59°

Había llegado el día de la graduación. Aquellos dos últimos meses habían sido sin duda los mejores de su vida. Ambos sentisn lo mismo y todo a su alrededor estaba tranquilo. Aunque...

—¡Mi esposa! (๑•ᴗ•๑)—Le brillaron los ojos a Inuyasha. —Kagome casada conmigo, ¡es simplemente maravilloso! —Se sonrojo imagiandolo.

—Ya han pasado dos meses Inuyasha. —Le dijo Miroku con una sonrisa. —Debes superarlo. (ˊ˘ˋ*)

—¡No hay forma! (◡‿◡✿)

Allí en su casa estaban todos esperándolo para irse a la escuela por última vez juntos. Luego de eso muchos tomarían sus propios caminos. Y lo recordó, cuando Kagome le había dicho que se iría a los Estados Unidos para estudiar. Toda su felicidad desapareció con el pensamiento de no poderla ver durante mucho tiempo.

—Mierda —Dijo al ver la corbata mal hecha.

Intentó arreglarla negando con la cabeza. Debia dejarla volar, ella estaría bien. Confiaba en ella y en sus sueños. No la detendría aunque se moría de ganas por hacerlo.

Salieron los que faltaban listos para irse. Inuyasha observó a todos con cierta nostalgia. Ya no se verían todos los dias, tampoco hablarían tanto, luego de ese día, todos tomarían su propio camino.

—Incluso ella va irse. —Susurro viendo a Kagome hablar con Sango y Kikyo.

Miroku escucho a su amigo mirando a Kagome y supo al instante lo que pasaba.

—Si no quieres que se vaya, dicelo. —Le dijo en voz baja.

—No puedo —Sonrió con tristeza. —Yo no puedo permitirle no volar. Ella debe cumplir sus sueños... aún si no estoy ahí físicamente.

—No es justo —Se cruzó de brazos. —Justo cuando por fin están juntos pasa esto.

—Lo se pero —Ella se giro y lo observó para sonreírle. —No puedo detenerla...

Kagome llegó hasta el para tomarlo del brazo. Comenzaron a salir subiendo a sus respectivos coches. Noto la clara tristeza en los ojos de Inuyasha y pudo entender que el separarse de sus amigos le dolía. Nunca pensó que se traba de ella y de que se iría. Porque el lo había entendido muy bien.

—Me iré a Estados Unidos a estudiar. Luego de que nos graduemos.

—¿Que? ¿de verdad?

—Si, la universidad ya me aceptó allá... y también aprobaron mi beca.

—Oh —Observó como sus ojos opacos la miraban con dulzura. —Esta bien cariño, yo te apoyo en todo lo que hagas.

Inuyasha manejaba callado y escuchando música. Le tocaba hablar frente a los estudiantes por petición del director. Y no tenía nada planeado, nunca tenía nada de ante mano cuando se trataba de hablar en público.

El era espontáneo (๑ت๑)

—¿Estas nervioso? —Preguntó y el negó con la cabeza.

—Nada de eso, solo estaba pensando en que me había acostumbrado a esto. Y ahora que nos graduamos... se me hará difícil no verlos a todos como siempre.

—Si... yo también tengo ese sentimiento. Yo mucho más que tu. —Miro a la ventanilla.

Dudaba en irse, abandonar su país significaba empezar de cero. Dejar a sus amigos, a su familia y a Inuyasha. Pero el aceptaba su decisión.

Llegaron a la escuela y el se bajo para abrirle la puerta. La tomó de la mano y espero a los demás. Realmente a Kagome le preocupaba que el estuviese así de triste. Quería verlo feliz como siempre.

—Mi amor —Llamó y el la observó para mirar a otro lado.

Oh, entonces algo pasaba cuando el no podía verla a los ojos. Algo pasaba con el y ¿con ella?

—Vamos —Caminó al ver a los demás llegar.

Los estudiantes estaban por allí hablando y tomándose fotografías. En medio del pasillo Inuyasha se despidió de Kagome al tener que ir con del director y ella se fue al salón del consejo. Una mezcla de sentimientos invadieron su corazón.

Hoy dejaba de ser presidenta y entregaba su título a otro. Vio a los chicos llegar y les sonrió.

—Me alegra que hayan podido venir todos. Yo... como ya saben hoy me voy de la escuela. Y dejó de ser presidenta, cuando llegue lo normal era hacer una votación y los estudiantes elegían quien debía representarlos. Hoy como mi último día e decidido cambiar eso y con el apoyo del director crear una nueva regla donde sea el presidente quien escoja a su sucesor por llamarlo así. —Sonrió —Yo... pensé bien en todos ustedes y creo que quien debe continuar con el puesto es Byakuya y Eri. Por eso yo Kagome Higurashi los declaró presidenta y presidente ambos. —Se removió su pequeña placa de su uniforme y se la entregó a Eri.

—Wua... —Fue lo único que salió de los labios de ella al ver la placa en su pecho.

—Inuyasha no pudo venir pero me dejó su placa. —Se la colocó a Byakuya.

—Gracias Kagome... nosotros vamos hacer lo mejor que podamos para que la escuela continúe siendo así.

—Ser presidenta del consejo siempre fue mi sueño desde que entre aquí. No tomé los caminos correctos pero ustedes tienen dos años para hacerlo. Sean mejores que yo siempre.

Las chicas comenzaron a llorar y la abrazaron con fuerza mientras los chicos sonreían. Mientras en el salón del director Inuyasha escuchaba atento lo que aquel viejo el cual nunca había respetado le decía.

Se lamento el nunca haberle hecho caso, ya que era un hombre amable y respetuoso. Miedoso, pero con su carácter cuando era necesario.

—¿Estas listo? —Le preguntó con una pequeña sonrisa en su cansado rostro e Inuyasha aceptó.

La cancha fue llenandose de estudiantes y los familiares de estos. Todos comenzaban a tomar asientos listos para la graduación.

Kagome llegó hasta sus compañeras sin su saber donde estaban Inuyasha y sus amigos. Tomó asiento en la segunda fila a la derecha y espero a que todo comenzara.

Vió a su familia y los saludó con la mano para prestar atención a Kikyo. Cerca de las nueve estaban todos los graduandos junto con los otros estudiantes mirando todo desde los pisos.

—Buenos días —Se escuchó y se vió al director entrar. —Ante todo quiero agradecerles que estén aquí. Para mi como director es un honor ver que dentro de todas las cosas la gran mayoría de ustedes llegó hasta este día.

Ella lo buscó con la mirada pero no lo encontró. Había guardado un asiento para el pero no sabía dónde estaba. Quería compartir ese momento a su lado pero...

—Kagome —Miro hacia su derecha y lo vió. —¿Va alguien aquí?

—No, lo guarde para ti. —Se sentó al lado de ella. —¿Donde están los demás?

—Ah —Agarró la mano de ella. —Están allá —Señaló la fila de al frente a la izquierda.

—Oh, pensé que ibas hablar al frente.

—Si claro, luego de que el acabe. —Le beso la mano con ternura. —Te amo —Dijo y ella le sonrio.

—Yo también te amo —Le respondió derritiendo a Inuyasha por completo.

—Todavía no me acostumbro escucharte. ¡Se escucha tan hermoso! (*´∇')ノ

—Tonto —Ella sonrió y la tristeza le invadió el corazón.

La graduación comenzó dando paso a largas charlas de los maestros mientras los estudiantes estaban ansiosos por recibir sus  diplomas. 

Luego de rato comenzaron a entregar los diplomas mientras algunos padres tomaban fotos de sus hijos con el director y los maestros.

El diploma estaba en sus manos.

—Al fin —Sonrió y vió a Inuyasha mirarla con dulzura pero una leve tristeza en sus ojos ante lo opacos. —¿Sucede algo? ¿estas triste propuesta nos graduamos?

—Algo... pero hay otra cosa que me entristece aún más. —Le movió un mechón de cabello.

—Dime, haré lo que sea para que te alegres.

Negó con la cabeza. No quería arruinarle sus sueños.

—Solo quiero que seas feliz. Incluso si me duele. Siempre voy apoyarte.

—Inuyasha... —¿Era acaso su viaje?

—Kagome —Le llamó y ella lo observó. Miro al suelo pensando en si realmente se trataba de eso.

Le dijo algo que no pudo escuchar ante los aplausos presentando a Inuyasha. Lo vio levantarse y caminar hacia la tarima. Subió las escaleras y sonrió ante los aplausos de todos.

—Ante todo buenas tardes a los padres, madres y sobre todo a los maestros que tuvieron que soportarnos a nosotros... los estudiantes. —Lo chicos comenzaron a gritar. —Chicos, hace tres años nosotros llegamos aquí para cumplir nuestros sueños de graduarnos. Algunos de nosotros iremos a la universidad mientras otros tiene como plan trabajar. Por eso —Se detuvo —esto no se escucha bien.

Agarró el micrófono y sonrió.

—¡Chicos! ¡Lo logramos! —Exclamó haciendo que los demás chicos se levantaran. —Estos tres malditos años al fin se acabaron. ¡Al fin somos adultos! —Los padres se miraron entre ellos mientras todos los demás gritaban emocionados. —Yo pase solo dos años porque tuve que irme. Pero pese a todo me divertí en este poco tiempo. También pasaron algunas cosas que le tocaron las pelotas. —Sonrió al ver la cara de los padres. —Ninguno de nosotros es el mismo de hace tres años. Por eso nosotros —Sesshomaru y los demás subieron con Inuyasha. —queremos decirles que aunque no vayamos a vernos más... siempre podrán con los cinco. Quizás ya no somos los chicos malos y ricos  pero somos más humanos ahora. Que esto sea así no es por mi, ni siquiera es por nosotros mismos... si no por la mujer que me cambio desde el primer momento en que la ví. Esa que todos detestamos aquel momento y que estaba aquí parada. Esa que ahora no me da vergüenza decir que amo frente a todos ustedes.

Las mejillas de Kagome se colorearon. Se sentía tan dichosa.

—Kagome, cariño, nunca podremos ser capaces de borrar lo que pasó. Fue algo que yo... no puedo borrar así lo quiera. Pero espero que con estos meses te hayamos demostrado lo arrepentidos que estábamos. Porque ya tu nos demostraste que lo estabas. Ven —Extendió su mano y se levantó. —Esta mujer que ustedes ven... es el centro de mi vida. Es por ella que continuó aquí. Si, ya se que se escucha algo cursi pero a ella le gusta. Aunque me duele un poco tener que alejarme de ella casi unos doce años se que es por su bien.

Sus ojos tristres y opacos tocaron su corazón. Estaba triste porque ella se iría.

—Inuyasha...

—¡Seamos grandes y toquemos el cielo con nuestras manos! ¡hagamos felices y orgullosos aquellos que nos aman! ¡y recordemos siempre ser nosotros mismos! ¡hasta otra perros y niñas! —Escuchó aplausos y sonrió para dejar el micrófono.

El director los declaró oficialmente graduados y todos comenzaron a gritar mientras el confeti caer desde el techo. Se abrazaron y lloraron. Algunos se besaron u otros solamente se dieron un agarrón de manos. Así daba por concluida su vida de adolescentes dando paso a la vida adulta.

—¡Salgamos esta noche! —Exclamó Sango emocionada.

—¡Yo me apunto!

Kagome sonrió y vió a Mía con otras chicas. Mía también la miro y le sonrió moviendo si mano en muestra de despido.

Salieron de allí e Inuyasha iba al lado de Kagome sin decirle nada. Pero sabía que si perdía una oportunidad así...

—InuYasha —Se detuvo ella. —¿Quieres que me vaya?

El también detuvo el paso y miro hacia la nada.

—Ya te dije que yo te apoyo en lo que sea. No soy un chico egoísta. Te apoyaré siempre.

—No se trata de ser egoísta... solo quiero saber si realmente quieres que me vaya.

Tomó aire y lo expulsó para girarse y mirarla con ternura. Aún así sus ojos hablaban por el.

—Yo solo quiero que seas feliz. Si tu felicidad está lejos de aquí... yo lo aceptaré. Aunque me duela, yo estaré siempre contigo.

—Deja de pensar solo en mi. —Dijo mirándolo fijamente. —Mi felicidad es tu felicidad —Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. —Y pensar que no te veré por doce años... pensarlo me quema por dentro. Te amo tanto que no puedo evitarlo.

—Kagome...

—Solo dime si quieres que me vaya. Si tu corazón realmente lo quiere así.

Intento retenerlo, pero era egoísta. Y quería estar con ella. Doce años le parecían tan lejano...

—Quiero que te quedes aquí conmigo... pero dentro de mi corazón me duele ser egoísta... me duele pensar en que no te veré como siempre en doce años. Me duele que no podré besarte y abrazarte. Y se que puedo viajar y volver... pero soy un maldito egoísta que quiere tenerte aquí. Yo no puedo vivir si no te veo como siempre. No te vayas —La abrazo. —No te vayas por favor...

Inuyasha no era frágil, pero cuando se trataba de irse...

—Solo tenias que decirlo.

¿Listos/as para el final? Capítulo 60° el gran final de esta larga historia de amor.

"Es momento de estar juntos y formar nuestro propio camino tomados de las manos."

Gracias por leer la historia ❤

Los estaré leyendo 💙📖

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