CAPÍTULO 2: "Lascivia"

Al día siguiente, Sakura llegó más ligera en cuanto a peso debido a que la empresa se encargaría de proporcionarle los maquillajes. Eso le permitió llevar menos carga en su valija.

Al acercarse a la recepción, el grupo de mujeres estaban reunidas y murmuraba tal como el día anterior.
Sakura resopló y caminó a paso lento.

—¿Supiste de Kakashi? Dijeron que ya tiene a su siguiente víctima... —La voz chillona de una de las rubias exasperó a Sakura.

Era evidente que se referían a ella.

—¿Acaso esa niña tiene idea de dónde se metió? Kakashi es muy exigente y por eso ninguna le duró. Hiruzen irá a quiebra si sigue con un tipo como él. —exclamó otras de las mujeres mientras limaba sus uñas.

—¿Y por qué tuvo que ser esa? O sea, ese cabello rosado no combina con este sitio tan elegante...

Sakura tomó aire antes de cruzar el área de recepción. Caminó con su cuerpo más erguido que de costumbre y se detuvo frente al escritorio.
Observó detenidamente el papelerío acumulado y comenzó a reír.

»—¿Qué quieres? —masculló la joven que criticaba su cabello.

Haruno enarcó una ceja y resopló. Inspeccionó su aspecto y sus gestos, deteniéndose en su mirada.

—Me alegra saber que ya soy popular en este sector. Lástima que soy mucho más bonita y mi cabello luce mejor que el suyo después de horas en las estúpidas peluquerías. Supongo que Kakashi y yo hacemos una muy buena pareja... —ironizó y mordió su labio inferior. — Ustedes no entenderían su elección. Yo soy especial para él y ustedes son simples mujeres frívolas que sirven para cotillear.

Las mujeres, ofendidas ante el comentario de la maquilladora, mostraron su expresión de enfado. Sin embargo, una de ellas no estaba de acuerdo con sus compañeras y apoyaba lo que Haruno opinaba.

—La chica tiene razón. Ustedes no hacen más que criticar a todos. Realmente me fastidia oírlas. —Una de ellas se colocó del otro lado del bando, ubicándose justo al lado de Sakura.

Haruno suspiró y agradeció internamente que no fuera la única en tirar sus asquerosas máscaras hipócritas.

—¡¡Bueno!! —El énfasis utilizado en cada expresión, era algo que destacaba en el fotógrafo. —Veo que mi popularidad va creciendo exponencialmente.

Las mujeres, aterrada ante la presencia de Kakashi, regresaron a sus puestos de trabajo. Tenían la cabeza gacha y su voz temblorosa.

»—No me gustaría contarle a nuestro jefe que un grupo de inútiles está aquí para chismosear cosas que no les importa. —Sakura tapó su boca para ocultar la risa.

Kakashi se apoyó en el mostrador y miró directamente a la joven que más criticaba a Sakura.

»—En cuanto a ti, mi querida, no tienes idea de cuán especial es Sakura para mí—susurró. —. Aquí entre nos, ella es lo que yo busco para que se complemente perfectamente con mi trabajo. Lástima que una mente tan paupérrima no lo comprenda. Pobrecita...

Kakashi avanzó algunos pasos más y se paró junto a Sakura.
La miró de soslayo y esbozó una ligera sonrisa.

»—Vamos, tenemos un arduo trabajo por delante—exclamó Hatake y la chica asintió.

Los dos caminaban con elegancia y una arrogancia propia de la ira.
Sakura odiaba a ese tipo de personas. No las toleraba.

Kakashi siempre las aborreció, pero no encontraba el momento ideal para decirle lo que pensaba.

Sakura se mostraba seria. Kakashi la miraba de reojo y notaba que su semblante se veía distinto al día anterior.

»—Antes de ir al estudio, debo llevarte a una oficina que se encuentra en el último piso. —exclamó, guiándola hacia el ascensor.

Tocó el botón del mismo y esperó a que llegara. Sakura se colocó a su lado y lo miró.

—¿Qué hay en ese lugar? —inquirió Sakura con extrañeza.

—Ya lo verás—el ascensor abrió sus puertas y ambos subieron.

Al cerrarse, Sakura miraba fijamente cómo subían los pisos.

En ese espacio tan reducido, Haruno se deleitó con el perfume de Hatake.
Cerró sus ojos y trató de recordar dónde era que lo había sentido la primera vez.

—Lamaitre... —exclamó sin ningún motivo previo.

Sakura abrió sus ojos y lo miró. Él enarcó una ceja y sonrió.

—¿Qué...? —no sabía de qué estaba hablándole.

—Bueno, supongo que si una persona tiene el rostro elevado, estira sus labios e inhala profundamente y luego sonríe, ha de ser porque el perfume que siente le agrada. —aclaró con seguridad.

Sakura estaba aterrorizada. No entendía si ella era demasiado predecible o él muy observador.

»—Así que si quieres regalarle mi perfume a tu novio, se llama Lamaitre—guardó sus manos en los bolsillos y suspiró.

Sakura tragó saliva. Pensó un instante aquella última frase y comenzó a reír. Aún faltaban cinco pisos más, pero el tiempo pasaba lentamente.

—Si esa indirecta la has lanzado para saber si soy soltera o no, déjame decirte que es un asunto que no te incumbe. —exclamó con seguridad, lanzándole la pelota que había recibido anteriormente.

Kakashi bajó la mirada y dio unos pasos más hacia ella.

—De ser cierto, ¿podrías soportar este trabajo si estás en pareja? —susurró cerca de su rostro.

Sakura se encontró de frente con él. Su mirada intimidante la acorralaba y su tono de voz la desconcertaba.

»—¿Pensaste cómo harás tu trabajo? —inquirió y acarició su cabello rosado.

Sakura se armó de valor y le dio la espalda a Kakashi.
De todos modos, no podía ocultar sus expresiones porque los espejos que rodeaban el ascensor la delataba.

Kakashi se acercó a su oído y susurró una vez más, estremeciendo a la joven:—Hoy me mostrarás de lo que eres capaz, Sakura.

No se trataba de cómo se expresaba, ni de lo que decía. Su hechizo estaba al nombrarla.

Despertaba un sentimiento atractivo en la joven. Quería escucharlo decir su nombre mil veces más y encontrar la respuesta a esa sensación que afloraba.

»—Sakura... —Se sentía hipnotizada por él. Jamás había pasado por una experiencia de ese tipo. —Llegamos.

La realidad retornaba a la empresa. Debía bajar un cambio si pretendía permanecer en su nuevo trabajo.

«Nueva víctima. Nadie dura con él...
¿Acaso esos comentarios que se referían a Kakashi era por su extraño modo de ser?»

Sakura caminaba detrás de Kakashi y pensaba al respecto. Sus pasos, firmes y seguros, dejaba en vista su peculiar personalidad.

Él detestaba la frivolidad, el cotilleo...
Se relajaba cuando tomaba la palabra y se mostraba interesado en un juego de seducción que, claramente, tenía intención de ganar.
¿Trampa? ¿Prueba?

Sakura no sabía qué tramaba Kakashi, así que decidió seguirle el juego para conocer hasta dónde era capaz de llegar.

El fotógrafo se detuvo frente a una puerta negra. De su bolsillo sacó la llave y abrió. La dejó pasar y luego lo hizo él, colocando seguro.

Estaba oscuro y Kakashi ni siquiera se había tomado la intención de encender las luces.
Sakura humectó sus labios y revisaba su bolsillo para sacar el celular.

—Sh, Sh... —espetó de repente en su oído, asustando a Haruno.

—¿De qué se trata esto? —Sakura estaba nerviosa. Ese juego era peligroso y comenzaba a sentir temor.

Miraba hacia todas partes y no encontraba ni un haz de luz.

—Lo primero que harás... —La voz de Kakashi resonaba en aquella oscura habitación, generando un ambiente aún más perturbador. Si la intención de Hatake era desesperar a Sakura, lo estaba logrando. —Cerrarás tus ojos... —Sakura chasqueó la lengua. —Y respirarás profundo.

«¿Acaso se trataba de una broma? ¿Para qué cerraría los ojos si el lugar estaba completamente oscuro? ¿Cuál era el propósito de ello?»

Sin embargo, pese a todas las preguntas que se hacía la chica, ella cumplió con la primer indicación.

»—Una vez que tengas cerrados tus ojos, pensarás en el hombre que te roba suspiros. Aquel que, en algún momento de tu vida, ganó tu corazón y  es el dueño de tus sueños más profundos...

Sakura comenzaba a comprender la actividad. Llegó a recordar a su antiguo novio, el joven que tanto daño le había hecho y eso la desmotivaba.
Apretaba su mandíbula y formaba puños. Él no merecía ocupar un sitio en su corazón ni en su mente.

»—Al tener en tu imagen mental a esa persona, recordás el motivo por el cual te sentiste atraída... —Su voz seguía guiándola.

Sin un motivo aparente, su anterior novio se esfumaba, dándole lugar a una nueva persona. Esta iluminaba aquella habitación oscura y despertaba la calidez de su cuerpo.

Sakura...

Su voz. Su maldita voz era la que le hacía sentir escalofríos.

»—Darás lo mejor de ti para atraerlo, seducirlo y enredarlo. Él caerá en tus redes. Harás uso de tu mejor arma...

¿Su mejor arma?
Ella era una persona muy intensa y apasionada. Recordaba esos momentos en que tocaba el torso de su novio y realmente deseaba hacerlo con Kakashi.

¿Su cuerpo la estremecería tanto como su voz?
Su calor interno la abrasaba. Necesitaba apagar su propio incendio.

»—Partirás desde allí para lograr tus trabajos, Sakura... —Los pasos de Hatake se acercaban lentamente.

Escuchó cómo se ubicaba frente a ella. Sentía su aliento a escasos metros.

»—¿Estás preparada para plasmar esa pasión desbordante?

—Si... —susurró.

Sintió las manos tibias del hombre en sus hombros. Sobresaltada, abrió los ojos y notó que Kakashi había encendido las luces.

Ese sitio era un estudio similar al que habían estado anteriormente, pero mucho más grande.

»—¿Qué fue eso? —inquirió mientras miraba a Kakashi con vergüenza. Aquella imagen mental la había puesto en un sitio bastante incómodo y no quería que él lo notara.

—El ritual de iniciación. Muchas chicas han pasado por ello pero no lograron plasmar el arte de la seducción en sus trabajos... —Kakashi se alejó de la mujer y se dirigió al área de fotografía. —Se necesita una rigurosa concentración y una habilidad precisa. Por ese motivo, quería probarlo contigo...

Sakura tragó saliva y carraspeó.

—Bien. Fue extraño pero creo que estoy lista. —respondió con inseguridad.

Kakashi giró su rostro y sonrió. Acomodó la escenografía, siendo este un símil jardín, donde un banco de material esperaba a su modelo.

—Lo primero en lo que deberás trabajar serán los labiales. En la primer instancia deberá destacar sus labios, generando una sensación de hambre, mostrando cómo devoraría a su pareja... —Kakashi hablaba con seguridad. Era un apasionado y esperaba que su compañera también lo fuera.

Sakura se imaginó a sí misma. Ella debía cautivar a su hombre con la belleza y sutileza de sus labios.

»—Aquí dejaré todo lo que necesitas. La modelo llegará en media hora... —Kakashi le acercó un pequeño bolso.

Sakura lo revisó de inmediato y chequeó los colores.

Kakashi dio media vuelta y sacó su celular. Sakura aprovechó aquella distracción para elegir el labial hasta que encontró uno que la sedujo. Era de color púrpura y podía destacar notablemente en un rostro de similar tono de piel que el suyo. Si su objetivo era que la otra persona mirara sus labios, esa tonalidad era perfecta para ella.

Se apoyó en el tocador. Pasó el labial con lentitud y recordaba el ritual.
La calidez se tornaba hoguera. Sus labios ardían y necesitaba calma.

Cuando acabó con el labio inferior, continuó con el superior.

—Sakura... —aquello la sobresaltó, pero no perdió la compostura en su labor.

Estaba perfectamente pintado. Sus labios púrpura resaltaban su lado más oculto. Ella así deseaba verse.

»—Aparentemente entendiste la tarea, Sakura... —Hatake estaba detrás suyo.

Su voz susurraba con lujuria en su oído  pedía a gritos ahogar su incendio.
Sakura mordió su labio inferior y observaba a Kakashi a través del espejo. Él sonreía y acariciaba su cabello.

—Si yo fuera esa modelo... —espetaba en un tono juguetón. — Y apareciera así ante ti—levantó su vista y miró directamente la expresión de Hatake en el espejo. —¿Habría alcanzado tu objetivo?

Kakashi la tomó de los brazos y giró su cuerpo para ponerla frente a él.
Acercó su rostro al de ella y jadeaba. Sakura sonreía.

—¿Acaso esa es tu pregunta? —musitó.

Sakura entendía su juego y quería saber hasta dónde llegaría. No perdería, eso era seguro.

—¿Te excitaría si me vieras con este labial? —inquirió directamente, sin rodeos.

—No pienso responder con palabras...

Él se ahogaba en su propia lujuria. Estaba perdido desde que la había conocido. Sus bajos instintos lo atormentaban a diario. Ella emanaba una esencia inocente y algo perversa. Eso lo volvía loco.

Kakashi asaltó aquellos labios púrpura que despertaron a su demonio interno. Ella comprobó que Kakashi era ese deseo por el cual estaba dispuesta a trabajar.

¿Él debía ser su musa? Ella debía seducirlo con sus trabajos pero, ¿qué hacía besándolo con tanta pasión?
Sakura cayó fácilmente en esa red seductora del fotógrafo.

Necesitaba comprobar si podía continuar adelante con ello o...
¿se dejaría llevar por el placer?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top