Capítulo 68: Misterios

Gray Fullbuster 

Lo bueno de estar en el hospital, es que ya no estaba encerrado en aquella casa con Kabuto. Los policías que estaban en la puerta custodiando me habían asegurado que no volvería a verle, el juez se ocuparía de ello. El tema de lo sucedido en el orfanato aún estaba muy reciente y con mi declaración de todo lo que había ocurrido con él tanto cuando vivía en el orfanato como lo de este último mes era suficiente para condenarle por mucho tiempo. Yo sólo esperaba eso, no volver a encontrarme con él jamás, no quería tener que verle de nuevo.

Natsu se quedó aquella noche conmigo. No le vi mucho tiempo y es que la medicación que me dieron me dejó dormido en cuestión de segundos. Me desperté desvelado cerca de las tres de la madrugada encontrándome a Natsu mal sentado en un pequeño sillón tratando de dormir como podía. Debía de ser muy incómodo dormir en ese pequeño hueco y sonreí al verle intentar adoptar alguna postura medianamente cómoda.

- Natsu – le llamé y él abrió los ojos mirándome – ven, te dejaré un sitio.

- No te preocupes Gray, la camilla también es muy pequeña – me comentó sonriendo.

- Me acercaré más a ti entonces – le dije – venga, ese sillón parece muy incómodo.

- Está bien – me dijo trayendo un pequeño cojín consigo.

Se vino a la camilla conmigo y le dejé un hueco. Era posible que las enfermeras nos echasen alguna bronca por la mañana, pero a mí me daba igual, prefería estar con Natsu y más desde que sabía que en mi vientre tenía a su hijo. Natsu se tumbó tras de mí y pasó su brazo por mi cintura dejando su mano reposar sobre mi vientre mientras yo colocaba mi mano sobre la de él.

- ¿Crees que está bien? – le pregunté.

- Tranquilo Gray, seguro que está muy bien.

- Aún le están haciendo pruebas, dicen que está muy débil.

- Se les ocurrirá algo, cálmate.

- ¿Y si no pueden ayudarle?

- Ya te han dicho que necesitas reposo. Esperaremos a que te den el alta y nos iremos a casa. Te mantendré en la cama tumbado todo el día y si tengo que llevarte las cosas a la cama lo haré – me dijo besándome la frente.

- ¿Crees que podré pasear?

- Imagino que sí, cuando estabilicen al niño podrás salir de la cama. Será unos días hasta que esté fuera de peligro. Yo no dejaré que os pase nada Gray, te cuidaré. Te lo prometo. Os cuidaré a ambos.

- No había tenido oportunidad de preguntarte pero... ¿Te hacía ilusión? Digo... sé que soy joven para tener un niño y quizá... te estoy arruinando la vida.

- Tú no me arruinas nada Gray, de hecho yo te la he arruinado a ti. Tenías tantas cosas por hacer y un niño será un cambio enorme pero no permitiré que eso te afecte, trataré de ayudarte en todo lo que pueda, me gustaría que pudieras estudiar, ir a la universidad, buscar un buen empleo, no sé... quiero que tengas una vida normal y sé que un hijo desequilibra muchas cosas.

- Yo estoy contento de que sea tuyo.

- Lo sé, pero como has dicho eres muy joven Gray. Quizá no era el mejor momento pero ha ocurrido y yo no pienso renunciar a él, me alegra tenerlo. Yo no quiero que lo sientas como una pesada carga para ti. La pregunta no es si a mí me hacía ilusión Gray... sino... ¿Te hace ilusión a ti?

- Sí – le dije muy decidido – no niego que me habría gustado ser más mayor para tenerlo, esperar un poco pero supongo... que las cosas vienen de esta forma y no se puede cambiar, quiero darte este hijo, quiero tenerlo y no quiero que le ocurra nada malo.

- Duerme Gray, ya verás que mañana por la mañana nos explicarán qué ocurre. No sirve de nada darle vueltas ahora a la cabeza, sólo te preocupa más y esa angustia puede sentirla nuestro hijo. Intenta calmarte un poco, yo estaré aquí contigo toda la noche abrazándote.

Me dormí en los brazos de Natsu. Me costó un poco coger el sueño pero cuando lo cogí... ya no me desperté hasta casi el medio día y por culpa de la luz que entraba por la ventana. Las enfermeras habían entrado un par de veces, o eso me comentó Natsu que ya estaba en el sillón sentado. Me imaginé que habría bajado temprano para evitar que nos echasen la bronca porque hubiera dormido conmigo.

El médico vino a revisarme enseguida, en cuanto Natsu le llamó para avisarle de que había despertado. Creo que algo iba mal, nadie me lo dijo, pero yo estaba convencido por el semblante que colocó, algo ocurría pero aunque pregunté, el médico no me contestó y pidió hablar con Natsu fuera. Esperaba que me lo contase cuando volviera a entrar.

Vino con cara preocupada pero intentó sonreír al verme. Yo seguía pensando que algo malo sucedía. Por mucho que pregunté, Natsu sólo desviaba mi pregunta y hablaba de otros temas. Me callé, opté por la ley del silencio hasta que quisiera contarme algo pero no parecía funcionar muy bien.

- Voy a ir a por un café – me comentó - ¿Quieres que te suba algo de la cafetería? Sé que la comida de aquí no es muy buena. – yo no contesté – Bueno... veo que tienes pocas ganas de hablar, ahora vendré y te traeré algo.

Esto de reposar era un rollo, me apetecía estirar un poco las piernas, me apetecía salir a tomar el aire fresco, quería estar fuera de este hospital. ¿Qué le había dicho el médico a Natsu? ¿Era del bebé? ¿Era sobre mí? Estaba preocupado pero no podía haber nada si no me lo contaban. Lo que me sorprendió fue ver a Lucy allí, porque entró a verme y yo le pedí que se marchase aunque no lo hizo.

- Es fácil encontrarte, casi siempre estás por aquí.

- Ya... supongo que no llevo una vida tan fácil como la tuya. ¿Consigues todo acostándote con tus jefes, no? – le pregunté y supe que estaba enfadada por mi contestación al verle ese rostro que puso.

- No vengo a discutir, sólo venía a darte el pésame por lo de tu hijo, al fin a al cabo ya me han contado que lo has perdido.

- Eso no es cierto – le dije tocando mi vientre – sigue conmigo, lo siento dentro de mí.

- Algo psicológico, como cuando te amputan un brazo y sigues sintiendo dolor o picor en ese brazo inexistente, no tiene mayor importancia, con el tiempo te irás acostumbrando a esa sensación de vacío.

- Quiero que te marches – le dije.

- Claro – me comentó – aunque te diré una pequeña cosita... ¿Por qué crees que no te lo han dicho? No quieren que sufras más con todo este tema, no saben cómo decírtelo.

- Lárgate – le dije enfadado – tú ya no perteneces a nuestra vida, vete a seguir revolcándote con tu novio y déjanos en paz, deja de pensar en nosotros como Natsu y yo te hemos olvidado. No queremos saber nada de ti.

Lucy se marchó de mi habitación enfadada pero yo me quedé unos segundos pensando si eso podía ser cierto o no. Supuse que sí por cómo había reaccionado Natsu. Ahora sí quería salir del hospital pero no tenía confianza con nadie como para pedir que me dejasen salir un rato a tomar el aire fresco. Para mi suerte, Sasuke entraba en aquel momento, no había podido hablar con él en mucho tiempo y me había enterado de lo de su amnesia gracias a Naruto cuando vino a verme. Me sorprendió que se acordase de mí, porque no debería de hacerlo ¿Estaba recordando ya?

Me comentó que había muchas cosas que no recordaba y prefería hablar conmigo para tratar de acordarse, al fin y al cabo yo era su hermano biológico aunque poco podía serle de ayuda, no tenía mucha idea de quién era. También era cierto que había perdido memoria de los últimos meses y ahí le había conocido, quizá podía contarle qué había pasado en esos meses.

- Si me consigues una silla de ruedas y me llevas a dar un paseo, hablaré contigo de lo que quieras.

- No es conveniente que salgas del hospital.

- Necesito respirar aire fresco, por favor, me agobio estando aquí encerrado.

- Está bien, ahora mismo vuelvo – me dijo para ir a buscar una silla de ruedas y salimos de aquel hospital para dar un paseo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top