48°
Buah, apoyaron el capítulo muchísimo anterior. Así que les dejaré este otro por el apoyo. Y también que actualizaré el sábado ya que la actualización de mañana se las estoy dando hoy. Nos leemos el sábado ❤
Allí en ese salón pequeño y lleno de papeles miraba por la ventaja como el sol comenzar a ponerse mientras el aire le chicas en la cara suavemente.
«Yo voy a protegerte, nací para hacerlo... y tu naciste para estar conmigo para siempre.»
¿Como podía ella no sentirse feliz ante tales palabras? Su corazón estaba latiendo con fuerza desde ese momento y no tenía idea de como detenerlo.
—¿Que me has hecho Inuyasha? Mi corazón ya no late por mi... ya ni siquiera puedo ver a nadie más que no seas tú. ¿Que hiciste con mi determinación?
Cerró sus ojos y se cruzó de brazos para dejarse llevar por el pasado. Donde todo a su alrededor parecía brillar estando junto a él. Tanta diferencia a como veía el mundo ahora.
Inuyasha llegó al salón y se mantuvo en la entrada al verla. Sus mejillas se colorearon de rojo y pensó que no había tenido la posibilidad de hablar. ¿Seria posible hablar con ella?
«Tienes que intentarlo Inuyasha.»
Caminó unos pasos hasta ponerse frente a ella. No fue capaz de decirle nada por más que lo intentó.
—Lo siento Kagome —dijo pensando que ella estaba dormida —lamento todo lo que ellos te hicieron en ese tiempo donde no estuve. Si yo hubiese sabido que todo eso estaba pasando... hubiera venido por ti. Ya te lo había dicho... que aún si me iba sin decir nada... yo volvería por ti... porque ese es mi destino y esa es mi determinación... protegerte de todos. No me importa hacerme enemigos de todos... con tal de tenerte conmigo siempre... aunque... creo que lo olvidaste. —sonrió con tristeza —Sé que lo que hice no es suficiente para que me perdones... pero... —acercó su rostro y le beso la frente —hasta entonces lucharé todos los días para que sepas que te amo. Hasta mañana cariño —salió del salón directamente hacia la casa.
Segundos luego abrió los ojos cristalinos ante las claras lágrimas y sus palabras dulces que parecían no acabar.
—No puedo —negó con la cabeza —no puedo permitir que estés conmigo Inuyasha... eres demasiado puro para alguien tan rota y sin luz como yo. —Se agarró la cabeza con ambas manos sin tener idea de que hacer.
En el camino hacia su casa pensó en todo lo que habia pasado en un día. Esos sentimientos que había transmitido ante todos y los suyos propios.
—No seas egoísta Kagome... —se dijo —pero... —una sonrisa idiota apareció en su rostro —cada vez que dice amarme... se escucha tan bonito. ¿Debería hablar con el?
No encontraba solución a su problema. Era tan molesto no tener una contestación a sus preguntas. Verlo tan decidido le hacia sentirse torpe. Era la primera vez que se sentía así.
—¿Cuando ocurrió todo esto? ¿cuando fue que me comenzó su gustar tanto?
«Porque ese es mi destino y esa es mi determinación... protegerte de todos. No me importa hacerme enemigos de todos... con tal de tenerte conmigo siempre.»
—¿Eso es lo que me falta? ¿determinación?
Querer luchar por algo al punto máximo. Darlo todo por ese sueño. ¿Eso era?
—¿Cual es mi determinación?
Se detuvo al verse a ella misma hacia dos años al comienzo de todo. Estaba mirándola fijamente, con sus ojos llenos de fuerza y coraje.
“¿Que crees que haces?”
—Buscó mi determinación... eso por lo que estoy dispuesta a darlo todo.
“Venganza, deseas cambiar la escuela por que en ella a tu hermano lo molestaban por ser pobre. Por eso entró a las pandillas y todos comenzaron a respetarlo. ¿Ya lo olvidaste?”
Kagome guardo silencio. Comenzaba a pensar que estaba loca, aunque se dio cuenta de que hablaba con ella misma. La excepción era que podía verse.
—Eso ya lo hice... los estoy haciendo pagar por todo lo que me hicieron hace un año... pero... eso no me hace feliz.
“Eres débil, careces de esa clásica valentía que te hacia ser tu. Te has convertido en un mar de confusiones.”
—¿Soy débil? —agachó la cabeza.
“Lo eres y quien te hace así es él... Inuyasha”
—No... eso no es cierto...
“¿Donde está ese odio que sentías por el hace unas semanas? Estas ilusionada con sus palabras y tu determinación está por desaparecer.”
—El no tuvo nada que ver con lo que pasó hace un año. Ya lo explicó...
“El puede anular tu voluntad. No eres capaz de luchar contra el. Más que determinación... te hace falta coraje.”
—¡¿Entonces que debo hacer?! ¡llevo un año esperando esto! ¡esta oportunidad de estar a su lado de nuevo! ¡¿que hago?!
“Esa es la respuesta que debes buscar tu.”
Miro como desaparecía frente a sus ojos su antigua yo. Tenía razón cuando decía que era débil.
Desde el comienzo de su vida vivió momentos dolorosos que la hicieron cerrarse ante el mundo. Y conforme pasaban los años se volvió la mejor amiga de la soledad. No fue hasta que él llegó, que cambio su mundo entero.
—Diras que soy débil... pero... yo necesito hablar con el.
Era él quien decía amarla sabiendo la forma en que ella lo había usado. Si el sentía eso por ella, tal vez había una pequeña oportunidad de poder cambiar su futuro.
—Solo no te ilusiones —se dijo y continuó su camino.
Inuyasha en cambio contaba los globos con Sesshomaru y sonreía de forma diabólica ante su grandioso plan.
—Esto va ser muy bueno —dijo —hay que llenarlos con agua y con pintura.
—¿Estas seguro de esto?
—Si, además la pintura no es a prueba de agua. Por lo tanto con algo de agua podrán limpiarse.
—¿Y esto?
—Bueno, pensé que sería bueno llenar cinco globos especiales. Esos tendrá huevo, pintura y harina.
—¿El director sabe de esto?
—No, pero no se va oponer. No cuando le diga que es por Kagome. Sesshomaru... aún me duele todo lo que le hicieron a ella. Así que quiero devolverles lo mismo pero cien veces peor. Ah... no permitas que Kikyo vaya mañana al sitio. Yo estoy seguro que Kagome quiere muchísimo a Kikyo... si ambas hablan las cosas bien podrían ser amigas de nuevo.
—De acuerdo
—Mañana, a la salida de la escuela. Todos ellos van a pagar.
Al día siguiente la escuela estaba llena de papeles informando que habría una reunión en la salida principal y que todos debían estar presentes.
—¿Que es esto?
—Tu tienes que ir —escuchó y miro detrás suyo a Inuyasha —eres mi invitada especial.
—¿Que vas hacer ahora? —se puso frente a ella.
—Lo que tengo que hacer. Por que... si no lo hago... esto va terminar por devorarme.
«Esos ojos...»
—¡No me digas que tu vas a!
—Si —sonrió —no tienes de que preocuparte.
—¡No lo hagas Inuyasha! No tienes que hacer eso. Algo así no va cambiar nada.
—No me importa si lo cambia o no. Es mi obligación, más allá de que te hicieron sufrir... se atrevieron a usarme para su propio gusto y eso no puedo perdonarlo. No puedo perdonar que te hayan hecho llorar, que te hayan dejado casi desnuda frente a todos, no puedo. —negó con su cabeza —Tu eres mi mujer, y no puedo permitir que te hagan sufrir de nuevo.
—Yo no soy tu mujer Inuyasha —se sonrojo —nosotros no somos nada.
—Tu siempre serás mi mujer —le acarició el rostro —te voy a esperar... además... tengo algo que decirte también.
—Por más que te lo diga no vas a cambiar de opinión ¿no?
—Me conoces Kagome. Piensa en todo esto... como otra prueba de que te amo... y que aquel que te haga sufrir... va pagar el doble.
Se dio la vuelta para marcharse dejando a Kagome con mil preguntas pero solo una respuesta.
Inuyasha preparó todo con ayuda de Sesshomaru y otros chicos. Después de todo los únicos que estarían mirando el espectáculo serían los de segundo y tercer año. Los graduandos eran la estrella principal.
—Has escogido a los de segundo y tercero porque los de cuarto fueron parte del plan ¿no?
—Eres todo un genio Sesshomaru. Haz que los de segundo y tercero vayan entrando.
—¿Se lo dijiste a Kagome?
—Si...
—¿Y que te dijo?
—Ella... no quiere que lo haga... pero no me importa. Yo tengo que hacer esto.
Sesshomaru aceptó con la cabeza y comenzó a buscar a todos los grupos por sus salones para hacer los pasar hacia los dos pasillos el de arriba y abajo los cuales tenían vista hacia la salida principal.
Pronto los dos pasillos estaban llenos. Tanto el de arriba como el de abajo. Y antes de que llegaran los invitados, Inuyasha habló con todos ellos.
—Ante todo lamento sacarlos nuevamente de sus salones. Se que todos me detestan y ustedes saben que no me importa. Pero esta vez quiero que dejemos esas pelea por un momento y me ayuden. Esta tarde, tendremos un grupo de invitados, mis amigos los graduandos. Y quiero darles una pequeña sorpresa. Pero para ello necesito de ustedes. Sé que si se los pido de buena forma no lo harán así que los obligo a que me ayuden.
Los estudiantes miraban atentos y escuchaban lo que Inuyasha les decía. El parecía tan acostumbrado hablar al frente de la gente. Se veía tan normal desde allá arriba.
La azabache escuchaba sus palabras y su calida voz hablar de forma autoritaria dando órdenes y poniendo todo en su lugar. Inuyasha podía ser mágico cuando se lo proponía.
Hacia latir su corazón con una fuerza deslumbrante. Y ponía su sangre a moverse de forma radical. A pesar de todas las cosas... el era el único.
—Espero su cooperación hoy en la tarde —miro se todos y luego vió a Kagome para sonreírle con dulzura.
Todo lo que el estaba haciendo en ese momento... lo hacia por ella.
A la tarde los graduandos fueron citados por Inuyasha. Pero había cierto grupo de chicos que obviamente no irían y eran ellos lo que precisamente debían ir.
—Miroku —el chico de cabellos negros hasta su cuello miro detrás suyo a su amigo —¿que tal?
—Pensé que no volverías hablarnos nunca.
—Bueno, yo, quería pedirles que fueran hoy a la entrada principal de la escuela. Todos los de último año. Me gustaría hablar con ustedes.
—¿Sobre qué?
—La última vez no fuí muy agradables con ustedes. Aún entendiendo el porqué lo hicieron. Me gustaría disculparme con todos de forma pública. ¿Que dices?
—¿De verdad?
—Yo no tengo porqué mentirles.
—Esta bien entonces —Miroku sonrió —yo... aprecio muchísimo tu amistad... y se que hice las cosas mal. Pero tu eres como mi hermano y no me gusto que te hicieran sufrir ni que te usarán así. Lo que hice está mal... pero los hermanos siempre intentan proteger a sus hermanos... aún si salen heridos o si se pelean.
—Miroku...
—Siempre seras mi hermano. Yo... quería disculparme con Kagome también. Pedirle que me disculpara por haber sido parte de todo lo que le hicimos. Por... no haberla escuchado... Naraku también está muy arrepentido y dice que el no es lo mismo si no están los cinco juntos.
—¿Y los demás?
—Kagura y Sango no lo están. Tampoco lo están Koga, Ethan y... el hermano de Kikyo se unió.
—¿El también?
—Si
Era sincero, Miroku era sincero en sus palabras. Y Kagome también lo notó. Hablaba con el corazón en la mano.
Inuyasha no supo que hacer. Por un lado estaba ella, el amor de su vida y quien había sufrido por culpa de ellos. Pero por otro lado estaba su hermano de toda la vida. Su mejor amigo de infancia y entendía su punto más no compartía sus actos.
«Kagome es lo primordial» se dijo mentalmente e ignoró sus sentimientos.
—Me alegra escuchar eso, aun así ven esta tarde a la entrada principal. Te vamos a estar esperan— vio a Kagome caminar hasta llegar frente suyo y pegarle una bofetada en la cara.
Se tocó la mejilla sin entender el porqué de ese golpe. Y la miro impresionado ante el claro coraje de su rostro.
—¿Que crees que estas haciendo?
—Kagome...
—¿No lo escuchaste? ¡esta arrepentido! Tu lo sabes, tu corazón también lo sabe, ¡incluso yo lo se! No seas tan duro contigo mismo.
—¿Que esta pasando?
—Lo hago por ti, ¿por que te pones de su parte? —vio sus ojos opacos ante el claro coraje y se sintió pequeña.
—Porque sé que los humanos podemos equivocarnos. Porque entiendo porqué lo hizo. Nunca estaré de su parte, jamás, pero es tu amigo. Y esta ahí, diciéndote todo lo que siente desde lo más profundo de su corazón. ¿Por que quieres romperlo? No te ciegues de odio Inuyasha.
—Y me lo dices tú...
—Si, te lo digo yo.
Se quedaron callados mirandose el uno al otro. Tantos sentimientos entre ambos pero uno en común, el querer proteger al otro de caer en el abismo.
Inuyasha cerró los ojos y volvió abrirlos para sonreír mucho más tranquilo. Eso quería escuchar, le dolía abandonar a sus amigos. Aún si hacia falta uno de ellos. Pronto volverían a ser los mismos.
Tomó impulso y le pego un golpe a Miroku en la cara tirandolo al suelo. Impresionada Kagome pensaba decirle algunas cosas cuando escucho a Miroku reírse he Inuyasha hizo lo mismo.
—No es conmigo que debes disculparte. Es con mi chica. —Le pasó un brazo por los hombros a la azabache soriendo de oreja a oreja.
Kagome lo apartó enojada y el camino hasta la ventana para ver algunos alumnos ir de un lado a otro.
—Lo siento presidenta. Yo me disculpo por lo que le hice... al final... si mi mejor amiga la ama... yo no tengo porque interferir en ello. Hágalo feliz. Ah, también me disculpo por Naraku, el están reponiendo un examen y por eso no está aquí.
—Fue un año difícil. Al menos ustedes tenían con quien hablar y contarle sus problemas. Yo tuve que callar todo lo que sentía. Pese a todo eso nunca sintieron un poco de compasión hacía mi. Sin embargo... alguien me mostró el camino que debía recorrer si quería un futuro a su lado. —Observó a Inuyasha y como el viento movía sus cabellos plateados. —Por el, por mi, y por ese futuro que ahora parece inalcanzable... —tomó aire y lo expulsó —te perdono.
Miroku sintió la leve necesidad de llorar y se levantó para sonrirle y recibir una sonrisa de su parte. Inuyasha miro ambos y sonrió para luego fijarse en los alumnos que salían en la tarde.
—Hoy empieza su verdadero infierno.
Aquí esta el capítulo :3 ojalá y les haya gustado. ¡Nuestro Inu va vengar a la presi! ¡esto va estar muy bueno! >:v
Gracias por apoyar la historia como siempre.
Los estaré leyendo ❤📖
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