୨୧ 11
Jeongin despertó envuelto en los amorosos brazos de su alfa, se movió un poco y Christopher reafirmó el agarre en su cintura. Dejó de moverse y se dedicó a admirar el rostro del alfa, trazando, con sus dedos, cada fracción de su cara con un suave toque.
Siguió admirándolo por al menos 20 minutos, hasta que el alfa comenzó a abrir sus ojos, se acercó a su frente y dejó un suave beso ahí antes de hablar.
—Buenos días, precioso.
—Buen día, alfa.
—¿Llevas mucho tiempo despierto?
—Solo un rato. Creo que deberíamos levantarnos.
—Aún tengo un poco de sueño.
—Puedes quedarte durmiendo mientras me baño, cuando salgo te levanto para que te bañes.
—Lo acepto porque estoy muy cansado aún.
Jeongin se levantó y buscó ropa en su armario antes de dirigirse al baño. Luego de media hora salió, se secó y puso sus cremas, y luego de vestirse se dirigió a su habitación, encontrando a Christopher en su nido abrazando su almohada. Se veía muy bonito durmiendo, así que decidió hacer el desayuno antes de levantarlo, después de todo, aún tenía dos horas antes de irse.
En la casa parecía no haber nadie, no había ningún ruido. Bajó por la escalera y se dirigió a la cocina, donde hizo algunos panqueques, café para Christopher, té para él y picó algunas fresas, bananas, naranjas y kiwis para una ensalada.
Cuando todo estuvo listo, lo llevó a la mesa y luego tomó rumbo a su habitación para despertar al mayor. Abrió la puerta y lo vio en la misma posición que tenía cuando él salió del baño.
Se acercó a él y le acarició el pelo mientras daba besos por todo su rostro para despertarlo. Al lograrlo le sonrió y dejó unos cuantos besos más en su rostro antes de separarse y sentarse frente a él.
—Mm, ¿acabas de salir de bañarte?
—No, ya está el desayuno listo.
—¿Desayuno? Pero no me he bañado.
—Puedes desayunar y luego bañarte, aún hay mucho tiempo.
—¿Por qué no me despertaste antes?
—Te veías muy bonito y cómodo ahí durmiendo, preferí dejarte dormir mientras hacía algo para desayunar.
—¿Y tu familia? No quiero ser irrespetuoso bajando sin bañarme.
—Solo estamos nosotros dos, y deberíamos ir antes de que se enfríe el café.
—Bien, vamos.
Ambos bajaron a desayunar, Christopher corrió la silla para Jeongin, y una vez que ambos estuvieron en sus lugares, comenzaron a desayunar, con una mano agarrando la del otro y dando pequeñas caricias.
—Entonces, ¿qué vas a hacer hoy?
—No lo sé, creo que arreglar cosas del trabajo o algo, quizá vaya a ver a Jisung y Minho.
—Jisung comenzó su celo ayer, así que creo que te quedarás en casa hoy.
—Bien, buscaré qué hacer luego. ¿Me dirás dónde piensas ir?
—No, es un secreto. Por cierto, ¿crees poder darme mañana libre? Creo que lo que tengo que hacer no lo podré terminar hoy.
—Debe ser algo importante, nunca has faltado por algo que no sean tus celos.
—Es algo muy importante para mí.
—Tienes el día libre, sólo procura mantenerte en contacto para saber que estás bien.
—Gracias, lo haré. Todo lo que debes hacer mañana está en la tablet, sabes dónde está. También tienes una reunión que no pude agendar porque me llamaron cuando ya había salido del trabajo el viernes, es a las 2:00 con el señor Jung.
—¿Cómo puedes recordar eso? Estoy seguro de que dentro de una hora ya no lo recordaré.
—Procuraré recordarte media hora antes. Creo que iré temprano a organizar los papeles de esa junta.
—Me gustaría que fueras, pero no es necesario, yo puedo hacerlo, tienes el día libre.
—Gracias, alfa.
Luego de eso, Christopher besó la mano de Jeongin. Terminaron de desayunar entre distintos temas de conversación. Limpiaron la mesa y lavaron lo que se ensució. Mientras Christopher tomaba un baño, Jeongin comenzó a alistarse para salir.
Se vistió con un pantalón de jeans oscuro viejo y desgastado, unas vans negras y una camisa del mismo color. Usó eso pensando que probablemente luego se iba a ensuciar, así que no valía la pena usar ropa clara.
Christopher salió usando el mismo traje del día anterior, sin el saco puesto. Aunque fuera la misma ropa del día anterior, que estaba arrugada, Jeongin pensaba que se veía asombroso, a ese alfa, su alfa, todo le quedaba bien.
—¿Por qué todo oscuro? Aunque debo admitir que te ves bien.
Un suave rubor subió a sus mejillas.
—Creo que voy a ensuciarme, así que la ropa clara no es una opción.
—¿Por qué no me quieres decir a dónde irás?
—Es un secreto, ya te lo dije, algún día lo sabrás.
—No me parece justo —hizo un puchero, haciendo que se viera ridículamente adorable.
—Probablemente sepas entre esta y la otra semana.
—Sigue siendo mucho tiempo.
—Lo superarás —soltó una risita que dejó al alfa encantado.
—Bien, será mejor que nos vayamos, entre más rápido hagas eso, más rápido sabré que es.
—Espera, antes de irnos... ¿Podrías marcarme con tu aroma?
El lobo de Christopher aulló orgulloso de que su omega quisiera llevar su olor fuera de la casa. Él volvió a ver al omega, y se acercó para comenzar a frotar sus mejillas contra él y dejar suaves besos y lamidas, liberando más feromonas de protección para mantener a salvo a su omega.
—¿Estás bien así?
—Gracias, alfa, me siento mejor con tu aroma impregnado en mí.
—Hueles delicioso, con nuestros aromas mezclados.
Jeongin solo se acercó y besó a Christopher, fue un beso suave y lento, que no demostraba nada más que amor y anhelo. Se separaron con grandes sonrisas en sus rostros y corazones acelerados en sus pechos.
—Ahora sí, podemos irnos, Chan.
—Vamos, omega, te acompañaré a tu auto.
Salieron de esa casa, con sus dedos entrelazados, corazones rebosantes de amor, y sonrisas que amenazaban compartir sus rostros. Se sentían tan bien, por primera vez ambos sentían que pertenecían ahí, justo al lado del otro, todo lo que siempre esperaron, y mucho más.
—No puedo esperar para comenzar el cortejo.
—Prometo buscar rápido un brazalete, alfa.
—No importa, Innie, puedo esperar todo lo que quieras.
—Gracias, eres increíble y te quiero tanto.
El corazón de Christopher se aceleró más, si es que eso era posible, fue inevitable soltar una risita llorosa. Se sentía pleno y afortunado, sentía que toda esa espera valió la pena, quería pasar con ese pequeño omega el resto de su vida, y todas las que vinieran.
—Yo te quiero más, mucho más.
Jeongin soltó una risita que sonó igual de llorosa que la voz de Christopher cuando le respondió. Ambos se vieron directo a los ojos, transmitiendo lo verdaderas que fueron sus palabras, antes de volver a sellar sus labios en un amoroso beso.
Christopher se dirigió a su auto y cuando se subió, ambos arrancaron y salieron de la propiedad. Fue detrás de Jeongin dos calles, hasta que el omega cambió la dirección y él debía seguir directo, para ir a su casa.
Todo en él quería ir detrás del omega y saber que iría a hacer, pero su parte racional le decía que en algún momento sabría qué era, y que sería muy irrespetuoso de su parte desconfiar de él, así que con esos pensamientos, prefirió dirigirse a la empresa.
Faltaba al menos una semana y media para el pago de salarios, y tenía en mente que debía arreglar el pago de Jeongin. Sabía que esa semana iba a ser muy ocupada, recibiendo a las parejas para que firmaran los contratos, con las prácticas para los comerciales y muchas reuniones, así que pensaba arreglar los papeles y hacer el cambio en el sistema al día siguiente en la mañana.
Al llegar, parqueó su auto y se dirigió a la entrada, saludó a los oficiales de seguridad y se dirigió al ascensor, al llegar a su piso, no evitó volver a ver hacia el escritorio de Jeongin.
En su asiento había una chaqueta de cuero sintético, porque Jeongin detesta cualquier tipo de maltrato hacia los animales para hacer ropa o cosméticos. Se acercó y la tomó, poniéndola cerca de su nariz, aspirando el delicioso olor de su omega.
Su alfa le dio el impulso que él no pudo rechazar, así que terminó marcando con su aroma la chaqueta de su omega. Cuando estuvo satisfecho, se dirigió a su oficina a realizar el papeleo. Duró un poco más de 40 minutos en tener todo, y luego se dirigió a su casa.
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