Capítulo 31: Desayunos
Naruto Uzumaki
Sasuke estaba un poco extraño esta mañana. Me había dicho que tenía que hablar algo importante con sus padres, pero yo me preguntaba qué sería aquello tan importante. No quise darle muchas vueltas a todo este asunto ya que en lo único que pensaba ahora mismo, es que en que mi hermano por fin había salido del hospital y podía verle. No me habían dejado ir en todo el fin de semana y me moría de ganas por saber cómo estaba, así que tras darle un efusivo beso a mi chico... me fui corriendo hacia el orfanato.
Cuando llegué me encontré con Orochimaru en el hall, pero yo pasé olímpicamente de él y subí las escaleras en dirección a la habitación. Abrí la puerta con rapidez y me detuve un segundo buscando a mi hermano con la mirada. Lo vi dentro de la cama tapado y sonreí volviendo a correr hacia él y entrando en la cama a su lado con cuidado de no despertarle. Le abracé mirando su rostro ahora tranquilo y apacible. Le había echado mucho de menos, necesitaba a mi hermano y verle por fin de vuelta aquí me aliviaba, ya estaba fuera de peligro, estaba bien y había vuelto conmigo.
Me quedé dormido a su lado, al menos hasta la hora de cenar y es que mi estómago empezó a hacer ruidos y despertándome, decidí bajar a cenar algo. Cuando volví a la habitación, no quise interrumpir al ver a Jellal hablando con Gray, creo que era algo importante y cuando escuché como le decía que le gustaba otro chico, decidí quedarme cerca para poder escuchar qué estaba ocurriendo.
Creí que a Gray le afectaría más enterarse de esto, pero al parecer no era así, se lo había tomado bastante bien. Cuando él mismo dijo que se estaba enamorando de su profesor... aquello si me sorprendió. No creí que mi hermano podría fijarse en alguien tan mayor, él tan sólo tenía los dieciocho años, no era posible que estuviera pensando en alguien tan mayor ¿No? ¿Cuánto podía tener su profesor? ¿Veintiséis años? Quizá no fuera tanto, pero nunca creí que mi hermano pudiera fijarse en su profesor, aquello me había dejado en shock.
Cuando terminaron de hablar es cuando me dirigí hacia la cama de mi hermano. Jellal ya se metía en la suya cuando me vio y saludé educadamente, pero no me detuve a hablar con él, sólo me preocupaba mi hermano en este momento, así que seguí hasta que llegué a su cama y me abría las sábanas. Sonreí al llegar hasta él y me metí dentro abrazándole.
- ¿Qué te pasa Naruto? – me preguntó Gray preocupado abrazándome y acariciándome el cabello.
- Te he echado mucho de menos.
- Pero si ya estoy aquí – me dijo sonriendo tratando de calmarme.
- Pero has estado a punto de morirte y era mi culpa... si hubiera estado aquí.
- No es cierto Naruto, no es tu culpa, tú viniste a buscarme ¿No? – me preguntó sonriendo quitando con su pulgar una lágrima rebelde que salía de mis ojos. – Tú me ayudaste.
- Eres mi hermano, haría lo que fuera por ti, Gray – le dije.
- Y yo por ti, Naruto. Venga... durmamos un poco.
- Oye Gray... he escuchado tu conversación con Jellal.
- Escuchar las conversaciones ajenas no está nada bien Naruto – me dijo sonriendo tocándome la nariz con un dedo.
- Lo sé, siempre me lo dices pero...
- Estoy bien – me dijo sonriendo – ambos sabíamos que era algo que no podía durar, yo no podía darle lo que necesitaba y lo sabíamos, supongo que ser los dos huérfanos tampoco nos ayudaría mucho, yo no tengo nada para ofrecerle.
- Le querías.
- Creía que sí – me confesó – pero me parece que no era cierto, intentaba engañarme a mí mismo diciéndome que sí, igual que él se engañaba conmigo, es cariño lo que nos tenemos Naruto.
- ¿Si no os queríais... por qué estabais juntos? – pregunté con dudas.
- Supongo que los dos teníamos miedo a estar solos.
- ¿Aún tienes miedo a estar solo?
- Un poco – me dijo intentando sonreír.
- Yo estaré contigo – le dije sonriendo – no estarás solo.
- No me refería a eso Naruto, pero gracias igualmente – me dijo abrazándome - ¿Qué tal te lo pasaste en la casa de Sasuke?
- Bien, tiene una buena familia, se preocupan mucho por él y vimos una película todos juntos en familia comiendo palomitas, me gustó mucho – le dije sonriendo y él sonrió.
- Me alegro – me dijo pero me di cuenta... de que quizá había metido la pata.
Gray nunca había tenido una familia, ni sabía lo que era tenerla, era como yo antes de haber estado en la casa de Sasuke. Creo que hablar de eso a él le hacía daño aunque se alegrase por mí. Sentía lástima de que él no hubiera podido vivir nada de esto, sólo conocía el orfanato y no era precisamente lo mejor en la vida.
- Lo siento Gray – le dije – no debí hablar de eso.
- Claro que sí – me sonrió – puedes hablar de lo que quieras. Me hace ilusión saber que aún hay gente buena por el mundo. Me alegro de que te lo pasaras bien.
- Quizá tú también podrías venir algún día – le dije sonriendo – Sasuke seguro que podría invitarte a dormir a su casa.
- Oh no Naruto – me dijo sonriendo revolviéndome el cabello – yo ya soy mayor para jugar a las familias – me comentó – ahora voy a descansar un poco.
¿Por qué sentía que me mentía? ¿Por qué sentía que sus sonrisas eran forzadas para no preocuparme? ¿Por qué le sentía tan deprimido y triste? ¿Era mi impresión? No estaba seguro pero algo dentro de mí me decía... me gritaba que algo ocurría con Gray, algo que ni él mismo me estaba contando. Me dormí a su lado abrazándole y por primera vez, nadie vino a llevárselo, supongo que lo habían visto demasiado débil para trabajar, quien sabía... ¿En qué narices trabajaba mi hermano que se lo llevaban prácticamente todas las noches? Todo empezaba a preocuparme y quería adivinar que es lo que pasaba.
Cuando me desperté a la mañana siguiente, Gray ya se había levantado y estaba frente al armario vistiéndose para ir a clase. No sé si estaba en condiciones de ir, pero no querría perder más clases. Hoy además les tocaba reunión por la tarde, se quedaría más rato y yo me tendría que quedar en el parque un poco más esperando a que volviera.
Ese día me aburrí bastante. Sasuke vino como todas las mañanas y le sonreí dándole un beso. Me sentía extraño llamándole novio pero eso es lo que era o eso es lo que yo quería creer que éramos. ¿Me vería él así? Supongo que si. Supongo que al fin y al cabo... sólo eran títulos que se ponía a un sentimiento mutuo, daba igual cómo lo llamase, lo que me importaba era que estaba con él, que le quería y que me sentía querido por primera vez en mucho tiempo.
Sasuke se quedó una hora entera conmigo enseñándome a leer de un artículo del periódico que vendía. Se sentó tras de mí y me corregía a medida que leía. Me encantaba aprender a leer con él, porque siempre me abrazaba por detrás, apoyaba su barbilla en mi hombro y sonreía. Me gustaba que me abrazase y me hacía sonreír a mí también. Al final no tuvo más remedio que irse a clase, ya se saltaba siempre la primera hora por mi culpa, por querer estar un rato conmigo.
- ¿Mañana vendrás también? – le pregunté y él sonrió.
- Mañana... vendré y te invitaré a una cita, así que no desayunes.
- Claro – le dije sonriendo.
Ese día... Gray me comentó al volver que su profesor, Natsu Dragneel se había ofrecido para darme algunas clases particulares y me emocioné, por fin podría aprender algo y es que no quería ser un idiota para Sasuke, yo también quería estudiar, aprender cosas, saber leer y escribir a la perfección, así que me gustó la idea.
Aquella noche... Gray ya no durmió en su cama, volvieron a llamarle para trabajar y me preocupaba, porque no sé si estaba en condiciones de trabajar, aún estaba recuperándose de todo lo que había pasado. Me cabreaba mucho el orfanato y miré a Gaara que con un rostro de preocupación acabó desviándome la mirada y tapándose con las mantas. Creo que él sabía algo de lo que ocurría ¿Por qué nadie me lo contaba? Me tumbé en la cama tapándome también con las mantas y traté de pensar en mi cita del día siguiente.
Al despertar, Gray estaba dormido. Imaginé que estaba muy cansado y preferí dejarle dormir un poco más antes de que fuera a clase. Supuse que Jellal o Sai lo despertarían a tiempo como solían hacer. Me marché del orfanato sin desayunar tal y como le prometí a Sasuke. Cuando le vi en el parque esperándome, sonreí como un niño pequeño al que acaban de regalarle un caramelo y salí corriendo hacia él lanzándome a abrazarle.
- Ey ¿Preparado para nuestra primera cita oficial? – me preguntó
- Sí – le dije contento - ¿Dónde vamos a ir?
- Es una sorpresa – me dijo cogiéndome de la mano y aunque me sonrojé, me dejé guiar por él.
Caminamos hacia la salida del parque y entramos en un pequeño restaurante. Sasuke me hizo seguirle hasta el último piso y me quedé impresionado viendo la ciudad de Londres desde aquella cristalera. Casi corrí hasta uno de los cristales viendo el río al final cruzando la gran ciudad, podía ver tantas cosas desde aquí.
- ¿Te gusta? – me preguntó Sasuke.
- Sí, me encanta – le dije – pero esto debe de costar un montón.
- No te preocupes por eso, los dueños son amigos de mis padres. Sólo tienes que disfrutar y dejar de preocuparte por hoy – me sonrió y sonreí con él.
- Te quiero Sasuke – le dije.
- Yo también te quiero Naruto.
Desayunamos un montón de cosas, nunca había visto tanto plato junto. Sasuke pidió bollería, tostadas, leche... pidió de todo, el camarero ya ni siquiera sabía dónde dejar los platos porque no cabían en la mesa y tuve que decirle a Sasuke que dejase de pedir tantas cosas. Todo estaba delicioso y no podía evitar mirar a Sasuke de vez en cuando. Él me miraba con una gran sonrisa disfrutando al verme comer y yo sonreía al estar desayunando con él. Era nuestra primera cita y aunque estaba un poco nervioso, me gustaba estar aquí a su lado.
Todo el desayuno fue fantástico. En cuanto acabamos, dimos un paseo por la ciudad, subimos en barco y acabamos sacándonos fotos en un fotomatón de la zona. Creo que esa mañana no dejé ni un segundo de besar a Sasuke aunque lo notaba preocupado por algo y yo sonreía intentando alegrarle el día. Nos detuvimos en uno de los puentes mirando el río y allí es cuando Sasuke finalmente pareció querer hablar de lo que le rondaba en la cabeza.
- Soy adoptado – me dijo de golpe.
- ¿Qué? Venga ya Sasuke, tus padres te quieren un montón.
- Lo sé – me dijo – pero... acabo de descubrirlo. Me cogieron de un orfanato Naruto, de vuestro orfanato creo. No te creerías si te dijera quien es mi hermano – me dijo sonriendo.
- ¿Quién es? Si es de mi orfanato lo conoceré.
- Es Gray, Naruto.
- ¿Qué? ¿Cómo sabes eso?
- Porque tenía una fotografía de nuestra familia, me vi en esa fotografía pero éramos muy pequeños, así que Gray no sabía cómo era yo de pequeño. Yo me reconocí enseguida, mis padres adoptivos me sacaron muchas fotos cuando era niño. Era idéntico al de la foto de Gray, Naruto. Creo que es mi hermano pero no he podido decírselo aún.
- No lo haré hasta que decidas decírselo – le dije sonriendo – pero... ¿Por qué no os adoptaron a los dos?
- No lo sé, al parecer el orfanato no les dijo a mis padres que éramos dos.
- ¿Por qué harían algo así?
- No lo sé, dímelo tú que conoces mejor el orfanato.
- Supongo que Gray lo conoce mejor, lleva más tiempo ahí y parece siempre enterarse de todo. Podrías preguntarle un día.
- Sí, quizá lo haga.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top