Capítulo 25: Hipótesis
Natsu Dragneel
Cuando me encontré a Gray allí tirado no me lo podía creer ¿El orfanato lo había tirado a la calle o es que Gray se había escapado? Yo no podía ni imaginarme lo que habría pasado ese día, pero no creía tampoco que Gray se escapase tal y como iba, en pijama y descalzo con esa tormenta que se había desatado de golpe. No podría explicar lo que sentí al verle allí tirado, tan frío, inconsciente. Tuve miedo de perderle. Era un chico tan joven, con tanta vida por delante y estaba aquí debatiéndose por vivir. ¿Cómo era posible? Un chico con tanta vitalidad como era él.
No podía creerme como había cambiado el carácter de Gray desde el primer día de clase a lo que era ahora... ahora apenas era una sombra de lo que era un chico animado al principio de clase. Esa noche no quería volver a casa, me habría gustado quedarme aquí en el hospital a vigilarlo, más que nada quería saber que estaba bien. Naruto y se había quedado dormido en las piernas de Sasuke y yo me acerqué al cristal tocándolo con mi mano mirando a Gray allí tumbado. ¿Cómo había llegado a esto ese chico? Me dieron ganas de llorar allí mismo, sentía que mi corazón se contraía pero no podía llorar ni aquí ni ahora.
Miré hacia Sasuke y me decidí a llevar a Naruto al orfanato y a Sasuke a su casa. Conduje y el más atronador de los silencios reinó en el coche, nadie quería hablar, todos estábamos preocupados por la situación de Gray. En cuanto los dejé a los dos, me fui a casa y lo último que me esperaba era que Lucy viniera como si nada a preguntarme qué pendiente le quedaban mejor para la inauguración del local de uno de sus amigos.
- Lucy... no estoy de humor ahora mismo – le dije agotado.
- ¿Y hoy que te pasa a ti? ¿No me digas que se te ha vuelto a olvidar?
- Lucy... estoy cansado – le dije – no voy a ir a esa inauguración, sólo quiero meterme en la cama y descansar, mañana tengo que madrugar.
- ¿Qué tienes que hacer un sábado temprano? No tienes clase.
- Tengo que ir al hospital ¿Algún problema? – le pregunté enfadado ya.
- ¿Qué ha ocurrido?
- Gray...
- Cómo no – dijo sin dejarme acabar lo que le iba a contar – Porque no lo habría supuesto ya que ese chico estaría metido en medio como siempre.
- No te permito que hables así – le dije enfadado – estoy harto de escuchar tus quejas, ese chico está grave – le grité – me voy a la ducha y a dormir, pásalo bien en la inauguración.
Me quité la americana y la lancé en el sofá marchándome a la ducha. Escuché la puerta de principal cerrarse en cuanto me metí en la ducha y me imaginé que Lucy se había marchado. Cuando salí tenía razón, se había ido. La casa estaba a oscuras y solitaria. Lo único que pude hacer fue tirarme en la cama a llorar. Necesitaba sacar todo el dolor que tenía dentro y es que... me estaba enamorando de ese chico ¿Cómo había pasado? ¿Cómo pude enamorarme de alguien de mi sexo, de un alumno? Nada tenía sentido para mí, pero había pasado y ahora no podía dejar de llorar tras haber visto a Gray en ese estado.
Por la mañana, me desperté estando solo en la cama. Lucy ni siquiera había venido a dormir y me dio igual, la fiesta seguramente se le habría hecho tarde. Decidí vestirme y salir hacia el hospital. Cuando ya me iba entró Lucy por la puerta intentando no hacer ruido y aquello terminó de fastidiarme.
- Entra sin problemas, yo ya me iba. Que descanses.
- Eso Natsu... corre a ver a ese mocoso ¿Qué puede darte él eh? Ve a cambiarle los pañales pero ten cuidado... tu trabajo podría estar en peligro si se enteran.
- No tengo nada con él Lucy – le dije muy serio – Ese chico tiene problemas y trato de ayudarle ¿No lo entiendes? – le pregunté – Dios mío... ¿Cómo no pude darme cuenta de cómo eras hace años? Cuántas cosas habrían cambiado entre nosotros.
- Eres tú el que ha cambiado Natsu, desde que ese chico apareció te has olvidado de mí ¿Tanto te excita ese chiquillo?
- Lucy... estás borracha – le dije al oler su aliento a alcohol – vete a descansar y hablamos de esto mejor por la tarde cuando vuelva.
Me marché de allí y aún escuché como Lucy gritaba algún insulto y lanzó algo contra la puerta, pero empecé a caminar hacia el garaje. Aquel día lo pasé entero con Gray en el hospital y no se despertó en ningún momento, los médicos estaban preocupados de su estado pero tenían esperanzas en que se pondría bien.
Cuando llegué al hospital el domingo me preocupé mucho al ver a Jellal en esas sillas tan incómodas durmiendo. Al parecer ya había llegado Laxus con sus estudiantes de esa excursión. Desperté a Jellal y después de que nos dieran permiso para ver a Gray, Jellal entró como una bala y se lanzó hacia Gray besándolo. Me quedé atónito en la puerta viendo aquello, sentí como el corazón se me rompía y es que no pensé que ellos dos estuvieran saliendo. Jellal le pedía perdón y yo quise irme pero la voz de Gray agradeciéndome lo que hice por él me detuvo.
Me sentí agradecido de que supiera que yo estaba allí, que se fijase en mí y que agradeciera sobre todo el gesto que yo tuve con él para mantenerlo vivo, pero es lo que habría hecho por cualquiera y más por él. Me dolía verlo ahora mismo con Jellal y es que ese chico se había metido muy hondo. Cómo era posible que ese chico al que apenas había llegado a conocer hubiera robado mi corazón en tan poco tiempo.
Tuve que marcharme, creo que Jellal como su novio tenía más derechos de estar allí de los que yo tenía, ambos necesitaban hablar sobre todo lo que había ocurrido. Quizá a Jellal sí le contase Gray realmente lo que había pasado, yo no sé cómo iba a sacarle esa información, sabía la poca confianza que tenían esos chicos conmigo.
Me fui a clase y me encontré con Laxus en la sala de profesores. Me estuvo contando un poco cómo había pasado la excursión pero yo lo notaba preocupado. Algo había pasado y de eso estaba seguro.
- ¿Cómo has estado tú? – me preguntó.
- En el hospital – le dije.
- ¿Te ha ocurrido algo? – preguntó preocupado.
- No, a mí no, a Gray – le dije – lo encontré en la calle inconsciente con una pulmonía, lo han tenido varios días en cuidados intensivos.
- ¿Cómo ha podido pasar eso? ¿El orfanato no debería haberse hecho cargo?
- Debería pero no tiene pinta – le dije – fui a hablar con ellos y dijeron que se les escapó, pero no creo que se escapase descalzo y en pijama en plena tormenta. Creo que hay algo que me ocultan. ¿Has conseguido sacarle algo tú a Jellal?
- De información no, pero... - miró a todos los lados revisando que no hubiera nadie – pero me besó – dijo susurrando – creo que se confundió o algo, no lo sé.
- ¿No está saliendo con Gray? Los he visto juntos en el hospital.
- Sí, por eso te digo que creo que se debió confundir o algo. Espero que recapacite. Es un chico listo, pondrá en orden sus sentimientos, es joven y se dejó llevar por sus hormonas, estoy seguro.
- No parecen chicos que se dejen llevar por sus hormonas Laxus – le dije – parecen tener las ideas muy claras de lo que quieren, son chicos fuertes.
- Lo son – me dijo él.
Laxus estaba revisando los informes sobre sus alumnos, todas las marcas personales y las apuntaba. Era un buen entrenador y aunque él no lo viera, yo sé que era un buen psicólogo por mucho que me dijese que sólo había estudiado un año de psicología. Él sabía tratar a esos chicos, quizá no tratarlos... pero sí ganarse su confianza y eso me faltaba precisamente a mí. Yo no conseguía acercarme a ellos, pero Laxus con su forma campechana de ser, lo hacía. Les daba su espacio pero intentaba averiguar de ellos a la vez, era un tira y afloja lo que mantenía con esos chicos pero le funcionaba perfectamente.
Yo en cambio... sólo podía pensar en Gray. Había intentado seguir con los apuntes sobre lo que hoy se daría en clase, pero pensaba una y otra vez en Gray y cuando tuve que ir a dar la clase, vi a Sasuke Uchiha en su mesa de siempre, vi a Jellal y vi a Sai con cara de estar pasándolo mal, seguramente porque estaba enfermo también. Mandé unos ejercicios y miré la mesa de Gray, seguramente si estuviera aquí habría estado durmiendo en mi clase y no se habría enterado de nada, habría hecho los ejercicios en los últimos cinco minutos y me los habría entregado con los demás. No sé como conseguía hacerlos perfectos en cinco minutos cuando los demás tardaban más de quince minutos en darme respuestas y ninguna... era tan perfecta como la de Gray. Era un chico inteligente que supongo... había tenido la desgracia de perder a su familia, la desgracia de caer en ese orfanato.
El timbre sonó y todos los alumnos me entregaron sus ejercicios. Fueron dejando uno a uno encima de la mesa y yo sólo podía imaginarme a Gray dejando su trabajo, hasta lo busqué con la mirada entre la multitud de folios como si fuera a estar allí su brillante respuesta, pero no. Cogí los documentos en mi mano y entonces me encontré a alguien que me daba el último folio.
Me sorprendí al ver a Sasuke poniendo su hoja encima de la mía y miró a todos los lados comprobando que ya todos habían salido y cerró la puerta de la clase para volver a acercarse a mí.
- ¿Cómo está Gray? – me preguntó.
- Ya está en planta, lo han sacado de cuidados intensivos. Se recuperará – le indiqué.
- Naruto estaba preocupado. Quiere ir a verle.
- Creo que no hará falta que vaya. Deberían darle el alta hoy mismo.
- ¿Crees que es buena idea que vuelva al orfanato? – me preguntó.
- Para nada. ¿Tienes algo Sasuke?
- Apenas Gray estaba empezando a confiar en mí. Está contándome algunas cosas pero aún no ha dicho lo que estás buscando.
- ¿Ha dicho algo interesante?
- Últimamente está dándole muchas vueltas a la idea de que es un doncel, se enteró hace poco. Yo mismo le ayudé a buscar información.
- ¿Es un doncel? – le pregunté extrañado.
- Sí, igual que Naruto. Sinceramente... creo que el problema que tienen está en ese orfanato, pero no hablan de ello. Según lo que he podido descubrir por Naruto, el orfanato le prohíbe ir a clase y le hacen trabajar vendiendo periódicos en el parque más cercano.
- Hay algo raro en todo esto... ese orfanato no me da buena espina – le comenté.
- Lo sé. A mí tampoco, pero no consigo que me cuenten qué ocurre. Sé que te prometí darte información de ellos, traerte algo para poder trabajar pero... me está costando un poco acercarme a ellos. Sólo Gray y Naruto parecen confiar en mí de momento y el que tiene la información es Gray, necesito tiempo para ganarme la suficiente confianza y que me diga qué ocurre.
- Vale Sasuke, sigue trabajando.
- ¿Me das permiso para ir al hospital antes de que salga? Me gustaría hablar con él a solas antes de que Jellal y Sai vuelvan a cerrar el grupo y deje de confiar en mí. Son una piña – me dijo.
- Ve Sasuke, te doy permiso. Yo firmaré tu justificante.
- Gracias Natsu. Oye... ¿Crees que podremos llegar hasta ellos antes de que ocurran más accidentes? – me preguntó preocupado – no quiero que le pase nada a Naruto, empiezan a preocuparme esos chicos.
- Intentaremos sacarles de este problema. Te lo prometo, tú sigue tratando de ganarte su confianza, tienes que conseguir saber qué ocurre.
- Lo intentaré con Gray, es el único que parece más accesible para hablar.
- Gracias Sasuke – le agradecí.
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