Capítulo 28: Secreto

Sasuke Uchiha

Natsu me había dado permiso para ir a ver a Gray al hospital. La verdad es que me preocupaba bastante, sé que hoy le daban el alta y que ya se encontraba mejor, pero haberle tenido que ver en ese estado tan lamentable y sobre todo... ver como le había afectado a Naruto me había roto a mí el corazón. Eran hermanos al fin y al cabo, eso no podía evitarse, se querían los dos y Naruto habría hecho cualquier cosa por Gray. ¿Qué estaba ocurriendo en ese lugar? Desde luego algo pasaba y yo estaba dispuesto también a hacer lo que fuera por mi novio, no dejaría que a él le ocurriera nada y sólo una persona ahora mismo tenía las respuestas que necesitaba... Gray.

Tenía en mente perfectamente que ni Jellal ni Sai me tenían tanta confianza como para contarme lo que estaba pasando en ese lugar, pero con Gray era diferente, si había sido capaz de confiar en mí para contarme lo de que era un doncel... puede que un poco más de tiempo y dedicación en nuestra amistad acabase confesándome todo lo que ocurría. Sé que esos chicos habrían tenido que pasar por muchas cosas, que no sería fácil abrir un poco esa gran coraza para que confiasen en mí, que les costaba mucho confiar en gente de fuera, pero yo necesitaba saber que es lo que estaba ocurriendo y estaba decidido a no rendirme, porque no dejaría esta investigación.

Llegué al hospital y tras preguntar en qué planta habían llevado a Gray tras bajarlo de cuidados intensivos, me dirigí hacia la habitación. Llegué a la habitación 202 y cuando fui a tocar a la puerta, me encontré con que estaba entreabierta y pude ver a Gray vistiéndose dispuesto a irse. Toqué la puerta decidido y Gray se sorprendió como si no esperase ninguna visita o al menos a estas horas. Me comentó que pasase y se sorprendió aún más de ver que era yo.

- Ey... ¿Cómo te encuentras? – le pregunté.

- Estoy bien – me dijo con una triste sonrisa - ¿Mi hermano esta bien? No me han dejado verle aún.

Era increíble este chico... él había estado durante más de tres días en cuidados intensivos y lo primero por lo que preguntaba era por su hermano. Yo sonreí y asentí afirmándole que estaba perfectamente.

- ¿Qué hora es? – me preguntó – Aquí no tienen relojes y creo que tendría que estar en clase.

- Frena ahí Gray – le dije ahora preocupado – tú no estás para ir a clases, al menos no hoy. Deberías descansar un par de días por lo menos, termina de recuperarte.

- No puedo faltar a clase – me dijo.

- Está justificado, Natsu justificó tu ausencia en el instituto. Enserio descansa unos días, tómatelo con calma, aún te estás recuperando. Siéntate un rato.

Gray se sentó de nuevo en la camilla y yo me senté en uno de los sillones que estaban bajo la ventana. Seguramente sé que no me contaría mucho del orfanato, era algo que suponía pero tenía que intentarlo de todas formas.

- Oye Gray... ¿Qué ocurrió? – le pregunté y él se tensó.

- Nada – me dijo esquivando mi pregunta.

- Gray... sabes que te van a preguntar ¿Verdad? Los médicos ya habrán llamado a servicios sociales, estarán por llegar junto a un par de policías y te preguntarán por lo ocurrido.

- No pasó nada ¿Vale? – me dijo tenso – me escapé.

- ¿En plena tormenta con pijama?

- Sí – me dijo pero yo vi en sus ojos el miedo.

¿De qué tenía miedo este chico? Algo tenía bastante claro... al menos dos cosas. Una es que ocultaba una información sobre ese orfanato que se negaba a desvelar, los estaba encubriendo por algún motivo que aún no podía entender y en segundo lugar... sé que no se había escapado, había ocurrido algo y él sabía de antemano que ocurriría, porque sacó a su hermano ese mismo día del orfanato y me hizo prometerle que me lo llevaría a mi casa a dormir. Este chico ocultaba muchas cosas pero no se atrevía a hablar por algún motivo. Si descubriera cual era ese motivo quizá podría ayudarle para que pudiera contar todo lo que llevaba dentro guardado.

- Gray... no te creo – le dije serio – pero no voy a presionarte para que me lo cuentes, sólo quería que supieras que estoy aquí si alguna vez necesitas ayuda.

Gray me miró extrañado y al final sonrió levemente de lado agachando la cabeza para tapar sus ojos con el flequillo. Escuché un leve "Gracias" pero tampoco quise darle mayor importancia, sé que ya le había costado tener que decir aquello.

- ¿Se lo pasó bien Naruto en tu casa? – me preguntó cambiando de tema.

- Quiero creer que si – le dije sonriendo – no somos una familia muy normalita la verdad... con eso del trabajo de mi padre ya sabes...

- Al menos es una familia. Me habría gustado poder darle una a Naruto, pero supongo que ya es un poco tarde para nosotros.

- ¿Por qué dices eso?

- Tengo diecisiete años, ya no nos acogen, la gente que viene quiere a los más pequeños, nosotros sólo somos ya el desperdicio de la sociedad, niños sin futuro – me comentó con tristeza – quizá... si... - se le cortó la voz.

- ¿Si qué? – le pregunté.

- Nada – me dijo.

- Cuéntamelo Gray, por favor.

- ¿Prometes guardarme el secreto?

- Claro – le dije intentando que empezase a confiar en mí y me hablase de lo que le preocupaba.

- Naruto y yo estuvimos ya en una familia, fue hace muchos años – me dijo sin mirarme – no era la mejor familia... pero al menos era una familia. Era mejor eso que el orfanato. Si hubiera aguantado un poco más quizá Naruto habría podido salir de todo esto.

- ¿Si hubieras aguantado? – le pregunté y no quería pensar cosas desorbitadas, pero me asustaba ver a Gray tan afectado.

- Si hubiera aguantado... al esposo de aquella mujer – dijo empezando a llorar y aquello me asustó.

- Gray... ¿Te hicieron algo? – pregunté preocupado.

- Yo... yo no soy... - intentaba hablar – no soy virgen Sasuke – me dijo de golpe y entendí a lo que se refería – no podía dejar que tocasen a Naruto.

- Dios mío – le dije abrazándole y aunque se tensó al principio al sentirme, luego se dejó escondiendo su rostro en mi clavícula sin parar de llorar – tenías que haber denunciado eso Gray.

- Sólo tenía ocho años – me dijo y aquello hizo que me viniera mayor rencor por gente así – apenas sabía lo que tenía que hacer, yo sólo... quería proteger a Naruto.

- Ven aquí – le dije abrazándole más fuerte – no vuelvas a callarte algo así Gray, por favor, estás cosas tienes que denunciarlas ¿Vale?

- Lo siento – me dijo agarrándose a mí con fuerza y escondiendo su rostro en mí pecho llorando sin poder parar.

- ¿Lo sabe Naruto? – le pregunté.

- ¿Lo de la familia? Creo que sí – me dijo.

Esperé a que Gray se calmase y le solté pasándole un pañuelo para que se limpiase. Mi camiseta estaba mojada de su llanto y aunque se disculpó, yo le sonreí levemente comentándole que no pasaba nada, para mí era suficiente con saber que él estaba bien, que empezaba a confiar en mí.

- Oye Gray... ¿Y tú familia verdadera? Me refiero a si llegaste a conocerla.

- Muy poco – me dijo intentando recordar algo – yo tenía apenas... tres años. Sé que mis padres se llevaban muy bien con los de Naruto y recuerdo que su padre que era muy rubio como él, me dio un caramelo prometiéndole que siempre cuidaría de su hijo, pero ni siquiera me viene a la cabeza sus rostros, no consigo recordarles, sólo... recuerdo el caramelo – me dijo sonriendo – qué irónico... las cosas que recuerda un niño.

- ¿Cómo fallecieron Gray?

- En un accidente de coche, creo. Al menos eso es lo que me dijeron en el orfanato. Creo que tengo un hermano, un hermano mellizo pero a saber dónde estará.

- ¿No vive contigo en el orfanato?

- No, a él lo adoptó una familia. Aún me preguntó por qué no me cogieron a mí también. A veces pienso que separar a dos hermanos está mal, afecta demasiado pero otras veces... pienso que al menos él es posible que tenga una familia que lo quiera y lo proteja, eso me alegra aunque ni Naruto ni yo hemos tenido esa suerte.

- ¿Cómo se llamaba tu hermano?

- No lo sé – me dijo y me sorprendí – tenía tres años cuando se lo llevaron, sólo tengo este recuerdo de vivir con él, de tenerlo, pero no lo recuerdo, me pasa un poco como los rostros de los padres de Naruto... no consigo recordarle bien, ahora no le reconocería ya, han pasado demasiados años. Pero yo sigo buscándole, sé que algún día lo encontraré, estoy dispuesto a hacer lo que sea para encontrar a mi hermano.

- ¿Recuerdas a tus padres?

- No – me dijo – tengo una foto de mi familia, pero por más que la miro... aunque sé que son mi familia casi los siento como unos extraños, no recuerdo nada de nuestra vida, sólo recuerdo el orfanato.

- ¿Puedo verla? ¿La tienes ahí?

- Sí, claro. Siempre la llevo conmigo – me dijo

Buscó la fotografía en uno de sus bolsillos y me la enseñó con una leve sonrisa. Cuando la abrí, lo primero que vi fue a sus padres tan felices, ambos con ese cabello tan moreno y su madre con ojos claros, pero cuando bajé la mirada a los dos niños, el corazón me dio un vuelco, porque me reconocí cuando era pequeño, era como verme a mí mismo de pequeño en esa fotografía. Supongo que Gray no veía nada porque no me conoció a esa edad, había cambiado bastante pero yo sí tenía millones de fotografías de cuando era niño y ese que estaba en la fotografía, era clavado a mí.

- ¿Puedo llevármela? – le pregunté y él abrió mucho los ojos asustado.

- Es lo único que tengo de mi familia, Sasuke – me dijo.

- Te la devolveré, te lo prometo. Déjame investigar un poco y te la devolveré. Yo tengo más medios que tú para poder investigar sobre tu hermano. Sólo serán unos días.

- Vale – me dijo al final a regañadientes.

¿Podía ser que Gray fuera mi hermano? ¿Podrían ser esos mis padres? Eso significaría que yo era adoptado. Quería hablar de esto con mis padres, necesitaba saber la verdad de todo. Necesitaba ahora mismo sacar mis dudas porque si era cierto que era mi hermano... ¿Por qué él seguía en el orfanato y yo en una buena familia? No entendía nada, pero esto lo arreglaría.

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