36°

[Leer hasta el final]

[Un mes después]

Decir que su vida estaba bien era una mentira. Continuaba de pie por sus hermanos y por Inuyasha. Por que en el fondo sabía que el regresaría.

—Inuyasha —tocó su casillero y sintió otra vez ese nudo en su garganta.

¿Que había hecho mal para mereces tal sufrimiento? ¿A quien le había hecho tanto daño para ya no tener a Inuyasha a su lado?

—Buenos di—Llegó al salón donde no había nadie y miro unas hojas en la mesa.

Las agarró y comenzó a leerlas.

—¿Que? —eran las cartas de renuncia de todos los integrantes del Consejo.

Todos habían renunciados a sus cargos sin dar ninguna explicación.

—Estas sola —susurró para ella misma —otra vez como al comienzo. Este sentimiento de no pertenecer a ninguna parte...

No podía rendirse así de fácil. Ella debía luchar, eso era lo que Inuyasha si estuviese con ella le diría.

—Vamos Kagome —salió del salón donde se encontró con Kikyo y decidió hablar con ella.

—Kikyo, buenos días.

—Por favor, no me hables más.

—Kikyo

—Lo siento —entró al salón.

Al entrar al salón todos la miraron de mala forma y se colocó la capucha de su abrigo para no verlos.

«Ojalá Inuyasha estuviese aquí...»

Se dio cuenta de que la Kagome fuerte y de hielo habia desaparecido. Tanto Inuyasha como el consejo así como los cinco había derretido esa barrera que ella misma había creado para que precisamente nadie pudiese lastimarla.

Precisamente ellos la estaban lastimando de nuevo.

—¿Que hago? —susurró dejando su cabeza caer en su escritorio.

Para ella los días felices habían desaparecido desde el momento en que Inuyasha se había ido.

—No estas sola —escuchó y miro a Hojo sentarse a su lado —yo estoy contigo.

—Todo a mi alrededor... es como el principio. Estoy sola, pero tu estas aquí. Así como aquella vez, me apoyaste y logre ser presidenta.

—Tu naciste para serlo. Aún si todos esos traidores te abandonan... yo me quedaré aquí. Conmigo y siendo presidenta... no necesitas nada más.

—Eso no es cierto —miro hacia el frente —a mi... no me interesa ser presidenta... no si el hombre que me motivaba a continuar no está conmigo.

—Tu no lo necesitas. Él te abandono.

—Eso no es cierto...

—¡Lo es!

—¡No! ¡no lo es! Inuyasha me ama y no sería capaz de dejarme así. Debe haber alguna explicación.

—Lo que tú no quieres entender es que Inuyasha te quiere pero no te amaba. Porque alguien que ama... no hace lo que el te hizo. —Se levantó y caminó hacia la salida.

En su casa miraba las fotografías de su móvil queriendo poder regresar el tiempo. No estaba bien. Ella no estaba bien.

—Kagome, papá quiere hablar contigo —el hombre entró y se sento al lado de su hija —mi niña. Tu hermano me explicó lo que sucedió con ese muchacho. ¿Como le hizo esto a mi hermosa hija?

—El... me ama ¿verdad?

—Claro que lo hace —Bankotsu entró a la habitación —Inuyasha te a querido mucho. Desde aquella vez en que se te declaró y ahora lo hace. Que no este contigo no significa que no te quiera.

—El regresará cielo —Kagome lo abrazo —el va volver... y lo hará por ti. Solo esperalo...

Esperar por él. A un mes de su partida ella aún tenía esa esperanza viva de que el volvería.

—Va volver... mi amor va regresar.

Bankotsu odiaba ver a su hermana de esa forma. Porque le recordaba cuando su padre se había ido. Y detestaba que ella sufriese.

—Debes volver Inuyasha.

Pronto la escuela entera se volteo contra ella. Tanto los estudiantes como los propios maestros. Estaba sola y no tenía a nadie en quien refugiarse.

«Yo... quiero estar siempre así contigo. No soy capaz de ver mi vida al lado de otra mujer que no seas tú. Y eso me da algo de miedo.»

«¿Por que?»

«Porque dependo mucho de ti. Si tu me fallas... si me traicionas o si me abandonas... definitivamente... yo me haría pedazos sin ti.»

¿Por que se le venía a la mente ese recuerdo? Precisamente ese. Donde el hablaba de traición y fallas.

Caminando hacia la salida después de un largo día encontró un pequeño papel colocado en su casillero.

—Presidenta, dos chicas van a pelear en la calle cerca de la panadería. Por favor ayúdenos a detener esto.

Kagome comenzó a correr directamente a la calle que daba justamente a la panadería. Sin embargo lo que se encontró no era ninguna pelea.

—¿Que significa esto?

—Kagome Higurashi —Kagura apareció —presidenta del consejo estudiantil  y hermana de uno de los peores pandilleros que haya pisado esta escuela.

—Kagura...

Allí estaban las dos mujeres que amaban a Inuyasha por sobre todas las cosas. Las dos que querían verlo feliz.

—¿Que demonios quieres?

—¿Que creíste? ¿que no lo íbamos a saber?

—¿Que cosa?

—¡El usar a Inuyasha para ganar la presidencia! ¡lo usaste desde el principio para ser presidenta y para ganar de nuevo! ¡tu asqueroso y malévolo plan contra el!

Rápidamente lo supo. Toda la escuela se había enterado del plan. Y como era de esperarse Inuyasha era querido por todos en la escuela. Algo así, era terrible para ella.

—Inuyasha... ¿lo sabe?

—¡Idiota! ¡claro que lo sabe! ¡¿por que crees que no está aquí?! ¡el te detesta! ¡hablaste tan mal de el! ¡lo has hecho pedazos!

—El debe escucharme ¡las cosas no son como tu y todos los demás piensan!

—¡Las cosas son como tu misma lo dijiste!

—Ustedes, ninguno de ustedes, ni sus amigos, ni la escuela entera puede meterse entre nosotros. ¡Es algo privado de nosotros y no le interesa a nadie!

—¡Nos interesa ahora porque todos sabemos lo que hiciste!

—¡Pues si lo hice! ¡al principio lo usé para mi plan! ¡pero fue imposible no enamorarme de alguien como el! ¡Puedes traer a todas tus amigas o a la escuela entera! ¡Pero que te quede claro a ti y a todas que Inuyasha me ama a mi! ¡y que solo tiene ojos para mi!

—¡Vas a pagar por todo esto!

Kagura intentó golpearla cuando alguien detuvo su acto. La chica enojada se soltó y miro con mala cara al chico.

—¡Largo! ¡este no es tu asunto!

—Shhh —se giro hacia Kagome quien estaba algo mareada por la calor para cargarla como una bolsa de papas.

Estaba mareada y casi inconsciente cuando sintió como el hombre la tomaba de la cintura. Lo poco que pudo ver fueron aquellos ojos rojos como la sangre. Lo demás era un leve recuerdo.

Cuando abrió los ojos estaba en su cuarto siendo observada por su familia.

—Despertó —Sota sonrió y todos los demás lo hicieron.

—¿Que pasó?

—Por poco recibes otra golpiza por parte de esas chicas. Pero por suerte un chico te encontró y las ahuyentó antes de que sucediera algo peor.

—Si recuerdo algo...

—La verdad es que tocó la puerta y te dejó en la entrada. Solo pude verlo de espaldas y cuando lo llame continuó su camino como si nada.

—¿Y no te dijo como se llamaba o algo?

—No

—Esto es raro...

—¿Será obra de Inuyasha?

—No lo creo... aunque... tal vez.

El chico se removió el cubrebocas y expulso el aire. Comenzó a caminar hacia su habitación cuando miro a su padre.

—¿Continuas con esa tontería?

—No molestes viejo.

—No entiendo porque haces esas cosas. A ti no te falta nada, lo tienes todo —dejó la copa en la mesita de noche.

Apretó los puños y camino a su cuarto donde cerró la puerta de un portazo.

—¡Hey! ¡te estoy hablando!

—Tu no lo entiendes.

Agradezco el apoyo que tuvo el capítulo anterior 💗 muchísimas gracias. Y una pequeña pregunta ¿creen que Inuyasha tiene que ver con el chico extraño?

También que continúen leyendo la historia. Todo va resolverse y nuestros personajes van a madurar mucho ❤

Los estaré leyendo ❤📖

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