24_ Fiesta de cumpleaños

Teníamos un viaje pendiente a las afueras de la ciudad, pero según Aron era mejor que él fuera solo, para inspeccionar los alrededores y no causar probelmas. 
 
Literal me dijo que el problema soy yo. 
 
No le di mucha importancia, ya que hoy es un día muy importante. Por nada del mundo me lo pasaría lejos de Alex; es su cumpleaños. Quería aprovechar que Aron saldrá y prepararé una fiesta sorpresa aquí en la casa. 
 
La escuela aún no tiene fecha de comienzo, los asesinatos han cesado, yo sé que los asesinos están muertos, pero la policía y demás no. Así que aún continúan asustados, cumpliendo el toque de queda y las otras medidas que habían sido tomadas. 
 
Agarré la tarjeta en mis manos; no quería darle uso a este dinero. Solo por el hecho de que lo ha enviado mi padre, unas noches atrás Aron me hizo entrega de la tarjeta que sostengo en mis manos; según él un regalo de mi padre. 
 
Me sentía sucia al recibir este dinero después de todo lo que le hizo a mi madre; me sentía hipócrita haciéndolo, pero siendo realista, lo necesitaba. Necesitaba comprarme ropa, y para Alex, y la fiesta.
 
Sin darle más vueltas, salgo de la casa a un centro comercial. Nunca me canso de admirar la grandeza de estos lugares. Voy directo a la sección de niños. 
 
—Hola, señorita, la puedo ayudar en algo. —asiento al notar a la joven que se me había acercado. 
 
—Necesito una muda de ropa para un niño que está cumpliendo seis años. —La tendera me señala y camino detrás de ella. 
 
—Aquí podrás encontrar lo que buscas. —Me dedica una sonrisa y yo hago lo mismo. 
 
—Gracias —me quedó pensativa. —Por cierto, también necesitaré un paquete de fiesta de cumpleaños. 
 
—Enseguida. 
 
Los paquetes de fiestas vienen con todo incluído. Globos, manteles, platos y cucharas, cadenetas y todo lo que se necesita para adornar una fiesta de cumpleaños. 
 
Centro mi vista en la ropa y me decido por un juego de color negro. Siempre le ha resaltado este color. Lo hace ver más blanco. Tenía en una de las esquinas del pantalón un Spiderman. Le va a encantar. 
 
Para completar el regalo, busco un Spiderman de juguetes y compro una caja de regalos para envolverlo. 
 
Regalo: listo. 
Adornos: listo. 
 
Dejo la tarjeta para que la chica cobre. 
 
—Que tengas un lindo día. —Me entrega la tarjeta y el paquete de fiestas. 
 
—Igualmente. 
 
Salgo de esta tienda pareciendo un pulpo, por las cosas que traía en la mano. Tendré que ver cómo me voy a casa con tantas cosas. 
 
Me encamino a la tienda de mujeres. Y me compré mucha ropa de color rojo. La chica de rojo viste de rojo. No podía darme el lujo de probarme todo, ya que no tendría todo el tiempo necesario para adornar la casa e ir a por Alex. 
 
He invitado a unos compañeros suyos del aula; bueno, vendrán solo los que las madres no son obsesivas con el peligro que acecha. También vendrá Stefany y su hermana pequeña. Mi tía, Alex y yo. Espero que le guste la sorpresa. 
 
Diosss, necesito comprar caramelos y refrescos. 
 
Y el kake. 
 
Trato de acomodar todo lo que he comprado y me salgo de esta parte del centro comercial y me voy al área de comida. 
 
Por suerte estoy en el lugar correcto. 
 
(…) 
 
Está todo listo, con gran trabajo y esfuerzo; pero todo quedó hermoso. Él vale la pena. 
 
Stefany llegó y me ayudó con los retoques de última hora. Ella se quedaría en casa para recibir a los invitados para que, cuando yo llegue con Alex, todos digan sorpresa. 
 
Ya son pasadas las doce del mediodía. Me doy una ducha. Estaba toda sudada por el trabajo de organizar la fiesta. 
 
Me coloco un vestido rojo que había comprado hace un rato en la tienda. Aún tenía todos los conjuntos encima de la cama. Me miró en el espejo y sí que me quedó bien. La pierna queda descubierta dándole un toque sensual. 
 
¿Sensual? Por muy idiota que parezca, pienso en Aron al mencionar esa palabra. 
 
Aron no se ha reportado desde que salió temprano en la mañana. Sé que sabe cuidarse muy bien, pero igual me preocupa. 
 
—¿Estás bien? 
 
Le envío un mensaje y salgo de la casa para ir en busca de mi hermano. Debe estar pensando que me olvidé de su cumpleaños.
 
Al llegar a casa de mi tía, lo veo. 
 
—¡Hermana! —su grito hace que mis tímpanos resuenen. Le doy un abrazo.
 
—Feliz cumpleaños, hermano. —Sus ojos se iluminan y una gran sonrisa se dibuja en su cara. 
 
—Pensé que te habías olvidado de mí.
 
—Eso nunca.—miro a mi alrededor y no veo a mi tía por ningún lado. 
 
No sé ni por qué le sigo diciendo así; realmente no es mi tía. Era hermana de Reik y he descubierto todo. Ella no es mi familia, pero sí la de Alex. 
 
—¿Dónde está tu tía?—preguntó elevando una ceja. 
 
—Ha salido, vendrá rápido. 
 
Lo ha dejado solo. ¿Cómo se le ocurre dejar solo a un niño de seis años y más el día de su cumpleaños? 
 
La molestia se hace presente en mi rostro. 
 
—Vamos, daremos una vuelta. —susurró dejando un beso en su frente. 
 
Lo ayudo a cambiarse de ropa y ponerse una más decente. Y listo, mi príncipe estaba hermoso. 
 
Lo llevo un rato al parque hasta que Stefany me avise que ya todos habían llegado. Juego con él en el columpio, tomamos helado y nos tiramos una foto hermosa que la utilicé para felicitarlo en mis redes. 
 
Este pedacito de niño era lo único que me hacía feliz realmente, mi única conexión con mi humanismo. Me miraba en sus grandes y negros ojos y me hacía sentir que valía la pena mantenerme cuerda, que no podía permitir que mi otra personalidad tomase el control completo de mi vida. 
 
Haría lo que sea por él. 
 
Mi teléfono suena y me emociono al pensar que era Stefany avisando de que ya era hora. 
 
—Estoy bien. En la noche hablamos. 
 
Era un mensaje de Aron. Me daba gusto que estuviera bien. No quería verme en la penosa situación de perder a alguien más que considero importante en mi vida. 

El outfit de nuestra bella prota❤️

Necesitábamos algo de calma y ver a Helen en interacción con su hermano pequeño.

Tristemente la calma no dura para siempre 🙂 ....

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