💎𝓜𝓲 𝓸𝓽𝓻𝓸 𝓭𝓲𝓪𝓶𝓪𝓷𝓽𝓮 💎

Raptor y yo habíamos decidido salir a pasear, o bueno eso fue lo que escucharón todos porque en si teníamos planeado ir a comprar algo para mí mapache.

Todos apoyarón nuestra idea y no se negaron a dejarnos salir, bueno el único que dijo algo fue Flex, quién tomo mi mano y dijo que si nos acompañaba, su cara me mataba de ternura pues empezó a hacer sus ojos de cachorrito, pero me negué a llevarlo, arruinaría la sorpresa y eso no me lo perdonaría.

Sus mejillas levemente sonrojada e infladas hacían una mueca de enojo, al igual que toda si cara. No podía decirle que no a aquella carita pero tenía que contenerme y no arruinarlo. Negué nuevamente y salí junto a Raptor, pude ver cómo Flex me miraba enojado.

Después me disculparía.

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Tardamos un poco en llegar a la casa, pues aquel objeto nos costó un trabajo en encontrarlo.

Entre a la casa y junto con Raptor decidimos pedir pizza, puesto que no habíamos comido y por arte de magia ya se hacía hecho de noche.

Mientras esperábamos decidimos sentarnos en el sillón de la sala y poner una película, aunque estábamos exhaustos queríamos entretenernos con algo.

Estábamos tan tranquilos pero debía aprovechar que todos se encontraban durmiendo (especialmente Flex) para planificar mi plan, valga la redundancia .

Ambos estábamos de acuerdo en unas cosas, pero en otras éramos un completo desastre, platicamos mucho que ni cuenta nos dimos cuando nos quedamos dormidos, yo posando mi cabeza un su hombro y el en mi cabeza.

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A la mañana siguiente, ambos despertamos y nos dimos cuenta que teníamos una cobija cubriéndonos, posiblemente alguien nos tapó al notar el frío de la noche. Nos levantamos y caminamos a la cocina en busca de algo de desayunar, nos sorprendimos al ver a la mayoría de nuestros amigos desayunando, nos unimos a ellos y poco después Raptor se retiró, cosa que me pareció extraño ya que aún no terminaba su comida.

Me iba a levantar cuando Flex salvaje aparece, na mentira, pero si, Flex me abrazo de imprevisto y me dijo que me amaba, le respondí algo cortante sin darme cuenta y subí a ver qué tal estaba Raptor.

Al entrar a su cuarto me dijo que se dió cuenta que el batido llevaba almendras, algo en cuál es alérgico y por eso fue a buscar sus pastillas.

Lo ayude a buscarlas y después bajamos a seguir comiendo, luego me di cuenta que Flex ya no estaba, pensé que a lo mejor fue al baño.

Terminado como a Raptor le tocó lavar los trastes decidí ayudarlo por si acaso el contacto de la almendras también lo llegaba a afectar, entonces fue cuando Flex entro y me dijo que si lo acompañaba a comprar algo para comer.

Quería, pero ahora me preocupaba la salud de Raptor, así que le dije que fuera con Sparta. No sé si lo dije de una modo enojado porque el se fue corriendo.

En la tarde, después de que Flex llegará caminé hacia él para pasar un rato agradable. Cuándo llegue encontré a mi mapache llorando y a si lado estaba Raptor consolando lo, puede escuchar como le dijo que parecía como si yo no lo quisiera, y que lo mejor era terminar conmigo, aunque no andábamos.

Fue ahí cuando sentí que enserio lo había empeorado sin querer.

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Había empezado a exagerar, ¿De verdad siempre fui un gran imbécil?. A veces me sentaba en mi cama analizando todo lo yo hacía.

Empezaba a entender porque nunca nada salía como yo esperaba (a excepción de quedarme con Flex)y es que siempre solía ser muy frío en cuanto a mis emociones, a demás de no ser un tipo valiente como siempre pensaba que era, simplemente era una persona cuyos sentimientos no se veían reflejados.

¿Dónde se encontraba aquellos sentimientos? No lo sabía, pero no me iba a quedar con la duda.

Sin notarlo había empezado a caminar por toda la casa, hasta el grado de que salí de ella mientras seguía en mis pensamientos, nada podía detenerme de no ser que me sacarán de aquel espacio llamado mente.

Al estar ya a una distancia suficientemente considerable, me senté en el suelo sin ningún motivo, por mi mente paso la idea de aquella noche con Flex, ¿Realmente me amaba? Claro que sí, el me lo demostraba diario, solo que yo por ser tan yo(? No lo noté. Debería cambiar para bien.

Me acosté y cerré mis ojos, intentando olvidar mi situación, sin embargo lo que logré olvidar fue que estaba en medio de la carretera.

Quería sentirme en paz por un momento, no quería que nadie me sacaste de mi lugar, solo quería experimentar que es ser el imbécil más grande al dejarme atropellar por un auto y morir para ya no cuestionar las estupideces que piensa mi cabeza ¿Realmente son estupideces?

Al cabo de unos minutos logré sentir unos suaves toque en mi hombro derecho, al parecer alguien me llamaba.

—¡Inútil! Despierta — exclamó con fuerzas mi mejor amigo, quién al no ver qué reaccionaba me jalo de mi brazo hasta llevarme a un lugar seguro.

Solo me deje llevar, no tenía ganas de nada...O eso fue hasta que oí una voz bastante conocida.

—¡Mike!— grito mientras soltaba las bolsa que estaba cargando y me daba un abrazo— ¿Que mierda te pasa, imbécil? ¿La muerte es la solución para tus problemas?— cuestionó mientras algunas lágrimas caían en mi hombro.

Me sentía más basura que nada, preocupe a los seres que me importan solo por no ser valiente y confesar mis sentimientos, valla persona que soy; no merezco sus preocupaciones, simplemente no me merezco a Flex, el es alguien cariñoso y yo soy su contrario, no quiero lastimarlo.

Me quedé tal y como estaba, no era capaz de hacer algún movimiento, luego sentí como Flex se desprendía de mi al no sentir que su abrazo fuera correspondido, me disculpo por ser un idiota.

Se paró de manera firme y me miró con tristeza, aquellos ojos aún poseían algunas lágrimas, unas que otras escurriendo por su mejilla y terminaba en el piso.

Me levanté y como pude intenté caminar hacia el, abrazarlo y poder decirle que lo amo, aunque no lo merezca, tambien decirle que me dejara solo y así poder procesar mejor las cosas para no llegar a lastimarlo más, pero antes de llegar a mi propósito resbale con la bolsa que antes tenía en sus manos Flex, y me ví obligado a caer, cosa que no sucedió gracias a los grandes reflejos de Raptor.

Cómo pudo me sujeto fuertemente, no se porque pero me abrazo y no quería ser un grosero como lo fui anteriormente y correpondi. Sentí que alguien nos miraba con cierto enojo, levanté mi vista y fue en eso momento cuando caí en cuenta que en realidad soy un imbécil.

Flex no dijo nada, solo me miró con tristeza, pero cómo pudo sonrió. Levanto las bolsas que me hicieron tropezar, volvió a sonreírme y se marchó. Quería dejar de abrazar a mi amigo y correr a sus brazos y decirle lo que sentía y porque me comporte así con el, pero no lo hice y me arrepiento de eso.

Deje de sentir los brazos de mi amigo y voltee a verle, me susurro unas palabras y así como termino de decirlas corrí lo más rápido que pude a alcanzar a él ser que más amo en el mundo.

El no podía estar lejos, pues lo que me dijo Raptor no fue tan extenso y tardado, así que debía estar cerca.

Pude verlo a unos metros de distancia, parecía que necesitaba un buen hombro para llorar, y creo que el mío estaba bien, así que me acerque y lo abrace como si no vida dependiera de ello. Al inicio de sorprendió pero después correspondió y no tardó en llorar nuevamente en mi hombro, solo yo podía consolarlo, porque yo fui el imbécil que lo hizo llorar en un principio.

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Ya nos encontrábamos en nuestra cama, ambos estábamos acostado y abrazándonos, una de nuestras manos se encontraban agarradas fuertemente, nuestros dedos entrelazados a los del contrario, su mano desocupada posaba en mi torso haciendo varios dibujos invisibles, la mía se encontraba redondeando su cuerpo. Ninguno de los dos parecía quererse soltar del otro y eso fue por varias horas hasta caer rendido en brazos de Morfeo.

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A la mañana siguiente desperté al no sentir el calor que mi compañero siempre me daba, abrí mis ojos lentamente y pude comprobar que efectivamente el no se encontraba en la cama, pensé en buscar en el baño pero ningún ruido se hacía presente en nuestra habitación, así que opté por bajar a la cocina.

Y ahí se encontraba con su aquella pijama que ambos nos compramos en una de nuestras citas y que hacían conjunto la una con la otra.

La habitación olía muy rico, pues Flex se encontraba preparando el desayuno, me acerque a él y con mis brazos rodee sus pequeña cintura, cuando el lo notó volteó y me besó para después seguir cocinando. Posicioné mi cabeza en aquel espacio que tenía su cabeza de su hombro y seguí en esa posición hasta que el término de cocinar.

Ambos nos sentamos en la mesa y desayunamos con una inmensa tranquilidad mientras diversos temas se hacen presentes.

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Por fin todo estaba llendo de la mejor manera, pero aún había un diminuto problema, y era que aún no éramos una pareja formal, pero eso se iba a arreglar cuando porfin dejara de ser un cobarde y ponerle excusas tontas a la declaración, porqué había dado cuenta que en si todo salía mal por mí y no por las situaciones que se presentaban. Si amigos porfin iba dejar esa cobardía y me iba a declarar.

En la tarde les pedí a mis amigos el favor, el cuál aceptaron con gusto, solo faltaba esperar la noche y porfin dar ese paso, pero están vez no iba a dejar ir los nervios me ganarán.

Convencí a Flex de salir a caminar en la noche, el acepto después de tantas súplicas por parte mía. Cada vez que el me preguntaba sobre a dónde íbamos le cambiaba el tema, aunque sabía que Flex tarde o temprano sospecharía, pues antes de salir le pedí que se vistiera con aquel traje formal que alguna vez usó.

Cuando llegamos a ese lugar le pedí que se quitará aquella bufanda que le coloque a la altura de los ojos con el fin de que no viera a dónde íbamos, fue realmente gracioso cuando le pedí que se la pusiera pues se negaba rotundamente y empezaba a decir cosas como: "¿Me vas a secuestrar?" O "No me vallas a abandonar en algún lugar y ya no vuelvas por mí y me dejes como perrito sin familia" entre otras cosas parecidas. Me daba tanta ternura que me lo comería en ese instante, pero me contuve. He de admitir que sujeto mi mano con mucha fuerza durante el camino. Que desconfianza.

Cuando al fin se la quito, pude ver su cara de asombro al poder ver aquel jardín que ya conocía, sus hermosos ojos brillaron más de lo que ya lo hacían, sus labios rosados formaron una pequeña "O" cosa que me pareció lo más tierno que ví. Sus pequeñas manos rápido cubrieron su boca al percatarse que yo estaba ahí. Sujeté sus manos para quitarlas de su boca y lo besé, el beso obvio que fue correspondido con cierta timidez como si fuera la primera vez que lo hacía.

Lo jale levemente al separarnos para que me siguiera, al caminar noté como cada vez que nos adentrabamos a el lugar sospechaba a dónde nos dirigiamos. Al llegar quedó más asombrado que nada, pues aquellas sillas que se usaron cuando Trollino se casó seguían ahí, "mágicamente".

Caminó hasta reconocer el lugar donde estaba ese día, el día que lo conocí.

Espere a que se sentará y me miró con una sonrisa, el iba a hablar cuando se vio interrumpido por mí.

Subí dónde se encontraba el arco dónde alguna vez estuvieron Trollino y su esposa y hablé finalmente.

—Flex, tal vez esto sea algo de último momento y ahora mismo te estés preguntando el porque carajos estamos aquí de noche, pero antes de que te contesté esa pregunta he de admitir que sin mis amigos no lo hubiera logrado el poder estar aquí parado— dije mientras hacía una seña para que mis amigos entraran en acción y se sentarán en sus respectivos lugares, casi como en la boda.

—Pero esto lo hicimos con un motivo, el cual quiero expresarte— aclaré mi garganta para continuar— Hace algunos meses cuándo tu aún no llegabas a la vida de la mayoría aquí presente, mi vida se podía definir con una palabra "Desastre"  yo era aquel niño a el cual no le importaba nada, aquel que se la vivía en la fiesta sin preocupaciones, pero todo cambio cuando llegaste... Dicen que la primera impresión es importante porque suele decir que una imagen vale más que mil palabras y es algo que comprobé, porque cuando apareciste, sentí esas inmensas ganas de protegerte y amarte sin dudar, empecé a experimentar aquello de "amor a primera vista" y es que en realidad eso fue lo que pasó, sentí que contigo podía ser feliz ,supe  que tu ocuparías un lugar en mi corazón, que tendríamos algo más. Cuándo nos miramos y nuestros ojos ese cruzaron por primera vez, mi corazón simplemente se detuvo un instante como un suspiro. En tus ojos vi más que un te quiero vi a alguien que quería amar de verdad. Agradezco a aquella fiesta fastidiosa que me obligaron a ir, que sin querer termine amando, esa vez supiste hacerme feliz con tan solo unas palabras, quién diaria que un desconocido podía llegar a motivar me y encontrar un nuevo propósito, el amarte.Miranos ahora con una pequeña historia de amor que apenas comienza, pero has conseguido ilusionarme y mi corazón late más fuerte cada vez que pienso en ti.Has logrado que tenga ganas de verte a cada segundo e imagine una vida a tu lado.No puedo evitar que se me escape una sonrisita cada vez que te recuerdo o recibo una de tus notificaciones; es increíble la sensación de sentir tu cariño tan sincero.Podría decirte que nunca había experimentado tal sentimiento tan profundo e intenso; desde que te conocí mis amaneceres son mejores y brilla más el sol. Estoy ansioso por volverte a ver, reír y soñar contigo son mis anhelos. Quisiera empezar a caminar en tu compañía por mucho tiempo e ir descubriendo las maravillas de la vida tomado de tu mano y, por qué no, de tu corazón. Se que aunque en ocasiones he sido un completo imbécil, porque si, he cometido errores como cualquier otra persona, quiero superar contigo mis defectos y más que nada tratar de no hacerlos, porque sabes... También soy humano. Así mismo quiero aventurarme contigo y descubrir el verdadero significado del amor en pareja. Te invito a pasarla bien a mi lado y disfrutar cada segundo. ¿Qué dices? Claro que entender si soy un completo imbécil y e mal interpretado todo, pero quiero decirte algo más... Sin duda te has convertido en mi mejor mejor diamante y te amo, te amo tanto que ten en cuenta que siempre te lo voy a recordar mientras viva, aunque si muero hasta de fantasma te lo recordaré, así que... —me arrodillé y saque de mi saco una cajita de terciopelo que me costó conseguir. Uno de los "invitados" agarró a Flex de la mano y lo subió dónde me encontraba yo, luego el bajo y se volvió a sentar dejándonos solo a Flex y a mí, pero eso no era todo ellos agarraron su cartel correspondiente y los unieron formando la frase "Quieres ser mi novio" — Flex Vega alias mi mapache y mi otro diamante, ¿Quieres ser mi novio y compartir nuestras penas, desgracias y también nuestros logros juntos? — confesé y lo mire enseñándole aquel pequeño anillo con un pequeño mapache de figura en el centro de éste.

El me miro y empezó a llorar sin quitar su expresión de asombro, tapó su boca con su mano y luego de unos segundos asintió.

Sonreí enormemente y lo abracé para luego besarlo, y con aún mis nervios intenté colocarle el anillo.

Nos volvimos a besar y todos aplaudieron, mientras aventaban los carteles a quien sabe dónde.

Nos separamos y agarramos las manos entrelazando nuestros dedos, me sentía completamente feliz, Flex sonreía aunque portaba un gran sonrojo en aquellas mejillas regordetas, sin duda es hermoso.

Tal vez siempre fui un imbécil, pero ahora estoy seguro que puedo cambiar, siempre y cuando mi hermoso ahora novio este conmigo hasta que la cague, espero y eso nunca pase.

𝙵𝙸𝙽

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