Capítulo 55: Traumas
Natsu Dragneel
Mi padre decidió quedarse unos días en casa o bueno... en realidad me tocó convencerle de que se quedase, porque iba a marcharse a un hotel. No me parecía bien que mi padre pagase un hotel pudiendo quedarse aquí, tan sólo serían unos días y no molestaba en absoluto. Por lo general todas las mañanas se marchaba a correr, desde que cogió el hábito en el ejército no lo volvió a soltar. Le gustaba hacer deporte todo lo contrario que yo que no me gustaba nada salir a correr, me aburría haciéndolo y lo sabía porque de pequeño iba a correr con él.
Lucy decía que se iba a marchar a vivir con Hibiki y a mí ya no me quedaron dudas de que esos dos tenían algo más serio a parte de una relación meramente profesional. Aquel viaje que habían hecho recientemente juntos, me parece que tampoco era por trabajo pero ahora mismo ya me daba igual, sólo podía pensar en Gray y en que él estuviera bien y que Lucy se marchase era un gran avance para nosotros y nuestra relación.
Habían pasado más de dos semanas desde lo ocurrido con el orfanato y yo no había querido presionarle a nada. Había tenido que pasar por el hospital varios días para hacerle revisiones y es que le dieron el alta con la condición de que pasase periódicamente por allí, había venido completamente desgarrado y yo aunque me moría de ganas de hacerle mío... ni podía, ni quería presionarle, menos estando como estaba de herido por aquellos brutos. Al final había acabado simplemente tratando de que mi contacto no se le hiciera raro, a veces le hacía una simple caricia, otras le cogía la mano y como mucho, alguna vez le besaba con dulzura incluso sin meter la lengua, no quería presionarle, él me indicaría cuando estuviera listo, puede que nunca pero a mí me daba lo mismo mientras estuviera a mi lado.
Laxus había decidido tratarle en algunas terapias y creo que le iban bien, últimamente se le veía más contento, más tranquilo y más seguro de sí mismo. Era un buen chico que trataba de salir adelante como podía y creo que hablar a veces con su hermano Naruto le hacía bien, eran tan diferentes los dos. Gray siempre le había protegido pero Naruto era el encargado ahora de conseguir que su hermano tratase de olvidar el pasado y convencerle de que no todo el mundo era como él pensaba, había gente buena y decente, no todos serían como los del orfanato. Creo que poco a poco Gray empezaba a confiar en la gente, al menos en mí y eso me alegraba.
Por suerte, Lucy había recogido sus últimas cosas y se había marchado bastante temprano y mi padre se había ido a correr como todas las mañanas. Me preparé el desayuno y miré hacia la puerta cerrada de la habitación de Gray mientras sonreía, ese chico nunca había tenido un cuarto para él solo y ahora creo que le gustaba, a mí por lo menos me hacía feliz tratar de hacerle feliz a él.
Ya estaba terminando de hacer el desayuno cuando sentí unas manos que agarraban mi cintura y sonreí al sentir que era Gray.
- ¿Has dormido bien? – le pregunté.
- Sí – me dijo – aunque no estoy acostumbrado a dormir en una cama tan grande, a veces me siento un poco solo. ¿Ya se ha ido Lucy? – me preguntó.
- Se fue esta mañana temprano, terminó de recoger sus cosas y supongo que Hibiki le esperaría abajo para recogerla, ni siquiera he mirado por la ventana.
- ¿Crees que tenía algo con ese chico?
- No lo sé, pero no importa. Lo que importa es que te amo – le dije dándole un pequeño beso en los labios – desayunemos.
- ¿Tú padre no desayuna con nosotros? – me preguntó al ver la mesa colocada sólo para nosotros dos.
- Mi padre se va a correr todas las mañanas, le encanta hacer deporte temprano. Cogió el hábito en el ejército y no hay forma de que lo suelte – le dije sonriendo.
- Oh, ya veo – me dijo sonriendo.
Desayunamos juntos, él siempre comía bastante y supongo que era porque no le habían tratado muy bien en ese orfanato, no me había contado nada, pero imaginaba que no les darían mucha comida o que no estaría precisamente buena. Yo sonreía al verle comer, me hacía feliz verle ahora tan bien, no parecía el mismo chico que había conocido al principio, su carácter estaba mejorando.
Gray recogió toda la mesa después del desayuno y comentó que fregaba él ya que yo lo había preparado. No quise discutir y le dejé hacerlo mientras me marchaba a la habitación a recoger algunas cosas y es que Lucy había arramblado con todo, al sacar su ropa prefirió tirar la mía por el suelo y ahora me tocaba recogerlo todo. Había dejado mi cuarto patas arriba.
Me agaché para coger unos pantalones del suelo cuando sentí las manos de Gray en mi cintura y sonreí. Coloqué mi mano sobre la suya y acaricié con suavidad intentando que no tuviera miedo. Me aparté un poco para seguir recogiendo las cosas pero él no se soltó para mi asombro, seguía cogido a mí y no entendía qué ocurría.
- ¿Qué pasa Gray? – le pregunté.
- Quiero... quiero estar contigo – me dijo al final.
- Ya estás conmigo – le dije dándole un dulce beso en los labios.
- De la otra forma Natsu – me dijo – quiero... acostarme contigo.
- No estás preparado – le dije poniéndome serio y tratando de marcharme pero él me cogió de nuevo.
- Por favor – me suplicó – quiero borrar estas marcas que tengo y sé que tú lo harás con cuidado, ayúdame por favor, quiero superar este miedo. Sé que no me harás daño, ni me pedirás cosas extrañas, sé que tendrás cuidado, eres el único que puede ayudarme.
- Vale, pero si en algún momento quieres parar, dímelo y lo haré al momento.
- Sé que eres el hombre correcto, quiero superar esto Natsu, la terapia con Laxus me está ayudando y puede que aún tenga miedo pero... necesito hacerlo, necesito que me ayudes.
- Lo haré Gray.
Me acerqué a Gray muy despacio y le acaricié la mejilla a medida que avanzaba la mano hacia su nuca para acercar su rostro hasta el mío atrapando sus labios. Deseaba besarle desde hace tanto tiempo que tuve que contenerme para no pasarme de la raya. Le besé con delicadeza, rozando mis labios con los suyos viendo como cerraba los ojos y temblaba de miedo.
- Abre los ojos Gray – le dije – mírame, no soy ninguno de los del orfanato. Si te vienen a la mente abre bien los ojos y mírame, estás conmigo Gray, no con ellos.
Gray abrió los ojos y se acercó aún más a mí besándome esta vez él con más pasión. Pasó su lengua por mis labios tratando de que abriera la boca y lo hice, le dejé entrar a jugar con mi lengua tratando de no presionarle, era la primera vez que dejaba a alguien controlar la situación pero Gray lo necesitaba, estaba acostumbrado a que hicieran con él lo que querían, yo sería todo lo contrario, iba a darle a él todo el control.
Sus manos aún temblorosas cogieron mi camiseta tratando de quitármela pero al final tuve que ayudarle un poco por lo nervioso que estaba. Terminé yo de quitármela y volví a acercar su cuerpo al mío pasando mis manos por su cintura. Besé a Gray con mucha tranquilidad, intentando hacerle sentir cómodo. Sé que se estaba excitando, podía sentir su bulto bajo los pantalones y la verdad es que yo también me estaba excitando, este chico me volvía loco.
Gray me empujó con suavidad sentándome en el borde de la cama. Se sentó sobre mí besándome y aunque seguía todo su cuerpo temblando, no había cerrado los ojos, seguía mirándome y centrándose en mí.
- Te quiero Gray – le susurré para intentar calmarle pero él no respondió, se limitó a besarme y a enredar sus dedos en mi cabello.
Mis manos recorrieron su cintura, su espalda, su abdomen y quité su camiseta con mucha calma. Gray ni siquiera hablaba pero era normal, estaba intentando asumir su trauma como podía, intentaba hacerse el valiente y seguir adelante por eso yo iba con tanto cuidado con él y seguía sus pasos, quitaba la ropa cuando él daba el primer paso, por eso no me acerqué a su pantalón hasta que sus manos llegaron a mi cinturón. Lo quitó despacio y bajó la bragueta. Menudo alivio fue para mí aquello, porque estaba tan excitado que dolía tener mi miembro allí retenido bajo el pantalón.
Gemí y suspiré de alivio cuando bajó un poco el pantalón aliviando la presión sobre mi miembro. Imité su gesto y con movimientos muy lentos bajé su pantalón dejando su miembro al descubierto.
Bajé hasta su miembro sacando mi lengua y lamiéndole levemente haciéndole gemir. Cerró los ojos y le pedí que volviera a abrirlos, estaba sonrojado y le daba vergüenza verme hacer esto, pero prefería que mantuviera los ojos abiertos. Volví a su miembro lamiendo la punta con dulzura escuchando sus gemidos. Metí su miembro entero en mi boca dándole placer y aunque aún sentía que tenía un poco de miedo quise prepararle ahora que estaba recibiendo el placer. Gray lamió mis dedos y una vez lubricados los metí en su entrada despacio.
Gray volvió a gemir y cuando sentí que estaba suficientemente excitado le indiqué que se colocase sobre mí mientras posicionaba bien mi miembro y entraba en él despacio. Su rostro se tensó, tenía dolor y quise parar pero él no me dejó, siguió bajando hundiéndose en mi miembro. Me besó y siguió bajando hasta que mi miembro estuvo completamente dentro de él. Yo mismo gemí al sentirme dentro de él, seguía siendo estrecho pese a lo que había pasado en su vida.
Se movió encima de mí en cuanto su dolor empezó a desaparecer y yo traté por todos los medios de que disfrutase, quería que relacionase el sexo conmigo como algo bueno, porque yo jamás le haría daño. Se agarró a mi cuello subiendo y bajando encima de mí sin decir palabra alguna. No pude evitar correrme por el placer pero me sentí aliviado cuando él también se corrió y aunque se disculpó por mancharme yo sonreí haciendo que él empezase a sonreír también.
- Te amo, enserio Gray, quiero pasar el resto de mi vida contigo.
- Yo también te quiero, Natsu – me dijo – sé que... esto no ha sido muy divertido...
- Ha sido perfecto Gray, poco a poco, has dado un gran paso, superaremos esto juntos, te lo prometo.
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