Capítulo 52: Descubierto
Sabaku no Gaara
No sabía por qué aquella noche volví a hablar, supongo que tuve una pesadilla. Naruto había venido echo una furia por casa, nos había dicho las cosas tal cual las veía y me sentí culpable, porque era cierto que cuando los del orfanato quisieron pegarme cuando descubrí su negocio Gray se metió en medio para ayudarme, le pegaron a él en lugar de a mí, era cierto que Gray siempre estuvo ahí y yo... desde que había salido de ese orfanato me había olvidado. Naruto tenía razón, nos habíamos acomodado a la nueva vida que nos daban, supongo que a lo bueno nos acostumbrábamos rápido. Ahora me sentía culpable y esa noche soñé con Gray.
Creo que cuando me fui a dormir esa noche, tenía la cabeza llena de pensamientos de Gray, cuando él sonreía, cuando nos invitaba a comer, recuerdos de cuando me protegía, cuando se inventaba historias para que me durmiera, recuerdos de cuando le hacían trabajar y me desperté de golpe gritando su nombre. Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba hablando, de que estaba gritando, sé que sólo era una palabra lo que estaba diciendo, pero me desperté llorando y todos acudieron enseguida a ver qué me ocurría.
Laxus no tardó prácticamente nada en llamar a Natsu para que viniera y él llegó más o menos rápido. Estuvieron un buen rato hablando a solas mientras Sai trataba de consolarme. Me agarré a él con fuerza hasta que vi como Laxus hablaba con un muy afectado Jellal, creo que le estaban presionando para que contase lo que ocurría allí dentro y es que tenían que contarlo, Gray y Naruto estaban allí solos, podía pasarles algo.
Al final habló o al menos dijo parte de lo que ocurría. Supongo que no tardarían en averiguarlo porque Natsu salió a toda velocidad preocupado por Gray. Creo que ese chico amaba realmente a Gray pero también sabía que era complicada su situación, ese trauma que tenía nuestro compañero no sería nada fácil de superar pese a la confianza que ambos parecían tenerse últimamente.
Esa noche hubo un gran revuelo pero al menos cuando volvieron Jellal y Laxus nos comentaron que todo había terminado, que Gray estaba en el hospital recuperándose y que se iría una temporada con Natsu a su casa. El que sí vino a dormir aquí fue Naruto y por primera vez, conseguí hablar con él. Mi voz no era fuerte y clara, sonaba casi como un susurro y a veces me atascaba o me atragantaba, pero al menos estaba hablando, por fin lo estaba haciendo. Tantos años de miedo y coacción y ahora por fin podía volver a intentar ser yo mismo. Todo eso se lo agradecía a Laxus por su incesante paciencia conmigo en las terapias y a mis amigos, que siempre habían estado allí para apoyarme y ayudarme.
Le conté todo lo que sabía a Naruto y acabé llorando en mi habitación, había guardado todo el secreto tanto tiempo, sé que ellos me lo pidieron pero... me sentía culpable de haberlo ocultado todo el tiempo que estuve allí. Yo era consciente de lo que pasaba y jamás se lo demostré a Naruto, no fui capaz de decírselo.
Esa noche Sai se quedó conmigo abrazado. Sé que mañana se marchaba de esta casa y era la primera vez que nos íbamos a separar. Desde que había llegado al orfanato él y yo siempre habíamos estado juntos y ahora tenía que marcharse a la casa de los Uchiha. Lo hacía por Naruto y por mí, por esos periodistas que no se daban cuenta que nos hacían daño con todas sus preguntas, con esa insistencia por saber los acontecimientos, por saber todo lo que nos ocurrió. Nosotros no queríamos hablar del tema, sólo queríamos ser libres, vivir nuestra vida, olvidarnos y tratar de seguir adelante, nada más.
Se fueron pronto tanto Jellal como Sai, la familia Uchiha vino a buscarles y aunque Fugaku tuvo la cortesía de tomarse un café con Laxus mientras nos despedíamos los demás, el duro momento de la despedida acabó llegando y abracé a Sai con lágrimas en mis ojos, pero con la conciencia tranquila, por fin todo acababa y él y yo podríamos estar juntos, esto sólo era un trámite más en nuestro proceso, nada más. Me quedé allí en esa casa con Naruto y Laxus y jugamos por la tarde a juegos de mesa aunque Naruto estaba un poco serio, eso no era normal en él, siempre había sido un chico que sonreía ante cualquier situación.
Laxus decidió llevarnos al parque y yo estaba contento, quería ir, salir un poco de esta casa y es que habíamos estado encerrados entre estas cuatro paredes mucho tiempo. Ahora que todo se había solucionado ya no habría problemas de ninguna clase y estaba contento de poder salir al fin. Naruto se fue a la habitación a cambiarse el pijama por la ropa de vestir y yo le seguí.
- ¿Te ocurre algo? – le pregunté cerrando la puerta tras de mí.
- Nada en especial.
- ¿Es por lo de Gray?
- No, con él he hablado esta mañana, ya está en casa y parece estar bien. Ayer le dieron el alta.
- Entonces... ¿Qué es?
- Sasuke – me dijo – no puedo quitármelo de la cabeza, le amo pero... ¿Crees que estará ahora con esa chica?
- No lo sé – le dije – creo que te quiere pero que tiene algún problema que solucionar.
- Si, también lo pensé y sé que está enfadado Gray con él y es mi culpa. Sasuke no le ha hecho daño a él pero...
- Gray es tu hermano, se molestó cuando te hicieron daño, es comprensible.
- También Sasuke es su hermano y más de lo que yo seré jamás.
- Para Gray tú eres su hermano, siempre te ha visto así, Sasuke pese a ese lazo sanguíneo realmente ninguno de los dos se conoce bien. Creo que llegarán a ser buenos hermanos, pero les va a costar un poco, tienen que empezar su relación de cero y eso es complicado. Aún así los he visto muy unidos.
- ¿Enserio?
- Sí. Son cabezones los dos pero ambos se preocupan por el otro aunque a veces no lo demuestren.
Naruto sonrió de golpe, supongo que por pensar que los dos eran tan cabezones y es que era cierto. Se notaba que eran hermanos, menudos dos, no había quien pudiese con ellos, pero en el fondo sé que se apreciaban y se querían.
- ¿Vamos al parque? – le pregunté.
- Sí – me dijo – me apetece salir un poco de aquí – me dijo sonriendo.
- Quizá podamos pasar a ver a tu hermano, podríamos pedírselo a Laxus.
- Quizá es mejor que le dejemos descansar unos días y que se acople a la casa, podemos visitarle mañana o pasado mañana.
- Sí, creo que tienes razón. Démosle un poco de tiempo para que se adapte a la casa de Natsu.
Nos fuimos con Laxus al parque y él se llevó unos lienzos con pinturas. Supe enseguida que iba a llevarnos a algún lugar ha pintar, a mí me gustaba mucho pero Naruto no había dibujado jamás. Laxus estuvo más tiempo con él enseñándole y tratando de conseguir que se pareciera a algo de lo que veía en el paisaje, yo sonreía, la pintura no era algo que a Naruto se le diera bien pero al menos él lo intentaba. Yo me puse a dibujar la fuente del centro, eso me relajaba. La gente pasaba por allí y a veces... algunas personas se detenían unos segundos a mirar nuestros cuadros o más bien los míos, porque lo de Naruto eran unas líneas, unos garabatos que no se entendían pero eso me hacía sonreír, él le ponía ganas y trataba de hacerlo lo mejor posible mientras Laxus trataba de enseñarle.
Estaba centrado en dibujar cuando al levantar la vista para fijarme de nuevo en la fuente me encontré a los tipos de la otra vez, aquellos que habían entrado en mi casa y me asusté. El pincel tembló en mis manos y creo que Laxus se dio cuenta de que me ocurría algo cuando me vio tan inmóvil mirando fijamente hacia la fuente. Al mirar hacia allí y ver a los individuos los reconoció por los retratos que días antes había realizado para entregarlos a la policía.
- Son ellos – le dije
- Voy a llamar a la policía – dijo Laxus sacando su teléfono.
Yo no podía apartar mis ojos de aquellos tipos hasta que uno de ellos me miró y yo hice como si siguiera dibujando. Creo que aquel día ellos no llegaron a verme o puede que sí, ya no estaba seguro. Quizá no bajaron a buscarme porque la policía estaba en camino y tuvieron que huir, no estaba del todo claro, mis recuerdos de aquella noche estaban bastante borrosos, mi mente no quería recordarlo, había suprimido datos.
Vi como uno de ellos sonreía antes de empezar a caminar para marcharse. Me dieron arcadas y acabé saliendo corriendo hacia una papelera para vomitar, no soportaba ver a esos tipos. Los recuerdos de mi hermana venían una y otra vez a la cabeza, no había sabido nada de ella en todos estos años ¿Podían tenerla ellos? ¿Podía estar viva? ¿Estaba muerta? ¿Secuestrada? ¿Habría podido escapar? Demasiadas dudas me asaltaban una y otra vez hasta que sentí la mano de Laxus en mi espalda y su suave voz comentándome que todo estaba bien.
La policía no tardó en llegar y los buscaron por todo el parque. Pensé que quizá debí seguirles pero... habría sido peligroso hacerlo, yo ya sabía de lo que eran capaces esos tipos, así que preferí no involucrarme con ellos de nuevo, era mejor así. Debía confiar en que la policía haría su trabajo y tarde o temprano, los encontrarían. Ya estaban buscándoles.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top