Esta historia obtuvo el 3er. Lugar en el concurso Halloween 2020 de la página de Facebook "Dramione Fanfics"
Muchas gracias...
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"Este OS participa en el concurso Dramione Terrorífico de la página Editorial Dramione en Facebook"
Mis tres palabras de la lista terrorífica son: Amigos, Angel, Luna.
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En la actualidad...
Hermione salió al balcón de su pequeño departamento en Londres Muggle, habían pasado 5 años, desde que terminó la guerra, aún lloraba de vez en cuando recordando la trágica muerte de su amigo Ron Weasley, por defender a su hermano Fred.
La castaña sintió el cansancio golpear su cuerpo, bostezo tapándose la boca con su mano y estaba dispuesta a entrar, pero el aullido de un lobo la hizo despertarse rápidamente.
Sacó su varita de entre sus ropas y susurró - ¡lumus! - Para ver mejor entre las sombras.
El lobo estaba terminando su transformación a humano, y al notar la luz que irradiaba la varita de Hermione se escondió en un oscuro callejón.
Draco transfiguro un pedazo de tela que encontró en una larga capa, con su vista desarrollada la encontró en guardia parada en su balcón.
... ¡Que hermosa, que está! - Draco pensó - si parece un ángel.
Tan distraído estaba el rubio que no vio a los tres hombres que le seguían los pasos.
Y peor aún a quien lo atacó solo sintió un fuerte ardor en su espalda, tanto fue el dolor que se desmayo.
Pero Hermione si escuchó la detonación de la escopeta muggle, así que sin perder el tiempo y olvidando por completo su vulnerabilidad para enfrentarse sola a estos extraños seres, magos, lobos o simples muggles asesinos bajo a toda prisa y se acercó al callejón.
- ¡Lumus! - volvió a susurrar la castaña encontrándose con un rubio desmayado y sangrante.
- ¡Draco! - Gritó asustada y se acercó a él para tomarle el pulso comprobando que seguía con vida -¡Despierta por favor, para aparecernos en San Mungo, necesitas un sanador!
- No, por... por favor - tartamudeo Draco adolorido cayendo nuevamente en la inconciencia.
Hermione salió del oscuro callejón para cerciorarse de que no hubiera algún muggle curioso y así poder levitar a Draco hasta su departamento.
Una vez dentro transfiguro una silla en una camilla y lo acostó.
No lo pensó mucho solo se dejó llevar por el desesperado momento, sacó de uno de sus cajones un cuchillo, whisky muggle, hilo y aguja para sacarle la bala que Draco tenía incrustada en el lado derecho de su espalda.
Solo esperaba que la bala no hubiera comprometido algún músculo u órgano principal.
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Theo llamaba a Draco a través de su varita, pero no recibía respuesta alguna y comenzó a desesperarse.
Cómo pudo llamó a Pansy, pero ella sí contestó.
- ¿Has visto a Draco? - preguntó el castaño ofuscado - tiene rato que desapareció de mi vista y aún no contesta su varita.
- Pero búscalo por los lugares donde estaban investigando - refutó Pansy más molesta aún ya que la interrupción de su amigo le costó perder un delicioso orgasmo con Harry.
- Tranquila nena - susurró Harry adormilado - atiende a Theo, después podemos continuar con lo nuestro.
Pansy se puso de pie, para colocarse la bata y salió al salón para esperar noticias de Theo.
Theo buscaba disimuladamente hasta que llegó a sus fosas nasales el inconfundible olor a sangre y así siguió el rastro, hasta un pequeño edificio del centro.
Pero al subir notó los sellos de protección mágica, quiso derribar las defensas, pero su agudo sentido de supervivencia, que había madurado en el ministerio le advirtieron que sería mejor subir las escaleras a lo muggle guiándose por la densidad de dicha Magia.
Buscaba entre los departamentos un modo de entrar para buscar a su amigo, pero cuando estaba aburrido y dispuesto a irse escucho un grito agudo que reconocería en cualquier parte.
¡Ay...!
- ¡Draco, Draco! - gritó Theo desesperado, quien parándose frente a la puerta de Hermione y con varita en mano invocó - ¡bombarda!
La puerta se hizo añicos, Theo entró apresuradamente, pero lo que encontró lo sorprendió más.
Hermione lo tenía acostado en una especie de camilla, a un lado estaba una bandeja con pinzas y al acercarse vio un casquillo mitad plata, mitad acero lleno de sangre.
Mientras la castaña cosia la herida con un hilo negro, dentro de una aguja enorme.
Theo suspiró aliviado. Sacó de su gabardina un pañuelo para secarse el sudor y a paso ligero regresó a la entrada para reparar la puerta.
- Theo, Theo - llamó Pan ¿Encontraste a Draco? ¡confirma por favor!
- Sí - Theo respondió - Esta bajo las manos de Granger.
- No será que Herms esta bajo el cuerpo de Draco - Pansy cuestionó pícaramente.
- Fuera bueno - resoplo el castaño - Le ha sacado una bala - gracias a Merlín era mixta ya que si hubiese sido pura, mañana lo estaríamos velando.
Theo hubiera continuado en la charla, pero fue interrumpido por un carraspeo inesperado.
Hermione lo miraba interrogante mientras se sacaba los guantes quirúrgicos de las manos para colocarlos dentro de un tacho de basura.
- ¿Y bien? - preguntó Herms entre molesta y preocupada - estoy esperando tus explicaciones
Theo trago grueso y respiró profundamente, debía pensar bien como explicar el secreto del rubio.
Sabía que su amigo lo mataría cuando despertase, pero más le temía al geniecito de la bruja más inteligente de su Generación.
- Está bien, Hermione tu ganas - resoplo el inefable.
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Recuerdos de Theo
Así Theo rememoró los recuerdos de los últimos años en el colegio.
- ¿Recuerdas las vacaciones de Navidad? - Theo cuestionó - ahí confirmamos su primera transformación... Para ayudarlo leí todos los libros que encontré sobre los licanos en la sección oscura.
Llegamos a Londres y acompañe a mi ahora esposa, que en ese tiempo era mi novia...
Tomados de la mano luego que Lunita tomará la iniciativa de besarme, se la entregue a su padre y me acerque a mi rubio amigo.
- Ahora si hermano directo a tu casa para prepararnos para tu primera luna llena - susurró Nott cerca del oído de Draco.
- ¿Prepararnos? - cuestionó el rubio molesto - que yo sepa el licantropo aquí soy yo, tú no tienes nada que hacer.
- Pues te equivocas querido amigo - refutó Theo resentido - no te dejaré solo, así quieras, he leído que la primera luna es la peor de todas, el lobo se apodera de ti y no respetas ni a tus padres, ni elfo, ni novia, ni nada.
Draco se sorprendió ante las palabras de Theo y suspiró.
Al cabo de media hora, ambos slytherins estaban descansando en sus habitaciones, luego de darse un refrescante baño, el rubio prefirió dormir un poco, ya que debía acompañar a Narcisa para hacer las compras de Navidad.
Mientras Theo preparaba sus calabozos, grilletes de plata, y bozal para la primera luna de su amigo.
Esta Navidad sería muy larga se dijo para si mismo. Lo único que lo alegraba era que pasaría Navidad con su tierna novia.
Y así llegó el esperado día, Theo visitó a Luna y pasó junto a ella y su padre en Navidad.
- ¿Recuerdas que el 26 de Diciembre, todos ustedes se reunieron en casa de Pansy para el intercambio de regalos? - preguntó Theo alzando las cejas
- Sí y los únicos ausentes eran tú y Draco - Hermione respondió en suspiros - Pansy me entregó su regalo.
- No asistimos porque fue su primera luna - aseveró Theo entristecido - Draco no quería ni siquiera mi ayuda.
Yo lo tenía encerrado en mis calabozos, con fuertes grilletes hechizados en sus manos y tobillos para que pase su primera luna... Que a decir verdad fue terrible.
La luna se dislumbro en el cielo toda ella redonda y blanca, su luz entró por la ventana del calabozo transformando al rubio, su piel blanca se abrió dejando salir la piel peluda de un hermoso lobo blanco de 2 metros con grandes colmillos y gigantescas garras que de un jalón se soltaron de los grilletes y con sus garras arañaban los calabozos para afilarse, el sonido era espantoso.
Se me eriza la piel solo de recordar ese momento ya que tuve la sensación de que el lobo tenía plena intención de ir atrás de mi.
Gracias a la magia oscura de la Mansión Nott pude observar a la criatura a través de un hechizo de revelación, para saber cómo controlar a la bestia en caso de que logré escaparse.
Draco-lycan derrumbó la pared del calabozo tal como si fuera de mantequilla y se adentro en el bosque que rodeaba la mansión Nott.
Corrió tan rápido como pudo buscando alimento para la bestia que habitaba en él, siendo seguido cautelosamente por mi.
Utilice el hechizo Aurorium, que transformaba mis extremidades inferiores en un humo negro, permitiendome volar a grandes velocidades sin cansarme, además de poder conjurar en el aire.
Y así pasar desapercibido por la criatura y cuidar de mi amigo una vez que pase su primera LUNA.
Draco corrió por el bosque y subiendo un gran pico se estiró lo que más pudo para aullar, demostrando así su poderío entre las demás criaturas.
Después de tanto vagar por el bosque encontró lo que buscaba, un suculento león, grande y fiero a quien devoró hasta saciarse, para luego quedarse dormido en un claro.
El lobo lo abandonó dejando su cuerpo magullado con raspones profundos hechos por las garras del león, y SANGRE en su boca por los colmillos que habían destrozado al enorme animal, cuyos restos estaban esparcidos a su alrededor.
- Me acerqué con cuidado y lo levite hasta mi Mansión para sanar sus heridas, aún le quedaban 2 largas noches más - terminó por explicar Theo.
- Pero aún no me has contado cómo se convirtió en Lycano - dijo la castaña impaciente.
- Eso no me compete a mi - refutó Theo - eso te lo tiene que explicar Draco cuando despierte.
Hermione resoplo.
Theo miraba complacido a Hermione, quien a pesar de los años seguía enamorada de su rubio amigo.
- ¿Qué te parece si nos turnamos para cuidar a Draco? - preguntó Hermione, ¿pero no tendrá transformaciones, verdad?
- No, casualmente hoy fue su última luna - respondió Theo - yo lo cuidaré esta noche, tú ve a dormir.
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Hermione entró a su habitación, se desvistió para luego entrar a la ducha y darse un largo baño.
Se secó, colocándose su corta pijama, pero no tenía sueño así que su mente vago a viejos recuerdos.
Luego de la guerra regresó a terminar el sexto año en el colegio, pero unos ojos color plata le robaron el aliento, la vergüenza del chico sangre pura por los insultos del pasado y la timidez de Hermione fueron los obstáculos para que ellos no terminaran juntos.
Aún recordaba lo que pasó en las vacaciones navideñas como si hubiera sido ayer...
Los chicos se despidieron cálidamente en la estación King Cross, para pasar las vacaciones de Navidad con sus familias.
- Te veré en unos días mi amor - aseveró Pansy besando los labios del azabache de ojos color esmeraldas que la traía locamente enamorada.
Harry sonreía complacido con Pansy colgando de su cuello, ella parloteaba sin cesar mientras él le repartía cálidos besos en la barbilla y el cuello.
Narcisa había llegado en ese momento, y se acercó a saludar a su hijo.
La vio buscar con la mirada a su hijo, y prodigarle cariño y supuso que algún comentario sobre ella se colo en su conversación...
Así que no dilato más su aparición, bajo del tren, simulando un bostezo para cubrir su retraso.
Prefirió bajar su baúl al estilo muggle, más no contó con el hecho de que pesaba demasiado.
- Draco por Merlín ¡Ayúdala! - ordenó Narcisa empujando a su hijo.
El rubio avanzó rápidamente y con varita en mano levito el baúl de la castaña.
- Gracias Draco - respondió Hermione con una tímida sonrisa.
- No hay de que, Granger - dijo el rubio - para eso son los amigos.
Hermione resoplo ya que esperaba que él tomará la iniciativa de una vez por todas y exprese sus sentimientos, pero Draco seguía tratandola como una amiga.
Narcisa se acercó a mi para saludarme y preguntó - ¿Tus padres vienen a recibirte?
Yo baje la mirada para luego responderle, pero fui interrumpida por Pansy, quien contestó - No, tía Cissi, Mione pasará las fiestas en mi casa.
Narcisa no comprendía los motivos, pero su educación no le permitió preguntar nada más.
Así Pansy y yo llegamos al punto de desaparición para aparecernos en su casa.
Siendo recibidas por Irene Parkinson, su madre y los elfos.
Pansy me guió hasta mi nueva habitación, que estaba junto a la suya para que me refrescara y descansará del viaje.
Hermione se despidió de su amiga con una sonrisa y se sentó en el borde de la cama para mirar la enorme habitación mientras acariciaba el suave edredón color musgo.
Se levantó y se metió al baño para tomar un delicioso baño, pero al abrir la puerta se sorprendió tanto por todo el lujo que derrochaba.
Había una gran tina con esencias de vainilla y espumas. Así que no lo pensó dos veces y se metió allí para disfrutar de todo y despejarse.
Al salir tomó una bata blanca y caminando por la habitación avanzó hasta el ventanal para abrirlo y asomarse en el balcón.
Como extrañaba hacerlo, desde que murieron sus padres no había tenido la suficiente fortaleza para ir a su casa.
También recordó los tristes momentos compartidos con los Weasley y Harry.
Ellos se encontraban en la madriguera acompañando a los Weasley, luego de enterrar a sus hijos, muertos en la guerra, Percy y Ron.
Fred abrazaba a Hermione, quien lloraba destrozada entre sus brazos por la muerte de Ron, quien fue su todo por 6 largos años. Todas sus ilusiones de niña murieron con él.
Estaba tan sumida en mis recuerdos que no sentí la presencia de mi amiga.
- ¿Es bella la vista, cierto? - preguntó la pelinegra haciendo que Hermione brincara del susto.
- Lo... Lo siento no te vi llegar - respondió Hermione apenada.
- No pasa nada, no te preocupes - respondió Pansy restándole importancia al asunto - entiendo que tienes muchos recuerdos y a veces te pierdes en ellos, es normal sabes a mi me pasa lo mismo.
- ¡En serio! - exclamó Hermione ¿Fue duro lidiar con los mortifagos?
- Con ellos no, con mi padre y sus absurdas exigencias para que tomé la marca - respondió Pansy, pero Draco inventó la historia que se casaría conmigo y así evitó que me marcarán.
La castaña sintió sangrar su corazón, pero con la valentía que le caracterizaba preguntó - ¿y aún sigue en pie esa declaración?..
- No escuchaste... Solo era una mentira - respondió Pansy aburrida - yo amo a Potter y él ama a alguien más.
- ¡Qué suerte! - suspiró Hermione qué hayan encontrado el amor.
- No seas tontita Hermione - exclamó Pansy con los ojos en blanco - sabes muy bien que Draco te ama a ti, ya te lo hemos dicho Theo y yo varias veces.
- Si sé - resoplo Hermione, pero no me a dicho nada y eso que le he dado varias oportunidades.
- Tranquila dale su espacio y no lo presiones - contestó Pansy - dice Theo que Draco debe solucionar un par de problemas primero y luego será todo tuyo.
- Basta de sufrir por tonterías amiga - Pansy musito preocupada ¡Apurate y Arreglate!... vamos tarde para las compras de Navidad.
Luego de aquella entretenida conversación, ya cambiadas tomaron polvos flu para aparecerse en la calle diagon.
Pansy compró regalos y varios encargos de su madre.
- Trixy - llamó la pelinegra. Una pequeña elfa se apareció ante ella.
- ¿La joven Amita ha llamado a Trixy? - cuestionó la elfa e hizo una reverencia.
- Sí, llevate nuestras compras a casa y dile a mi madre que solo nos falta un libro de Hermione y estaremos pronto en casa - explicó Pan.
Trixy tomó las compras y respondió - así será Amita para luego desaparecer.
Madame Michelle estaba a punto de cerrar su Librería Flourish y Blotts cuando al salir para cambiar el letrero llegó corriendo Hermione llevando a rastras a Pansy.
- Madame Michelle, por favor - pidió la castaña no cierre aún, permitame comprar un libro de pociones.
Michelle resoplo e hizo un gesto con la mano para que Hermione entrará a la tienda.
Hermione aprovechó y subió al pequeño altillo para buscar su libro de Pociones Antiguas Tomo II, cuyo autor era desconocido, pero podría jurar que por las indicaciones en cada poción, su autor era su ya fallecido profesor, Severus Snape.
Así mientras ella estaba en el altillo buscando su libro, le hizo un gesto con los ojos a Pansy para que la siguiera.
Sin querer se acercó al borde y observó las miraditas cómplices entre Pansy y Madame Michelle.
Al escuchar el nombre del rubio se giró y siguió con lo suyo, ya le preguntaría después a Pansy.
- El Joven Draco Malfoy me encargó un libro muy costoso de "Criaturas Nocturnas y sus peculiaridades" cuyo autor es New Scamander, pero no ha venido a retirarlo, podría por favor Srta. Parkinson entregárselo por mi - pidió Madame.
Después de unos minutos se volvió a asomar, así que siguió con la mirada a ambas mujeres hasta que Pansy tomó un gran libro envuelto en papel de regalo, para luego guardarlo en su bolso.
Casi todos los AMIGOS se reunieron el 26 de Diciembre en casa de Pansy, excepto Theo y Draco.
Pansy y Luna que ya sabían el motivo fueron las encargadas de controlar por así decirlo... El stress de la castaña.
Uno a uno desfilaban con sus regalos para entregarlos a las manos correspondientes.
Hermione suspiró al recordar que se quedó con el regalo de cierto rubio, al que espero toda la noche, pero este no dio señales de vida.
Pero no se desánimo tomó asiento a lado de Luna y abrió sus otros regalos. Al cabo de unos minutos Pan se paro frente a ella y le entregó el pesado libro.
- Este regalo es de Draco para ti - acotó Pansy - sino me crees puedes leer la tarjeta.
La castaña tomó el libro nerviosa y leyó la tarjeta, su pulcra caligrafía era inconfundible.
... "Para mi Sabelotodo favorita con todo mi amor, espero que te guste y espero que lo leamos juntos algún día"
Pero ese día nunca llegó, al menos no hasta hoy suspiró Hermione, quien fantaseaba con ese momento cada vez que se topaban en los ascensores del Ministerio.
Pero que gracias a Theo ya sabía el porqué de su ausencia.
La castaña tomó su almohada entre sus brazos simulando en su mente que era el pecho de su rubio y se acomodó para luego quedarse dormida.
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A la mañana siguiente Draco se despertó confundido. No conocía el lugar donde estaba. Apenas si recordaba la noche anterior así que intento levantarse, pero sintió que algo le quemaba en la espalda.
Espero unos minutos e intentó una vez más, pero el dolor fue más fuerte, lanzando un alarido que estremeció a sus amigos
- ¡Ah. . .!
Theo que estaba en la cocina tomándose un café, tiró la taza y corrió hasta el salón para contener con todas sus fuerzas a su necio amigo.
- Cálmate amigo, por favor - rogó el castaño - sé que tu piel se regenera rápidamente, pero esta vez fue una bala mixta.
Draco miró sorprendido a su amigo he hizo varias preguntas - ¿Cómo? ¿Quién fue?
- Aún no lo sabemos, pero te prometo que lo averiguare - respondió Theo.
Draco lo miró en silencio analizando sus palabras cuestionó - ¿Quién más lo sabe?
Theo trago grueso y bajo los ojos al piso, era malo para mentir. Respiro hondo y sin parar dijo - Granger... Hermione Granger....
- ¿Qué le contaste? - cuestionó molesto Draco ¿le contaste mi secreto? - si lo hiciste nunca te perdonaré.
Theo iba a responder, pero fue interrumpido por la castaña que en ese momento salía de la habitación.
- No, no me contó tu bendito secreto - respondió Hermione haciendo comillas con los dedos - ni que fuera tan terrible para que lo amenaces así.
- Tú que sabes - refutó el rubio entre dientes fulminándola con sus bellos ojos grises que la hacían suspirar.
- Es verdad, no lo sé - dijo Hermione decidida - lo que sí sé es que no te puedes levantar aún, así que ponte cómodo. ¿Qué te gustaría desayunar?
Draco miró a Hermione con su conocida cara de burla y le preguntó - ¿Sabes cocinar Granger?
- Por supuesto que sí - Hermione refutó resentida - te lo demostraré.
Acto seguido entró a la cocina, y no salió sino después de varios minutos con una bandeja de alimentos que colocó en un velador cercano al rubio.
Theo lo ayudó a incorporarse y lo semi sentó en la camilla para que pudiera comer.
Le colocaron la bandeja en el regazo. Allí había un desayuno listo. Tostadas, Mantequilla, mermelada, té, jugo de calabaza y una manzana verde.
Draco no lo pensó dos veces y comió su desayuno. Tomó la manzana verde para después.
Hermione se acercó al rubio y le dio a beber una poción restauradora que ocasionó que Draco se entregará a un largo sueño.
Pasaron los días para ayudar a Draco en su recuperación, se quedo en casa de Hermione a sabiendas de sus amigos.
Así ellos se podrían enfocar en cazar a los responsables del atentado que sufrió Draco.
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En otro lado de la ciudad, tres hombres se metieron a un vetusto edificio en las afueras de LONDRES.
- ¿Terminaron con la vida de esa bestia? - cuestionó una voz grave que fue subiendo de tono poco a poco mientras se acercaba a ellos.
- Sí, señor - respondió el más joven de los tres. Le perforamos la espalda con un proyectil.
- ¿Pero utilizaron las balas de plata que nos dio la bruja? - preguntó el mismo hombre mirando uno por uno en busca de la verdad, pero el silencio que se apoderó del lugar pudo comprobarle que los tres ineptos lo habían olvidado.
- Veo que no puedo confiar en nadie - resoplo el hombre decidido - si quiero un buen trabajo lo tendré que hacer yo mismo o me dejare de llamar Antonin Dolohov Jr.
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Después de varios días turnándose Pansy, Harry, Theo y Hermione.
Draco comenzó a ver de otra manera a Hermione, ella se preocupaba porque él comiera bien y le daba sus pociones.
Haciendo que el amor que le tenía renazca cada día con más fuerza.
La confianza entre ellos también creció. Hasta que Draco se decidió por contarle su oscuro secreto.
- Está noche te cuidaré yo - exclamó Hermione ¡Si no te molesta!
El rubio sonrió feliz y moviendo su cabeza de un lado al otro respondió - me siento honrado que la Heroína de Guerra, la chica dorada se digne a cuidar a este sucio lobo.
Hermione lo miró enojada ... nunca más te insultes de ese modo delante de mí _ le ordenó.
Draco se hecho a reír a carcajadas. Estoy jugando, Granger - dijo aún hipeando de la risa - Ven pequeña siéntate aquí, que quiero contarte algo.
Hermione hizo lo que Draco le pidió y se sentó junto a él en la camilla.
- Te contaré mi Oscuro Secreto - susurró el rubio muy cerca de sus labios - no me interrumpas, por favor.
Hermione asintió embelesada por tenerlo tan cerca.
El lord había llamado a Greyback para un importante trabajo, pero este envío a uno de sus terratenientes, Antonin Dolohov.
El mortifago se inclinó ante Voldemort esperando sus órdenes.
Voldemort río complacido y dijo - quiero que mates a los padres muggles de la sangre sucia amiga de Potter, hay que quebrar sus ánimos empezando por la parte más fuerte.
Hermione abrió sus ojos sorprendida mientras gruesas lágrimas se deslizaban por sus mejillas, quiso decir algo, pero Draco le hizo señas para que escuchará.
Dolohov no lo pensó mucho y desapareció... A pocos metros de ellos, Theo y yo nos miramos para desaparecer unos minutos después.
Tiempo suficiente para que el terrateniente lycano cumpliera con la orden del Lord.
- Malfoy y Nott - llamó Antoni aún lamiéndose la sangre de sus víctimas que todavía permanecía fresca en su boca ¿Qué hacen aquí?
Yo no respondí sólo me lancé sobre él para asestarle directo al corazón una daga de plata, pero olvidé la fuerza descomunal del lycano.
Fueron varios minutos de pelea, crujir de dientes, muebles destrozados y un enojado Theo que no paraba de echar insultos porque no podía atinar bien con los hechizos para ayudar me.
Dolohov valiéndose de su fuerza me tumbo y comenzó a golpearme para que soltara la daga, pero yo le daba pelea.
Ya fuera de sí por las excesivas heridas en su cuerpo, a pesar de la regeneración celular rápida que poseía, no sentía que se recomponía, al contrario perdía su fuerza cada vez más.
Optó por morderme en el brazo. Ya que necesitaba sangre para regenerar su piel.
Grité de dolor quedando arrodillado en el suelo, mientras sostenía mi brazo, ya que sentía el veneno del lycano quemándome las venas.
Ese momento de breve victoria para el lycano fue tomado por Theo para vengarse.
- ¡Avada Kedavra! - gritó Theo - una luz verde golpeaba el pecho del mortifago, para luego caer muerto frente a nuestros ojos.
Desesperado tomé mi varita para cauterizar la herida, pero el dolor fue cruel y despiadado tomándome inmediatamente, así se enveneno con la semilla maldita la sangre de uno de los 28.
Al cabo de una semana, Potter destruía a Voldemort con ayuda de ustedes, sus inseparables amigos.
Luego de los juicios. Los mortios adultos fueron encerrados en Azkaban, mientras sus esposas perdonadas y sus hijos obligados por el Ministerio a volver al colegio.
Pansy me enfrentó un día por el asesinato de Dolohov y vio en mis ojos el amor por ti.
Así que decidió unirnos, por eso busco tu perdón y el de tus amigos, enamorándose de Potter en el camino.
Además de darle esperanzas a Theo, quien se quedó totalmente solo. Al acercarlo a Luna.
- Yo también quiero compartir mis recuerdos contigo, ¿me dejas? - preguntó Hermione.
Draco no soportó más, se acercó a ella para unir sus labios con los suyos, transmitiéndole en ese beso, todo su amor reprimido por años.
- Cuéntame como te enteraste de la muerte de tus padres - pidió Draco.
Hermione asintió con la cabeza. Ahora es mi turno de hablar y tú me escucharas en silencio.
Luego de enterrar a Ron y a Percy, apareció un lince, que era el patrónus de Kingsley, llamando a Harry... " Ven solo al ministerio, hallamos algo"
Sabia que era un mensaje en clave, tomé a Harry del brazo para desaparecernos juntos, luego supe que fue un gran error de mi parte.
Llegamos juntos, pero Barbara que era la secretaria del Ministro quiso sacarme de la oficina con un tonto pretexto, pero sentía que tenía el derecho de conocer la verdad.
- Hermione es un error que vayas con nosotros deberías quedarte con Barbara - refutó el ministro.
- ¿Por qué tanto misterio? - cuestioné curiosa ¿Qué hay de malo que yo quiera acompañarlos?
- Nada - respondió Harry tratando de que su voz no sonará nerviosa, pero lastimosamente para él, lo conozco muy bien.
- ¿Qué pasa Harry? - pregunté al borde del colapso.
Harry trago grueso para luego contestar sin detenerse - Han encontrado muertos a tus padres, se presume que el asesino fue Dolohov, pero en otra habitación estaba muerto él también.
- ¡Quién haya sido su asesino, no importa! - grité adolorida y me desmaye siendo salvada por Harry del suelo justo a tiempo.
Me llevaron a la madriguera, en donde pase los siguientes 3 meses llorando por mis padres y Ron.
Hasta que recibimos la carta de Hogwarts para que terminemos el último año.
- ¿Recuerdas las vacaciones de Navidad? - cuestionó Draco robándole otro beso.
- Sí, claro - suspiró Hermione.
Luego que nos despedimos, Theo, mi madre y yo nos fuimos en mi limosina hasta nuestras casas para refrescarnos y descansar.
- Draco cariño - llamó mi madre desde afuera de la habitación ¿Estas listo para las compras navideñas?
- Sí, madre - susurre adormilado. Dame unos minutos por favor y estaré contigo.
Extendí mi mano derecha hacia uno de los cajones de mi velador para sacar tu foto, pasé mis largos dedos sobre tu rostro y labios lo que ocasionó que mi boca se hiciera agua por el deseo más que sentirlos deseaba acariciarlos con mi lengua.
Acto seguido tomó el rostro de Hermione con ambas manos y acarició sus labios con la lengua, para luego morder ligeramente su labio inferior e introducir su lengua dentro de la húmeda boca de su castaña y recorrerla completa saboreándola.
- ¡Te amo, Hermione! - Susurró el rubio atormentado, pero me da miedo que el lobo te maté.
- No pasara nada - dijo Hermione feliz - tú me cuidaras - yo confío en ti.
Draco y Hermione estaban solos en el departamento de la castaña ya que sus amigos estaban investigando.
Después de que compartieron recuerdos de vida, Hermione descubrió que los sentimientos que sentía por Draco habían crecido cada vez más con la convivencia, por lo que harta de reprimirse decidió dejarse llevar.
Draco se encontraba descansado en su cama, Hermione lo observó con ternura mientras tomaba uno de sus mechones platinos que rozaban su frente, ella quería confesarle que estaba enamorada de él, que siempre había sido él, pero la división de bando y las consecuencias de la guerra le habían impedido gritar lo que su corazón sentía.
Lentamente se fue acercando a él, mientras deslizaba su mano por el rostro del blondo hacia sus mejillas, llevaba sus labios para poder probar esa piel que siempre se le figuró a un muñeco de porcelana.
En el momento en que por fin unió sus labios, Draco abrió los ojos y se sorprendió al sentir el calor de la castaña, mismo que se encendió su corazón, ese que pensó que ya no existía, por lo que solo bastó unos segundos para que reaccionara, rodeara su espalda, presionara sus labios y profundizará el beso.
Hermione sintió como cada terminal nerviosa cobraba vida, jamás había sentido algo similar, un calor la inundó desde el fondo de su ser, ella se asustó y trató de alejarse, pero Draco, rápidamente la jaló del brazo y la retuvo a unos centímetros de su rostro.
- Hermione te amo, siempre ha sido así, la vida se ha empeñado en separarnos, una guerra, bandos distintos, mi condición - dijo Draco un poco afligido, pero sabes, tus labios me han traído a la vida - sé que no soy lo que mereces, pero si sientes aunque sea una décima de lo que yo siento por ti, te prometo que intentaré hacerte feliz por siempre y para siempre.
- Draco, nunca pensé que esta sangre sucia te provocará algo más que asco - rápidamente puso un dedo sobre los labios del rubio cuando quiso protestar ante el apelativo que usó, pero le alegra saber que esto que siento es correspondido, porque... yo también te amo Hurón Albino, me cansé de negarle a mi corazón el agua y alimento para ser feliz y eso eres tú.
Aunque estaba convaleciente, Draco acercó a Hermione y la besó como si no hubiera un mañana, sus labios encajaron a la perfección, sus lenguas se enfrentaron en una batalla que ninguno estaba dispuesto a perder, los dedos de ella se aferraron al cabello platino, mientras que los de él comenzaron a recorrer el cuerpo de la castaña.
Los besos iniciaron tiernos, demostrándose un gran amor que es difícil de conocer, sus corazones estaban llenos de júbilo al sentirse correspondidos, pero poco a poco se tornaron intensos, apasionados.
Aunque Draco no era virgen, su experiencia en el ámbito sexual era limitado y qué decir de Hermione, nunca había llegado con nadie más allá de un pequeño beso, pero ahora... ahora se sentía mujer, sabía que era el momento de dejarse llevar, entregarse por completo y tener su primera vez con la persona que ama era lo que siempre soñó.
Draco dejó los labios de la castaña y bajo su boca hasta su cuello, dejando pequeños besos húmedos por el camino, mientras que con sus manos recorrió la anatomía femenina, quedándose unos segundos más en cada curva.
Hermione sentía que iba a explotar por un placer desconocido, se sentía sedienta, pero no precisamente de agua, sabía que era el momento, quería dar ese paso, entregarse al amor.
- ¡Draco, por favor!
- Dime Hermione, ¿Qué es lo que quieres?
- A ti, te quiero a ti, te deseo a ti, ¡por favor!
- Estás segura amor, no quiero que te arrepientas, te he esperado una vida y puedo esperarte mil más.
- Lo sé, este es el momento, es lo que siempre soñé, hacer el amor, yo - bajó un poco más la voz - soy virgen, pero sé que tú sabrás guiarme.
- Mi corazón, será la primera vez que hagamos el amor, eso te lo puedo jurar, será único pues los dos aprenderemos a amarnos.
Dicho esto, Draco comenzó a desabotonar el vestido de Hermione, mientras ésta se ruborizaba.
- Eres hermosa cariño, te amo, te amo más que a mi vida, me haces tan feliz - dijo al tiempo que desabotonaba su sujetador y llevaba a su boca uno de sus senos.
Hermione jadeó en el instante en que sintió la lengua de su amado en su pezon rosado, por lo que cerró sus ojos y sus manos cobraron vida, recorrió la silueta del rubio y poco a poco fue deshaciéndose de la sábana que lo cubría.
Ella sabía que él no podía levantarse por sus heridas, por lo que el conocimiento que había adquirido en los libros decidió desinhibirse y simplemente hacer lo que le provocara placer.
Después de tirar de la sábana y mientas Draco seguía haciendo magia con su lengua y sus senos, se desprendió de su ropa interior, volvió a besar a Draco al tiempo que desaparecía la única prenda de su amado: sus bóxers.
Acto seguido se separó un poco de ella y lo que vio hizo que su erección aumentará si era posible: mejillas sonrosadas, ojos brillantes y un pelo salvaje que enmarcaba el rostro del amor de su vida.
- No hay vuelta atrás, ¿estás segura? aunque este tirado en esta cama no podré detenerme una vez que comiences amor, quiero que tengas claro lo que vas a hacer, porque no te quiero para un momento, te quiero para toda una vida.
La única respuesta que recibió de Hermione fue una sonrisa ladina, lentamente comenzó a descender por su pecho, dejando besos, succionando la piel pálida del joven; recorriendo con su lengua, cada uno de los cuadros de su amado, cuando llegó a su miembro, lo tomó con su mano para reconocerlo, subió y bajó por toda su longitud.
Draco solo gimió y salió de su ensoñación.
- Amor, acércate, debo ayudarte a que estés húmeda para cuando decidas que entre, será un poco doloroso, prometo que te ayudaré, por eso déjame darte un poco de placer previo.
Dicho esto comenzó a chupar cada uno de sus senos mientras sus dedos recorrían su intimidad, uno de sus dedos tocó su clitoris, mientras que otros dos separaban sus labios.
Hermione sentía su cuerpo temblar, una sensación extraña, única y sensacional, simplemente sentía que quería comerse al mundo, ese placer la estaba haciendo invencible.
Draco introdujo en su vagina un dedo primero, luego el otro y cuando la sintió temblar la comenzó a embestir mientras su boca devoraba sus hermosos senos, Hermione tuvo su primer orgasmo.
- ¡Eso fue maravilloso, sublime!, pero creo que estoy lista.
-Perdona que solo podamos hacerlo en esta posición, pero no me puedo mover, prometo que te compensaré - la volvió a besar con gran pasión - seguramente te dolerá, ayúdame a poner unos cojines en mi espalda baja, luego subirás sobre mi y guiarás mi pene hacia tu entrada, tú decidirás cómo le darás acceso, poco a poco...
Hermione siguió las instrucciones de Draco, poco a poco se fue montando en él, al principio se sintió incómoda, después sintió un pequeño dolor, pero cuando volvió a sentir los dedos de Draco sobre sus sensibles pezones, se dejó ir.
Comenzó a cabalgarlo, recordó cuando montaba a su poni cuando era niña... simplemente sentía como el enorme miembro de Draco se introducía hasta el fondo, ella no sabía qué hacer con tanto placer, se pellizcaba los pezones, alborotaba más su cabello, cerraba sus ojos y dejaba salir de sus labios cientos de gemidos, que se combinaban con los de su amante, hasta que volvió a sentir esa agradable sensación de sed, abrió sus ojos y fue cuando castaño se topó con mercurio, lágrimas comenzaban a querer salir y una gigantesca ola orgásmica los envolvió a ambos con un te amo en primer plano, ella cayó sobre el pecho de él, mientas este la envolvía entre sus brazos y caían en los brazos de Morfeo.
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Pansy golpeó la pared con la varita y susurró -Prospicus specustos haciendo que la pared lucirá como un espejo - la pelinegra reía enternecida y suspirando exclamó - ¡por fin! - ya vieron... Ya decidía yo que ellos solo necesitaban un empujoncito y listo.
- ¿Qué pasó? - preguntó Harry curioso - dime Pan y deja de sonreír como una loca.
- Sh . . . no hagas ruido, Potter - susurró Pan - que nos pueden oír.
Theo rodó los ojos fastidiado respiró profundamente, pero su voz salió ronca - ¡Basta ustedes dos! - somos aurores, no cotillas y estamos de servicio. ¿O ya se olvidaron?
- Tienes razón Nott - respondió Harry serio - caminó algunos pasos hacia un callejón, entrecerrando los ojos para confirmar sus sospechas.
- Accio - susurró el niño que vivió y a su mano voló un inusual casquillo. Lo acercó a su nariz para percibir no sólo el olor a pólvora muggle, sino también la densidad de la Magia oscura.
Theo miró a Harry en busca de respuestas, este lo miró y asintió confirmando así que los asesinos eran magos, pero quien cometería semejante error... Ya que era bien sabido que sólo se necesitaba una bala de plata para matar a Malfoy.
Pero con este pequeño descubrimiento, se reveló las insanas intenciones de su cazador.
Que no sólo deseaba acabar con su existencia, sino también utilizarlo para otros fines.
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- Otra vez tú - gritó indignada la pequeña bruja - ya te di lo que querías, ¿Qué más quieres?
- Quiero las verdaderas balas de plata y magia oscura por las que te pague bruja mentirosa - respondió Dolohov enojado ¡que te crees que soy estúpido!
Acto seguido lanzó sobre la mesa una caja de cartuchos Muggles.
- ¿Qué quieres hacer con Draco? - cuestionó la bruja de cabellos negros - me dijiste que querías matarlo para cobrar una venganza, pero veo que hay algo más.
- Eso no es de tu incumbencia bruja mal nacida - refutó Dolohov indignado acorralando a la bruja - Más te vale cumplir o te destrozare tu bello rostro con mi navaja
Astoria trago grueso, sacó su varita y conjuro el hechizo exigido - "argentum glandes oboedientia" sobre los cartuchos que estaban sobre la mesa.
El asesino tomó sus cartuchos y se retiro del lugar dejando a Astoria preocupada a la par de asustada.
Ella aún amaba al rubio. Aceptó ayudar a este tipo solo para asustarlo, pero su venganza se le fue de las manos.
Guardaba rencor porque Draco desestimó el contrato de matrimonio, una vez muerto su Lord. Esa decisión destruyó a su familia, hundiéndola en la ruina y el desprecio.
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Hermione se despertó en la madrugada, se levantó con cuidado y se fue al baño, pero antes lanzó un hechizo de limpieza sobre Draco. Ya pronto regresaría Pan para relevarla de la guardia.
A las dos horas regresaron los 3 aurores muy serios y preocupados.
Harry y Theo fueron a descansar, Pan se metió a la cocina para prepararse un café. Algo tenía que aprender de Harry después de 5 años de convivencia.
- Pansy - la llamó Hermione asustando a la pelinegra, quien gritó despertando a Draco en el camino.
- ¡Hermione, por favor! - refutó Pan ten más cuidado - casi me matas del susto.
- Pero si solo te llame - respondió Hermione ¿Qué está pasando? ¿Qué encontraron?
Pansy le contó todo a la castaña, sin callar nada, pero también Draco escuchó todo.
El rubio se levantó y sin hacer ruido entró a la habitación que compartían sus compañeros, que aún estaban despiertos y al verlo se callaron.
- ¿Y bien? - cuestionó Draco mirando a uno y otro - aburrido resoplo ¿Qué descubrieron?
- Tienes un enemigo, Draco - confirmo Harry entregándole el casquillo que encontró.
El rubio olfateo el inconfundible aroma de la Magia oscura arrugando el ceño, sus ojos perdieron su color natural para tornarse oscuros y siniestros.
Theo alarmado se levantó como un rayo de la cama y corrió hasta él exclamando - Draco, Draco aquí no, controla a la bestia, amigo, vamos tranquilo, estas con tu castaña, recuerda eres su guardián.
Al oír el nombre de su amada, Draco se calmó, pero no pudo evitar que un agudo aullido saliera de su ser. Era el lobo que quería sangre.
Pansy y Hermione que habían oído el aullido salieron asustadas de la cocina, más su susto fue mayor al no encontrar al rubio en su cama.
Ambas amigas se miraron para empezar a buscar, más no hubo necesidad, Theo, Draco y Harry venían saliendo de la habitación.
Hermione se lanzó a los brazos de su rubio, quien la recibió gustoso, abrazándola para olerla, y así llenarse de su aroma haciendo que el lycano la reconozca como su mujer.
- ¡Mia...! - gruñó Draco en su oído, Hermione aún escondida en su cuello sonrió y ruborizándose contestó - sí, tuya por toda la eternidad, te amo.
- Yo también te amo, te he amado desde niño, castaña no me dejes por favor - susurró suplicante - te cuidare como la piedra más preciosa, solo tú puedes detener al lobo, porque te reconoce como su mate.
Ante los ojos de sus amigos y la risita histérica de Pansy, Draco y su mate se besaron como si no hubiera un mañana.
Theo incómodo carraspeo, para luego decir - bien creo que estamos sobrando aquí... ¡vámonos!
Pansy y Harry sonrieron a la par, se tomaron de las manos para desaparecer y aparecerse en su habitación, ellos también tenían un asuntito, que dejaron inconcluso por su rubio amigo.
Theo feliz y tranquilo hizo lo propio, para aparecerse en la habitación de su bella esposa, Luna que lo esperaba con un mini pijama azul cielo, que le pedía a gritos ser quitado, para entregarse a su amor, que tanto había extrañado.
Esta vez Draco pudo cabalgar a su mujer las veces que quiso, aunque debía controlarse ya que sus garras amenazaban con salir.
Hermione se durmió en sus brazos, Draco se quedó despierto, acariciando su cabello, sus rizos que tanto le gustaban, mientras escudriñaba su pasado buscando algún enemigo.
Y así se durmió, pero la pesadilla de los tiempos de la guerra regresó con más fuerza esa noche, recordó como terminaron con la vida del licántropo que lo mordió haciendo clip en su cabeza.
Recordó que Dolohov tenía varias mujeres, unas por voluntad, otras por obligación, y había un hijo, si un muggle producto de una violación, pero muy parecido a él.
Draco lo vio una vez de casualidad, cuando fue llamado para quemar un pueblo muggle de Londres, su madre había muerto y Greyback lo mandó lejos para protegerlo.
Dolohov Jr. Era unos años menor que Draco, pero muy parecido a su padre. Cabellos y ojos negros, de piel blanca y mirada turbia. No había heredado su licantropía.
Draco se levantó de la cama, cuidando de no despertar a su castaña, se asomó al balcón para aspirar el delicioso aroma de la mañana.
. . . Antonin Dolohov Jr. . .Eres tú, quien busca venganza, quieres derramar sangre, pues bien... Será la tuya, pero en mis garras - susurró para si mismo
En 3 días tendría su luna, debía ser rápido y averiguar donde se escondía su presa.
Sacó el casquillo de su pantalón para oler al hombre, pero halló otro olor distinto, a césped recién cortado... Sus sentidos se activaron para luego llenarse de rencor.
No debiste haberte unido a él, Astoria Greengrass, serás la primera en pagar por tu osadía.
El rubio se perdió en sus recuerdos, hasta que sintió las suaves manos de su mujer acariciar su espalda.
- Buenos días, mi amor - saludo la castaña ¿Qué tal dormiste?
- Delicioso a tu lado - respondió el rubio con picardía. Hermione se mordió el labio inferior causando que cierta parte del licántropo se endureciera.
Draco se dejó llevar por el deseo aprisionándola con su cuerpo contra la pared del pequeño balcón, pegándose lo suficiente para que sintiera su dura erección .
Hermione se dejó llevar también, envolvió sus piernas sobre las caderas del rubio dándole paso a su entrada mojada y dispuesta para él.
Entraron a la habitación, Draco la sentó sobre su escritorio y con un movimiento de varita quedaron ambos desnudos. Para luego penetrarla de una sola estocada.
Hermione gritó de placer mientras seguía el vaivén delicioso de su entrega repartiendo besos desde su boca hasta el lóbulo de la oreja de su Lycano, dejando chupetones en su cuello pálido.
Draco no se quedó atrás e hizo lo propio. Besaba a su mate con hambre y deseo. Mientras atendía sus pezones con los dedos, para darles placer.
La semirecosto entre sus brazos en el escritorio para devorar su cuello, mordiéndolo para dejar su huella y sus senos con hambre antes de derramar, su simiente dentro de ella. Y así ambos llegaron al orgasmo, gritando por tanto placer.
Juntos se metieron a la ducha a tomar un baño. Desayunaron y Draco llamó a su elfo.
- ¡Trooper! - llamó el rubio, el pequeño elfo apareció e hizo una reverencia - tráeme un traje limpio y avísale a mi madre donde estoy.
- Sí joven Malfoy - dijo el elfo para luego desaparecer.
- ¿Joven Malfoy? - se burló la castaña.
- Porque aún soy soltero - respondió Draco, pero te prometo que pronto me llamará Señor - porque luego que termine esto. nos casaremos.
La castaña abrió los ojos sorprendida, los colores se le subieron al rostro y agachó la cabeza para que no la viera sonreír.
Draco rio y la abrazo - dime la verdad castaña ¿Te casarías conmigo?
- Sí, claro que sí - respondió entre lagrimas de emoción
Luego de cambiarse, tomaron el traslador que Hermione utilizaba para aparecerse en el Ministerio.
Entraron a la sección de los ascensores y sin pudor alguno se besaron a vista y paciencia de los demás magos.
Todos los presentes incluidos Kingsley se quedaron con la boca abierta.
Pansy por su lado reía enternecida del brazo de Harry, para luego acercarse a saludar a sus amigos.
Theo venía atrás e hizo una pequeña seña con los dedos, ya conocida por Draco para hablar después de lo que sus investigaciones arrogaron.
- Primera parada... Mansión Greengrass - susurró Harry mirando a sus compañeros.
Hermione fue escoltada por su novio hasta su oficina, en el departamento de Regulación de Criaturas Mágicas. Se despidieron con otro beso, para luego salir de ahí hacia su nueva misión. Pansy se quedó haciendo guardia afuera de su puerta.
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Cómo siempre los malos no trabajan solos, Dolohov tenía amigos en el ministerio, que lo tenían bien informado y apenas presenciaron el cariño de los jóvenes enviaron información fresca al hijo del mortifago.
Una lechuza gris entró por la vetusta ventana de la casucha en donde se escondía Dolohov dejando caer el pergamino, para luego volar de regreso a su dueño.
Antonin leyó el contenido, suspiró agradecido mostrando sus espantosos dientes amarillos _ gracias Avery por la información que sabre utilizar muy bien.
- ¡Goyle! ¡Goyle! - gritó Antonin desesperado - tengo un trabajo para ti.
El robusto hombre entró a la vieja oficina y se encerró con su jefe para que le explique el plan.
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Draco, Harry y Theo se aparecieron en los límites de Greengrass Mannor, para encontrarse con árboles caídos y la edificación en ruinas.
Un viejo elfo apareció ante ellos cuestionó - ¿los señores buscan a mi ama Astoria?
- Sí - respondió Harry - llevamos con ella. El elfo avanzó y ellos siguieron atrás.
- ¿Qué has hecho Stuart? - gritó Astoria ¿Por qué los has traído?
- ¡Váyanse! No tengo nada que hablar con ustedes.
- ¿Cómo que no, Astoria? ¡Que has hecho! - gritó Draco esta vez, su voz se escuchó ronca y fuerte.
Transformándose en el Lycano que todos temían y sin preguntar se abalanzó sobre la yugular de su víctima matándola de contado.
Theo y Harry nada pudieron hacer. Solo atinaron a desaparecerse para evitar ser devorados por el lobo.
Draco en su forma animal era incontrolable. Una vez cometido su atroz crimen destruyó con sus garras, lo poco que quedaba de esa casona.
Huyó al bosque para calmar al lobo.
En otro lado de Londres Mágico, Goyle se apareció en el Ministerio para ser ayudado por Avery y llegar a su destino para cumplir la misión encomendada... secuestrar a Hermione Granger.
Hermione estaba cansada con una gran pila de documentos por revisar. Se sobo el puente de la nariz y giró su cuello para ambos lados para liberar la tensión.
Goyle vio que no sería tan fácil cumplir su cometido, ya que su ex compañera de casa, Parkinson custodiaba la puerta. Escondió su varita para aplicar un Imperio de manera verbal. Y le ordenó...
"Tráeme a Granger al restaurante de la esquina, pero quítale la varita"
Pansy abrió la puerta de la oficina de la castaña, entró y le dijo - Apúrate Hermione ... Draco y los chicos nos esperan en el restaurante de la esquina, para almorzar juntos.
Hermione le creyó a su amiga e iba a sacar la varita para guardarla entre sus ropas, pero Pansy se la quitó de las manos. No necesitas estol _ le dijo.
La castaña se extrañó por la actitud de su amiga, más pensó que estaba jugando, así que le siguió la corriente.
Avanzaron juntas hacia la esquina, Goyle las vio y se acercó.
Hermione viéndose desarmada trató de huir, pero el ex mortifago era más fuerte. Tomándola cómo sacó de papas, la colocó sobre su hombro y desapareció dejando a una confundida Pansy, sola en el lugar.
La pelinegra se despertó de su trance, los recuerdos le de golpe, e inmediatamente tomó su varita llamando a Theo.
- Goyle me aplicó un imperio verbal y se ha llevado a Hermione - dijo Pansy entre sollozos.
- ¡Cálmate vamos para allá! - respondieron los aurores.
- ¿Dónde esta Draco? - preguntó Pan a sus amigos al no ver al rubio.
- Se transformó en Lycano y huyó al bosque - respondió Harry.
- Esto será una masacre - refutó Theo preocupado -El Lycano ya debe haber sentido que su mate esta en peligro.
- Malditos engendros no saben lo que les espera - aseveró Potter.
Draco-lycano sintió la tristeza de su mate y empezó a aullar desesperado, debía encontrarla.
Noto que su olor se sentía tan cerca y se guio por el, para hallarla en un viejo castillo, que había sido propiedad de Avery.
Sin mediar consecuencias entró al destruido lugar, arremetió contra todo lo que encontró a su paso, mujeres, elfos hasta que dio con Goyle.
Se irguió quedando mucho más alto que el robusto hombre y sacando sus garras le arrancó la tráquea de un jalón.
El cuerpo despellejado y sin vida cayó en el piso causando un sordo ruido que alertó a Antonin.
Este subió corriendo las escaleras llevando entre sus manos un sucio rifle muggle, hasta llegar al ático, en donde tenían amarrada a Hermione.
Comenzó a colocar los cartuchos de plata y magia negra, para dispararlos hacia la humanidad de Draco- lycano.
Este los esquivo lo mejor que pudo, pero uno le impacto en su brazo izquierdo aullando de dolor, lastimosamente provoco que su ira aumentara, así que aulló en respuesta.
Trepó por las paredes. lo más rápido que pudo para evadir el resto de los cartuchos, la bestia exigía sangre para sanar su herida.
Aullaba y respiraba con dificultad, se trepó rápidamente quedando frente a Antonin, que al verse acorralado tomó a su mate para colocarla como escudo, amenazando su vida con una daga muy filosa.
Hermione apenas si se movía, pero no decía nada solo miraba a su amado con los ojos anegados de lágrimas. No quería morir, ni perderlo a él tampoco.
Draco - lycano comenzó a aullar nuevamente y su llanto se ahogo poco a poco mientras se convertía nuevamente en humano, para caer desnudo frente a ellos.
Antonin se confío que como humano no podría dañarlo y soltó a su presa.
El rubio aún semitransformado sacó su enorme garra cortandole la yugular. El hombre intentó contener la sangre que salía sin permiso por la herida, retrocedió para quedar lejos del lobo, pero en una mala maniobra perdió el equilibrio y cayó por la ventana.
Hermione viéndose libre corrió a los brazos de Draco, quien ya se había transformado del todo.
- Muerdeme Draco, otra vez - susurró Herms mientras retiraba su cabello para dejar expuesto su cuello largo a merced de su amado.
- No tienes que hacer esto - susurró Draco.
- Sí, si tengo y no te dejaré morir, te amo Draco - refutó la castaña.
Draco suspiró y acercándose a ella, la marcó.
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Gracias a JessDeVilla por el hermoso lemon.
Espero que les gusté esta nueva historia. Dejen sus comentarios y una 🌟 para animarme a seguir escribiendo.
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