58°
—¿Una fiesta?
Kagome había reunido a todos a excepción de Inuyasha. Había una fiesta que planear y necesitaba la ayuda de todos.
—Si, me gustaría prepararle una fiesta. Tengo solo dos días para hacerlo. Así que me gustaría poder contar con la ayuda de ustedes. ¿Que me dicen?
—Cuenta conmigo Kag. —Le dijo Miroku —Nosotros ya habíamos pensado en algo. Nosotros correremos con los gastos pero necesitamos algo de ayuda femenina.
—Nosotros encontramos un local. Y nuestra idea principal —Koga rascó su nuca —y ya que ustedes no estaban juntos... pues íbamos a llevarles algunas mujeres para que bailaran en traje de baño.
Kagome sonrió de forma diabólica y alzó una de sus cejas una y otra vez.
—¡Esa idea queda descartada! —Dijo enojada.
—¿Con permiso de quién iban hacer eso? —Pregunto Ayame celosa —¡No te lo permitiría Koga!
Comenzaron a pelear entre ellos. Tanto Kikyo como Ayame le cayeron prácticamente encima a Sesshomaru y Koga. Mientras Sango miraba a Miroku enojada pero sin decirle nada.
Después de todo no eran nada y solo estaban comenzando hablar para conocerse mejor.
—Vamos a calmarnos —Intentó calmar a los demás Kagome. —Al final no pasó y no pasará —Aclaró ante la cara de los demás emocionados. —A mi me gustaría algo más íntimo. —Se sonrojo al ver la cara de los demás viéndola pervertidamente. —No me malinterpreten, habló de algo que sea con los más cercanos. No de una fiesta grande donde hayan muchísimas personas que nosotros no conozcamos o prensa atenta a todo.
—Bueno, tienes razón. Con todo lo que a pasado creo que es lo mejor. Ahora —Miroku se cruzó de brazos. —Tenemos muy poco tiempo así que debemos apurarnos.
Salieron de allí todos para sus casas. Habían acordado quedar en el local para trabajar durante toda la tarde y en la mañana del siguiente día.
El local era muy grande, demasiado. Habían pensando en algo grande que ahora con los cambios les parecía exagerado. Pero el local ya estaba, y era mejor tenerlo a no tener nada.
—Si que es grande —Decía Kagome caminando por el sitio sintiéndose pequeña ante el lugar.
—En media hora vendra la chica que va encargase de la decoración. La comida ya está lista para que vengan pasado mañana en la tarde. —Les dijo Miroku mirando con una libreta en sus manos.
—¿Y que haremos nosotras? —Pregunto Kikyo dándose cuenta de que todo estaba prácticamente hecho.
—¡Darle el toque femenino! La decoración claramente esta a gusto de Inuyasha pero tambien, como dijo Kagome, es algo íntimo. Así que pensé que debíamos ponerle nuestro propio toque. Cosas que Inuyasha reconozca cuando las vea.
—¡Tienes razón Koga! ¡mi lobo es todo un genio! —Dijo Ayame sonrojada pero con una gran sonrisa.
—¿Lobo? (⊙︿⊙)—Se preguntó Sango curiosa por el apodo.
—Si, por el lobo que se carga en la cama. 7u7—Confesó despreocupada haciendo que todos se sonrojasen.
—¡Shhh! ¡Ayame! ⋌༼ •̀\\\ ⌂\\\ •́ ༽⋋ —Salto Koga avergonzado y haciendo que los demás comenzarán a reírse.
—Hoy será una tarde muy larga —Se dijo para ella misma y sonrió.
La tarde se fue en chistes y risas. También en llamadas constantes de Inuyasha. Sus amigos no le contestaban y se preocupaba. Pero si hubiese sucedido algo ya se habría enterado. Así que algo debían estar haciendo.
—Es raro, ni siquiera Kagome me contesta. Tal vez debería ir a su casa o algo. —Miro el techo de su habitación. —Pasado mañana es mi cumpleaños... me pregunto... si Kagome me dará algún regalo. Tal vez ni siquiera lo recuerde. —Negó con la cabeza. —Va recordarlo, no tengo porque dudar de ella. Dio su vida por mi así que no hay razón por la que dude ni una sola vez en ella.
Sonrio al recordarla y comenzó a rodar por la cama agarrado de su almohada como si se tratase de un niño.
—¿Y si me dice que me ama? O... —Pensó en una cama y ellos dos haciendo el amor. —¡Ese sería un regalo grandioso! (ˊᗜˋ*)♡—Se cubrió con la sabana sonrojado. —Sea lo que sea... mientras ella este a mi lado... será suficiente para mi.
Continuó rodando por la cama y jugando con las grandes almohadas. Mientras Evangeline lo veía gracias a la puerta algo abierta y lo escuchaba exclamar sus deseos(xD)
—Estoy segura que a Kagome le gustaría escuchar esto. —Continuó su camino.
Kagome llegó tarde a su casa, bastante. Y aunque su familia sabía dónde estaba y lo que hacia, el chico de ojos dorados no. Y estaba allí listo para reclamar como todo un macho celoso y posesivo.
—Inuyasha —Lo miró con las mejillas y nariz roja por el frío.
Estaba sentado y con sus brazos cruzados. Vestido como si estuviese cayendo un kilo de nieve. Y enojado, bastante enojado.
—¿Has visto la hora que es? ¡son las once y media de la noche! —Se levantó y notó el cansancio en el rostro de ella.
—¿Estabas preocupado?
—Claro que lo estaba —Decidió calmarse —te llame muchísimo pero nunca contestaste. Vine al departamento y tu familia no me dijo donde estabas. Así que decidí quedarme aquí a esperarte.
—Lo siento —Se disculpó —Tenía algunas cosas que hacer del consejo y todo eso.
—Pudiste al menos contestarme un mensaje. Me hubiese sentido más tranquilo.
Uh, cuando el hacia esa carita era imposible negarse a el. Era una debilidad que el no conocía y nunca se lo diría.
Se acercó a el y le acarició la mejilla. El movio su rostro como un perrito buscando el calor de ella.
—Nee, Kagome, pasado mañana es mi cumpleaños. ¿Lo recuerdas?
—Si, lose
—¿Podemos salir? Me gustaría pasar todo el día contigo.
—¿Y tu familia?
—Mmm... ellos ya me dijeron que querían llevarme a desayunar. Pero yo quiero estar contigo. —Cerró sus ojos y la abrazó ya que la vio temblar por el frío.
—Vamos hablar adentro —Le sugirió y lo agarró de la mano para llevarlo al departamento.
Ante lo tarde caminaron de puntillas hasta la habitación de ella donde el entró y se desprendió de su abrigo. Estaba allí de nuevo y el característico olor de Kagome lo golpeo en la nariz.
—Es tan dulce —Susurro tirándose a la cama boca bajo y con la almohada en su pecho.
Quería dormir allí, una sola vez. Llevaba dos años sin ella y deseaba tenerla en sus brazos un rato. Su vida era injusta y cruel.
—Tks —Fue lo único que salió de sus labios ante el enojo.
Kagome se dió una ducha con agua caliente y se colocó su bata de dormir. Vio a Inuyasha en su cama y se sonrojo pero luego se sentó a su lado. El abrió los ojos y la vio sin maquillaje y recién bañada. Con un olor dulce y su cabello húmedo.
—Que hermosa te vez Kagome. Incluso así de simple te vez bellísima. —Le dijo algo dormido haciendo que ella sonriera.
—El día de tu cumpleaños debes estar con tus padres. Ellos casi nunca están aquí. Debes pasar hasta el medio día con ellos.
—No quiero —Comenzó a moverse hasta llegar a ella.
Como un gusano se arrastró por la cama hasta llegar a ella y abrazarla por la cintura mientras .
—Mi amor —Le acarició la cabeza. —Hagamos un trato.
—Te escucho —Decía embobado por las caricias suaves que ella le daba.
—Pasado mañana pasa el día con tus padres. Yo te llamaré a la hora que podríamos vernos.
—¿Vas algún lado ese día?
—Si, tengo una reunión. Por eso yo te llamaré cuando acabe.
—Que injusto —Volvió a quejarse de su mala suerte. —Que se le va hacer...
A Kagome le partía el corazón mentirle y verlo tan triste. Pero si quería que las cosas funcionarán debía no saber sobre la fiesta.
—¿Quieres quedarte a dormir aquí? —Le preguntó y el aceptó con la cabeza.
—Kagome —Susurro
—Dime —Lo observó.
—Te amo —Terminó por decir para quedarse dormido.
—Yo también mi amor... yo también te amo. —Sonrió para besarle la mejilla con dulzura.
Fue, sin duda, de las noches más increíbles que había tenido desde esa última vez. Dormir con Kagome era estar en el mismo cielo.
Paso el día haste su cumpleaños. Inuyasha se había quedado con Kagome de nuevo ya que ella se lo. Había pedido por no poder pasar la mañana de su cumpleaños a su lado.
Paso su brazo para abrazarla por la cintura cuando abrió un ojo y no la vio allí. Se levantó de golpe buscándola en toda la cama pero ella no estaba allí.
—¿Ya se fue?
Fruncio el ceño y se sentó en la cama. No despertar con Kagome le molestaba pero entendía su situación.
—Buenos días Inuyasha —Miro a Bankotsu entrar a la habitación. —Feliz cumpleaños —Sonrió.
—¡Ban! (TOT)
La familia de Kagome entró con un pastel a la habitación dejando a Inuyasha sin habla.
—¡Felicidades! —Satoshi le entregó el pastel en sus manos.
Comenzaron a cantarle la clásica canción de cumpleaños mientras Inuyasha estaba sonrojado al máximo. Cuando terminaron trajeron platos y un cuchillo para picarlo mientras Inuyasha agarra una pequeña tarjeta.
—Es de Kagome —Le hizo saber Sota mientras esperaba su trozo de pastel ansioso.
Inuyasha sonrió y la abrió.
“Feliz cumoleaños cariño. Lamento no haber amanecido contigo como te hubiera gustado. Pero luego de hoy estoy segura que nuestra relación dará un gran paso y podremos avanzar juntos. Como siempre debió ser. Te quiero”
Todos vieron sus mejillas aún más rojas y el entre cerró los ojos para sonreír dándose cuenta de que nuca podría amar a nadie como amaba a Kagome. Nadie nunca lo haría sentirse así.
Comió pastel y paso un rato con la familia de Kagome para luego regresar a su casa y vee a sus padres. Estaban esperándolo con una sonrisa y algunos regalos. Parecía que su cumpleaños no sería tan malo después de todo.
—Toma —Le entregó una pequeña tarjeta. —Es de Ethan, fuimos a verlo ayer y nos pidió que te la entregaramos.
—Ah, gracias —Agarró la pequeña tarjeta y se sentó en el sofá para leerla.
“Inuyasha, pese a que estoy aquí y a que nuestra relación esta cambiando quiero desearte felicidades por tu cumpleaños. Siempre quise hacerlo de una forma agradable. Felicidades, nos veremos pronto.”
Inuyasha sonrió sintiéndose feliz por que las cosas parecían ir bien. Su relación con Kagome estaba bien, pese a todo Ethan estaba cambiando y la escuela había aceptado a Kagome alfin.
—Todo va bien —Dijo mirando hacia la nada. —Hoy... voy a pedirle a Kagome volver... y le diré que la amo de nuevo. Hasta que ella me acepté.
El día paso lento pero acompañado de sus padres. Algo triste ya que sus amigos no lo habían felicitado, pero entendía que por la universidad y todo eso no pudiesen.
A las siete de la noche salía del baño directamente a su cama sin esperanza alguna de ver a Kagome hoy. Tendría que esperar a mañana para pasar un buen cumpleaños a su lado.
—Kagome —Susurro usando su móvil. —¿Realmente no vas a venir? —Dijo y negó con la cabeza para levantarse.
La buscaría, por lo menos verla un momento era suficiente. Quería verla y abrazarla, en un día como ese la necesitaba más que nada en la vida.
En ese momento le llegó un mensaje de Kagome indicándole donde estaba y que fuese por ella. Buscó algo que ponerse y agarró las llaves de su coche para salir y buscarla.
Condujo hasta un local que nunca en su vida había visto. Allí estaba ella esperándolo a fuera. Vestía un traje negro y unos zapatos de tacón bajos rojos. Sus labios pintados de rojos y su cabello recogido con algunos mechones cayendo por su rostro.
—¿Desde cuando Kagome se volvió tan hermosa? —Se preguntó bajando del coche.
Caminó hasta estar frente a ella y se sonrojo sintiéndose pequeño. No sabía cuando sus sentimientos por ella habían crecido así.
—Viniste —Sonrió y le beso la mejilla.
—Quería verte, me hacías tanta falta. Me sentí tan vacío sin ti.
—Ven —Tomó su mano y lo condujo dentro del local.
Allí estaban todos sus amigos y los estudiantes de la escuela junto con su famila y la de Kagome. Todos estaba decorado a su gusto, tanto que sintió estar en su habitación.
—¡Feliz cumpleaños Inuyasha! —Escuchó de Miroku. —¡Felices dieciocho!
Inuyasha sonrió y abrazo a su amigo. Todos estaban allí. No habia prensa molesta, ni gente desconocida. Eran las personas que conocía y lo querían.
—Pensé que se habían olvidado de mi cumpleaños. —Rascó su nuca algo avergonzado.
—La realidad es que estábamos preparando todo para tu fiesta. Por eso no pudimos comunicarnos contigo. —Le respondió Miroku con un gorro de cumpleaños en su cabeza.
—Cielos —Negó con la cabeza y miro. —Les quedó increíble.
—Faltaron bailarinas pero la señorita aquí presente se enojó. —Señaló a Kagome la cual se sonrojo.
—Esta bien —Se alegró y vio el pastel grande. —¡He comido mucho pastel hoy!
—¡Te toca hacer mucho ejercicio! —Le dijo Evangeline agarrada del brazo de Naraku.
—¡Vamos a bailar entonces! —Dijo Koga saltando y listo para bailar.
Kagome vio a Inuyasha el cual le pidio bailar. Pero ella quería hablar con el.
—Inuyasha, antes de que bailemos y todo eso me gustaría hablar contigo. Vamos a fuera ¿si? —Le habló al oído a culpa de la música alta.
El no dudó un momento en salir con ella. Caminaron hasta un pequeño parque en la parte trasera del local.
—Kagome... etto... ahora que lo pienso nunca te pregunte porque me había rechazado aquella vez.
Tomaron asiento y ella lo observó con dulzura lista para decírselo.
—La razón fue porque no podía con lo que sentía. Mis sentimientos eran débiles... todavía no te había explicado lo del plan. Y me sentía enojada conmigo misma y contigo... —Sonrió al ver el rostro confundido de Inuyasha. —Si, porque tu estabas tan seguro de tus sentimientos, me pedías volver cuando quien debía hacerlo era yo. Pero ahora haré lo correcto. —Tomó las manos de el y vio el anillo en su dedo. —Inuyasha... —Cerro los ojos y los volvió abrir. —Te amo —Dijo al fin y lo observó para verlo sonrojado y con sus hermosos ojos abiertos. —Te amo tanto o más de lo que me amas tu a mi. Te amo Inuyasha.
—Esto debe ser un sueño. Debo estar soñando. Si, esto no es real.
—Lo es Inuyasha...
—¿De verdad? Es increíble...
—¿Quieres ser mi novio? ¿deseas volver conmigo?
—¡Mierda! —Salió de sus labios. —¡No puedes decirlo tu! ¡debo ser yo!
Kagome sonrió algo avergonzada pero segura de lo que decía.
—¿No quieres?
—Si claro que quiero volver contigo. Pero deja que yo lo diga...
—Inuyasha...
—Kagome —Se arrodilló frente a ella. —¿Quieres ser mi novia? ¿quieres volver junto a mi?
—Por supuesto.
Se besaron con dulzura, como si fuese el primer beso. Dulce, cálido, lleno de sentimientos.
—Vamos a casarnos Inuyasha. —Dijo de la nada dejando a Inuyasha sin palabras.
¡Ella estaba pidiéndole matrimonio! ¡Y lo peor es que el quería casarse! ¡No lo dudo ni un segundo! Claro, él le pediría matrimonio como era debido luego.
Esa noche bailaron y se besaron durante toda la noche. Ella se quedó dormida en su hombro temprano e Inuyasha también quedó dormido en la cabeza de ella.
Nos quedan dos capítulos. El 59 y el 60. Algo diferente ¿no? Espero y les haya gustado el capítulo. Como siempre puse mi mayor empeño para que todo saliese bonito.
Gracias por continuar leyendo la historia.
Los estaré leyendo ❤📖
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