡Hola Maquy! ¿Muchos niños?– Rubí fue la primera en corresponder, corriendo hacia ella con una inmensa sonrisa y saltando para caer en sus brazos.
–ni te imaginas– la mona rió ante eso, su cola moviéndose con diversión.
–patada al tracero y listo– bromeó Kosmo, un goleó suabe pero firme en su cabeza haciendo que se calle.
Maquy y Rubí rieron, ignorando el reclamo del mono hacia Macaque, quien imitó a sus hijas y siguió con sus cosas.
Maquy camino a su cuarto con Rubí en sus hombros, guardando las cosas de la escuela y la mona salto a la cama para que la dragona pudiera quitarse el buzo y luego el guardapolvo.
–¿Y si mejor llevas un gorro? Para no llevar un buzo, te mueres de calor– hizo como si tuviera calor, dándose aire con la mano y sacándole una risa a su hermana.
–soy un dragón, no sufro calor– guardo la prenda.
–siiiiieeeeeertooooo– se acosto en la cama boca a bajo, sus pieses balanzeandose sobre ella –yyyyyyy ¿Mucho problema?– Maquy no nesesito una especificación para saber a qué se refería.
–nha, estubo más tranqui. Algunos insistentes pero nada que un buen árbol con muchas hojas no me pueda ayudar– la mona sonrió ante su comentario, pero Maquy noto algo más –¿Y Alexis?– no lo había oído ni visto.
–ho, él dijo que iría a pasear– la demonio se dió vuelta, su cabeza colgando por el extremo de la cama.
–que raro– el fantasma no solía salir muy amenudo.
–sip, pero precia aburrido, quisas se fue a asustar a alguien–
–eso sería más raro aún– rió mientras salía de ka habitación, su hermana siguiéndola para treparla y estar en sus hombros.
–suele asustar un poco, ¿Te acuerdas cuando asusto al abuelo Pigsy?–
–nunca olvidaré ese grito de macho– ambas rieron con una carcajada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top