Capítulo 42: Heridas

Natsu Dragneel

Había besado a Gray y eso era un grave error para un profesor, se suponía que yo debía mantener cierta distancia con mis alumnos y aunque mi cabeza decía exactamente eso... que me separase ahora que podía, mi corazón gritaba que permaneciera a su lado, estaba enamorado de Gray, de mi alumno, de mi mejor alumno, ese que se negaba a hablar y contarme qué le ocurría para llegar todas las mañanas tarde, él que jamás me diría cómo se sentía porque guardaba sus sentimientos demasiado al fondo para que yo pudiera acceder, ese que se protegía como podía en su silencio y sus mentiras, pero algo era cierto en ese chico... necesitaba ayuda y me quería, sentía algo por mi, podía sentirlo, eso no podía ocultarlo más, llevaba demasiada carga y no siempre podía salirse con la suya.

Ese chico insensible que no parecía tener sentimientos por nadie... poco a poco se iba abriendo. Había visto cuánto quería a Naruto, a Sasuke, a Jellal... ahora a mí, amores diferentes pero todos ellos válidos, eran sentimientos, los tenía, pero se negaba a sacarlos con libertad, los retenía y no entendía por qué no se dejaba llevar por ellos. Ese chico era un completo misterio, pero un misterio por el que yo estaba dispuesto a arriesgarme y luchar, porque le quería, así era el amor... ciego y un poco loco, sin medir consecuencias de los actos. Me iba a arriesgar por él.

Cuando llegué a casa ese día tenía pensado hablar con Lucy sobre todo esto, pero no estaba. Era raro que no estuviera y tras llevar casi una hora en casa, descubrí una nota en la encimera de la cocina cuando iba a buscar algo que comer, tenía hambre. Al parecer, Lucy se había ido a un viaje de negocios con otro compañero del trabajo, a mí me sorprendió que no me lo hubiera contado antes, pero seguramente le habría salido de improviso. No quise romper con ella por teléfono así que no me quedó más remedio que esperar a que volviera, quería hacerlo con valentía y dar la cara, no por un mensaje o por un teléfono causándole una impresión de cobarde. Era yo quién había cambiado sus sentimientos y sé que ella querría una explicación para nuestra ruptura, así que se la debía después de los años que llevábamos juntos. El único problema... es que no volvía hasta dentro de una semana y eso hacía que estuviera preocupado.

Supongo que no me gustaba estar ocultándole cosas a Lucy, pero tampoco quería perder a Gray, era una semana... pero una semana que se me iba a hacer muy larga. Yo sólo quería volver a ser libre para poder estar con Gray. Tampoco le había dicho que tenía pareja, ni que estaba prometido y eso tendría que hablarlo con él. Quizá no tenía gran importancia porque iba a romper con Lucy por él, me había dado cuenta de mis sentimientos a tiempo y no estaba casado, así que realmente... tampoco era algo tan serio aunque lo era. De todas formas... arreglaría todo esto, lo haría en cuanto Lucy volviera.

A la mañana siguiente fui al instituto y como siempre... Gray llegó tarde a mi hora pero esta vez, se sonrojó cuando me pidió pasar y accedía que se sentase, aunque le recordé que debía llegar puntual, creo que a él le daba igual lo que le dijera, porque no cambiaría esa costumbre. Le vi mirar hacia su hermano Sasuke y se sentó cerca de él abriendo su libro. Creo que hoy estaba un poco extraño, menos hablador que de costumbre y no se atrevía a mirar a Jellal, en cuanto sus ojos se cruzaban, Gray desviaba la mirada y supe... que le ocurría algo aunque Jellal trataba de hablar con él. Vi un par de papeles pasar en su dirección pero no quise decir nada, sé que aprovechaban cuando les daba la espalda, aún así, creo que Gray no estaba contestando a esos papeles que le llegaban de sus amigos, porque después de que Jellal le intentase sacar algo sin conseguirlo, Sai también empezó.

Sasuke miraba preocupado a Gray que seguía en silencio a su lado y cuando el timbre sonó que Jellal y Sai trataron de acercarse a Gray, Sasuke cogió todos los papeles de encima de la mesa de Gray y bloqueándoles el paso los tiró a la primera papelera que vio empezando una discusión con ambos mientras Gray se marchaba de allí con prisa. Creo que esos dos estaban empezando a llevarse cada vez mejor, como hermanos que se entendían. Sasuke sólo trataba de proteger a Gray de algo y yo esperaba que me lo contase en cuanto supiera de qué iba todo eso. No podía ayudarles sino me lo contaban.

- ¿Por qué has tirado los papeles niño rico? – preguntó Jellal – no eran para ti.

- Me da igual para quien fueran, estabais agobiándole, ¿No lo veíais? Sólo intentaba estar un rato a solas y no paráis de atosigarle, dadle un poco de cuartel – se quejó Sasuke.

- Parad ya – les dije a esos tres para que detuvieran su pelea – Sasuke... tu te quedas, tengo que hablar contigo sobre tú trabajo – le comenté mientras los otros salían.

No había ningún trabajo, a menos que tuviéramos en cuenta el de espía que estaba haciendo para mí. Me senté en el borde de la mesa del profesor y Sasuke se mantuvo de pie frente a mí.

- ¿Me cuentas de qué va todo esto? – le pregunté.

- ¿No lo sabes aún? Laxus se ha llevado a vivir con él a Jellal y ha adoptado a Gaara y a Sai.

- ¿Está enfadado Gray? – le pregunté.

- No, no es eso, es algo más complejo – me comentó – siente que ya no pertenece a ese grupo, siempre han estado juntos, los chicos del orfanato, pero ahora sólo está Gray allí, los demás han rehecho su vida y ya no van por el orfanato, ni hacen las cosas que hacían antes con Gray, ya no van a comer juntos por ahí, sólo... se ven aquí – me dijo – Gray siente que se han apartado de él, que se han olvidado ahora que tienen otra vida.

- Ya veo.

- Gray no quiere hablar con ellos en este momento, no sé qué le pasa, pero sólo quiere comer conmigo en los recreos, ha empezado a apartarse de sus amigos. Creo que se le pasará o eso espero, de todas formas, creo que ni Jellal ni Sai se han dado cuenta de lo que ocurre, pero no tardarán en descubrirlo si lo siguen agobiando. Por lo que me contó Gray, los primeros días desde que se marcharon del orfanato sólo hablaban de lo bien que les iba y de anécdotas de su nueva vida, él se sintió excluido, por eso no cree que tenga nada en común ya con ellos, se está alejando, no quiere escuchar lo felices que son aunque se alegre por ellos. Creo que en ese orfanato pasa algo – me comentó.

- Yo también lo creo – le dije.

Dejé salir a Sasuke y me dirigí hacia el despacho, hoy tenía algunos asuntos que tratar y no podía quedarme, sin embargo... cuando iba por el pasillo vi un gran revuelo y escuché claramente a Jellal hablando con Gray aunque éste le decía que se alejase de él, que ya no tenía que preocuparse más, que estaba fuera del orfanato y que se olvidase de él. Jellal trataba de calmarle y cuando di la vuelta a la esquina para verles, me di cuenta de que Gray se apoyaba contra la pared como si le costase mantenerse de pie mucho rato. Esperé unos segundos, creo que Gray necesitaba hablar con alguien pero cuando Jellal lo zarandeó un poco intentando llamar su atención, Gray se desplomó cayendo inconsciente al suelo.

Tanto Sai como Jellal se preocuparon y yo corrí hasta Gray cogiéndolo en brazos para llevarlo a la enfermería. Sabía que este chico no estaba bien desde que entró ¿Cómo no podían haberlo visto Jellal y Sai? Siempre habían estado con él, quizá vivir lejos de él estos últimos días o semanas... les había pasado factura, Gray no estaba para que lo movieran mucho, ese grupo se disolvía y en parte era bueno para Laxus y para mí porque nos permitía tenerlos por separado y ver si alguno de los tres hablaba, aún así... tampoco creí que fuera favorable que se distanciasen, siempre habían sido su apoyo los unos de los otros y eso no podían ni debían perderlo.

Entré por la enfermería dejándole en una de las camillas y les comenté tanto a Jellal como a Sai que se quedasen fuera, ya les avisaría cuando tuviera novedades. La enfermera que estaba allí en su puesto lo atendió con rapidez pero también me hizo salir a mí para revisarle mejor. Era algo normal, al fin y al cabo, debían respetar la protección y privacidad del paciente. Me quedé fuera en el pasillo esperando durante más de media hora, hasta que la enfermera salió y me cogió del brazo alejándome un poco de la puerta por el pasillo.

- No voy a mentirte, este chico está grave, tiene heridas, marcas, moratones por todo el cuerpo, está muy débil. Deberías llamar a la policía haber si pueden sacarle algo.

- No hablará – le dije – lo conozco bien, si le traigo a la policía se pondrá aún más a la defensiva.

- ¿Qué hacemos con él? Natsu... es serio.

- Esos golpes... ¿Pueden ser de alguna pelea o algo? – le pregunté por descartar cosas aunque suponía que no era nada de eso, Gray no se metía en líos generalmente.

- No, esos golpes son frecuentes, poco cuidados, si fuera una pelea el orfanato lo curaría, creo que está siendo maltratado y es posible que sea el propio orfanato.

- Déjame hablar con él, es posible que pueda conseguir que me cuente qué está ocurriendo.

- De acuerdo – me dijo la enfermera.

Me decidí finalmente a abrir la puerta y acceder al interior, Gray estaba allí sentado sin la camiseta pero la cogió enseguida tratando de ocultarse cuando me vio llegar. Estaba completamente rojo y yo cogí con suavidad su muñeca impidiéndole que se ocultase con la camiseta. Le obligué a dejarla con suavidad en la camilla y apartó su vista de mi avergonzado.

- Lo siento – me dijo – yo no quería... no quería...

- ¿No querías qué Gray? – le pregunté y me miró de golpe.

- Yo no quería que me vieras así. Doy asco, sólo tengo moratones y heridas, lo siento, no soy nada atractivo.

- Eres el chico más atractivo que conozco Gray y quien te haya hecho esto es un desgraciado ¿Es el orfanato Gray?

Él asintió levemente pero luego se preocupó de golpe.

- Por favor no les digas que te lo he dicho, será aún peor, por favor.

- No diré nada Gray, pero déjame ayudarte. Si es el orfanato podemos hacer algo.

- Ellos...

- ¿Os pegan? – preguntó.

- Por favor... no me hagas hablar de esto, ellos...

- Te amenazan con algo, les tienes miedo – dije de golpe al ver sus ojos llenos de terror – vale, no insistiré, estás más seguro si creen que nadie sabe nada. Al menos ya sé que esto es del orfanato. Cálmate, lo arreglaremos. Te amo Gray – le dije susurrándole al oído y él aún ruborizado me besó tras asegurarse que nadie nos veía.

Sus labios sobre los míos, sus caricias... su ternura, todo me volvía loco y pasé mis manos por su cintura tocando su abdomen. Me habría gustado hacer mío en el aquel mismo momento a este chico pero cuando sintió que rozaba por encima del pantalón su miembro se asustó de golpe levantándose de la camilla y alejándose de mí hacia la puerta con sus ojos casi llorosos.

- Yo... no puedo – me dijo aterrorizado – no puedo, lo siento Natsu, no puedo darte lo que buscas de mí.

Aquello me dejó helado, yo no lo amaba por su cuerpo, lo amaba por lo que él era, algo más interno pero creí... que esta podría ser su primera vez y tendría miedo. Lo hablaría con él con mucha calma intentando entender su postura.


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