Capítulo 29: Adoptado
Sasuke Uchiha
Abracé a Gray con fuerzas porque aunque no sabía si realmente era mi hermano o no, entre todo lo que me había confesado y pensar que podría ser mi hermano... me estaba destrozando por dentro. Ya me sentaba mal lo que le habían hecho en el pasado, todo por lo que había pasado y aún me sentaba peor si realmente era mi hermano, porque me sentiría culpable. Sé que yo no podía hacer nada, que éramos muy pequeños, pero... ¿Por qué elegirme a mí y no a los dos? ¿Por qué dejar a Gray en ese lugar? No podía creérmelo pero lo que sí sentía... es que desde que lo conocí en el instituto este año, sentía algo fuerte por ese chico, no era amor desde luego, eso sólo lo sentía por Naruto, pero sentía como si tuviéramos un vínculo, algo que irremediablemente nos atraía a estar juntos.
Todas esas broncas, los enfados, la confianza que habíamos obtenido en poco tiempo, que me pidiese ayuda para cosas que no entendía como lo de ser un doncel... esas cosas me hacían pensar que realmente podría ser su hermano perdido, pero no quise decirle nada hasta que no confirmase las cosas con mi familia. ¿Por qué nunca me dijeron que era adoptado si lo era? Quizá yo estaba sacando las cosas de lugar... quizá su hermano sólo era un chico que se parecía a mí, pero aún así no quise soltar a Gray en un buen tiempo.
- Gray... si tienes cualquier problema, por favor, acude a mí, te ayudaré en todo lo que pueda y lo sabes.
- Gracias, Sasuke. No creí que un pijo como tú y un huérfano como yo podrían llegar a llevarse medio bien. – me dijo irónicamente.
- ¿Sólo nos llevamos medio bien? Y yo que creía que ya casi te tenía como amigo.
- Ni en tus mejores sueños, niño rico – me dijo sonriendo pero sé que mentía, sé que me consideraba su amigo como yo le consideraba a él un gran apoyo.
- Vamos, te ayudaré con las cosas y te acompañaré a casa.
- Gracias – me dijo poniéndose en pie.
Salimos del hospital y por un momento pensé que quizá dejarle volver al orfanato no era una buena idea, pero no podía tampoco llevarlo a mi casa, necesitaba hablar con mis padres a solas de todo esto, no quería darle a él falsas esperanzas y desilusionarle más tarde, prefería poder tener algo a ciencia cierta que decirle. Aún así... mientras caminábamos de bajada, no paré de mirarle y es que si era mi hermano... me sentiría feliz de haberlo encontrado, me sentiría feliz de que él me hubiera encontrado de nuevo.
- ¿Por qué no paras de mirarme hoy de esa forma tan rara? – me preguntó sorprendido.
- No es nada – le dije.
Le acompañé hasta el orfanato y al no haber nadie por allí, le seguí hasta la habitación y no me marché hasta estar conforme de que se quedaba dormido y tranquilo en su cama. El orfanato en sí no me gustaba nada y no estaba muy conforme con lo que Gray me contaba, sé que me mentía sobre lo que ocurrió y en parte quise entrar por si encontraba algo extraño. Cuando ya me marchaba me crucé con el director del orfanato.
- Perdona chico... tú no eres de por aquí ¿Qué hacías ahí arriba?
- He venido sólo a acompañar a Gray, hoy salía del hospital y como nadie vino a recogerle he visto oportuno echarle una mano. Sasuke Uchiha – le tendí la mano presentándome y él también estrechó mi mano sonriendo.
- ¿Sasuke Uchiha, eh? – preguntó – soy Orochimaru, director de este centro.
- Ya... mucho gusto. Yo ya tengo que marcharme, tengo clases.
- Por supuesto – me dijo mirándome y yo aproveché para investigar un poco sobre el asunto de que Gray pudiera ser mi hermano.
- Perdona... pero es que tu cara me suena mucho ¿Nos hemos visto antes? – le pregunté
Se supone que si Gray era mi hermano y nos habíamos quedado huérfanos, yo tuve que estar un tiempo en este orfanato. Qué yo por ser tan pequeño no recordase no quería decir que ese hombre no se acordase de los niños a los que daba en adopción.
- No, lo siento. Creo que no nos hemos visto nunca.
- Que raro – le comenté – supongo que sólo fue una impresión – le mentí marchándome.
Ese hombre era raro, me resultaba extraño y en gran parte siniestro. No me quedaba muy cómodo ni tranquilo dejando a Gray allí solo, pero no tenía más remedio de momento, pero desde luego... estaba dispuesto a llegar hasta el fondo de esta investigación. Desde la calle eché un último vistazo a la desastrosa fachada del orfanato y sin que nada me viniera a la mente me fui de allí. Miré mi reloj viendo que ya no llegaría a clase, así que llamé por teléfono para que viniera Kakashi con el coche hasta donde yo estaba y me buscase para ir a casa, tenía muchas cosas que hablar con mis padres.
Pasé por el parque cercano para ver a Naruto ya que estaba y en cuanto me vio, se le dibujó esa gran sonrisa lanzándose a besarme con pasión. Amaba a este chico hiperactivo de alegre sonrisa, jamás me habría podido imaginar a Naruto triste, él era simplemente perfecto, le quería tal y como era.
- ¿No estabas en clase? – me preguntó.
- Me dieron permiso para ir a visitar a tu hermano – le dije.
- ¿Y cómo está? – preguntó emocionado.
- Lo tienes en el orfanato ya. Lo dejé descansando pero parece que está recuperándose bien.
- Que ganas de ir a verle – me dijo entusiasmado.
- Pues corre – le dije sonriendo – pero antes de irte, dame mi beso.
Naruto se lanzó de nuevo sobre mí besándome, pasando su lengua por mis labios pidiéndome que sacase mi lengua a jugar con la suya y lo hice. Escuché un carraspeo a mi espalda suponiendo que sería Kakashi que me esperaba pero aún así seguí besando a Naruto hasta que éste al darse cuenta de que nos miraban y nos esperaban, soltó mis labios.
- Lo siento – se disculpó.
- Ey Naruto... mañana nos vemos ¿Vale? Ve a ver a tu hermano corre, te estará esperando.
- Sí – me dijo sonriéndose marchándose hacia el orfanato – oye Sasuke... ¿Qué te ocurre? – me preguntó de golpe y me sorprendí – se te nota tenso.
- No es nada Naruto, sólo que tengo que hablar de algo importante con mis padres, ya te contaré – le sonreí quitándole importancia.
Me marché después de ver como Naruto desaparecía de mi vista por el otro extremo del parque y entonces... dejé de sonreír. Él sí notaba enseguida cuando me ocurría algo, la verdad... estaba un poco nervioso por la conversación que quería mantener con mis padres, pero en algún momento iba a tener que llevarla a cabo, necesitaba saber si todo eso que estaba ahora mismo en mi cabeza y en mi imaginación era cierto o no.
Cuando llegué a casa, no había nadie. Mi padre seguramente estaría en alguna reunión importante y mi madre... ni idea. Llamé por teléfono a mi hermano a Alemania, necesitaba contarle mis dudas a alguien y él trató de calmarme después de escuchar en completo silencio toda la historia que me estaba montando en mi cabeza y me pidió que lo hablase con calma con nuestros padres. Aproveché para saludar a Deidara, su novio y luego corté la llamada en cuanto escuché la puerta de casa. Mis padres habían llegado.
Bajé corriendo las escaleras y pude ver a mis padres hablando animadamente sobre algo, seguramente algo que habría pasado en la campaña de mi padre. Ambos dejaron su conversación al verme bajar las escaleras y me sonrieron preguntándome por mi día en clase.
- Han ido bien – les dije – pero... ha ocurrido algo extraño ¿Podemos hablarlo?
- Claro cielo – se apresuró a decir mi madre - ¿Qué ocurre?
- ¿Soy adoptado? – pregunté sin miramiento y ambos se callaron de golpe mirándose.
Por como se miraban me daba la sensación de que era un sí rotundo y al final, mi madre resopló con cansancio mientras mi padre fue el que tuvo que interceder en todo este peliagudo asunto.
- Vamos a sentarnos hijo – me dijo y bajé de la escalera para acompañarles al salón.
Nos sentamos en el sofá y no dejé de mirar a mi madre que ahora parecía bastante incómoda con todo esto y preocupada. Pero yo sólo quería saber que había ocurrido, quería saber quién era realmente.
- Hijo... - empezó mi padre – esperábamos a que tuvieras al menos los dieciocho años para contarte esto pero...
- ¿Soy adoptado, verdad? – le pregunté poniéndoselo fácil.
- Si, Sasuke – me dijo – Después de tener a Itachi, Mikoto fue incapaz de poder tener más hijos. Tuvieron que extirparle los ovarios por una grave enfermedad y aunque la enfermedad ya ha pasado ¡Gracias a dios! No puede darme más hijos. Cuando tuvimos la oportunidad... quisimos adoptar y fuimos a un orfanato para salvar a algún niño de una solitaria vida.
- Nos enamoramos de ti en cuanto te vimos – sonrió mi madre con dulzura – eras un niño tan guapo, tan bueno Sasuke. Sentimos no habértelo dicho antes.
- ¿Cómo lo has sabido Sasuke? – me preguntó mi padre interesado y yo les enseñé la fotografía.
- Tengo un hermano mellizo – les dije sin rodeos – Se llama Gray, vive en el orfanato y tenía esta fotografía. Me reconocí por las fotografías que me tomasteis cuando era tan sólo un niño, él no lo sabe aún.
- ¿Un hermano? – se extrañó Mikoto – no nos dijeron que tenías un hermano.
- ¿Por eso no le adoptasteis a él?
- Si hubiéramos sabido que tenías un mellizo lo habríamos adoptado de inmediato Sasuke – dijo mi padre – ¿cómo es posible que nos lo ocultaran? Separar a dos hermanos – dijo abochornado – iré a hablar inmediatamente con ese orfanato, esto no quedará así.
- ¿Por qué no nos lo dirían? – preguntó mi madre horrorizada hacia mi padre – no nos habría importado llevarnos a los dos.
- No lo sé cariño, pero hablaré seriamente con ellos, necesito una explicación para que nos engañasen de esta forma. Sasuke... dile a ese chico que puede venir por esta casa cuando él quiera.
- Dudo que quiera – le dije sonriendo con tristeza.
Después de lo que me había contado que era una familia para él... después de que me contase lo que le habían hecho cuando sólo era un niño, no sé si se fiaría de nuevo a estar con una familia. Convencerle para que viniese a esta casa aunque sólo fuera a conocerla, sería complicado.
- Queremos conocer a tu hermano Sasuke.
- No le he dicho nada – les dije a mis padres – quería confirmarlo antes de contarle la verdad. Ese chico ya ha sufrido mucho, me ha estado buscando durante toda su vida y... no quería ilusionarle si había una mínima posibilidad de que no fuera su hermano.
- Puedes decírselo Sasuke, ahora puedes ir y contarle la verdad.
- Lo haré – les dije sonriendo y cuando me levanté para irme, volví sobre mis pasos abrazándoles – Gracias, gracias por sacarme de allí pero... necesito un favor.
- ¿Qué quieres Sasuke? – me preguntó mi padre.
- Quiero que investiguéis a fondo ese orfanato, ahí está pasando algo extraño.
- Te prometo que intentaré averiguar todo lo que pueda hijo – me dijo mi padre.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top