୨୧ 13

—Bien, no falta mucho para terminar esto, que los tres trabajemos juntos hace que sea más fácil.

—Estoy ansioso porque lo vea.

—Deberías grabar su reacción.

—No voy a hacer eso, pero les contaré todo.

—Bien. ¿Quién va a hacer el almuerzo?

—Yo lo hago, solo falto yo de cocinar.

—Puedes hacer pollo con papas.

Jeongin se dirigió a la cocina y sacó las cosas necesarias para el almuerzo. Sazonó el pollo y lo puso a cocinar en un sartén con poco aceite. Calentaba otro sartén con aceite para las papas cuando su celular sonó, sonrió al ver que era Christopher.

—Hola, Chan.

Hola, Sol.

—¿Sol?

Sí, eres como el sol, haces mis días cálidos y luminosos.

—Eres increíble —sus ojitos tenían un gran brillo por las palabras del alfa.

Claro, Jeongin seguía cocinando, así que comenzó a poner las papas en el aceite caliente, no fijándose cuando con su dedito tocó levemente el sartén. Soltó un quejido, porque el sartén estaba muy caliente y su dedito dolió mucho.

¿Innie? ¿Qué pasa, omega? —el alfa estaba preocupado, escuchar el quejido de su omega lo alteró.

—Nada, alfa, estaba cocinando y pegué mi dedo en el sartén por no fijarme —soltó un lloriqueo suave, le dolía mucho.

¿Estás herido? ¿Necesitas algo? ¿Un médico? —quería salir corriendo hasta donde estuviera Jeongin y cuidar que estuviera bien.

—No, papá Minhyun debe tener algo para las quemaduras, le voy a preguntar. Es solo que se siente muy feo; arde un poco, alfa.

Te compraré algo para el dolor, pasaré a dejarlo en tu casa.

—No es necesario, estoy bien, alfa.

No estoy muy seguro.

—Mira, si papá Minhyun no tiene nada, prometo enviarte un mensaje para que me consigas algo para el dolor, ¿te parece bien?

Está bien, confío en que lo harás.

—Bien, ¿estás almorzando?

No, una pareja está por llegar a firmar el contrato, así que supongo que almorzaré después de eso.

—Pero, alfa, dentro de una hora es la reunión, no tendrás tiempo de almorzar.

Entonces comeré algo al llegar a casa, no es importante.

—Claro que es importante, debes alimentarte bien —en el pecho del ojiverde se instaló una sensación cálida ante la preocupación de su omega.

Bien, veré que hacer. Debo irme, la pareja acaba de llegar.

—Bien, hablamos luego, alfa.

Jeongin puso otro pedazo de pollo en el sartén, y sacó las papas del otro, volviendo a poner más, teniendo cuidado de no quemarse. Se quedó pensando un momento en que Christopher no iba a almorzar, hasta que recordó esa aplicación de comida que descargó un día que no quería cocinar.

Agarró su celular y buscó la aplicación, viendo que el restaurante favorito del alfa estaba registrado. Eligió una ensalada de pollo y unas papas medianas, porque es algo rápido de comer y servirá mientras el alfa llegaba a su casa y puede prepararse algo. Al pedir, se cercioró de que el cobro fuera a su tarjeta, no queriendo que al alfa le tocara pagar algo.

Unos minutos después de que hizo el pedido, recibió un mensaje del repartidor preguntando si debía subir a dejarlo o esperar en recepción, a lo que respondió que subiera al último piso y dejara la orden en la oficina que tenía el nombre de "Christopher Bang" en la placa. Llamó rápidamente a recepción y avisó de la entrega, pidiendo que Christopher no fuera avisado, quería que fuera una sorpresa.

Al menos unos 15 minutos después le llegó que la entrega había sido realizada, y no pasaron tres minutos antes de que Christopher lo estuviera llamando.

Estaba en su oficina arreglando los últimos detalles del contrato con la pareja, cuando tocaron a su puerta. Confundido, porque no esperaba a nadie, hizo pasar a la persona.

—Disculpen, buenas tardes, ¿el señor Christopher Bang? —se sintió más confundido al ver a un repartidor de comida.

—Soy yo —habló perdido.

—Me pidieron traerle esto —sacó una bolsa de papel de su bolso—. Ya está pagado.

—Umm, gracias, pero... ¿quién pidió esto?

—Dice aquí que... —revisó su celular—. Yang Jeongin.

—Entiendo, muchas gracias, que tenga buen día.

—Igualmente, permiso —se retiró mientras Christopher veía embobado la comida.

—Entonces, ¿están de acuerdo con todo?

—Sí, nos parece bien.

—Entonces será un gusto para nuestra empresa tenerlos aquí a partir del miércoles para practicar antes de las grabaciones.

—Gracias, Señor Bang.

—Si eso es todo, pueden retirarse.

Cuando la pareja salió, agarró la bolsa y sacó la comida, viendo que era de su restaurante favorito. Se sentía pleno, Jeongin se había tomado el tiempo de comprar algo para que tuviera tiempo de almorzar, definitivamente pasaría a comprarle algo después del trabajo.

Se dispuso a llamar a Jeongin mientras comía un poco, debía agradecerle tan lindo gesto a su omega.

—Innie, no debiste comprarme nada.

No es nada, alfa, debes comer algo, aunque sea poco.

—No sé qué hice en mi vida pasada para merecerte.

Ow, ¿ya estás comiendo?

—No, quería llamarte primero.

Entonces ve a comer, podemos hablar en la noche.

—Bien, gracias, Innie.

No es nada, Chan, disfruta tu ensalada.

—Disfruta tu almuerzo igual, Sol.

Terminó la llamada y se dispuso a comer mientras pensaba en lo asombroso que es su omega.

Eran casi las 11:00 p.m cuando salió de la casa de su amigo, con un estuche verde aterciopelado que contenía dentro el brazalete para Christopher. El omega no le había querido cobrar nada, feliz de que por fin estuviera con su alfa, pero él no podía simplemente aceptar ese brazalete tan caro, así que sabía que al día siguiente iba a depositarle al menos la mitad del costo real.

Entró a su auto y llamó a Christopher antes de arrancar y ponerse en marcha hacia su casa. Quería un buen baño caliente y acostarse en su nido, se sentía agotado.

Hola, Sol. ¿Ya estás en casa?

—Hola, Chan. Aún no, pero ya voy para allá.

¿Tan tarde?

—Sí, pero logramos terminar lo que hacíamos, ahora solo estoy ansioso por llegar y tomar un baño para acostarme.

Mi pobre omega, tan cansado.

—Todo vale la pena, Chan.

¿Falta mucho para que llegues?

—No, estoy a seis casas.

Hablaron un poco mientras Jeongin llegaba. Estacionó su auto en la cochera y entró a la casa, dirigiéndose a su habitación, ya que sabía que no había nadie en casa, todos se habían ido a un viaje de un mes por negocios.

Al abrir la puerta de su habitación encontró una gran canasta con flores, chocolates, fresas solas y con chocolate y, detrás de todo eso, un gran peluche blanco que tenía los ojos azules y un lindo saquito verde. Cuando avanzó, ya llevaba unos largos minutos sin responderle a Christopher.

Buscó la tarjetita en el arreglo, encontró una pequeña, color verde pastel, que decía "gracias por el almuerzo, sol."

—Alfa —su voz sonó estrangulada por un sollozo que intentaba aguantar en su garganta.

¿Qué pasó, cariño? —Christopher esperó pacientemente a que el omega hablara, sabía que estaba un poco emocionado por la sorpresa.

—Esto es increíble —dejó salir un sollozo y las lágrimas comenzaron a caer, tenía su rostro rojito y los ojitos más brillantes de lo normal.

¿Te gustó?

—Me encantó, todo es hermoso y amo las fresas, gracias. Dios, te quiero tanto alfa.

Me alegra que te guste, Sol.

—No puedo creerlo, nunca me habían regalado algo así —pequeños sollozos salían, seguidos de más lágrimas.

No llores, amor.

—Es imposible no hacerlo, estoy tan feliz, gracias por aceptarme, gracias por hacer todo esto por mí, eres un alfa increíble.

¿Qué vamos a hacer el fin de semana? —cambió el tema para que su Sol se calmara un poco.

—Hablé con tu madre, iré a su casa el viernes después del trabajo. Espero que no tengas problemas con levantarte temprano los sábados, porque pensaba que podíamos irnos a las 7:00, es un viaje de poco más de dos horas, pero debemos pasar a comprar algunas cosas. Estaremos todo el fin de semana alejados de todos, espero que esto te guste, estoy muy entusiasmado.

¿Dónde piensas ir?

—Es una sorpresa, pero pasaré por ti en la mañana, si no prefieres quedarte a dormir aquí, de igual manera, la casa estará solo para mí por un mes.

Lo pensaré, Sol.

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