୨୧ 21

Estaban desayunando, después de pasar el resto de la tarde anterior viendo películas y una muy buena noche de sueño. Jeongin intentaba convencer a Christopher de que fueran a trabajar ese día.

—Pero no te quiero dejar, Innie.

—Yo puedo ir también, estoy bien y no me duele nada.

—Pienso que deberías quedarte descansando.

—Ya falté mucho, Chan, no quiero descuidar mi trabajo.

—No lo haces, soy el jefe y te estoy pidiendo que faltes.

—Bien, si no voy a la empresa, iré a la de mi padre, debo sacar la próxima producción.

—Pero no quiero dejarte solo.

—Entonces ven conmigo.

—¿A la empresa de tu familia?

—Sí, será mía en el futuro, y nos vamos a emparejar, así que me parece buena idea que la vayas conociendo.

—Bien, vamos a ir ahí.

Terminaron de desayunar en silencio, y luego lavaron lo que ensuciaron antes de ir a lavarse los dientes. Una vez listos, ambos se dirigieron al auto azul oscuro de Christopher. Duraron apenas unos 20 minutos en llegar, a la gran empresa, a la que le podía ver el gran logo con su nombre a la par. Se dirigieron a recepción, donde lo primero que vieron fue al beta que atendía, coqueteando con un omega que se veía incómodo.

—Pensé que le pagaba por atender la recepción, no por coquetear —mencionó Jeongin en un tono casual, asustando al beta.

—Se-señor Yang, bienvenido —dijo el hombre, visiblemente asustado.

—¿Podría decirme cuánto lleva esperando ser atendido? —se dirigió a un hombre que estaba intentando llamar la atención del beta cuando entraron.

—Uh, alrededor de 10 minutos, tengo una entrevista en 5 minutos.

—Gracias, en el tercer piso a la izquierda. Recuerde llenar esto con sus datos antes de subir —le entregó la tabla con las hojas donde se registran los visitantes.

—Muchas gracias.

—Ahora, me gustaría tener una pequeña conversación con usted, así que lo espero en mi oficina apenas pueda —se dirigió al omega.

—Sí, señor, con permiso.

Jeongin agarró la mano de Christopher para dirigirse al ascensor, en el que subieron hasta el último piso y se dirigieron a la oficina de Jeongin.

—Bienvenido a mi oficina —mencionó luego de abrir la puerta con sus llaves.

El lugar era grande, con una pared hecha de vidrio y las otras tres pintadas de blanco, con algunos cuadros colgando y una estantería a un lado. El escritorio de madera oscura estaba un poco atrás con dos sillones blancos al frente, y una silla igual de oscura atrás, con el acolchado rojo. Al lado derecho de la puerta, había un sillón para dos personas y otro individual, además de una mesita. Había una alfombra esponjosa gris y al fondo, se podía ver un pequeño refrigerador y una mesa con un hervidor de agua y unas cajitas de té y bolsitas de café.

—Oh, esto es grande, y bonito.

—Gracias, no paso mucho tiempo aquí, pero me gusta lo espacioso. ¿Quieres tomar algo?

—Sí, supongo que café estaría bien.

—Bien, pondré a hervir el agua —agarró en hervidor y desapareció por otra puerta que no había notado—. ven, mira el baño.

Christopher lo siguió y vio el baño, que tenía un lavamanos lo suficientemente grande como para que Jeongin pudiera llenar ahí el hervidor. También tenía el servicio sanitario y, lo que sorprendió a Christopher, una ducha lo suficientemente grande como para tres personas.

—Incluso tienes una ducha aquí, increíble.

—Antes solía pasar aquí algunas noches trabajando y luego debía ir a tu empresa, así que la ducha era muy útil.

—¿Pasabas noches sin dormir?

—Sí, pero lo dejé de hacer hace como dos años, no es algo muy sano.

—Definitivamente no lo es.

Salieron de ahí y Christopher se fue a sentar en uno de los sillones frente al escritorio. Jeongin puso a hervir el agua sacó un par de tazas de un mueble cerca de la mesa, y las fue a lavar al baño. Una vez que terminó, se dirigió al escritorio y se sentó en su silla, a la vez que agarraba el teléfono fijo de su escritorio para llamar al guardia que se mantenía revisando las cámaras de seguridad.

—Carlos, Buenos días, necesito todas las grabaciones de las últimas dos semanas... En mi oficina... Bien, gracias.

Dejó el teléfono en su lugar cuando tocaban la puerta. Y después de un "pase" pudo ver al omega que estaba antes de la recepción.

—¿Necesitaba hablar conmigo?

—Sí, adelante, por favor.

Entró cerrando la puerta detrás de él, y se dirigió al sillón que no ocupa a Christopher, quedando de pie detrás de este.

—Toma asiento, por favor. ¿Quieres un té, café, agua?

—Un té, si no es mucha molestia.

—Yo lo hago, para que hablen tranquilos.

—Gracias, Chan, las tazas y cucharitas están en el mueble, igual el azúcar.

Christopher se fue al otro lado de la oficina, dándoles un poco de privacidad.

—Bien, primero quiero aclarar que no te dije que vinieras para regañarte o algo así. Solo que noté que estabas incómodo con el de recepción.

—Lo siento, es que él me incomoda, siempre me anda diciendo como "voy a disfrutar en su cama" o me toca el trasero o algo, y no soy el único, se lo ha hecho creo que a cada omega que trabaja aquí.

—Ya veo, ¿alguien más ha hecho eso?

—Sí hay unos alfas llamados Wonsik, Hongbin y Jiwon, una alfa llamada Lisa y dos betas, Jinho y Yanan.

Christopher volvió con él té de ambos omegas.

—Gracias, amor.

—No es nada, Sol —volvió a irse donde estaba antes.

—Bien, ¿algo más?

—Hay un alfa, Fabián. Cuando no está usted, anda diciendo cosas ofensivas hacia su persona —dijo, tomando un poco de su té.

—Bien, gracias.

—¿Necesita algo más?

—No, eso es todo, gracias.

—Entonces, con su permiso, me retiro. Tengo que entregar unos papeles.

—Puede retirarse entonces.

Justamente cuando el omega salió, llegó el de seguridad con las grabaciones.

—Buenos días, señor. Aquí están las grabaciones que me pidió.

—Muchas gracias, puede retirarse.

El hombre se fue, y Christopher volvió a sentarse en el sillón donde estaba antes, esta vez con su café en la mano. Jeongin metió el disco con las grabaciones de la primera semana en la computadora. Sacó una pequeña libreta y un lapicero, para apuntar a los que hacían algo indebido. En esa cinta, vio a todos los trabajadores que le mencionó el omega, acosando a alguien.

Pasó a la segunda, donde vio a dos más en lo mismo, y algo muy interesante, un omega bastante conocido ahí, coqueteando con varios, luego intentando abrir su oficina y la de su padre. En la grabación de unos días después, salía intentando robar en tesorería.

—Oh, interesante.

—¿Qué pasa, Sol?

—Este omega, intentó entrar a mi oficina, a la de mi padre e intentó robar en tesorería.

—¿En serio?

—Sí, pero voy a arreglarlo.

Escribió unos minutos en su computadora, y luego llamó a la extensión del omega, pidiéndole ir a su oficina. Unos minutos después el omega entró sin siquiera tocar la puerta.

—¿Necesita algo? —volvió a ver a Christopher—. hola guapo, un gusto conocerte, espero que nos llevemos bien —le guiñó un ojo y liberó su aroma.

—Cierra la puerta —pidió Jeongin, encendiendo el aire acondicionado para borrar el aroma del otro omega.

—Bien, ya estoy aquí, habla rápido que tengo muchas cosas que hacer.

—Tranquilo, en este momento lo que te sobra es tiempo —mencionó Jeongin casualmente, levantándose a buscar las hojas que imprimió.

—Bueno, habla.

—Lo que pasa es que estaba viendo las grabaciones de la semana pasada, y vi que intentaste entrar a mi oficina, a la de mi papá y también intentaste robar. El problema aquí es que no es la primera vez que haces algo así, además, he tenido quejas de alfas enlazados, porque no los dejas tranquilos e intentas hacerlos acostarte contigo.

—¡Todo eso es mentira! Ni siquiera tienes poder aquí, eres un omega de pacotilla.

Jeongin vio de reojo como Christopher apretaba sus manos para no hacer nada ante el insulto.

—Bueno, este "omega de pacotilla" te contrató para hacerle un favor a tu padre. Y también le acaba de enviar al mismo una copia de tu carta de despido con los vídeos que evidencian cada una de tus faltas —le entregó la carta—. Tienes hasta las 4:00 para sacar tus cosas.

—¡Tú no puedes hacer eso!

—Claro que puedo, es mi empresa.

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