29_ Lo he perdido
Este chico se ha pegado a mí como un chicle. Me agrada su compañía, pero en el fondo quiero estar sola.
Ni siquiera he llorado suficiente la muerte de mi madre; no puedo permitirme sentir todo con respecto a Aron, y está Alex; el miedo a que le hagan daño me está consumiendo.
Y entonces llegó él, Enzo Pugh.
Lo conocí hace algunas noches; mientras estaba vulnerable, me ha visto llorar, y me ha salvado la vida. Para ser un desconocido se ha integrado demasiado en mi día a día. Hemos compartido conversaciones y me ha acompañado mientras vigilo en las noches a Alex. Las ojeras están más que presentes en mi rostro; pero es necesario. Me habían amenazado con hacerle daño; los de Sol Naciente saben que es mi única debilidad.
Tuve que regresar a casa de Aron. No tengo a donde más ir. Nuestra relación en estos momentos es nula, él no habla y yo tampoco. Sé que le está ganando el orgullo, pero yo no voy a dar el primer paso, porque si hablamos de orgullosos yo estoy en el top diez. Él también ha estado cooperando con el cuidado de Alex a su forma. En la escuela siempre que tiene tiempo va y le da un vistazo. También lo he visto pasar varias veces en las noches frente a la casa de Laura. Él sabe lo importante que es el diablillo para mí.
En el fondo sé que sí siente, solo que tiene miedo a sentirlo. Tiene miedo a tener una debilidad. Por eso no lo culpo por reaccionar así aquel día. Nunca antes nadie le había importado lo suficiente.
Y no lo estoy justificando, o tal vez sí.
Pero él dijo una vez:
Me guío de hechos no de palabras; sé cuánto puede mentir un ser humano.
Y si hablamos de hechos, estaba más que segura que a mí le importaba. Debía darle su espacio.
Estaba más que raro últimamente; creo que le molesta mi nuevo amigo. Siempre que me veía cerca de Enzo se ponía más odioso de lo normal. Incluso llegó a decirme que no se fiaba de él, pero lo ignoré. Debe sentir celos.
Enzo por su parte es un chico carismático; la mayoría del tiempo parece que no es capaz de hacerle daño a nadie; si no lo hubiera visto en acción juraría que era un chico de bien. Me agradaba conversar con él. Era divertido y empático. Ya necesitaba a alguien así en mi vida; alguien con quién hablar y que realmente mostró interés por mi vida. Alguien con quién poder decir mis cosas sin miedo a que se horrorise y salga corriendo a decirle a las autoridades.
Estábamos en semana de exámenes en la escuela y yo no tenía mente para los estudios. Por suerte Stefany me ha pasado todos sus apuntes; solo debía sacar algo de tiempo y leerme los resúmenes.
—Esto es todo —comenta la rubia dejando unas hojas sobre mi escritorio.
—Es demasiado —abro los ojos de par en par al ver la cantidad de contenido que debía aprenderme.
—Eres muy inteligente, Helen —me sonríe. — Solo que has estado muy desconcentrada por todo lo que ha pasado. Sé que se refiere a mi madre y a la pérdida de mi hogar; ni siquiera sabe por todo lo que he pasado y la carga que tengo sobre mí.
—Gracias por ayudarme —me levanto y le doy un abrazo. Creo que lo estaba necesitando demasiado.
Hay veces que mi personalidad asesina se va del todo y permanezco solo yo y mis mil dudas existenciales, mis ganas de rendirme y de llorar por horas. Luego vuelve a aparecer y hace que todos esos sentimientos pierdan importancia.
—Siempre —susurra en mi oído y luego me separo.
—¿Me acompañas a llevar a Alex a casa?—niega.
—Lo siento, quedé con un chico —comenta mientras suelta una que otra risita.
—¿Y no me habías contado?—digo algo enfadada, aunque sé que la culpa de que estemos algo distanciadas es mía.
—No habías conversado —comenta agarrando su mochila. —Deseame suerte.
—No la necesito —sonrío y ella se aleja.
Termino por recoger mis cosas y me encamino hacia el aula de Alex. Debe estar esperándome ya hace unos minutos. El pasillo se encontraba totalmente vacío; todos ya debieron irse. Al llegar al aula de Alex empiezo a entrar en pánico.
No está.
Miro hacia todos lados y nada.
Respiro profundo y agarro mi celular; tenía la esperanza de que Aron lo hubiera pasado a recoger. Sé que casi no hablábamos, pero si debía dejar el orgullo de lado, definitivamente este era el momento.
El teléfono suena, suena y nadie responde.
Salgo a pasos apresurados de la escuela para comprobar que estuviera a salvo en casa. Era lo que más deseaba. Al poner un pie fuera de la institución, me encuentro con Enzo: me estaba esperando.
—¿Qué ha pasado?—pregunta al instante de verme; siempre sabe leer mi rostro.
—No encuentro a Alex. Mi voz sale casi en un hilo.
No me detengo a esperar respuesta por su parte, sino que sigo avanzando y él se mantiene a mi lado.
—¿Estás segura que no se ha ido a casa?
—Es lo que voy a averigüar. Mi mente y mi corazón iban hechos un lío.
Necesitaba que estuviera a salvo. Tenía que estarlo.
Al ver la casa a lo lejos, sentí que mi corazón cada vez latía más rápido.
—¿Alex está?—pregunto apenas Laura abre la puerta.
—¿No ibas a traerlo tú de la escuela?—me mira confusa.
Y sí, mi corazón se rompió.
Toda la esperanza que venía cargando, toda la fe de que estuviera a salvo, acababa de esfumarse.
—Alex no aparece —mi voz sale entrecortada.
Miro a Enzo, quien se encontraba a unos centímetros de mí y este se acerca y me abraza.
—Todo estará bien, él lo estará. —susurra mientras de mis ojos comenzaban a brotar lágrimas.
Laura comienza a ponerse muy nerviosa y vuelve a llamar a la policía, pero era en vano. Esto era mi culpa. Todo lo era. Solo yo podría salvarlo.
Lo había perdido.
Tanto que lo cuidé y en un descuido lo perdí.
Habían secuestrado a mi hermanito.
Capítulo algo emotivo, han secuestrado a nuestro pequeño diablillo. ¿Qué creen que pasará en los próximos capítulos?
No olviden votar y comentar si la historia está siendo de su grado. Los amo 📌❤️
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