50°
—¿Por qué? ¿no fue suficiente todo lo que te enseñe? ¿aún dudas de que te amo?
—Solo dejame en paz. No quiero volver contigo.
—Debe haber un porque, si no... no lo entiendo.
Se sentía perdido, acorralado. No sabía cómo actuar, que hacer, ella estaba rechazandolo sin razón. Y le dolía.
—Porque no te amo —lo miro sin ningún tipo de sentimiento en sus ojos —no puedo amarte. Es solo eso.
—Dame una oportunidad —rogó tomado sus manos —dejame demostrarte que puedes amarme.
—No quiero amarte.
—Kagome... por favor... yo no puedo continuar sin ti —se arodillo frente a ella.
—No sigas, no continues haciendo estos espectáculos tan bochornosos. Vete con otra chica y deja de ilusionarte. Ya te dí mi contestación, no me molestes más. —Se soltó del agarré y comenzó a caminar hacia su casa.
¿Ahora qué? Pensó mientras veía el suelo y apretaba sus manos con fuerza. Todo estaba acabado. Ya no podía luchar más, no tenía esperanza en él.
Había puesto a toda la escuela en contra de el para demostrarle que la quería. Se había peleado con sus amigos para mostrar su verdad. Incluso entró al consejo estudiantil para permanecer a su lado. Pero sobre todo eso, aún sabiendo del plan, fue detrás suyo disculpándose con ella.
Nunca escuchó un "lo siento" de su parte. Nunca agradeció todo lo que hizo. Aun así la amaba, la quería al punto de hacer lo que hizo. Pero ya no había más.
—Ya no puedo —susurró enojado y al borde del llanto —¡ya no puedo continuar luchado por ti! —gritó enojado y se dio la vuelta para irse.
Daba lo mismo si la quería como si no. Ella ya no deseaba continuar con el. Ya no quería nada a su lado. Entonces él no tenía por quien luchar. El futuro a su lado no existía, nunca existió. Se ilusionó solo y ahora pagaba por ingenuo.
Con las manos en los bolsillos de su abrigo rojo caminaba cabizbajo mientras el sol se ponía. No tenía rumbo, no sabía dónde ir. Vio unos zapatos blancos de tacón y alzó su visita hasta verla a ella.
—Mía —ella le sonrió con dulzura.
—Inuyasha...
La abrazó con fuerza mientras las lágrimas se desbordaban por sus mejillas rojas. Estaba enojado, decepcionado, cansado de todo.
—Estoy solo —dijo —ya no tengo por quien luchar. Y no está a mi lado...
Mía no supo que decirle. Estaba destrozado frente suyo y solo podía pensar en como apoyarlo.
—Vas a estar bien —acarició su nuca —volverás a brillar como siempre. Porque las estrellas como tu siempre encuentran la manera de volver a brillar... aún con el alma rota.
Kagome llegó a su cuarto y agarró su peluche favorito para abrazarlo. Sabía que le había roto el corazón pero así estaba bien. Todo lo que había dicho estaba bien.
—Es por su propio bien —dijo acariciando la nariz del peluche cuando una pequeña lágrima caía por su mejilla.
La removió impresionada para que muchas otras comenzarán a caer también dejándole en claro una sola cosa: estaba vacía sin el.
Paso un mes luego de ese rechazo. Inuyasha parecía un jarrón vacío. Su cuerpo se movía pero su alma no estaba allí. Nadie sabía cómo ayudarlo, como hacer que volviese a ser el mismo.
—Parece que las cosas no fueron tan bien como esperabas ¿no? Traidor —decía Koga pero Inuyasha continuaba mirando hacia la nada —Oe ¿me estas escuchando? —no hubo respuesta alguna.
No hablaba con nadie, dormia poco, comía mínimo, su arreglo era un desastre, barba y la ropa mal puesta. Nada que ver con el grandioso Inuyasha Taisho de hacia dos años.
Aún con el rechazo el siempre estaba detrás de ella buscando una explicación. Un porqué a sus tantas preguntas. Pero nunca tuvo respuesta. Paso días yendo a su casa para esperarla y suplicarle volver.
Le llevó una serenata borracho y golpeado por unos hombres. Se arrodilló frente a ella durante mucho tiempo. Parecía que su vida dependía de ella. Ya no le importaba el plan, no le importaba nada. Salvo ella quería estar con ella.
Estaba dispuesto a todo por ella. Porque la amaba con locura.
—Modera tus palabras Koga —salto como un tigre Miroku —estas aquí pero no eres parte de nosotros.
—InuYasha, ¿quieres ir a comer pizza? —le preguntó Naraku.
Al no haber repuesta guardaron silencio. Inuyasha estaba mal, sus ojos opacos, incluso su expresión corporal y esas ojeras eran un ejemplo de que él no estaba bien.
Sesshomaru decidió tomar cartas en el asunto buscando a la única persona que podría ayudarlo en un momento así.
—Sesshomaru —miro la chica y le sonrió —¿que sucede?
—Mía, ayuda a Inuyasha. El necesita que lo ayuden. Nosotros te ayudaremos pero —nunca decía palabras como aquellas sin embargo —por favor haz que vuelva ser el mismo.
—¿Entonces que vamos hacer? —Kagome miro la cantidad de papeles y su dolor de cabeza aumentó.
—No lo se, quedan solo meses para la graduación. Estos tres años han pasado tan rápido. Vamos a no preocuparnos por eso. Al final son los estudiantes los que deben escoger todo lo referente a la graduación.
A tan poco tiempo de graduarse. Esos largos años donde había sufrido muchísimo por el acoso de los estudiantes. Ahora a solo meses de irse del país para estudiar a Estados Unidos.
Salió del salón para llevarle algunas propuestas al director cuando lo vió con Mía. Estaba mal y era por su culpa.
—Ven Inuyasha, vamos a comer algo —lo agarro del brazo para llevarlo a el comedor.
Movió su cabeza y continuo caminando. Sus caminos no volverían a cruzarse nunca.
En el aeropuerto se baja una hermosa chica de cabellos claros y mirada segura. Había estudiando modelaje tanto que podía notarlo desde lejos. Una estatua promedio, un cabello hasta los hombros, falda color vino corta y botas color negras con una camisa de mangas largas hasta las muñecas dentro de la falda. Para concluir unas gafas de sol, un abrigo de piel y accesorios básicos como pendientes y un bolso de marca carísimo.
—Rayos —miro su móvil enojada ante el abandono de su novio —ese idiota. ¿Cree que puede dejarme sola solo porque esta deprimido? —buscó su contacto y lo llamó.
Miraba sus uñas hechas y bien tratadas gracias a su equipo de trabajo.
—¡Hasta que al fin contestas! —exclamó con una mano en su cadera y su maleta a su derecha —¡se supone que debías venir por mi! ¡¿quien crees que soy?! ¡Tengo muchísimas maletas y tu no estas aquí! ¿en la escuela? ¡debes estar bromeando! —guardo silencio mientras lo escuchaba —escuchame, tienes diez minutos para que alguien venga por mi y me lleve a tu casa. ¡Ni un minuto más! —colgó y soltó un gruñido.
Su novio, llevaban más de cinco años juntos y todavía el parecía no conocerla. Ella era una chica que lo había tenido todo, belleza, riqueza, y una buena familia. Su novio tenía dinero pero siempre andaba en la luna.
—Eres un idiota —agarró su maleta para sentarse en una silla de aquellas duras y cruzar sus largas y finas piernas.
Dejó su cabeza caer en su mano mientras se sostenía de la misma pensando en que hacia mucho tiempo no estaba en Tokyo. Había cambiado mucho personalmente desde la última vez que puso un pie allí. Ahora volvía para buscarlo a él y llevárselo. Lo extrañaba.
—Espero y vengas por mi —miro la hora en su smartwatch.
Mía intentaba animar a Inuyasha pero era imposible. El no ponía de su parte.
—Inuyasha —dejó la soda a un lado suyo —ah... necesito de tu ayuda. Quiero ayudarte pero tu no me ayudas.
—No necesito tu ayuda. Estoy bien así.
—Tu sabes que lo hago porque te quiero... porque me gustas... y quiero que seamos algo más que—
—Lo siento —dijo con el ceño fruncido —tu no me gustas.
Se levantó y salió de allí molesto. El había sido rechazado, así que el podía rechazar y romper corazones también. El tarde o temprano se levantaría de allí. No necesitaba de nadie para lograrlo.
Se fue de la escuela cansado de que todo ese sitio le recordara a Kagome. No quería pensar en ella, no quería recordarla, no quería amarla más. Quería simplemente desaparecer de allí. Abandonar la idea de amarla, quería solo irse.
Cruzó la carretera mirando al suelo sin percatarse del auto que venía a gran velocidad. Y cuando se dio cuenta el auto ya estaba allí.
«Parece que voy a morir aquí... al final... ni siquiera pude estar con ella.»
Cerró los ojos esperando el impacto cuando sintió alguien empujarlo y tirarlo al suelo. Abrió sus ojos de golpe y vió a una chica encima suyo. Era bellísima.
—¡Oye! ¡¿estas bien?! —exclamó enojada y levantándose.
—Kagome —Fue lo único que salió de sus labios.
Ella noto sus ojos opacos y tristes. Ese un chico guapo pero vacío. Estaba vacío.
—Ten cuidado...
—Pesas... —dijo haciéndola enojar.
—¡Oh muchas gracias por salvarme! —habló con ironía levantándose y sacudiendo su falda —soy un caballero dejame ayudarte.
El conductor del auto se detuvo preocupado por la persona y le preguntó si estaba bien. Cuando comprobó que lo estaba se despidió y marchó esta vez con más preocupación en la carretera.
—Al menos debiste ayudarme —agarró sus maletas —eres un idiota.
—Lo soy... soy un idiota que esta enamorado de una mujer que lo detesta. Que nunca a sentido nada por mi. Mierda...
Guardo silencio y le pasó por el lado intentando llegar a la casa.
—Gracias —Dijo sin mucho ánimo.
—No se como se siente ser rechazado... pero nadie tiene culpa de que las cosas hayan salido así. Agradece que aún estas vivo y puedes empezar de cero.
Continuó su camino sin saber a donde iba. El la observó pensando en sus palabras y en lo cierto de las mismas. Gracias a ella estaba vivo y sin un solo rasguño.
—Tiene razón —sonrió por primera vez en dos meses y continuó su camino hacia su casa.
Era horrible vivir con Ethan pero últimamente llegaba tarde y se iba a su cuarto sin decirle nada.
Bajó por algo de comer cuando escuchó la puerta y varias tocadas. Tomó fuerza y fue abrir la puerta cuando...
—¡Tu otra vez! —se miraron sin creerse que estaban allí de nuevo.
—¿Tu que haces aquí?
—Eso te pregunto yo a ti.
—Es mi casa, ahora respondeme tu.
—Esta es la casa de mi novio. Y vengo a quedarme aquí.
—¿Tu novio? Te has equivocado de casa. Aqui solo vivo yo.
—Acabo de llamarlo y me dijo que estaba en la casa correcta. —intento entrar pero Inuyasha no se lo permitió.
—Oye, espera un momento... ¿como se llama tu novio?
—Ethan, Ethan Taisho
Inuyasha lo entendió todo. ¡Perfecto! Ahora a parte de su medio hermano viviendo en la casa que parecía nunca tendría comprador, ahora también la novia loca. (Nótese el sarcasmo)
—Ese cabrón —ella entró con sus gigantescas maletas.
Inuyasha cerró la puerta y pensó en que no era su problema. ¡Mentira! ¡Esa casa era para venderse! ¡y no había un solo comprador mientras hubiesen tres personas viviendo allí!
—No está nada mal —se sentó en el sofá —¿cual es mi habitación?
—Ninguna, no puedes quedarte aquí. Esta cada esta en venta.
—¿La estas vendiendo? —la miro por todas partes —es una casa bonita para que este en venta. Por cierto, ¿quien eres tú?
—Yo, soy el medio hermano de tu noviecito. Y soy el dueño de esta casa. Como te dije —se sentó en el sofá frente a ella —la casa esta en venta. Por lo tanto no puedes quedarte.
—No tengo a donde ir. Hace muchos años que no estaba aquí.
—Ese no es mi problema. Debes hablar eso con Ethan. Y de una vez llevatelo.
—Vine por eso —agarró su rostro con su mano sosteniendolo —vine a llevarlo conmigo de nuevo.
—Si es por mi te lo empaco y te lo dejó frente a la puerta de tu casa.
—Hagamos algo —lo observó de forma retadora —dejame quedarme aquí. Hasta que hable con Ethan y encuentre un lugar donde quedarme. Al menos por haberte salvado la vida ¿no crees?
—Cuando te pida que te marches lo harás. ¿Trato?
—Trato —extendió su mano y el la tomó cerrando su 'trato'
Inuyasha le mostro una habitación la cual ella aceptó sin decir nada. Y allí comenzo a ordenar sus cosas. Lo que le faltaba, la novia de su medio hermano en su casa. Las cosas no estarían bien.
—¡Eres un idiota! —escucho y abrió sus ojos malhumorado, odiaba que los despertaran cuando dormía.
—¡Yo en ningún momento te pedí que volverás! ¡la única idiota eres tú!
Salió del cuarto mirando el espectáculo desde el piso de arriba con vista la sala y entrada principal de la casa.
—Ethan...
—¿Yo acaso te dije que llegaras hasta aquí? Fuiste tú la que dejó todo para venir, eres una tonta. Yo no necesito que estés aquí. No te necesito.
—Tu... tu nunca me habías hablado así...
—¡Pues te aguantas! Si estas aquí tienes que saber que las cosas han cambiado. —Su mirada no era dulce, estaba llena de odio. —Yo no soy el no soy el mismo así que si no re gusta puedes irte y no joder más.
Inuyasha vio a la chica a punto de llorar pero pensó que no era su problema.
—¿Que te paso? Tu... tu no eras así...
—Pues este soy yo ahora. Y no necesito que vengas a estorbarme ni a molestarme. Ya bastante tengo con el imbécil de Inuyasha para también tener que soportarte a ti.
Ella le pegó una bofetada cuando Ethan alzó su mano para pegarle pero fue Inuyasha quien lo estuvo mirándolo enojado.
—Ni se te ocurra ponerle una mano encima a esta mujer. —Ethan se soltó de su agarre.
—Ella es mi novia, no te metas en esto maldito.
—Mientras vivan bajo mi techo me metere si me da la puta gana. Y mientras ella este aquí no le pondrás un solo dedo.
—Vas a pagar por todo esto. ¡Te juro que me las vas a pagar! —se dio la vuelta para irse de la casa.
La chica no sabía cómo reaccionar ante Ethan. El que se suponía debía ser su novio era un completo desconocido.
—Gracias... gracias por protegerme...
—Ethan me detesta. Nunca supe porqué... y aunque lo detesto y detesto todo lo que tenga que ver con el... extrañamente tu me agradas. Ademas, jamás dejaría que le pusieran una mano encima a ninguna mujer.
—¿Sabes? Creo que podríamos llevarnos muy bien.
Inuyasha volvió a sonreír hasta que regreso a su aspecto frío y distante. Lo notó, noto que el estaba en un estado de soledad terrible. Y quiso ayudarlo.
—Ah, no se tu nombre. ¿Como te llamas?
—Evangeline
La mujer que cambiaría su forma de ver el mundo, había llegado a él.
Wueno :v la foto de arriba me encanta 😍 estoy enamorada. Muchos dejaron en los comentarios lo confundidos que estaban por el rechazo de Kagome. También explicare eso. Todo tiene su explicación. En especial eso ayudará mucho a Kagome.
Es más les dire un pequeño secreto 7u7... me encantó tanto el personaje de Evangelie que quise dejarla de pareja con Inuyasha al final XD xD calma pueblo OuO
Gracias por leer la historia.
Los estareee leyeeeendo como sieeeempreee JAJAJJA ❤📖
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