2-Todo Cambió

Estaba muy oscura la casa, se escuchaban relámpagos y truenos; la lluvia era muy fuerte. Parecía la noche de una película de terror, esas películas que te erizan hasta el alma y en algún punto tienes que cerrar los ojos aunque sea por instinto. 
 
De pronto escucho un ruido en la habitación de mis padres. 
 
—¡Perra, vas a morir!
 
—Dejame, Reik.
 
—¿Qué te deje? Llevo veinte años casado contigo y aún no me conoces; crees que te voy a dejar así de fácil. No puedes ni imaginarte las cosas que quiero hacerte. Quiero que sufras por todos estos malditos años en los que he tenido que verte la cara todos los putos días.
 
—Reik, estás borracho, no sabes lo que dices, por favor, te lo imploro, los niños escucharán. ¡Cálmate!
 
De pronto escucho otros golpes y gritos. La rabia se me iba acumulando. No podía soportar esto por más tiempo. ¿Cómo se le ocurre la idea de golpearla así y mucho menos en la condición en que ella está?
 
Yo había vivido toda mi vida viéndolos pelear y gritarse, pero nunca habían llegado a este extremo y no podía permitir semejante cosa.
 
No me di cuenta cómo, ni cuando, pero cuando reaccioné estaba delante de mis padres.
 
—¡Déjala tranquila, borracho de mierda! —dije mirándolo a los ojos.
 
—Helen, cariño, no te metas, por favor te lo ruego. Reik no está pensando correctamente; temo que te haga algo. 
 
—Vete de aquí, mocosa entrometida, te he soportado tus berrinches y malcriadeces durante mucho tiempo y no lo haré más —dijo en tono de amenaza.
 
—¿Cómo se te ocurre golpearla, no te da ni un tin de lástima o ni siquiera de compadecimiento de la situación en que ella se encuentra?—pregunté llena de rabia.
 
—Y a ti que más te da lo que yo siento. Te dije que te fueras; no me hagas sacarte de aquí a la fuerza —gritó esto con las cejas unidas; se veía lo alterado que estaba. 
 
Sin importarme una mierda me lancé encima de él, lo golpeé en el pecho y me aparté de un empujón.
 
—¿Porque así quieres jugar, no? Pues te voy a enseñar cómo se juega. Dice que mientras se tiró enzima de mí y me abofetió tan duro que no pude contener las lágrimas. Mi madre gritaba y le imploraba que parara, que me dejara tranquila. En un instante ella se fue a parar de la cama, pero su cuerpo estaba tan débil que su intento de ayudarme fue en vano. Luego él me miró con sus ojos oscuros, apretando la mandíbula, tenía los puños cerrados y se separó de mí…
 
—¡Vete, no lo repitiré! —me gritó como un loco desesperado. Yo aproveché y salí corriendo. No era que iba a abandonar a mi madre, pero así sola cuerpo contra cuerpo no podía con él, así que salí de ahí en busca de algo que me ayudara. 
 
Saliendo de su habitación oí más gritos de mi madre. Me atormentaban esos gritos; tenía tanta furia que era capaz de matarlo a golpes con mis propias manos. 
 
Aunque eso no era posible, porque obviamente no podía con él. No podía permitir y dejar pasar tan horrible situación. Primero me dirijo al cuarto de Alex para ver si estaba dormido.
 
Abro la puerta silenciosamente y cuando me acerco a su cama está despierto, con los ojos más grandes de lo común; está asustado.
 
—Tranquilo, diablillo, todo va a acabar más rápido de lo que imaginas, nunca más tendrás que pasar por esto, te lo prometo.
 
—¿Me lo prometes, hermana, me lo juras? No me gusta ver a mamá sufrir— apretó al oso de peluche.
 
—Promesa de hermanos, y la voy a cumplir. Solo necesito que me hagas un favor, ¿puedes?
 
—Sí, dime lo que necesito—dijo mirándome a los ojos.
 
—Solo necesito que te pongas tus audífonos y pongas tus canciones al máximo y por nada de la vida te los quites hasta que yo venga ¿ok? 
 
Los gritos de mi madre no se habían escuchado más, pero no sabía si alegrarme o preocuparme. De cualquier modo iba a cumplir lo que tenía en mente. Pero debería darme prisa.
 
—Escucha, solo confía en mí, hazle caso a tu hermana mayor, no tardaré mucho. Prométeme que harás lo que te dije.
 
—Si, lo haré, lo juro. 
 
—Ok —me fui después de verlo ponerse los audífonos.
 
Baje las escaleras hasta llegar a la cocina, rebusque en los cajones hasta encontrar el cuchillo que mamá utilizaba para cortar la carne; está muy afilado, por eso ella lo tenía escondido para que Alex no lo encontrara. Todos sabemos lo ocurrente que puede llegar a ser. 
 
Subí otra vez por las mismas escaleras y esta vez abrí la puerta lentamente, entré en silencio, gracias a Dios estaba de espalda a mí, el panorama me horrorizó. Mi madre está amarrada de pies y manos en la cama, tiene la boca amordazada con un pañuelo, veo como las lágrimas le corren y le hago una señal para que no me mire, temía que él se diera cuenta. 
 
Caminé lentamente hasta llegar a su espalda. Mi madre tenía los ojos abiertos de par en par, se veía nerviosa, tenía moretones por todo el cuerpo y solo se escuchaban sus sollozos. 
 
Sin pensarlo le clava el cuchillo en la espalda.
 
Hizo un grito de dolor, mientras se gira para quedar de frente a mí… Sin dejarlo reaccionar, se lo encajó otra vez, pero este fue en el pecho. Sus ojos me miraban con una mezcla de sentimientos: dolor, rabia, ira, se veía traicionado.
 
—¿Mamá, estás bien? —corro hacia ella para desatarla; ella no menciona palabra, está paralizada, no deja de mírame desconcertada.
 
—Perra maldita, mira lo que me han hecho tú y tu hija —decía él en medio de susurros. 
 
—¡¿Cómo te atreves a decir que nosotras somos las culpables?! Eres el único culpable aquí, durante años he tenido que soportar y ver cómo ofendes, gritas y engañas a mi madre con otras mujeres, llegas borracho siempre a cualquier hora, te importaba una mierda tu familia. Ahora no me vengas a decir que nosotras tenemos culpa porque la verdad, la culpa es solo tuya y te mereces esto y mucho más. ¿Qué persona es capaz de golpear a su propia hija sin medir fuerzas o mucho peor de golpear a su esposa que está enferma, casi sin poder moverse, sin aliento, sin esperanzas, con un límite de vida? —No podía contener más mis pensamientos. —Los hombres que son capaces de golpear a cualquier mujer deberían morir de la peor manera, son escorias de la sociedad, no deberían vivir. —hice una pausa para retomar el aire porque desde que empecé no he parado de gritarle todo eso. Respiro profundo y continuo… —No mereces vivir y aunque seas mi padre de sangre nunca te has comportado como tal; mi madre siempre estuvo ahí para mí en todo momento, en cambio tú ni siquiera te importaba cuando me enfermaba. Eres un ser repugnante que no sirve como esposo, padre y ni tan siquiera como persona. —Veo como los ojos se me llenan de lágrimas, no quisiera llorar, no quería darle el poder de verme vulnerable, pero no pude, rompí en llanto, pero no me hice débil, al contrario, no sé de donde saqué tanta fuerza, tanta ira y apreté el cuchillo con muchísima más firmeza que la primera vez; me abalance encima de él y se lo encaje tantas veces que no le di tiempo a que pudiera decir palabra alguna. 
 
(…)
 
Estoy en el baño de mi habitación, mirándome en el espejo. Después de ver cómo mi padre ya no podía moverse y sus ojos se quedaron tiesos, mirándome fijamente, no pude encarar a mi mamá después de lo que había hecho; solo la dejé ahí paralizada como estaba desde que la desate. Ella no habla, así que vine a limpiarme toda esta sangre. Después hablaré con ella.
 
Tengo la cara, brazos y ropa empapada en sangre y verme así me gusta. Siento una satisfacción al verme de rojo, de los ojos me sobresale un brillo que no tenía antes y sin darme cuenta se me dibuja una sonrisa en la cara.
 
¿Qué me está pasando? Como puedo sentirme tan bien después de haber matado a mi propio padre, es posible que pueda sonreír después de ver como la vida de una persona se acababa.
 
¿Quién soy? 
 
¡Yo no soy así! Yo soy buena.. Cariñosa... No soy de esta forma; definitivamente, algo cambia en mí.
 
Ver cómo tenía el control de la situación, poder verlo sufrir y quejarse del dolor que yo le estaba provocando me fascinaba; no quería parar, ya era hora de que probara su propia medicina por todo el daño que nos hizo…
 
Entro a la ducha con una sonrisa en mi cara, una sonrisa de esas que tienen los asesinos después de haber hecho un desastre o de las risas que hacen los psicópatas que me daban tanto miedo…
 
Quién iba a imaginar que ahora la estuviera haciendo yo. 
 

Eiii ❤️✨

¿Qué les parece la historia hasta aquí?

Les dije que ocurrirían cambios inesperados.

Y de verdad que es inesperado, no tiene casi nada que ver con la inocencia que había en el primer capitulo...

Gracias por quedarce a leer hasta aquí ❤️....
Por favor sigan leyendo esto se va a poner más bueno 🔥....

Bye 👋

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