El chico que sonreía falsamente desde pequeño siempre amó los cuentos de princesas, no sabría describirte la felicidad que le causaba escuchar dichas historias que la mujer que amaba cocinar siempre le contaba antes de irse a dormir. Claro que sabía de sobra que aquellos cuentos solo eran fantasías que ponían la mente de lector a viajar sobre un mundo desconocido, misterioso y a la vez divertido; pero sin duda, aunque la verdad estaba presente él las seguía amando.

La vida siempre jugó un papel muy importante dentro de él, pues a pesar de contar con su madre quien siempre apoyo sus sueños, tenía que batallar con aquellas personas que ponían su mundo color gris, aquellas personas que solo podían empeorar más lo que ya era un caos, esas personitas que no lo dejaban ser feliz. De ahí su amor a los cuentos que lograban poner su pequeño mundo de colores.

Tal vez también por eso sigue creyendo en aquellas historias, a lo mejor solo porque espera que algún día su príncipe azul pueda venir a ayudarlo y al fin darle un final feliz, aquel " y vivieron felices por siempre".

La mujer que amaba cocinar, esa persona que casi no podía cuidar a su hijo a causa del trabajo que hacía, logro convencer a el chico que sonreía falsamente para mudarse lejos de su casa y poder vivir con mejor comodidad. Claro estaba que el chico que sonreía falsamente no se podía negar porque ya tenía suficiente su madre con batallar para alimentarlo y darle una vivienda como para tener que batallar para que él estuviera feliz, por ello siempre ocultaba todo tipo de violencia que sus "amigos" le hacían.

Al final el chico que sonreía falsamente ya se había acostumbrado a vivir en aquel mundo que era como el: pura tristeza. Muy en el fondo de su corazón seguía siendo fiel a la idea de que todos podían tener aquel final. Todo pasaba con normalidad hasta que dos personas lo hicieron cambiar, cada uno en un tiempo y escenario diferente.

Pero sin duda esperaba que uno de ellos no fuera como el otro que lo hizo creer que por fin pudiera tener ese " y vivieron felices para siempre".

"Flex Vega alias mi mapache y mi otro diamante, ¿Quieres ser mi novio y compartir nuestras penas, desgracias y logros juntos? " eso es sin duda fue lo que esperaba el chico que sonreía falsamente de aquel príncipe de sus sueños... eso es lo que espero yo.