Capítulo 37: Odiado profesor
Natsu Dragneel
¿Gray me había besado? ¿Cómo había pasado aquello? Se suponía que venía porque necesitaba que le explicase unas dudas que no habían quedado claras. Gray me parecía un chico brillante, un chico de esos que tenían el potencial para ser lo que él quisiera ser de mayor, sé que podía salir de ese orfanato, que podía llegar a tener una buena vida pero por mucho que yo lo viera, él no parecía estar por la labor, lo único en lo que pensaba era en tener los dieciocho años, dejar de estudiar y marcharse con Naruto lejos, o eso me dijo Sasuke que era lo que había descubierto.
Llevaba un tiempo pensando en Gray, no podía negarlo, me gustaba ese chico, tenía algo especial que me llamaba la atención. Yo nunca había pensado que pudiera gustarme un chico aunque de joven llegué a planteármelo en algún momento, pero Lucy apareció en mi vida y supongo que me encandiló con esa dulzura y esas sonrisas que tenía, pero no podía igualarse a lo que había visto en Gray, ese chico aunque apenas sonreía... me encantaba, me hipnotizaba por completo, últimamente sólo pensaba en él.
Lucy aún estaba cabreada conmigo y creo que sentía algo de celos de ese chico al que ni siquiera conocía, pero ya se estaba hartando de que siempre le hablase de ese chico, de todas formas no podía evitarlo, empezaba a pensar que salir con Lucy era un error y lo peor de todo... es que estaba prometido con ella, iba a casarme en unos meses y estaba aquí... dejando que un chiquillo de apenas diecisiete años me besase como si nada.
Intenté detener a Gray cuando salió a la carrera y es que pude ver claramente lo avergonzado que estaba, no podía permitir que se fuera como estaba de nervioso, esto habría que hablarlo o lo llevaría a mayores extremos de lo que había sido, sólo quería decirle que no pasaba nada, que era una confusión, pero no me dejó tiempo de hacerlo.
Me había dejado completamente paralizado con aquel beso, no lo esperaba para nada, creía que estaba en algún lío cuando se quedó cerca de aquella puerta y me acerqué a él por si necesitaba hablar, contarme algo, por si necesitaba ayuda pero él se lanzó sobre mí besándome y no pude evitar abrir los ojos por la sorpresa. Le vi ponerse completamente rojo y cuando separó sus labios de los míos sus ojos estaban a punto de llorar de la vergüenza que había pasado, ahora no sabía donde meterse y salió corriendo de allí sin siquiera dejarme hablar con él de lo sucedido.
Salí tras él pero acababa de sonar el timbre para ir a clase y todos los estudiantes estaban entrando, no conseguía encontrar a Gray y a saber dónde se había ido ya. Seguramente andaría por clase y yo no podía molestarle, no podía interferir por un asunto así en la materia de otro profesor, supuse que debería de dejarlo para mañana esa conversación, no tenía más remedio.
Aquella mañana estuve preocupado por Gray y aunque me encerré en el despacho a hacer papeleo rutinario, no podía quitarme de la cabeza el beso de Gray. Me era imposible concentrarme para trabajar, tenía la suavidad de sus labios clavados en mi mente, tenía grabado a fuego el temblor de su boca cuando rozó la mía, tenía perfectamente en la cabeza ese beso tan inocente, porque no había sido más que un simple roce de labios, pero ya no podía dejar de pensar en él por simple que hubiera sido. Creo que mis sentimientos por ese chico me estaban llevando a cometer la mayor locura de mi vida... estaba planteándome dónde iba mi relación con Lucy, me planteaba qué ocurriría si la locura que Gray había empezado la continuase ¡No podía continuarla, yo era su profesor! Eso era completamente el camino erróneo y con ello tenía que quedarme.
Me fui a casa a descansar y cuando llegué, Lucy estaba cocinando con una de mis camisas puesta. Sé que debería de parecerme erótico verla en bragas y con mi camisa, bueno... en parte me parecía sexy, pero cuando se giró a mirarme con una sonrisa, yo no vi a Lucy, vi el rostro de Gray y cerré con rapidez los ojos al no creerme lo que veía, cuando los abrí, volvía a ver a Lucy, a mi futura esposa que se acercaba hacia mí de forma sugerente y pasaba sus brazos por mi cuello besándome con dulzura, pero yo ya no podía olvidar los labios de Gray y estos eran diferentes, no era el mismo beso ¿Qué me ocurría?
- ¿Qué tal el día cielo? – me preguntó Lucy de forma muy cariñosa.
- Bien – le dije.
- ¿Algo nuevo que contar? – preguntó entusiasmada.
- No, lo de siempre – le mentí ocultándole lo de Gray.
Lucy siempre estaba en contra de que hablara de ese chico, así que no creí que fuera un asunto relevante en nuestra relación, no me apetecía tenerla enfadada de nuevo. Lucy me besó la oreja con dulzura y bajó sus labios hasta morder mi cuello, pero yo veía a Gray, me imaginaba que era él quien me hacía aquellas caricias y cuando abrí los ojos viendo que era Lucy, me aparté.
- Lucy... no me apetece hoy.
- Hace mucho que no me haces el amor, Natsu... quiero estar contigo.
- No me apetece hoy enserio – le dije aunque mi miembro empezaba a excitarse, pero yo seguía pensando en Gray y no en ella, no me parecía justo hacerlo con mi futura mujer pensando que realmente hacía mío a Gray.
- ¿Qué te ocurre últimamente? Ya no me miras como lo hacías antes, ni me tocas como lo hacías ¿Estás perdiendo el interés en mí o qué te pasa? – preguntó casi enfadándose.
- No he perdido el interés en ti – le mentí un poquito – es sólo que acabo de llegar de trabajar y estoy agotado, quería descansar un poco, te prometo que este fin de semana seré todo tuyo.
- Ya claro, eso sueles decir siempre y luego nada – me dijo – creo que estás muy raro estos días. ¿Es por ese chico?
- No empecemos Lucy, ese chico no tiene nada que ver en nuestra relación.
- Pues no lo parece, ayer no parabas de llamarle en sueños. ¿Te excita más ese mocoso que yo o qué? – me preguntó.
- No inventes Lucy, no le llamé y si le hubiera llamado seguramente sería por algo del instituto. Deja de montarte películas extrañas, entre Gray y yo lo único que existe es una relación de estudiante – profesor, nada más. Me voy a la ducha – le dije cansado del tema de Gray.
Me fui a la ducha y me metí en el agua. Necesitaba relajarme y cuando pensé en Gray, no pude evitar cerrar los ojos y meter la cabeza en agua fría para evitar pensar en él. Esto estaba mal, no podía estar pensando en un chiquillo, no podía estar enamorándome de mi mejor alumno. Por mucho que traté de sacar de mi mente a ese chico, acabé masturbándome en la ducha pensando en aquel beso, imaginándome tocando su cuerpo, acariciándole entero y me corrí con todo aquello en mente, teniendo clavados en mi mente los gemidos y jadeos de ese chico.
Cuando salí, cené en completo silencio con Lucy, sé que estaba enfadada conmigo porque no había querido tener sexo con ella antes cuando había llegado de trabajar. No podía creerme hasta donde iba a llegar esta situación ¿Cuándo había empezado a cambiar tanto Lucy? Antes era una chica normalita, cuando la conocía la amé al momento, esa sonrisa, su forma dulce e inocente de ser, creo que había sido culpa quizá del status de mi familia porque mi madre tenía una gran industria y mi padre era directivo de una cadena de hoteles, yo era el único que no quise seguir los pasos de mis padres y me dediqué a la enseñanza, porque mi hermano Sting iba siguiendo los pasos de mi padre.
Nunca fuimos una familia a la que nos importasen mucho las apariencias ni la sociedad, tratábamos de pasar desapercibidos y cuando Sting trajo a su novio Rogue a aquella comida familiar todos lo aceptamos con gusto y lo integramos en la familia ¿Entonces por qué Lucy había cambiado tanto? Yo la llevé con mi familia porque quería casarme con ella, era la chica de mis sueños, pero ahora... ahora se iba con sus amigos de la alta esfera social, ya hasta le daba igual si la acompañaba o no y eso me disgustaba, nuestra relación se había vuelta fría y distante. Sé que ella necesitaba su espacio igual que yo el mío, pero... las cosas en común poco a poco estaban desapareciendo y ya no veía mi vida unida a la suya, ya no había nada que nos gustase hacer juntos.
A ella le gustaban las fiestas de alta esfera social, a mí me gustaba salir a tomar cervezas con los amigos a algún bar cutre, a ella le gustaba la televisión, a mí la lectura, ella prefería el buen vino caro y yo las cervezas, a ella le encantaban los largos baños y a mis las duchas rápidas... ¿Qué teníamos en común? Ni siquiera nuestras aficiones. Empezaba a ver que no era mi alma gemela como yo creí que lo sería cuando la conocí.
Nos fuimos a dormir y me dio la espalda en la cama. Me giré para cogerla intentando calmar los ánimos pero ella cogió mi muñeca al sentir como pasaba el brazo por su cintura y me lo apartó diciéndome un "Tengo sueño, déjame dormir". Ya no quise volver a molestarla, me quedé allí boca arriba mirando el techo y pensando si esta era la clase de relación que quería tener el resto de mi vida ¡Creo que no!
Por la mañana Lucy se estaba cambiando y me dijo que iba a irse de compras con sus amigas. Desde luego estaba enfadada conmigo, porque se largó de la habitación dando un portazo y me quedé allí de nuevo en la cama sin saber qué hacer. Me levanté buscando mi camiseta y me vestí para irme a trabajar. Desayuné un café con leche rápido y conduje hasta el parking del instituto. Cuando entré por el pasillo me crucé con Gray que al verme se sonrojó como nunca en la vida pero antes de que se me escapase le cogí del brazo y le comenté que me acompañase al despacho. Trató de evitarme diciendo que tenía que ir a clase, pero le dije que tan sólo sería un segundo, no tardaría. No tuvo más remedio que acompañarme.
Cerré la puerta tras de mí al entrar al despacho y aún sentía como Gray temblaba, no sé si era por lo que ocurrió ayer o porque tenía miedo de que le estuviera tocando, pero por si acaso le solté teniendo la esperanza de que se sintiera más cómodo y pareció relajarse un poco.
- ¿Hablamos lo que te ocurrió ayer?
- No pasó nada – me dijo mirando hacia otro lado – olvídalo ¿Vale? Fue sólo un impulso, lo siento, no debí hacerlo.
- Gray... mírame ¿Crees que me importa lo del beso? A mí lo que me importa es que estés bien y de la forma en que saliste corriendo avergonzado no lo estabas, por eso quería hablarlo contigo.
- Pues ya estoy mejor – me dijo girándose cogiendo el pomo de la puerta con su mano pero yo coloqué mi mano encima de la suya evitando que abriera y le sentí temblar de nuevo antes de que se derrumbase a llorar.
- Lo siento – me dijo – lo siento mucho, no sé qué me ocurrió, no debí hacerlo, lo siento – me repetía una y otra vez y no pude evitar abrazarle.
Gray se dejó abrazar agarrándose a mi camiseta con fuerza y sin parar de llorar, sin parar de pedirme perdón y yo seguía aquí abrazándole contra mi pecho lo más fuerte que pude tratando de calmarle, pero nada se me ocurría hasta que lo separé de mí y cogiendo su rostros entre mis manos le devolví el beso. No podía creerme lo que estaba haciendo, estaba besando a mi alumno, pero es que no podía evitarlo, era tan dulce, tan tierno, tan inocente, no podía hacer otra cosa, este chico me volvía loco. Sentía que aún temblaba, pero no me opuso resistencia alguna, de hecho... aún me facilitó que metiera mi lengua dentro de su boca. Creo... que estaba enamorado de la dulzura y el potencial que tenía este chico. Me había fijado en él por su inteligencia y ahora... estaba enamorado hasta el fondo de su inocencia.
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