Epílogo
Miro a mi alrededor, la misma sala de color gris en la que estuve la vez anterior, esa pequeña estancia aquí que desencadenó todo esto. Aron tenía razón: no imaginé el impacto y las consecuencias que me traería.
No morí; como pueden ver, Enzo me empujó antes de apretar el gatillo y acabar de una vez esta trágica historia.
Una historia que pudo tener un final diferente, pero estaba recogiendo los frutos de mis decisiones; estaba bajo los efectos del SDL, lo cual no me dejaba pensar con claridad.
Tan solo si le hubiera hecho caso a Aron, estaría muy lejos de aquí, bañada y sin tener las manos esposadas. Tal vez estaríamos en Francia besándonos frente a la torre Eiffel o en Disneylandia mientras Alex corría por todas las esquinas, pero era más que obvio que este hit no tendría un final feliz.
—Acepta ser la autora de los hechos que se le acusa —el alguacil habla fingiendo no saber la respuesta.
—Afirmo que asesiné a cada uno de ellos —habló para la cámara que se encontraba frente a mí.
—Estuve comentando con el juez que deberías ser internada en un hospital psiquiátrico; no estás bien, necesitas ser tratada. —comenta Enzo, el cuál ahora portaba un traje de color gris.
Maldito gris, ya me estaba cansando de él.
—Además hay mejores condiciones y estarás mejor que en la cárcel —continua al no recibir respuesta de mi parte.
—Gracias por la preocupación —finjo una sonrisa y éste mira al cheriff. Luego camina hasta donde está la cámara y la apaga.
—Pues digamos que entre los amigos no ayudamos —comenta esta vez el alguacil.
—No quiero tu ayuda ni tu lástima; tú prometiste que me dejarías libre si cumplía con mi parte del trato. ¡Y lo hice! Ya tienes a Darío bajo tierra —alzo un poco la voz—. Sácame de este maldito hoyo.
—No puedo, tu detención fue frente a varios oficiales. No puedo simplemente fingir que nunca pasó.
—Claro, que se joda Helen —río de medio lado. —Me las van a pagar, ambos —clavo mi vista en el castaño.
—Aprovecha la oportunidad que te estamos ofreciendo. Te iban a aplicar cadena perpetua en una cárcel de quinta dónde está la mugre de la sociedad. Logré hacer un acuerdo con el juez demostrando tus trastornos; no es más que un problema de salud.
—Soy una asesina. Enzo, mis manos están manchadas de sangre y así seguirá siendo mañana, deja de tratar de justificar mis acciones.
—Entonces te seré más claro —se sienta en la silla frente a mí—Te dejaremos ver a Alex antes de ser trasladada, mantendremos tu rostro fuera de las noticias —trata de agarrar mis manos y las retiro, no quería su compasión —Creeme cuando te digo que es lo mejor que te podemos ofrecer.
—¿Y qué ganas tú con esto? —levantó una ceja —No me trago esta escena de policía bueno y de falso amigo arrepentido.
—Tu silencio —entra el alguacil nuevamente en la conversación.
—Debí imaginarlo.
—No contarás nada sobre lo que haz visto, ni de la hermandad, y mucho menos sobre nuestro trato. O tu rostro será tendencia y tú pequeño hermanito sabrá la verdad sobre su amada hermana —muy cínico de su parte, chantajearme—. ¿Cómo le explicarás todo eso a un niño?
Me mantengo en silencio, apretando mis manos fuertemente. Juro que los mataré.
—Acepto.
Al parecer solo buscaban mi aceptación. Luego de eso se terminó el interrogatorio y me llevaron a una celda. Pasé la noche en una fría celda. No pude dormir, y el suelo olía a orine.
—Buenos días, —Enzo o Karim, ya no importaba realmente. — Te he traído algo de comer y ropa limpia para que te duches antes de ver a Alex.
—¿Eres así con todos tus prisioneros? —niega.
—Solo contigo —tuerso los ojos y agarró a través de la reja el pan que traía en su mano; tenía mucha hambre.
Despedirme de Alex fue realmente duro; le dije que me encontraba enferma y necesitaba curarme para poder cuidarlo después.
Enzo prometió llevarlo a visitarme al hospital de vez en cuando. Al menos me quedaba eso, la esperanza de que no descubra que su hermana es una asesina.
Estaba ansiosa de estar sola, sin tantos ojos encima. Alex me había entregado una nota de Aron y no había podido leerla. La tenía escondida en el brasier.
¿Dónde estarás, Aron? Espero que muy lejos de toda esta mierda, me encontraba feliz de que haya podido escapar; estaba enojada con él, pero eso no cambiaba el hecho de que lo amara, o al menos lo estaba queriendo demasiado.
(…)
—Estaré contigo siempre —sus manos rodean mi cuerpo en un abrazo—Te amo con todos tus demonios—susurra en mi oído mientras mi vista se centra en el bello atardecer y las olas del mar que se encontraban de fondo.
—Yo también te amo con todos tus demonios.
Mis ojos se abren bruscamente tras el auto en que me trasladaban se frenó.
Estaba soñando. Se sentía tan real, deseaba que lo fuera, pero la realidad me golpeaba fuertemente al ser abierta la puerta.
Al bajar observo gran conjunto de edificios, esto aquí adentro es toda una cuidad, los muros enormes eran imposibles de cruzarlos. Enzo me acompañó todo el camino hasta llegar al primer edificio y encontrarnos con una mujer de pelo rubio.
—Bienvenida Helen Pitherson o prefieres Wislin—alzo los hombros, no me importaba mucho realmente.
La miro de arriba hacia abajo, su expresión y compostura es seria, al igual que su vestimenta—Me llamo Franchesca Bunes, para tí doctora.
No respondo y el silencio se hace largo, luego la doctora y Enzo hablan.
—Espero que logres avances con ella.
—Asi ser—comenta la rubia agarrando las carpetas que el otro tenía en las manos—Te aseguro que nos encargaremos muy bien de ella—su sonrisa no es genuina.
Me llevaron inmediatamente a mi nueva habitación, la cual tiene cerradura digital, nada de llaves, se abre con tarjeta magnética.
—Esta es la ropa que usarás a partir de hoy, duchate y luego hablaremos sobre las normas, tratamiento y horarios al que tendrás que integrarte—la rubia da la espalda y se va.
La puerta se cerró tras su salida. Al fin sola, miro hacia todos lados y me percato de que hay una cámara en una de las esquinas de la habitación. Me dirijo al baño para comprobar de que ahí no hay cámaras. Respiro tranquila al ver que no.
El color blanco sobresale en todo el lugar, tenía una buena cama y baño para mí sola.
Finalmente agarro el papel y lo leo.
Pequeña tuve que abandonarte no sabes cuánto me dolió eso. Siempre has Sido testaruda pero sobrepasarse tus niveles, lamento mucho todo lo que se aproxima y los cambios que tendrás en tu vida. Volverás a mí, puedes estar segura de eso. Encontraré la forma de rescatarte de dónde quiera que te encierren, es una promesa y la pienso cumplir. Dame algo de tiempo para que las cosas se calmen, no me olvides en el trayecto.
° Aron
Rasgo el papel en muchos trocitos y los dejo en el cesto. No tenía muchas esperanzas de salir de aquí pero necesitaba aferrarme a algo. Mientras tanto debo enfrentar este nuevo capítulo de mi vida.
Mi oscuro placer me llevó a esto, ahora solo me queda desear con todas mis fuerzas un futuro fuera de aquí.
Y ahora sii😫❤️ este es el final de mi orcuro placer. Espero la historia haya sido de su agrado, espero que la disfrutarán tanto como yo. Los amooooo
Déjenme saber en los comentarios que opinan, dejen sus expresiones me haría muy feliz saber que impresión les causó el libro 📖
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