୨୧ 28
El celo del alfa oficialmente había acabado, y en ese momento estaban ambos preparando el almuerzo porque en una hora llegaban las familias y amigos de ambos, incluso los dos policías que grabaron con ellos y los habían ayudado en ese horrible episodio en la empresa de Christopher.
Según habló Jeongin con su padre, desde hoy iba a ser oficialmente el dueño de la empresa, así que ahora Christopher debía encontrar a alguien que lo asistiera, al igual que Jeongin.
El alfa no se sentía del todo feliz con eso, porque no iba a poder ver al omega durante todo el día, como lo había estado haciendo desde hace cuatro años, pero se sentía bien saber que su omega ahora iba a ser oficialmente el dueño de la empresa de su familia.
Terminaron de preparar el almuerzo y se metieron juntos en la ducha, una mamada para Christopher y unos toqueteos después, salieron y se vistieron. Christopher se puso un pantalón negro, una camisa negra con un diseño de flores y unas tenis blancas. Jeongin se puso una camisa roja, con un buso blanco y tenis del mismo color.
Prepararon la mesa grande del jardín de atrás, porque estaba haciendo un sol precioso, y después de unos diez minutos llegaron sus familias y amigos. Todos pasaron a sentarse a la mesa, mientras Christopher y Jeongin llevaron la comida a la misma.
—Bueno, yo quiero anunciar que a fin de mes la empresa pasará a ser de Jeongin. Siento que es un buen momento, quiero disfrutar el tiempo con mi omega y mi hijo es la persona indicada para tomar el control —habló el padre de Jeongin un rato después de comenzar todos a comer.
—Es una gran idea, Jeongin sabe cómo hacer crecer los negocios —apoyó el padre de Christopher.
—Eso es increíble —le dijo Félix, que había llegado con Hyunjin.
—¿Qué opinan Christopher y Jeongin? —preguntó Jessic.
—Bueno —comenzó Christopher—, a mí me parece bien siempre y cuando haga feliz a Jeongin, es una gran oportunidad para que crezca y se supere, yo solo estoy ahí para apoyarlo.
—A mí me parece bien, siempre me ha gustado la idea de heredar la empresa, estoy bien con esto.
Fue después de almorzar, que Christopher distraídamente se desabotonó los dos primeros botones de la camisa, dejando al descubierto su marca.
—¡Tienes una marca! —gritó Jessica al verlo.
La misma corrió hacia donde estaba Jeongin hablando con el bonito omega embarazado, moviéndolo descuidadamente y jalando su camisa para dejar la marca al descubierto y tocándola.
Jeongin se sintió muy incómodo, porque aunque era Jessica, la marca siempre ha sido algo muy importante y normalmente solo el alfa y el omega la pueden tocar. Christopher gruñó al sentir la incomodidad de su omega, caminando hacia él y alejándolo de su madre.
—¡No puedes sólo ir y tocar su marca, mujer! —habló Jack—. Mucho menos porque es algo reciente, ¡el alfa de Christopher puede lastimarte porque sólo le importan su omega y la marca en este momento!
—Creo que será mejor que todos nos vayamos —habló Minho.
—Sí, deberíamos dejarlos solos, necesitan su tiempo para que la marca sane y el vínculo se fortalezca, ya hablarán con nosotros cuando se sientan bien —añadió Jisung.
—Sí, creo que eso sería lo mejor —les dijo Jeongin desde su lugar, pegado a Christopher.
—¿Cuánto tiempo tomará eso? —les preguntó Hyunjin.
—Bueno, eso depende, a nosotros nos tomó casi un mes, es diferente para cada pareja —habló el alfa policía.
Todos decidieron irse, así que despidiéndose a una distancia prudente, cada uno fue saliendo de la casa y tomando un rumbo diferente.
—Ya, alfa, estoy bien. Vamos a tu habitación.
—Me siento mal por gruñirle a mi madre.
—No es tu culpa, alfa. Vamos, necesito que me vuelvas a reclamar, por favor.
Christopher gruñó y alzó a Jeongin, corriendo hacia las gradas para luego subir directamente hacia su habitación. Una vez dentro, puso cuidadosamente a Jeongin en la cama y ambos se desvistieron rápidamente.
—Mi precioso omega.
—Vamos, alfa. Quiero ver cuanto aguanto montándote antes de que se me cansen las piernas.
—Vas a ser mi muerte —soltó el alfa en un medio rugido de excitación.
Christopher se acostó en la cama y Jeongin se sentó sobre su erección, frotándose contra él. Chupó tres de sus dedos y los dirigió a su entrada, que aún se encontraba un poco dilatada por los juegos en la ducha. Metió los tres dedos de una vez, y sólo los movió unas cuantas veces antes de sacarlos y tomar el miembro de su alfa y dirigirlo a su entrada.
Se sentó lentamente sobre esa gran erección, y cuando la tuvo toda dentro, comenzó a mover la cadera en círculos mientras se acostumbraba al tamaño. Jaló al alfa y apretó sus labios juntos en un beso, comenzando a moverse de arriba hacia abajo, llegando solo a la mitad.
Luego de unos minutos, ya estaba brincando, sacando casi completamente la erección del alfa, antes de volver a bajar hasta chocar de nuevo con el alfa. Tiró su cabeza hacia atrás, sumido en el placer que le provocaba escuchar los gruñidos del alfa, mientras le agarraba las caderas para apoyar sus movimientos.
Duraron un tiempo más, hasta que Christopher soltó un gruñido y el nudo comenzó a crecer. Christopher les dio vuelta antes de que comenzará a crecer, para no lastimar al omega.
—Vamos, alfa, ¡muérdeme!
Christopher acercó su boca a la clavícula del omega y encajó sus colmillos, reabriendo la herida. Jeongin gimió al sentir el tamaño del nudo y el escozor de la herida, por lo que Christopher lamió la herida y comenzó a hacerle cariño en la cabeza intentando distraerlo.
—Ssh, todo está bien, amor, solo espera un rato.
—¿Cuánto más vas a tardar? Es enorme, alfa.
—No lo sé, solo unos minutos, prometo que luego alistaré la bañera para nosotros.
—Suena bien, podríamos ver luego una película.
—Solo si es algo romántico —bromeó el alfa.
—Oh, tenlo por seguro.
Ambos se sentaron en el sillón, luego de durar una media hora en la bañera. Jeongin hizo palomitas y buscó fresas, bananas y chocolate derretido para compartir, además de dos vasos y un refresco grande que sobró del almuerzo. Llevó todo en una bandeja y lo dejó en la mesita del café, mientras Christopher buscaba un par de mantas cerraba las cortinas y se cercioraba de que todo estuviera cerrado y las luces apagadas.
Se decidieron por ver Home, aunque Jeongin sabía que iba a terminar llorando, porque ya era natural en él llorar por cualquier cosa. Se sentaron acurrucados, con Jeongin recostado en el alfa y sosteniendo el bowl con palomitas.
—¿Innie? —habló el alfa mientras veían el inicio de la película.
—¿Hmm? —hizo un ruido para saber que lo escuchaba, sin embargo, no despegó la vista del gran televisor.
—Sé que probablemente debimos hablar de esto antes, pero no sabía cómo decirlo —Jeongin volvió a verlo con curiosidad—. Me gustaría que vinieras a vivir conmigo.
—¿Qué?
—Sí, ya estamos enlazados, creo que es una buena idea vivir juntos.
—Bueno, deberíamos ir mañana a mi casa. Por más que ame usar tu ropa, no podemos compartir ropa interior y no me quedan tus pantalones. Podríamos comenzar a traer algunas de mis cosas.
—¡Claro que sí! Dios, pensé que no ibas a aceptar.
—Obvio que iba a aceptar, estamos enlazados, nos conocemos desde hace algunos años, y por sobre todo eso, te amo y quiero compartir muchos despertares y desayunos contigo.
—Te amo, mi precioso omega.
—Te amo más, mi grandioso alfa.
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